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sábado, febrero 07, 2015
Sobre el origen del "catastrofismo"
El artículo sobre el origen histórico del "catastrofismo" de la prensa anterior (N° 1.347) comienza señalando que el término fue importado por la literatura socialista de la obra del gran biólogo inglés T. H Huxley. Huxley es conocido como el "bulldog de Darwin", por la lucha implacable que libró en defensa de la teoría del autor de El origen de las especies. Por eso mismo, era un crítico implacable del "catastrofismo", un término que entonces nada tenía que ver con la polémica posterior sobe el destino del capital.
Los "catastrofistas" a los cuales refería Huxley se planteaban entonces como enemigos de los llamados "uniformistas". Estos últimos sostenían que el origen de la Tierra y la vida era el resultado de un larguísimo proceso evolutivo, que sólo podía considerarse en lapsos de millones de años, algo inconcebible para la época. Los "uniformistas" son considerados los fundadores de la geología moderna -en particular Charles Lyell y su antecesor James Hutton- y tuvieron una decisiva influencia en los trabajos posteriores de Darwin.
El "catastrofismo", en cambio, sostenía que la Tierra debía concebirse como el resultado de cataclismos violentos y súbitos, que excluían cualquier forma de evolución lenta y gradual. Se trasformó en "doctrina" de la Iglesia que todavía en el siglo XIX pregonaba el planteo de un obispo que en 1654 "estableció" que nuestro universo databa del mediodía del 23 de octubre del año 4004 antes de Cristo; una fecha que había derivado de sus estudios de la Biblia. Se atribuye, en cambio, al mencionado Lyell haber dicho que la edad de la Tierra no debía buscarse en las páginas de los libros sagrados, sino en las piedras (en las cuales los fósiles podían revelar los tiempos de la formación terráquea).
La polémica sobre la edad de la Tierra es una de las más célebres de la historia de la ciencia y la controversia del "catastrofismo" y el "uniformismo" tuvo una relevancia muy extendida en su momento. Es obvio que tal "catastrofismo" (reaccionario) no comparte el significado (revolucionario) de la misma palabra como sinónimo de la teoría del derrumbe o colapso del modo de producción capitalista. Derrotado por el "uniformismo", el llamado "catastrofismo" al que aquí aludimos se transformó más tarde en "creacionismo": la Tierra habría surgido a la "existencia" como obra divina del "Creador".
En honor a la gran obra "anticatastrofista" (en el sentido geológico y biológico) de T. H. Huxley, recordemos su famosa réplica a en un debate en el cual su oponente, exasperado, le espetó: "Por favor, profesor Huxley, contésteme ¿desciende usted del mono por parte de abuela o de abuelo?". La respuesta: "Si tuviera que elegir por antepasado, entre un pobre mono y un hombre magníficamente dotado por la naturaleza y de gran influencia, que utiliza sus dones para ridiculizar una discusión científica y para desacreditar a quienes buscaran humildemente la verdad, preferiría descender del mono".
En conclusión: Huxley planteó que la teoría de Darwin no debería excluir de la evolución de la naturaleza los "saltos" que alteraran un gradualismo "extremo" en la interpretación de la teoría. En este punto, la historia parece también haberle dado la razón. Como se ve, las viscisitudes históricas del "catastrofismo" tienen su sutileza y una evolución muy concreta, como lo prueba la nota de Daniel Gaido sobre su desarrollo original en el movimiento socialista.
Pablo Rieznik
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