sábado, enero 09, 2016

Turismo sin Dakar: la Norpatagonia y los grandes ciclos de la historia



El Dakar ya dio sus primeros heridos de gravedad. Una aventura sobre ruedas altamente destructiva, contaminante e innecesaria. Aquí un circuito naturístico "a lo Dakar", pero sin vuelcos, muertos ni lugares destruídos. Solo naturaleza y el largo tallar de la historia.

Todo el capitalismo entero te vende Dakar, a costa de usurpaciones de reservas naturales y de pueblos autóctonos. La "aventura" se vende en moto, auto, cuatri y camión. El "pan y circo" europeo viene, la semicolonia argentina pone los muertos y sus recursos naturales a disposición y listo, que comience la función. Negocio multimillonario para pocos, recreando una experiencia "safari" para los más pudientes. No es necesario ser Peterhansel, Vatanen o Juha Kankhunen para disfrutar de paisajes maravillosos. Se puede hacer en moto, auto, camioneta o tomando algunos colectivos, y sin polémicas. Aquí elegimos nuestro propio "Dakar": el circuito medio de la Norpatagonia.
Si no conocés la diagonal árida de sudamérica, ésta es la oportunidad de observar algo de ella. Comencemos con su límite. Parque Luro, ese sueño de la Belle Epoque donde la sobrina del General Roca, casada con Pedro Luro (hijo), tuvo su mansión en medio del bosque de Caldén. Su esposo tuvo la infeliz idea de traer ciervos y jabalíes europeos, desplazando al guanaco, el venado de las pampas y otras alimañas autóctonas. Hoy es una reserva de caldenes y ciervos, a kilómetros nomás de Santa Rosa. Esto no es la Norpatagonia aún...pero vale la pena comenzar aquí. Sería el lugar de llegada de la primera etapa: zorritos a la noche en medio del camping, ciervos a la madrugada a 300 metros, mulitas, pisadas de pumas, un Ñandú con varios charitos merodendo y algunos senderos sobre los bajos caldenes para ver tordos, cotorras, churrinches, pechito amarillo y un largo etcétera. Todo es un gran homenaje a la transición entre la pampa húmeda y la norpatagonia árida.
Comenzada la segunda etapa, salimos de la ruta nacional 35 para tomar la 152. El Calden cambia a una estepa de arbustillos mucho mas árida. Es la ruta de Gral. Acha hasta el Lihué Calel. Ya estamos en la Nor-Patagonia: se ven más caranchos que chimangos. Si seguimos la línea hasta la coordillera tenemos que tomar la ruta del Desierto. La línea que hizo el General Roca hasta lo que es hoy Catriel, 25 de Mayo y demás, pero eso está más en la pre-coordillera. Nosotros queremos hacer el corredor medio norpatagónico. El punto de llegada: Parque Nacional Lihue Calel. Será el Parque Nacional más chico de la Argentina? Dos o tres cerros en medio de la nada, pero los suficientes para retener las pocas lluvias anuales, generando cursos de agua semi-permanentes que son un manantial para la fauna y la flora. La roca pelada de las sierras se mezclan con arroyitos llenos de totoras y pastos casi verdes. El agua escasa atrae a los guanacos y con ellos, históricamente, a los pueblos originarios. Hay pinturas rupestres de más de mil años y con ello un diálogo con la historia argentina: antes del mapuche resistente al estado mismo, cazadores recolectores ya hacían sus travesías hasta estas sierras de vida. Acá domina el buitre llamado Jote, primo hermano del condor; y entre los pastos culebras y lagartijas.
Kilómetros al sud-oeste se encuentra el lecho del río Curacó o Desagüadero. Puelches es un pueblito con un gran puente, en donde no pasa ningun río. Por decisiones del hombre, economías regionales aguas arriba y represas mendocinas de por medio, este río, perteneciente a la cuenca hidrográfica más grande de Argentina, dado que desembocaba en el río Colorado, hoy ya no existe. Toda el agua de las inundaciones del Paraná, Paraguay y Uruguay podrían entrar en su lecho, pero hoy ni una sola gota. Las salinas que perviven, fuentes de cloruro de potasio, serán, si no lo son ya, un recurso inestimable para las industrias petroquímicas que especulan y apuestan con Vaca Muerta. Este lecho sin río es el punto intermedio hasta llegar al embalse Casa de Piedra, una laguna artificial para recreación. Es el final de la provincia de La Pampa, su despedida de la región patagónica que contiene.
Finalizado el descanso de la tercera etapa, seguimos camino hasta el Alto Valle, específicamente Gral. Roca. Antes de llegar se verán los pozos petroleros en una zona que es la parte oriental extrema de Vaca Muerta. El Alto Valle, una única ciudad desplegada en 19 municipios y a lo largo de más de 100 km de extensión, tiene mas de 600 mil habitantes esparcidos en aglomeraciones lindantes a las chacras. Aún se ven algunos tractores Hanomag o Massey Ferguson de los años 60´s o más viejos aún. Para sus habitantes un paisaje cotidiano, para la historia argentina un homenaje a la pseudo-industrialización que ni para tractores propios dio. Es la aglomeración urbana más importante de toda la patagonia. A aprovecharla que seguimos viaje por el desierto.
Sin descanso alguno vamos hasta el Valle Medio. No puede competir con el Alto Valle, acá las frutas se trocan en alfalfas y hortalizas. Menos denso y productivo que el Alto Valle, es ruta hacia la costa rionegrina y su capital, Viedma. Descansamos en Beltrán, donde nos recibe una comunidad de docentes que hace un verdadero trabajo "civilizatorio" (en el buen sentido) tomando horas en todos los pueblitos en la extensión. Estamos dentro de la isla que forman los brazos vifurcados del río Negro, donde aún sigue impune la desaparición del obrero rural Daniel Solano. Entre reivindicaciones propias y ajenas, en el Valle Medio va emergiendo poquito a poco eso llamado lucha de clases.
Nuevamente la semicolonia argentina nos obliga a hacer un retome. Desde la zona de Choele Choel hasta Valcheta estás obligado a hacer 80 kilómetros de tierra aproximadamente. Quien quiera evitarlo tendrá que ir hasta San Antonio Oeste, en la costa atlántica y desde allí hasta Valcheta. Un desvío que vale más de 100 kilómetros. Es lo que hay, y la quinta etapa ya se largó...Antes de llegar a las afueras de San Antonio Oeste pasamos por las salinas del Gualicho, una de las tantas de este desierto. Hasta allí llegó el mar alguna vez? Los largos ciclos de la historia natural hacen reflexionar a cualquier piloto.
Antes de llegar a Valcheta se divisan en el horizonte serranías bajas. Y si hay sierras, como ya aprendimos con el Lihue Calel, entonces hay arroyos. Y el de Valcheta da para regar algunas chacras. Este nuevo punto geográfico fue fundado en tiempos de Rosas, y uno ya sabe por qué...Acá estamos a menos de 100 kilómetros de la Meseta de Somuncurá, donde las sierras dan nacimiento a distintos cursos de agua. En medio del cratógeno patagónico uno piensa: estas sierras son más viejas que la Coordillera de los Andes. Por lo tanto, esos arroyos están desde hace muchísimo más tiempo que los grandes ríos del sur argentino. Y no está mal la suposición: en Valcheta existe un bosque de árboles prehistóricos petrificados, señal de que ciertamente había un curso de agua próximo, en un región que, vale la pena aclarar, tenía un clima más húmedo antes de que nazca la gran muralla de los Andes.
La sexta etapa es de retome, y es un poco más larga. Nos volvemos desde Valcheta hasta San Antonio Este: un pueblito obrero de barcos pesqueros y con aditamentos de turismo. A bucear se ha dicho! Las ballenas hacen su visita anual en estas mansas aguas, con la ventaja de que no es precisamente el lugar donde más turismo se realiza. Pero la sexta etapa es la más dura, tenemos que agarrar más de 160 kilómetros de tierra entre el Camino de la Costa y el de las Cuchillas hasta Viedma. Caleta de los Loros, que hermosa reserva faunistica de lobos marinos y ballenas!! Querés tranquilidad y buena pesca en la playa, quedate en Bahía Creek. El camino "de las Cuchillas" desde Bahia Creek cortando camino hasta Viedma por el campo tiene sus ventajas. Zafamos de los bancos de arena. Las bandadas de Loros cruzan el camino al atardecer, camino a la lorera más grande del mundo en El Condor. Faltando 30km de distancia de Viedma cambia el clima, el frescor del rio Negro se siente en el aire.
La séptima etapa es el Valle Inferior del Rio Negro: Viedma, moderna, productiva y administrativa. Patagones: histórica y campestre. Acá te cuentan la batalla de los maragatos contra los portugueses y algunos secretos de la trata de indios. Pero Don Rosas y sus campañas también fueron aguas arriba, Guardia Mitre, sobre el margen izquierdo del río, hoy es un lugar ideal para vivir como Tom Sawyer y su amigo Huckleberry Finn. Por la costa norte del río Negro el regreso a Patagones es de tierra, y la NorPatagonia dice presente una y otra vez, con las martinetas en la huella del camino y los Ñandúes corriéndonos carrera. Uno no se cansa de ver cueros de jabalí sobre los alambrados, y a uno le dan ganas de hacerse un banquete como los de Obelix.
Nuevamente en Patagones hacemos una "tirada" más para culminar la travesía, y desde la ruta nacional 3 "subimos" hasta el río Colorado. Los canales de riego aparecen nuevamente como en el Alto y Medio Valle del río Negro, pero acá la posta son las cebollas. En Villalonga, Pedro Luro, Ascasubi, Buratovich la comunidad boliviana de cebolleros contrasta con unos pocos "rusos" dueños de la tierra. Acá se produce más del 95% de toda la cebolla del país, y los trabajos son de los más duros y explotados del país. El río Colorado va llegando a su desembocadura, y con ella nosotros damos por concluído nuestro recorrido. Unos dos mil kilómetros en 7 etapas, pasando por millones de años de historia natural y algunos menos de nuestra historia...

Martin Luteral

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