viernes, septiembre 25, 2015

El secreto tras el éxito de Volkswagen: fraude ambiental y explotación laboral



Volkswagen es la automotriz número uno en ventas a nivel mundial. Debido al escándalo por fraude ambiental en 11 millones de autos, sus acciones se desplomaron hasta un 20% el lunes y ayer renunció su presidente Martin Winterkorn. Además la firma deberá afrontar procesos de investigación en EE.UU., Europa y Corea del Sur, multas millonarias por contaminación.

En los últimos días la noticia del “escándalo de Volkswagen” recorrió el mundo, impactando de lleno sobre “la reputación de la firma” con sus consecuencias en la bolsa de Frankfurt, donde cotizan sus acciones que el lunes se desplomaron un 20% y recién el miércoles lograron un repunte positivo en casi 6 puntos. Este resultado se encuentra aún un 25% por debajo de la cotización en bolsa del viernes pasado, antes de las declaraciones públicas hechas por la administración de Obama, ordenando a la firma alemana recuperar los casi 500 mil autos con software instalado ilegalmente vendidos en EE.UU. desde el año 2009.
El día martes, luego de haber admitido el fraude ambiental, la firma confirmaba que existen 11 millones de unidades vendidas en el mundo – principalmente en Europa- que fueron manipulados con un software que permite “sortear las pruebas” sobre las emisiones tóxicas de sus vehículos diésel, y de esa forma adulterar los controles medio ambientales. Por este motivo, la denuncia que saca a la luz el “engaño de las emisiones de gases”, por la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA), el ex presidente de la firma declaraba ayer al respecto: "Nuestra compañía fue deshonesta con la EPA y el comité de Recursos del Aire de California, con todos ustedes (...) la embarramos totalmente".
La denuncia generó un efecto cadena, y se esperan investigaciones sobre las unidades vendidas en Corea del Sur y en Europa, zona donde Volkswagen lidera el mercado automotriz.

El líder del mercado automotriz europeo

La terminal alemana fundada en 1937 en la cuidad de Wolfsburgo, domina el mercado automotriz europeo, donde acorde a los últimos informes, 1 de cada 4 autos vendidos son suyos.
Frente al escándalo, las autoridades de Volkswagen declararon que estaban destinando el equivalente a la mitad de las ganancias obtenidas en un año - 6.5 mil millones de euros, alrededor de 7.3 mil millones de dólares- para cubrir el costo de reparar los autos manipulados y cumplir con los estándares de contaminación, y también para afrontar otros gastos como multas o las demandas civiles de clientes enojados.
A través del Grupo Volkswagen, que incluye 12 marcas: Audi (Alemania), Bentley (ReinoUnido),Bugatti (Francia), Lamborghini (Italia), Porsche (Alemania), SEAT (España), Škoda (República Checa), Volkswagen (Alemania),Scania (Suecia), MAN (Alemania), Volkswagen Vehículos Comerciales (Alemania)y Ducati (Italia), la terminal alemana ha logrado una extensión enorme en Europa. Posee 61 plantas de producción en quince países europeos y en más de seis países en América, Asia y África, contando alrededor del mundo con unos 370 mil empleados.
La denuncia afecta principalmente la economía alemana, que depende en parte importante de la industria automotriz y donde la compañía tiene 29 fábricas y emplea alrededor de 274 mil empleados, más las decenas de miles de empleados que trabajan en las cadenas de proveedores para la firma. “Si la reputación (de la firma) está amenazada, también lo estará el crecimiento y la prosperidad (económica)”, escribía Ulrich Schäfer, en su columna del diario The Süeddeutsche Zeitung, que remarcaba que 1 de cada 7 puestos de trabajo en Alemania depende directa o indirectamente de la industria automotriz.
Desde la Federación Alemana de Ingeniería destacaron su preocupación con respecto al riesgo que se podría generar sobre el sello “Made in Germany”-“Hecho en Alemania”. Si bien aún el impacto es político y con posibilidades de pérdidas por sanciones, hasta el momento no hay anuncios sobre futuras bajas de producción, aunque no son descartables.

Una renuncia previsible

En pleno auge del escándalo, ayer renunció públicamente Martin Winterport, presidente de Volkswagen desde el año 2007. Este gesto no sorprende pero tampoco contenta, además de admitir el “error enorme que cometieron”, declaraba: "Volkswagen necesita un nuevo comienzo y yo también en lo personal. Estoy despejando el camino para este nuevo comienzo con mi renuncia".
La empresa anunció la suspensión de la comercialización en Estados Unidos de su modelo diésel de cuatro cilindros de las marcas VW y Audi, que representaban el 23% de sus ventas en ese mercado.
Aunque difícil de creer, Winterport declaraba con respecto a su función: “Como CEO acepto la responsabilidad por las irregularidades que se han encontrado en los motores diésel”. Y continuaba: “No estoy al tanto de alguna irregularidad de mi parte.”
El viernes se dará a conocer el nombre del Nuevo presidente de la firma, entre los candidatos se encuentra Matthias Müller, encargado de la división de VW que hace autos deportivos Porsche. Otro potencial candidato es Rupert Stadler, jefe de la división VW Audi. Otro nombre en Carrera, es Wolfgang Bernhard, un ex CEO de Volkswagen, actual ejecutivo de la empresa Daimler.

Del Blue Motion Technologies al engaño de emisiones en Diesel

Al visitar la página web de Volkswagen, se puede encontrar con la publicidad de Blue Motion, una tecnología innovadora que aplican desde a firma para cooperar con el uso “sustentable” del automóvil y aportar en textuales: “nuestro granito de arena con Blue Motion Technology en nuestros vehículos; que reducen el consumo y emisiones.”
“Cuando manejes hacelo de manera relajada y trata de hacer la menor cantidad de cambios posibles, de esta forma ahorras energía y emitís menos gases. Cuando estés llegando a un semáforo o tengas que detenerte, aprovecha el envión del auto sin acelerar. Si tenés que esperar a alguien, hacelo con el motor apagado. Usa aceites de baja viscosidad en tu auto” reza el anuncio.
El Blue Motion se trata de tecnología para el ahorro de energía y abarca desde autos con encendido y stop automático, hasta cubiertas de deslizamiento lento, hasta los tan promocionados “motores que reducen el consumo de diésel y así minimizar la emisión de gases contaminantes”.
A pesar del marketing, la empresa tuvo que admitir el fraude ambiental. El éxito de estas empresas multinacionales que marcan los ritmos de la producción capitalista, se basa no sólo en la explotación peligrosa del medio ambiente sino en la explotación de sus trabajadores aumentando los ritmos de producción que generan múltiples enfermedades físicas y un ejército de “rotos”, tercerizan el trabajo, entre otras “innovaciones” para aumentar la productividad del trabajo.

Guadalupe Bravo
@GuadaBravo

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