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lunes, septiembre 07, 2015
Algunas claves sobre la crisis de China
La economía del gigante asiático se ha transformado en nuevo epicentro de la crisis económica mundial. Tras un probablemente breve respiro de la aguda situación griega, los problemas de China contagiaron rápidamente a las bolsas del mundo y podrían extenderse a muchos países agravando el ya bajo crecimiento mundial
El alcance de China
La economía de China, es la segunda economía más grande del mundo en términos de PBI nominal con 10.355.000 millones de dólares (FMI, 2014) para un país con más de 1.360 millones de habitantes.
China fue el país de mayor crecimiento económico en el mundo desde la década de 1980, con un promedio de crecimiento anual del 10% en los últimos treinta años. Esta ventaja es una de las que comienza a entrar en problemas a partir de la desaceleración marcada de su economía en 2014 hasta la fecha. Esto preocupa a muchos países debido a que el gigante asiático es una potencia industrial y exportadora de bienes (ropa, textiles, hierro, acero, manufacturas de todo tipo y procesadores de datos, entre otros) y es el segundo importador de mercancías (petróleo, minerales eléctricos, equipos ópticos y médicos, metales, plásticos y productos químicos, soja) del mundo.
De acuerdo al informe“Perspectivas de la Economía Mundial”que publicó en abril de este año el FMI, se observa que en China, el crecimiento cayó a 7,4% en 2014 y se prevé que continúe descendiendo hasta 6,8% en 2015.
Política expansiva: Banco de Desarrollo Chino
A comienzos del año fue conocida la puesta en pie del nuevo Banco Asiático de Inversión e Infraestructura (AIIB), integrado por más de 40 países, entre los principales están el reino Unido, Alemania y Francia.
El Banco Asiático sacó a la luz dos problemas que preocupan a EE.UU y la limitan en su accionar: la hegemonía que durante décadas impusieron “sus” organismos multilaterales de crédito como el Banco Mundial y el FMI; y la influencia geopolítica que podría perder frente a los nuevos acuerdos que puede impulsar China con otras potencias aliadas.
Por otra parte, y continuando con un marco de “nuevas alianzas” regionales, el presidente de China, Xi Jinping recorrió varios países importantes de América Latina como Brasil y Argentina, realizando acuerdos para proyectos de inversión ostentosos y a mediano y largo plazo.
Primer síntoma: Desplome de las bolsas de Shanghái y Shenzen
Los meses de Junio y Julio estuvieron signados por el desplome bursátil de las principales plazas chinas, llegado a caídas máximas en 8 años. Lunes negro, jueves negro, fueron algunos de los días recordados por la caída de 8 puntos de éstos indicadores del mercado financiero. Shanghái y Shenzen son las plazas más representativas del sector financiero de China, que aún es modesto y representa un tercio de su PBI.
El desplome de la bolsa en el gigante asiático no fue pasajero ni estaría “controlado”. Estos movimientos expresan la volatilidad del sector, donde sigue siendo clave a intervención estatal para garantizar estabilidad. Esta semana las bolsas sufrieron una nueva caída abrupta que impacto en lasbolsas del mundo rápidamente. Ayer el Banco Central chino anunció que realizó una inyección de 140.000 millones de yuanes (21.800 millones de dólares) en operaciones de liquidez a corto plazo en el mercado interbancario. Esta medida es sólo una muestra de las que viene tomando el Estado para llevar calma a los mercados y proporcionar líneas de crédito directo de entre uno a tres días a los bancos comerciales.
Segundo síntoma: Devaluación del Yuan y guerra de divisas en Asia
La semana en que tuvo lugar el mini proceso de devaluación del yuan en China, acumuló un 2,9 por ciento de depreciación de la moneda. Esta medida fue llevada adelante por el Banco Central de China, durante tres días consecutivos.
Si buscamos explicaciones, China viene sufriendo retrocesos en el volumen de sus exportaciones, pilar clave a revertir para hacer frente al débil crecimiento de su economía. Sus competidores directos regionales hacía tiempo comenzaron a devaluar sus monedas con relación al dólar para hacer sus productos más baratos y por ende más competitivos en el intercambio comercial entre países.
Además, la coyuntura de gran caída de los precios de las materias primas y del petróleo, juegan un rol importante. En el informe del FMI, se da cuenta de esta situación de la siguiente manera: “Los mercados emergentes de Asia cuyas empresas se endeudaron masivamente en dólares de EE.UU. posiblemente necesiten encontrar un equilibrio adecuado entre preservar la estabilidad financiera (haciendo fluctuar sus monedas al unísono con el dólar de EE.UU.) y mantener la competitividad externa (estabilizando sus tipos de cambio con respecto a sus principales socios comerciales y competidores). Este proceso también podría desencadenar una serie de ajustes con efectos perturbadores.”
Otra explicación también compartida por vario analistas, con respecto al motivo de la devaluación del yuan estaba puesto en lograr que el yuan sea incluido en la cesta de monedas de "Derechos Especiales de Giro" del FMI. Este hecho es parte del plan del Gobierno chino, y se explica en parte porque la devaluación en la medida en que fue implementada no alcanzaría para apuntalar suficientemente las exportaciones.
Daños colaterales
La FED y la suba de las tasas de interés: La tensión que domina los mercados está complicando el proceso hacia la primera subida de tipos de interés en Estados Unidos en más de nueve años. Desde la FED, importantes funcionarios opinan que no hay apuro en subir las tasas, sobre todo en un contexto mundial de bajo crecimiento y con la inestabilidad que genera la situación de China. Al respecto, William Dudley, cercano a la presidenta de la FED Janet Yellen, dejó claro que la gestión de la situación actual se escapa del control de la Fed porque estas turbulencias tienen origen en otras partes del mundo. “La crisis financiera era otra cosa, porque empezó por EE UU”, recordó, “pero aunque esto no vaya con nosotros, sí que puede tener un impacto potencialmente”.
Impactos sobre América Latina: devaluación. La mayoría de las monedas de la región profundizó esta semana la tendencia a la baja, mientras el dólar está más fortalecido. El peso mexicano, el colombiano o el real brasileño rondan registros mínimos de hace más de una década frente al billete verde. Además la baja de inversiones, que frente a la coyuntura mundial, optan por un refugio seguro (dólar, euro, deuda europea), se debilitan más las divisas latinoamericanas.
Así, el real brasileño ha cedido más de un 30% frente al dólar en lo que va de año, el peso mexicano más de un 20%, el peso argentino cayó un 10% y el colombiano un 30%. Muchos analistas ponen como ejemplo la contracción de la economía de Brasil en parte afectado por la debacle de China, su principal socio comercial.
El índice que engloba a las cotizaciones de las principales materias primas (el oro, el petróleo, el maíz, el cobre, la soja o la plata) cayó a mínimos de hace 16 años. Empujando con fuerza la balanza, aparece el petróleo. El barril de crudo Brent y el Texas, de referencia en Europa y EE UU, están en baremos de hace seis años y medio, bordeando la barrera de los 40 dólares.
Mientras China pretende alcanzar a EEUU como potencia, primero deberá sortear los actuales problemas que salen a la luz, que expresan contradicciones más profundas. Una encrucijada que China deberá plantearse resolver.
Guadalupe Bravo
@GuadaBravo
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