miércoles, enero 31, 2018

"Estados Unidos en tiempo de turbulencias”

El lavadero de Miami



Miami es considerada una ciudad global, uno de los centros financieros y de comercio más importantes de Estados Unidos y el principal punto de conexión con América Latina y el Caribe. Sirve como sede de las operaciones latinoamericanas para más de 1.400 multinacionales y las aduanas de la ciudad procesan el 40% de las exportaciones del país hacia la región.
Alberga oficinas centrales y sedes de las empresas más influyentes del mundo; el centro de la ciudad tiene la mayor concentración de bancos internacionales del país (más de 100), y es precisamente donde, una y otra vez, se estremece a Estados Unidos por escándalos de lavado de activos.
El concepto de lavado de dinero se refiere a la actividad que se desarrolla para encubrir el origen de fondos que fueron obtenidos mediante actividades ilegales. El objetivo del también conocido como blanqueo de capitales es que ese dinero obtenido ilícitamente aparezca como el fruto de una actividad económica o financiera legal.
Por lo general se pretende legitimar fondos procedentes del narcotráfico, la corrupción, el fraude fiscal, el contrabando, la venta de armas o los secuestros, entre otros, para que dicho dinero pueda ingresar en el sistema financiero.
Uno de los últimos, que se afirma es el caso de lavado de dinero más grande de la historia en el sur de la Florida, tiene que ver con la comercialización de oro extraído ilegalmente en minas de Colombia y Perú por corredores asentados en la Ciudad de Miami, Florida, de la empresa NTR Metals, quienes forman parte de una confabulación para lavar alrededor de 3 600 millones de dólares.
Un juez cercano al proceso afirmó que el caso iba mucho más allá del lavado de dinero pues implica deforestación en las selvas amazónicas, el envenenamiento de trabajadores y otros males sociales provocados por la extracción ilegal de oro de Colombia y Perú, devastación ambiental y humana que recientemente ha sido denunciada por el Papa Francisco, en ocasión de su visita por Sudamérica.
El Pontífice se hizo portavoz de “la opresión” que viven los indígenas de la Amazonia por los intereses económicos y la corrupción que están destrozando su territorio durante el encuentro con los pueblos originarios y dijo que Perú debe luchar contra la corrupción.
“Cuánto mal les hace a nuestros pueblos latinoamericanos y a las democracias ese ‘virus’ social, un fenómeno que lo infecta todo (la corrupción)”, dijo el Papa.
Mencionó la fuerte presión de los intereses económicos “que dirigen su avidez sobre petróleo, gas, madera, oro, monocultivos agroindustriales”, citó todas las amenazas que están aniquilando el Amazonas y a los indígenas, en especial “la contaminación propiciada por la minería ilegal”.
Uno de los procesados legalmente era el jefe de operaciones de la citada firma y junto a otros implicados compró a narcotraficantes y grupos delictivos oro extraído ilegalmente; sobornó a funcionarios de gobierno, y falsificó documentos para la importación a Miami del metal precioso. Se señala que no se trata de un hecho aislado, sino parte de una serie de escándalos asociados a una gran operación de contrabando de oro y lavado de dinero entre América Latina y el sur de la Florida, calificado por el fiscal federal adjunto como “un problema muy extendido y de gran importancia”.
Contrabandistas peruanos, narcotraficantes colombianos, el mexicano Cartel de Sinaloa, conforman una mezcla letal que ha confluido en Miami para lavar dinero de la cocaína, del oro y de la muerte.
Según la prensa local, “el caso ha arrojado luz sobre el papel de Miami como punto de comercio internacional de oro”,
pues la mayor parte entra a EE.UU. por el Aeropuerto Internacional de Miami para ser refinado por NTR Metals y otras empresas del sur de la Florida.
Quizás no sea toda la luz necesaria ni la verdad imprescindible sobre esos hechos, pero sí se confirma que aunque el lavado de dinero no es nuevo en el Sur de la Florida, y se dice que las drogas no ingresan en Estados Unidos por esta parte del país en el volumen que lo hacían en la década de 1980, Miami se mantiene como el centro principal de lavado de beneficios ilícitos de la nación. Así lo reconocen entidades norteamericanas citadas por los medios de prensa y las historias que salen a la luz.
En el año 2015, varios centenares de empresas que exportaban artículos electrónicos desde Miami estaban bajo la lupa de las autoridades, que investigaron si organizaciones criminales realizaban transacciones comerciales allí para lavar su dinero.
La policía de Inmigración y Aduanas controlaba 7.000 negocios que deberían notificar a las autoridades a través de documentos escritos cada vez que realicen una transacción de 3,000 dólares o más.
En 2016, se conoció el resultado de la “Operación Neymar”, denominada así porque un sospechoso usaba como seudónimo el nombre del astro brasileño del fútbol, la cual recaudó más de un millón de dólares en efectivo en dinero confiscado de las drogas.
La amplia investigación confirmó que aún prospera en Miami un gran negocio de lavado de dinero de las drogas. El llamado “mercado negro del cambio del peso” –que involucró la supervisión de negocios en 17 países– fue la primera de su tipo que se presentó en la corte estatal de Miami-Dade y ofrece la ventana más reciente al sistema subterráneo de préstamos alimentado por las drogas, que las autoridades de aplicación y cumplimiento de la ley creen apoyaba a cientos de negocios en el sur de la Florida.
Son solo algunos ejemplos recientes de que no es algo nuevo, pues desde la segunda mitad del pasado siglo Miami ha sido testigo de lavado de miles de millones de dólares provenientes de los más disímiles negocios ilícitos y macabros resultantes de la políticas de Washington hacia el continente y el mundo. Ha servido de refugio para connotados malversadores y corruptos de ayer y de hoy, de distintas partes de mundo, que viven allí con total impunidad, incluso protegidos.
Aviones y yates repletos de dinero robado a las arcas de la nación llegaron a Miami procedentes de Cuba desde la madrugada del 1ro de enero de 1959 en manos de politiqueros y esbirros de la tiranía; le había precedido la entrada de drogas en aviones militares y civiles cubanos que despegaban del aeropuerto de Columbia en La Habana con droga o dinero del narcotráfico propiedad de pandillas cercanas al dictador Fulgencio Batista y las mafias norteamericanas y europeas que operaban libremente bajo su protección y complicidad.
Después se ha lavado dinero del bandidismo, de la invasión, del sabotaje, del terrorismo, de la guerra biológica, del mercenarismo, del flotipandillismo (provocaciones desde el mar), del tráfico de personas, del robo de cerebros y talentos, en fin del negocio de la guerra contra Cuba, del intento de genocidio de su pueblo por estrangulación económica; de las sangrientas dictaduras latinoamericanas hijas de la Operación Cóndor; de los denominados conflictos de baja intensidad, de las intervenciones preventivas; de los golpes de Estado; de la encrucijada no convencional contra la Revolución Bolivariana y las amenazas bélicas.
Mucho se habla de los “paraísos fiscales” en el mundo, que entre otras cosas se emplean para lavar dinero de ilícitos. EE.UU., que ha sido el destino principal de todas las rutas, por lo general no se menciona, pero en esa nación hay unos 17 estados, en cuyos bancos operan tales paraísos. En Florida, Miami es quizás el mejor ejemplo.
Desde los años 80 le dio la vuelta al mundo la serie televisiva “Corrupción en Miami”, que luego se llevó al cine, y en agosto pasado comenzó a filtrarse la realización de una nueva temporada para el 2018-2019. Los hechos reales que estallan en la ciudad superan los de ficción para alimentar guiones y Hollywood -como la prensa- vuelve su mirada al sur de la Florida.

Francisco Arias Fernández

El horrible M. Trump… fase suprema del neoliberalismo más mortífero

Trump no es cualquiera y nuestros gobernantes dan muestras de una gran irresponsabilidad cuando fingen no darse cuenta de la enormidad de la terrible e inmediata amenaza contra la humanidad y el planeta representada por este hombre y sus amigos. Ciertamente, se trata de alguien monstruosamente inculto, primitivo, vulgar, racista y brutal. Seguramente, Trump es un desequilibrado totalmente incapaz de controlar sus reacciones. ¡Y sin ninguna duda, puede, en cualquier momento, verdaderamente, cargárselo todo!
Todo esto es verdad. Sin embargo, eso no puede explicar la pesadilla que aparece ante nuestros ojos. Primero de todo, ¿Cómo es que tal monstruo humano ha conseguido elevarse hasta la cima de la superpotencia mundial? ¿Cómo es que continúa gobernando la “mayor democracia del mundo libre”? Y cómo es que está creando escuela, ya que vemos multiplicarse peligrosamente a sus clones, los “racistas locos” como él y otros “incultos” infames y “brutos de extrema derecha” que han podido ponerse a la cabeza de países pequeños y grandes, al este, al oeste, al norte y al sur de este mundo acorralado.
La más elocuente de las respuestas a todos estos interrogantes (ampliamente existenciales) nos la dan nuestros buenos gobernantes “demócratas” cuando fingen no ver ni oír nada, prefiriendo hablar de otra cosa, cuando no halagan servilmente a Trump, como ese joven primer ministro griego de izquierda (¡radical!), arrepentido en tiempo récord. Actuando así, por otra parte, no hacen otra cosa que seguir el ejemplo de sus ancestros políticos de los años 30, los cuales, confrontados a un tal canciller Hitler y sus acólitos, ¡consiguieron la proeza de reconocer algunos aspectos muy positivos de sus políticas! Las analogías entre esta época –decididamente no tan lejana- con la presente son asombrosas. En efecto, siguiendo el ejemplo del célebre establishment del Partido Demócrata (que coincide en gran medida con el establishment de los EEUU), casi todos los “demócratas” que nos gobiernan están actualmente haciendo lo mismo descubriendo… los lados “positivos” de las políticas económicas de Trump. Así que no es sorprendente que, como escribíamos hace ya algunos meses, la repulsión manifiesta que les provocan los malos modos de este bruto vulgar, inculto y desequilibrado que es Trump se difumina ante los fabulosos “regalos” que les ha hecho este mismo ocupante sexista y racista de la Casa Blanca.
Así que nos encontramos ante lo que parece ser el más irresistible de los argumentos de Trump, los 1.500 millones (!) de bajada de impuestos al famoso 1% de los que ya son millonarios. Un “regalo” indignantemente colosal y sin precedente histórico, hecho posible evidentemente por los recortes, igualmente sin precedente histórico, a los servicios públicos y otras ayudas elementales del Estado norteamericano a sus ciudadanos. Recortes más que drásticos pagados “naturalmente” muy caros por las decenas de millones de compatriotas que Trump condena no sólo a una miseria absoluta (cuando los pobres son ya 41 millones) sino también a una muerte anunciada, ya que ¡les ha privado de toda cobertura sanitaria!
He aquí pues la razón más profunda que permite a este horrible M. Trump inculto, brutal y peligroso racista mantenerse a la cabeza de la superpotencia, ¡incluso si su presencia en la Casa Blanca representa, según la opinión compartida, una amenaza directa contra la paz y la humanidad! Porque lo que todos nuestros gobernantes reconocen, incluso refunfuñando y con algunas reservas, es que ¡está llevando a cabo con una firmeza y una perseverancia sin par, las más extrema e inhumana de las guerras de clase jamás vista en tiempos de paz! Y evidentemente, no es casualidad que, inspirados por su ejemplo, unos tras otros nuestros gobernantes tan demócratas tratan de hacer lo mismo, carcomiendo o incluso demoliendo lo poco que queda del Estado protector que nuestros antiguos pudieron pelear con su sudor y mucha de su sangre…
Afortunadamente, la historia no acaba aquí porque no puede terminar así. Si el sector más alerta y clarividente del establishment norteamericano parece ahora inquietarse -o incluso entrar en pánico- por las extravagancias de Trump, no es debido a sus estados de ánimo democráticos o humanistas, por otra parte inexistentes. Ante todo, es debido al miedo que les inspira la resistencia cada día más radical de una parte cada vez mayor de la sociedad norteamericana contra la guerra emprendida contra ella por Trump y sus fieles. Y hay que reconocer que tienen razón en tener miedo e inquietarse, porque después de un año, han visto al tradicional sistema político americano entrar en la mayor crisis de su historia. Y aún peor, ¡han visto la amenaza de su desmoronamiento combinarse con una oposición popular galopante tanto al bipartidismo tradicional como a sus mismos fundamentos capitalistas! La prueba está en que -hecho único y sin precedentes en la historia de EEUU- decenas de sondeos y otras encuestas exhaustivas coinciden en constatar que la flor y nata de la población del país, los “Millennials” que integran las franjas de edad de 18 a 35 ó 36 años, ¡rechazan el capitalismo y se declaran en favor de un “socialismo” cuya primera prioridad debería ser el “reparto más justo de la riqueza”! Y es un muy mal augurio para esta gran burguesía inquieta y sus hombres de paja políticos y mediáticos que estos “Millennials” parezcan querer pasar a la acción para realizar, incluso confusamente, sus elecciones existenciales y otras que se resumen en la creación de una sociedad, pero también una vida, diametralmente opuesta a la actual…
El año pasado ha visto a Trump y a su base social persistir en sus elecciones bárbaras que les hacen cada vez más agresivos dentro y fuera de EEUU. Pero también ha visto que sobre las ruinas del tradicional sistema político que está muriendo prospera una polarización social y política sin precedentes, que empuja al desarrollo y a la radicalización impetuosa de una gran variedad de movimientos sociales progresistas, a menudo de masas, que -desgraciadamente- no han podido coordinarse entre ellos, lo que no les ha permitido aún pasar a la gran ofensiva final.
Así es como van los desarrollos cataclísmicos norteamericanos que aceleran la historia y determinan como jamás antes la suerte de la humanidad. Los meses, los días o incluso las horas son a partir de ahora más críticos que nunca desde el fin de la última guerra mundial y una vez llegados a este punto donde nos encontramos ahora, todo es posible, tanto lo mejor como lo peor. No obstante, nuestro propio avenir se perfilaría más favorable si la izquierda europea, en todos sus componentes y sensibilidades, no se limitara a desinteresarse tan escandalosamente de los acontecimientos norteamericanos, dándoles la espalda y rechazando colaborar e incluso apoyar activamente a las vanguardias de las resistencias políticas y sociales mundiales que se sitúan actualmente no en el exterior, sino más bien en el interior de los Estados Unidos de América. Es decir, ¡donde se va a jugar o se juega ya la suerte de todos nosotros!

Yorgos Mitralias

Nota

Dada la ausencia de las informaciones más elementales sobre lo que pasa en la sociedad de EEUU, intentamos desde hace dos años cubrir un poco ese vacío con los dos facebooks “americanos” (el “griego” y el “europeo”) que mantenemos y que tienen como principal ambición ayudar al lector a formar su propia opinión sobre el presente y el futuro de este gran país. ¿Cómo? Ofreciendo la imagen más fiel posible de los desarrollos en la cima pero sobre todo en la base de la sociedad norteamericana, gracias a los miles de textos, imágenes y vídeos de todo tipo y de primera mano (evidentemente en inglés) publicados día tras día cada dos o tres horas. Juzguen ustedes mismos pinchando: https://www.facebook.com/

Traducción: Fátima Martín

La agonía del periodismo

En Los archivos del Pentágono, la última película de Spielberg, hay una escena que me emocionó en lo más hondo y que para mí resume la esencia del periodismo tal y como se entendía el oficio hasta hace unas décadas. Cuando los redactores han terminado de escribir la noticia que va a abrir la portada de mañana, cuando los jefazos han discutido hasta la saciedad si se lanzan o no la piscina, cuando los abogados han rastreado de arriba abajo la letra pequeña de la orden judicial en busca de subterfugios, mientras el linotipista calienta los dedos y los operarios esperan que se enciendan las rotativas, de repente el folio mecanografiado llega hasta la mesa del corrector de estilo. Entonces, el tipo se sienta, se cala el sombrero, saca el lápiz, tacha la primera palabra, añade un matiz a la primera frase, un giro a la segunda y poco a poco –la calma en mitad de la tormenta– va añadiendo en los márgenes supresiones, mejoras, alternativas.
Es casi medianoche pero no importan el tiempo, la urgencia de la primicia, la firma del reportero estrella: es el momento de la literatura. Y la literatura dicta la última palabra, el modo en que el periódico aparecerá ante los lectores, revestido de tinta, titulares y fotografías, traído hasta los kioscos en camionetas, atado en paquetes, prensado y pensado hasta la última palabra. En aquel entonces un periódico era un milagro diario, un ejercicio de escritura colectiva, un instrumento que podía zarandear un gobierno y derribar a un presidente. Katharine Graham, la editora jefe de The Washington Post, cita a su marido Phil Graham: “Las noticias son el primer borrador de la Historia”. Siguiendo la estela de The New York Times, y con ella al frente, los reporteros de The Washington Post demostraron que, en lo que concernía a la guerra de Vietnam, cuatro presidentes (Truman, Eisenhower, Kennedy, Johnson) no habían hecho más que mentir al pueblo. Tras vencer en la primera gran batalla contra la libertad de prensa, no temieron escarbar hasta el fondo del escándalo Watergate hasta lograr la dimisión de Nixon.
Hoy ese heroísmo ya no existe y no existe por muchas razones. Hoy las noticias se leen casi en el mismo instante que se producen y todo lo que hemos ganado en rapidez lo hemos perdido en reflexión, en eficacia, en repercusión y en profundidad de análisis. La sintaxis es una facultad del alma, dijo Valéry. Por eso, la sintaxis apresurada y descuidada, las novedades que se suceden a velocidad de vértigo, los reporteros mal pagados, los becarios sin sueldo, la ausencia de ese hombrecillo con sombrero y aliento a tabaco salpimentando el texto de acentos y comas, reflejan un estado de ánimo, una rendición, una literatura pobre y escuálida donde cualquier cosa se disfraza de noticia y las verdaderas noticias pasan desapercibidas. Hoy hay periódicos como The Huffington Post, que ni siquiera pagan a sus colaboradores. El volcado en crudo de docenas de miles de páginas procedentes de WikiLeaks, sin la paciente labor de orden y filtrado previos, significa el final de una era. La compra de The Washington Post en 2013 por parte del millonario Jeff Bezos, el dueño de Amazon, marca el momento en que la prensa escrita deja de albergar anuncios para transformarse ella misma en anuncio, en marca, en tendencia, en moda.
Thomas Jefferson dijo que si le obligaban a elegir entre un Gobierno sin Prensa y una Prensa sin Gobierno, escogería la segunda opción, sin duda alguna. Hoy tenemos algo mucho peor, algo que el padre del liberalismo, Adam Smith, anunciara como la peor plaga que podía caerle encima a la Humanidad: un gobierno de tenderos. No hay mucho que un corrector de estilo pueda hacer ahí.

David Torres
Público

EE.UU. financia unidades del ejército afgano que han cometido graves violaciones de derechos humanos



Oficiales de seguridad afganas marchan durante su ceremonia de graduación celebrada en Herat (Afganistán)

Estados Unidos ha utilizado un vacío legal para saltarse la ley que le prohíbe financiar a fuerzas de seguridad extranjeras responsables de graves violaciones de derechos humanos. “El secretario de Defensa ha utilizado la 'cláusula derogatoria' para seguir financiando algunas de las unidades implicadas”, señala el informe recién desclasificado de una agencia gubernamental.

El capitán de las fuerzas especiales estadounidenses Dan Quinn pegó una paliza al comandante de la policía afgana Abdul Rahman por encadenar a la cama a un niño de 14 años y abusar de él física y sexualmente. Hoy Estados Unidos está investigando este caso –destapado por primera vez en 2015 en un artículo de The New York Times– porque, según las leyes estadounidenses, Washington no puede financiar unidades de fuerzas armadas extranjeras que son responsables de graves violaciones de derechos humanos. Y el caso de Rahman no es una excepción.
Aquella paliza le costó a Quinn su puesto como capitán de una unidad militar en Afganistán. El artículo de The New York Times describía el acoso sexual a menores como “rampante” entre “comandantes armados” y afirmaba que Estados Unidos había ordenado a sus soldados ignorar estos casos de acoso sexual a menores por tratarse de una costumbre arraigada, conocida como Bacha Bazi.
Estas acusaciones desencadenaron una crisis política y el Congreso ordenó una investigación independiente sobre los abusos y el cumplimiento de las conocidas como leyes Leahy, que prohíben la asistencia y financiación a unidades de las fuerzas de seguridad de un país extranjero si existe “información creíble” de que la unidad ha cometido “graves violaciones de derechos humanos”.
A pesar de que el resultado de esa investigación, elaborada por la agencia del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR, por sus siglas en inglés), no ha podido demostrar que los soldados recibiesen órdenes de ignorar graves violaciones de derechos humanos, sostiene que la cúpula del Departamento de Defensa utilizó sus poderes excepcionales para seguir financiando unidades afganas a pesar de haber cometido estos delitos.
“Aunque el Departamento de Defensa y el Departamento de Estado han confirmado que algunas unidades de las fuerzas de seguridad afganas han cometido graves violaciones de derechos humanos, el secretario de Defensa ha utilizado la 'cláusula derogatoria' de la Ley de Apropiaciones del Departamento de Defensa para seguir financiando algunas de las unidades implicadas”, señala el informe de SIGAR –agencia del Gobierno creada en 2008 para supervisar el gasto de Estados Unidos en Afganistán–.
“El Congreso podría considerar prohibir al Departamento de Defensa aplicar la 'cláusula derogatoria' si concluye que su aplicación para seguir asistiendo a miembros de las fuerzas de seguridad afganas sobre los que existe información creíble de graves violaciones de derechos humanos es contradictoria al propósito de la Ley Leahy”, añade el informe.
El polémico informe, elaborado en junio de 2017, fue considerado “secreto” y “no accesible para nacionales extranjeros”. Además, se recomendó su clasificación como secreto hasta junio de 2042 (25 años después de su elaboración). Sin embargo, tras las peticiones de SIGAR, el documento fue finalmente desclasificado la semana pasada, aunque mantiene cierta información oculta.
“A pesar de que la preocupación por la seguridad de las fuerzas estadounidenses y la posible pérdida de apoyo de las fuerzas de seguridad afganas es comprensible, la asistencia continua del Departamento de Defensa a unidades sobre las que hay información creíble de graves violaciones de derechos humanos socava los esfuerzos estadounidenses por transmitir al Gobierno afgano la importancia del respeto por los derechos humanos y el Estado de derecho”, insiste el documento.
El proceso para aprovechar el vacío legal sobre las leyes Leahy es el siguiente: Una vez que el Foro Leahy (comisión conjunta del Departamento de Estado y del Departamento de Defensa) determina que existe información creíble sobre la violación, el Pentágono pregunta a la misión militar en Afganistán si la financiación debe continuar. Si el comandante de la misión cree que la financiación es necesaria, este realiza una solicitud formal a Defensa para aplicar la cláusula, que debe ir acompañada de una justificación y de los efectos que tendría cancelar la financiación.

Costumbre o violación

“El Departamento de Defensa y el Departamento de Estado empezaron a trabajar para abordar este problema únicamente cuando fue planteado por The New York Times”, ha criticado el director de SIGAR, John Sopko.
A fecha de agosto de 2016, el Foro Leahy estaba investigando solo 75 incidentes de graves violaciones de derechos humanos –7 de ellos relacionados con abuso sexual de menores–. El informe señala que esta no es la cifra total y que el alcance de estas violaciones “puede que nunca se sepa”. Sigar explica que esto se produce, en parte, porque el personal estadounidense no tiene unas directrices claras sobre cómo actuar en este tipo de circunstancias.
“Por ejemplo, dos de los tres soldados que informaron haber visto o escuchado directamente lo que ellos creían que eran pruebas de abuso sexual a menores sostienen que no recibieron formación sobre cómo responder al abuso sexual de menores por parte de las fuerzas de seguridad afganas”, añade el documento desclasificado.
El Entrenamiento operativo cultural del Ejército para Afganistán es de los pocos documentos en que se menciona el problema del abuso sexual, aunque no juzga la práctica y, a diferencia de otras partes de la formación, tampoco da directrices sobre cómo actuar. “Como resultado, puede que el personal no haya entendido claramente que el Departamento de Defensa espera que se denuncie el abuso sexual a menores”, subraya el informe SIGAR.
El manual mencionado sostiene: “La homosexualidad está estrictamente prohibida bajo las costumbres tribales. Sin embargo, la homosexualidad existe en Afganistán y no es raro que los hombres participen en actos sexuales con otros jóvenes y menores. Desde el punto de vista occidental esto se considera tanto homosexualidad como pedofilia, pero no es el caso en Afganistán. Incluso hay casos en los que los hombres tienen relaciones sexuales con jóvenes y con niños en público”.
Desde 2002, Estados Unidos ha financiado con 71.200 millones de dólares unas fuerzas de seguridad afganas que a día de hoy solo controlan la mitad del territorio y de las que quizá nunca se sepa cuántas unidades han cometido graves violaciones de derechos humanos.

Javier Biosca Azcoiti
The Guardian / El Diario (España)

martes, enero 30, 2018

Turquía ataca el cantón kurdo de Afrin



El despliegue militar ordenado por el gobierno de Turquía sobre la frontera con Siria, demuestra que la guerra en Medio Oriente se encuentra lejos de haber terminado tras la caída de Estado Islámico. La lucha entre las potencias internacionales y regionales se ha intensificado. Solo la acción unitaria de los explotados del Medio Oriente pondrá un freno a la profileración de la barbarie.

El régimen de Turquía ha iniciado una invasión al territorio de Afrin acompañada de terribles bombardeos. Se trata de una acción largamente anunciada, que habría sido precipitada por la decisión de Estados Unidos de armar una milicia de 30 mil hombres, principalmente kurdos, en el noreste de Siria, en la frontera con Turquía. La necesidad de seguir combatiendo al Estado Islámico ha sido el pretexto para una acción que busca reposicionar al gobierno de Trump en la determinación del futuro político de Siria, sin la presencia del gobierno de Bashar al-Assad. Esta intención explica que Rusia, que controla el espacio aéreo de Siria, haya autorizado la invasión de parte de Turquía, incluso si Bashar al-Assad ve una presencia militar turca en la frontera norte de Siria como una amenaza a su propio régimen. El conflicto entre dos miembros de la Otan – Turquía y Estados Unidos -, cuyos aviones operan sobre Siria desde la misma base de Incirlik, es objeto de negociaciones entre Erdogan y Trump, quien ha autorizado la ocupación turca de Afrin, si la invasión no se extiende hacia el este y el sur de la frontera, donde se encuentran las principales poblaciones kurdas. Como ocurriera con el norte de Irak hace unos meses, los yanquis le sueltan la mano a los kurdos, en función de sus propios intereses y de maniobras diplomáticas. El secretario de Defensa estadounidense, Jim 'Mad Dog' Mattis, declaró: “Turquía es un aliado de la OTAN, es el único aliado de la OTAN con una insurgencia activa dentro de sus fronteras (referencia a la insurgencia kurda) y Turquía tiene preocupaciones de seguridad legítimas”.
Turquía justifica la invasión para poner fin a la amenaza que representa el YPG, el ejército kurdo que colabora con EEUU y la CIA, que es una extensión del PKK, el partido que combate a Erdogan en la propia Turquía. El oportunismo de Erdogan queda en evidencia apenas se tiene en cuenta que, hasta 2016, financió al EI en Siria, para acabar con Bashar al-Assad, e hizo lo mismo con el Ejército Sirio Libre, que sigue combatiendo al gobierno sirio en ciudades al suroeste del país. Erdogan pretende convertirse en parte activa del reparto político de Siria, lo mismo que hace Israel, al sur, que ha cooptado a milicias regionales para extender una zona de protección de su frontera norte, el Golan, en otros treinta kilómetros.
El propósito de Erdogan de ocupar un corredor de frontera hasta el borde con Irak, enfrenta a Turquía, potencialmente, con Rusia y con Estados Unidos, por razones diferentes. Las tensiones entre el gobierno de Erdogan y Washington llegaron a su punto máximo en julio de 2016, cuando EEUU y la Unión Europea promovieron un fallido golpe de estado contra Erdogan. Tal situación dejó planteada la perspectiva de un Turxit, o sea la posibilidad de una salida de Turquía de la OTAN. Turquía cuenta con el segundo ejército más numeroso de la OTAN y la sede de la base militar en Incirlik. ¡Desde la base militar de Incirlik, salen los aviones yanquis que abastecen a las YPG kurdas y los aviones turcos que los bombardean!
En este nuevo escenario Erdogan se vio obligado a operar un viraje: le soltó la mano a Estado Islámico y pactó una tregua con Rusia y el régimen de Bashar al- Ásad, para poder enfrentar las presiones norteamericanas.
Aunque EEUU pactó con Turquía entregar Afrin en la entrada noroeste de Siria, el operativo “Ramo de Olivo” es crear una “zona segura” bajo control militar turco a lo largo de toda la frontera con Siria, para lo cual sería necesario “aniquilar”, según las palabras del propio Erdogan, todo el corredor bajo control kurdo que se extiende desde Afrin hasta Kobane: la “Federación democrática del norte de Siria”, también conocida como Rojava. Este enclave kurdo cuenta con estructuras políticas, militares y administrativas propias (aunque dependientes de la ayuda norteamericana); la incursión turca y su desplazamiento hasta la frontera con Irak, implicaría un nuevo baño de sangre para los kurdos y sería detonante de nuevos choques entre las potencias intervinientes. Un choque entre Turquía y Estados Unidos más que un “Turxit” sería una implosión de la OTAN y abriría una nueva etapa en la crisis mundial.

El bonapartismo turco y el dilema Kurdo.

El asedio a los kurdos de Rojava tiene su correlato al interior de Turquía. Luego de la derrota del golpe de Estado, el gobierno de Erdogan profundizó su política represiva y estableció un régimen de estado de sitio –supresión de las garantías constitucionales, que ha llevado a la cárcel a cerca de cien mil opositores. Una represión semejante no ha puesto fin a la crisis política interna. La afirmación del poder personal de Erdogan no cosecha el respaldo suficiente. A su vez crece el movimiento huelguístico: en estos días, más de 130 mil trabajadores metalúrgicos se declararon en huelga indefinida contra la prohibición decretada por el gobierno. En el plano económico se acentúan la devaluación de la lira turca y la inflación. La guerra y los gastos militares deben acentuar la desvalorización de la divisa local.
En Turquía no es infrecuente la alianza de las fuerzas políticas kurdas y las del progresismo. Una acentuación de la crisis económica y política plantea una tendencia a la rebelión popular, que es menos infrecuente aún, como lo demostraron las movilizaciones gigantescas en Taksin, hace pocos años. La guerra y la crisis social deberán confluir en el desarrollo de un nuevo cuadro político, de unidad de las luchas sociales y nacionales. La salida a la opresión de los kurdos en Turquía y en el Kurdistán en su conjunto depende de una lucha de conjunto bajo la dirección del proletariado turco y kurdo unido en una política socialista.
El movimiento kurdo no logrará el cumplimiento de sus reivindicaciones nacionales de la mano del imperialismo yanqui ni de ninguna de las potencias ni regímenes reaccionarios, ni de la perspectiva de uno o varios cantones libres y autónomos. La crisis y la guerra plantean la unidad de los explotados de toda la región. Es necesaria la acción unitaria de los trabajadores de todo el Medio Oriente para expulsar al imperialismo y poner fin a la guerra

Jorge Altamira y Martín Sánchez

1906: la huelga de Cananea



Fue en Sonora, en la mina de cobre Cananea Consolidated Copper Company (CCCC), propiedad del estadounidense William C. Greene. Hace 110 años la clase obrera escribió un capítulo de su historia.

En esa lucha, parecida a la de los obreros textiles de Río Blanco y sus familias, de forma elemental la clase trabajadora empezó a entender que el trabajo tenía un mayor valor del que el patrón paga por él, y que las condiciones en las que laboraban debían ser otras, no tan salvajes. Los mineros de entonces comprendieron que debían luchar si querían conseguir un cambio.
También comprendieron que tenían que romper con la ingenuidad de pensar que, sólo ante su reclamo, el patrón comprendería y les otorgaría sus derechos.
Debieron ver con sus propios ojos su desprecio ante la seriedad de sus desesperadas peticiones, para comprender que debían reforzar la organización y tomar medidas más duras como la huelga, e incluso extenderla a las demás minas o textiles, según la lucha en cada empresa.

De las peticiones a la huelga

Aquel 1º de junio de 1906 comenzaron su justa lucha en la mina Cananea Consolidated Copper Company. Los mineros dejaban su vida en extenuantes jornadas de 14 y 16 horas diarias sin días de descanso.
Sus contratos incluían los abusos de autoridad de los empleados de privilegio, jefes y carceleros, con el inhumano maltrato que debían padecer de manos de esos lacayos estadounidenses del también estadounidense patrón.
Ese día los mineros habían decidido ir a pedirle las mejoras al patrón, pero con el correr de las horas y ante la rotunda negativa del Sr. Greene, se fueron sumando cada vez más y más almas con sus cartelones en alto que rezaban: “cinco pesos, ocho horas”. Para las 10 de la mañana era tal la rabia acumulada que la huelga estalló.
Tan pronto se paralizó la mina, el patrón espantado y temeroso llamó al jefe municipal, éste al gobernador de Sonora, y siguieron los llamados hasta el presidente Porfirio Díaz. El empresario y sus sirvientes al mando del país, estados y municipios, entendieron bien claro el mensaje, y con prisa comenzaron a prepararse, pero no para dar a los trabajadores lo que pedían. Decidieron ahogar la protesta.
Entre los mineros, algunos de sus líderes fueron militantes del Partido Liberal Mexicano, fundado entre otros por Ricardo Flores Magón, que desde hacía tiempo tenían claro su fin de acabar con el régimen dictatorial y asesino de Díaz, y entendían que debía despertar la clase obrera para librar la insurrección armada que los podría llevar a conquistar tal fin.
Eran los tiempos del porfiriato, cuando los empresarios extranjeros gozaban de grandes privilegios (como ahora). Porfirio Díaz venía persiguiendo hacía tiempo a los magonistas. Y las compañías de capital extranjero contaban con todo el apoyo armado dictatorial para salvaguardar a sangre y fuego sus intereses.

Se extiende la lucha

Desde la mina de cobre más importante de la región, se había comenzado a hacer circular un volante con nuestras peticiones en el resto de las minas. Los trabajadores de Cananea ya no estarían solos porque todas las minas del mismo patrón entraron esa mañana en huelga. Como reguero de pólvora se habían extendido nuestras demandas despertando en otros la misma conciencia.
Ya eran miles de mineros en lucha. Y aunque el estar unidos sin dudas los fortalecía y era una condición elemental para la lucha, veremos que no fue suficiente.
Unos 2,000 mineros decidieron marchar por las calles del pueblo expresando su reclamo y el repudio a la negativa del patrón. Sus esposas corrieron a las escuelas y sacaron a sus hijos a la calle formando un cortejo al paso de los mineros, al que se sumaban los demás pobladores en apoyo. Sus reclamos eran justos y ése era el reconocimiento.

La represión

En el recorrido de la pacífica protesta, al pasar a un costado de la tienda de raya, los hermanos Metcalfe, gerentes del odiado lugar –símbolo de la miseria con la que los sometían a alimentar a sus familias–, primero se burlaron arrojándoles agua para luego empuñar sus fusiles junto a los trabajadores estadounidenses, y desatar la balacera sobre los mineros que estaban desarmados.
Mataron a dos e hiriendo a muchos. El odio acumulado por los trabajadores en lucha respondió y los estadounidenses también tuvieron sus bajas.
La reaccionaria hueste que defendía al patrón persiguió a los mineros en lucha expulsándolos hacia la serranía. En el camino de la huida quemaron cinco depósitos de madera, un depósito de semillas, otro de forrajes y el edificio de la maderería donde aquellos laboraban.
Los empresarios de la región no podían permitir una sublevación, no podían dejar que sus intereses se vieran cuestionados, y entonces se unieron para acabar rápidamente con la amenaza, aleccionar al pueblo y a los obreros de las otras minas.
El entonces presidente de Estados Unidos, Theodor Roosevelt, estuvo al tanto. Desde el estado de Arizona enviaron a sus rangers a controlar la situación pisoteando la soberanía del país pues para los capitalistas no hay fronteras que detengan sus ganancias. El 2 de junio entraron armados a México para custodiar la tienda de raya y las instalaciones del capital estadounidense. Entonces los mineros en lucha fueron perseguidos, asesinados los que se resistieron, todo con el apoyo de la policía rural porfirista. El 3 se declaró ley marcial en Cananea y así terminaron por controlar la huelga encarcelando a los líderes mineros en la prisión política de San Juan de Ulúa, Veracruz.
El 6 de junio un silencio gris, con olor a rojo recorría las minas y la actividad volvió a la normalidad.
Ellos parecían haber triunfado, pero las contradicciones del régimen dictatorial porfirista ya eran profundas, expresaba la combinación entre formas capitalistas y pre-capitalistas en momentos de un inicial desarrollo industrial en América. Un movimiento obrero super explotado, un territorio expoliado por capitales extranjeros, un movimiento campesino en condiciones semiesclavas y enormes sectores esclavizados; condiciones que la burguesía terrateniente de la época y sus políticos mantenían bajo férreo control. Esta huelga minera fue así, uno de los antecedentes de la Revolución Mexicana.

Lecciones de ayer para las luchas de hoy

Con el paso del tiempo esos explotadores han cambiado de nombre, dando continuidad a la explotación para los mineros y trabajadores en el país. Sin embargo, los obreros cuentan con esta tradición de lucha y pueden demostrar su fuerza traducida en organización frente al azote de la patronal.
La historia de la huelga de Cananea se actualiza con los últimos acontecimientos de este año, después de la muerte de tres obreros que murieron aplastados en la zona de descarga de materiales, a inicios del pasado mes de mayo en la mina Buenavista del Cobre.
Los obreros de la mina denunciaron los salarios de hambre, así como las extenuantes jornadas laborales que mantiene la patronal con más de 12 horas. Pero esa tradición de lucha ha sido un valioso patrimonio para su clase, y después de una asamblea demostraron que con la organización pueden imponer sus demandas dejando abierta la posibilidad de poder avanzar aún más, en la tarea de ganar el conjunto de demandas y conquistas.
Así, la clase trabajadora puede echar mano de estas importantes lecciones históricas, para prepararse y estar en mejores condiciones frente al enemigo; los partidos que gobiernan al servicio de los empresarios, todos ellos viviendo del trabajo ajeno y el conjunto del sistema capitalistas que sólo ofrece hambre, barbarie y explotación.

Marcela Ríos

Fuego y furia: una crónica de la ambición y la disfuncionalidad en la corte de Donald Trump



El periodista Michael Wolff ahonda en la superficialidad del presidente que amamos odiar.

“Te amo, te odio, dame más”. Esa es la esquizofrenia que produjo la llegada de Donald Trump a la escena política mundial. Esquizofrenia a la que hoy debemos añadirle el morbo que genera la crónica de Michael Wolff sobre el extravío de la Casa Blanca.
Fire and Fury provoca interés porque supera en peripecias a Game of Thrones y hace que House of Cards parezca una de Disney. Sin embargo, la polémica surge cuando Wolff admite haber fundido observaciones, anécdotas, y declaraciones “en una versión de los acontecimientos” que él juzga “verdadera”.
The New Yorker, biblia de la intelligentsia progresista, lo defenestró por falsear datos e inventar fuentes, y el diario británico The Guardian categorizó su libro como “una obra de no-ficción”. Pero en este mundo de ‘creatividad contable’ y ‘hechos alternativos’, las travesuras de Wolff ya no horrorizan a nadie.
¿Puede el público fiarse de otros periodistas? No, tampoco. Steve Bannon –estratega de Trump, director del portal de ultraderecha Breibart y personaje clave en el libro— lo dice con todas las letras: “La información de los medios no son más que opiniones personales”.
Aun así, y gracias a un efectivo contrapunto de data y sarcasmo, Wolff logra sacar adelante un esperpento, mezcla de Maquiavelo y los Hermanos Cohen. Un coctel genial, si no fuera porque un estornudo en ese entorno volátil puede derivar en un colapso financiero o una guerra nuclear.
Pero el libro tiene una gran virtud: la descripción minuciosa de la pandilla de arribistas, parientes y cortesanos que ansían ganarse el favor del monarca. A lo cual debe sumarse el desfile de burócratas descartables que en todo momento deben transitar el desfiladero surgido entre las ventajas de vender el alma y la eterna ruina profesional. Y mientras tanto, con la poca ética que aún les queda, intentar controlar lo incontrolable.
Wolf retrata a Trump –ese placer culposo, ese paquete de galletitas que devoramos a escondidas— de forma gestáltica. O sea, por medio del elenco inestable que lo rodea:
Steve Bannon: monje negro de la ultraderecha (hoy caído en desgracia y borrado de la foto).
Kellyanne Conway: protectora de Trump en los medios y acuñadora de los ‘hechos alternativos’.
Reince Priebus: el enlace entre la Casa Blanca y un Partido Republicano que teme más al extremismo del presidente que al cuco del comunismo.
Ivanka Trump y Jared Kushner: la facción ‘moderada’ de la familia, asesorados por ‘progresistas’ como Henry Kissinger y los ejecutivos de Goldman Sachs.
James Comey: jefe del FBI y némesis de Trump por osar investigar sus sospechosas conexiones con los rusos.
Hope Hicks: ex modelo y jefa de comunicación estratégica del presidente.
El salón VIP: ministros de alta rotación, neonazis, magnates de los medios, millonarios y otros invitados especiales al derrumbe.
Fire and Fury –todo hay que decirlo— se lee como una novela de John Le Carré. El libro merece su traducción al español, porque es el diagnóstico de una fuerza peligrosa que se mueve por fuera de la lógica verdad-mentira.
La radiografía del típico fenómeno político que en apariencia no es ni esto ni lo otro, pero que en los hechos puede llegar a convertirse en casi cualquier cosa. Algo así como un tren bala que avanza por un mapa sin coordenadas o una línea que cruza un gráfico sin ejes.

Claudio Molinari Dassatti

Buscar la belleza

Esto no es noticia

Un asunto tan importante como la belleza jamás ocupa los “encabezados” a no ser que se trate de exhibir mujeres o hacer publicidad al concepto de “arte” secuestrado por algunos muesos o galerías mercantilizados. Contra eso, y desde sus entrañas, debe desarrollarse una producción simbólica, una revuelta de los signos, un ascenso semiótico, artístico, comunicacional, revolucionario definitivo, comprensible y comprensivo.
Es simplemente un error que un “reformismo de la belleza” cumpla con emblematizar a la Revolución estética que lucha por nacer, porque aun sus mejores triunfos -siempre perfectibles- están bajo acechanza. Mientras el Imperialismo genera muerte, destrucción, miseria y barbarie en los países coloniales y semi-coloniales; mientras pinta con desolación los imaginarios actuales, mientras hace lo indecible por secuestrar y fulminar al porvenir… mientras padecemos el gran embrollo de las mafias mercantiles trasnacionales. La producción de un movimiento estético genuino, desde las bases, no se logrará sólo con escarbar en los repertorios “folklóricos” para revivir lo que le “gusta al pueblo” y disfrazar de “popular” aquello que decide una élite. Las condiciones y los tiempos no lo toleran. No se madura una estética revolucionaria sólo por inventar fraseologías novedosas “lindas”, en audiovisuales, estaciones radiofónicas, realizaciones revisteriles o cibernéticas…
No nacerá la estética de la Revolución plagiándose la vieja estética de las oligarquías, su pasión dudosa por los “clásicos del arte”, ni sus adoraciones demagógicas por la “ilustración”. El surgimiento de un proyecto estético revolucionario no nacerá de la imitación de los costumbrismos, de los conservadurismos, de las burocracias ni de las sectas sino de sus contradicciones sociales de fondo. No será obra de los funcionarios ni de los empresarios. Es imposible revitalizar el mundo en que vivimos, es inútil aferrarse a él, es preciso atreverse a cambiarlo críticamente desde sus logros mejores y desde abajo. Si hay un movimiento estético naciente en las entrañas mismas del monstruo, lo hay porque hay proceso revolucionario y a él responde. No hay mejor motor hacia una producción estética radical (desde las raíces) que la propia revolución que germina desde adentro. Pero se trata de una producción en transición que refleja su dialéctica y sus urgencias.
La belleza de la Revolución no nace de los “mass media”, no sale de los discursos, no nace de los congresos ni de los simposios. Nace de las contradicciones que, por millares, van estallando desde el alma misma del sistema. Pero su nacimiento es una gestación y parto difícil y es necesaria una “mayéutica” que ponga atentos y obedientes a cuantos actores sean capaces de apoyar, proteger y construir la transición, el parto. Que nazca la belleza nueva no implica que viva, habrá que hacer miles de cosas para que tal belleza, “convulsiva” y transformadora, crezca, embarnezca y luzca plena para todos. Mayéutica lucha adentro, alma adentro, cerebro adentro con campesinos, estudiantes y obreros. Mayéutica con todos y en todos.
Esa estética de la Revolución humanista requiere medios de comunicación para hacer visible la Belleza Revolucionaria, que todos la vean y comparen lo que aportan, que todos la miren activamente, sus medios y modos, que se hagan visibles las herramientas y las relaciones sociales para producirla y que las luchas las extiendan y perfeccionen, que sean -esos medios- la revolución Bonita de Carne y hueso, que no la den por “terminada”, que no la den por institucionalizada, que no la den por “definitiva”. Que la hagan Revolución Permanente. Radiodifusoras, televisoras, periódicos, páginas web… revolucionarios y revolucionándose incluso, claro, en la estética también. La clave es insistir, insistir, evaluar y volver a probar con un programa consensuado e incisivo. La belleza misma.
La belleza nueva transformará, en su escala, el estado de cosas que la humanidad heredó. Transformará todo con una lucha semiótica contra los conceptos o significados que la han frenado. Tomará de ellos lo mejor y avanzará permanentemente. O será nada. Hay que capacitarse para dominar las técnicas y capacitarse para liberarnos de los esquemas ideológicos más pertinaces, clichés que repetimos inconscientemente, o casi. Educarnos para des-educarnos y re-educarnos. Educarnos para superar lo que nos enseñaron, educarnos para ser sensibles a nuestras sensibilidades nuevas. Educarnos para una estética que no conocemos, que nos impone desafíos nuevos. Entonces educarnos para superar lo que hemos sido y ser esta vez mejores… eso sería hermoso ¿No?
Una transformación en la belleza desde la médula misma de todas las contradicciones sociales, no es asunto sólo de artistas, galerías, políticas culturales o sabihondos del “buen gusto”. Poetas, pintores, músicos, teatristas, vídeoastas, intelectuales, bailarines… no son más dueños ni más cuentapropistas de la belleza. La estética revolucionaria en tanto que producción ha de ser tarea de todos los sectores que se dispongan a interrogarse inteligentemente, dispuestos a auto-transformarse crítica y dialécticamente. Una revolución estética que redefina lo hermoso por revolucionario no por cualquier otra razón. Eso no niega la “belleza” que hubo antes, sólo que la hace distinta y tan de todos que uno tiende a eclipsarse legítimamente subyugado bajo la hermosura de las cuentas claras, de las escuelas ganadas, de los enfermos atendidos y curados, del hambre desterrada, de la ternura disciplinada, los acuerdos, alianzas… amores solidarios contra toda alienación de los seres humanos con su trabajo, por todas partes.
Es la belleza de los consensos nuevos, en las elecciones ganadas por los pueblos, en los debates abiertos y con lealtad, en las tareas asumidas y en todo lo que está pendiente, incompleto. Es también el sudor en el trabajo creador, en los médicos y en los voluntarios, es todos esos que traen ganas de poner el pellejo para defender el corazón. La belleza nueva de una Estética militante, y magnética, para la reclasificación programada y espontánea de las cosas según un orden más profundo y más preciso e imposible de dilucidar mediante la razón de la miseria. Belleza como una categoría social que expresa cierto grado de desarrollo del sentido del gusto, de la armonía y del papel de la estética en el conjunto de las relaciones humanas. Contra la esclerosis mercantilista que se empeña en fabricar estereotipos y palabrería banal para excluir de su mundo “hermoso” a todos aquellos que no entran el las tallas, modas y el merchandising estándar de la “belleza” de mercado. La “belleza” nueva crece y derrota al horror conceptual y fáctico labrado por ideologías hegemónicas frecuentemente horribles, por su apariencia y sus trasfondos, para danos el placer enorme de liberar todos los caudales expresivos de la humanidad hoy encerrados entre estereotipos de clase. “La ética sea la estética del futuro”.

Fernando Buen Abad Domínguez

UE-Mercosur: Otro macro(n)fracaso de Macri

La firma del tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea sumó un nuevo revés ante la posición de Francia de continuar protegiendo al sector ganadero de ese país, pese al desmedido afán de los gobiernos de Argentina y Brasil, encabezados por Mauricio Macri y el golpista Michel Temer.
La decisión de ambos gobiernos de bajar banderas, que despertara a fin de año temor y desconfianza entre los empresarios, trabajadores e industriales conosureños, no fue suficiente para traspasar los obstáculos que impone un importante lobby empresario europeo y los líderes de la Comisión Europea, un organismo supranacional que tomó carácter propio.
Macri fue a buscar en Francia un gesto que no consiguió. El presidente de Francia, Emmanuel Macron se manifestó públicamente en favor de continuar protegiendo al sector ganadero de su país. El próximo martes hay una nueva reunión por el acuerdo en Bruselas.
En Europa los industriales a favor del acuerdo, discuten contra el lobby agrícola que frena el acercamiento. Macri fue a buscar a Francia un gesto que no consiguió. El próximo martes hay una nueva reunión por el acuerdo en Bruselas.
Los gobiernos conosureños, en especial Argentina y Brasil, desde fines del año pasado tratan de anunciar con bombos y platillos el acuerdo que ya lleva dos décadas negociándose. Pero Macron le dio un nuevo parate al anuncio. Macri intentó superar con él las diferencias en relación a dos temas comerciales emblemáticos (carne y biocombustibles) ante el ostracismo europeo de ofrecer una mayor apertura para las exportaciones mercosureñas.
De la filtración de 19 textos de las negociaciones confidenciales de la UE y los gobiernos del Mercosur (de las que dio cuenta el economista Jorge Marchini), dos asumen temas que no habían sido puestos en el conocimiento público: los capítulos de los entendimientos alcanzados -o en debate pendiente- que se han venido elaborando en forma secreta, incluyendo los relacionados con servicios , inversión y comercio electrónico que pueden restringir y/o distorsionar en una medida inédita la capacidad de regulación económica y financiera de los países mercosureños.
Entre las filtraciones puestas al descubierto llama en particular el capítulo relacionado con la solución de diferencias, ya que pone en evidencia cómo podrían ser forzados los países del Mercosur a ceder soberanía jurídica y aceptar exigencias aún mayores que las definidas por Europa en otros TLCS con países periféricos.
La UE podría demandar a los gobiernos del Mercosur en un tribunal internacional por no cumplir con el TLC y si el país mercosureño perdiera, la UE podría elevar los aranceles de importación para los productos del Mercosur hasta que estos cambiaran normas, políticas y acciones de forma de cumplir con los fallos.
Las filtraciones demuestran que no solo la UE ha profundizado sus demandas exigiendo una mayor liberalización para la participación de las empresas europeas en las compras públicas de los países del Mercosur, inhibiendo una herramienta tradicional elemental para la promoción de nuevas industrias y servicios de economías con menor grado de desarrollo
Asimismo, sumó la exigencia de mayor flexibilización y menor control en las normas de origen, lo cual permitiría dar mayor penetración , por ejemplo, a las muy conocidas marcas europeas de prendas de vestir y diseño, para poder generar la mayor parte del valor de su producción en países con bajos costos para ser presentados , etiquetados y contar las ventajas de liberalización “europea” para su penetración en los mercados sureños.
Impuso, además, sus demandas de una mucho mayor protección de la propiedad intelectual para extender y profundizar privilegios monopólicos, lo que llevaría a un aumento sustancial de precios de medicamentos, restringiendo el desarrollo de la industria farmacéutica local de genéricos y limitando aún más el acceso a la salud a ellos.
Un análisis del diario argentino Página12 señala que los sectores manufactureros argentinos que mayor impacto podrían recibir son el automotor, maquinaria y bienes de capital y el químico, aunque las cámaras representativas de casi todos los industriales han manifestado públicamente sus reparos con el acuerdo. En Brasil también se esperan consecuencias industriales negativas. Su manufactura tiene más potencial exportador aunque también se perjudicaría si Argentina, su principal cliente en el capítulo industrial, accede a los productos europeos sin aranceles.
Uruguay y Paraguay tienen un sector industrial mínimo, con lo cual el impacto negativo es casi nulo. De hecho, Uruguay llegó a plantear la firma un acuerdo de libre comercio con China. Europa podría perder mercado en manos sudamericanas en determinados sectores agrícolas, como en carnes, etanol, vinos, lácteos y cereales.
Más allá de la mayor productividad del Mercosur en algunos de estos sectores y de la posibilidad de la baja de aranceles en Europa, hay relativo consenso alrededor de la idea de que los subsidios europeos no van a mermar y por lo tanto el acceso a ese mercado, incluso con la firma del acuerdo, no se allanará. Esa cerrazón europea la vivieron en carne propia Australia y Nueva Zelanda, que también trataron de negociar un relajamiento de las normas proteccionistas pero no lo lograron a causa del fuerte lobby agrícola, señala Página 12.
El analista Eduardo Febbro indica –desde París- que el mundo sin fronteras ni regulaciones pegajosas que constituye la tabla de la ley de los liberales del mundo tiene muros muy sólidos. Mauricio Macri no los pudo atravesar, pese a haber hecho los deberes que Occidente exige de todo candidato que quiera atraer a los nuevos colonialistas, es decir, los inversores.
El acuerdo comercial chocó con las “líneas rojas” que planteó el presidente francés. Incondicional de un mundo circulante y enemigo de cualquier aislamiento, Macron no despejó las trabas que desde hace décadas bloquean la firma del pacto entre los dos bloques. Las expectativas de arrancar un gesto de Macron para liberar el acuerdo eran más que escasas luego de que, la víspera, durante un encuentro con agricultores franceses en el centro de Francia, Macron les dijera que le presentaría a Mauricio Macri “líneas rojas que Francia no desea sobrepasar”. Y así fue.
Si bien España y Alemania han variado su postura, Francia lidera el grupo de tres países más hostiles a los avances con el Mercosur: los otros son Polonia e Irlanda. Hay varios puntos en discordia, empezando por el etanol. La UE impone un límite de 600 mil toneladas de etanol. La oferta es inaceptable para el bloque sudamericano. Las patentes y el sector bovino son otras de las líneas rojas. El Mercosur reclama mucho más espacios para la exportación. La oferta del sur es demasiado frondosa según los europeos. Estos temas ya impidieron que el pacto se firmara en 2017 en la Argentina durante la conferencia de la Organización Mundial de Comercio.
Esta semana se iniciará otro ciclo de negociaciones en Bruselas. Sin embargo, la decepción parisina fue considerable. Las posiciones son, por ahora, inconciliables: Francia pide demasiado para respetar sus líneas rojas y les deja a los miembros del Mercosur, en particular a la Argentina y Brasil, la responsabilidad de ceder. París miró ya con muy malos ojos las concesiones que hizo la Comisión Europea en lo que atañe al etanol y la carne a cambio de una mayor apertura para su sector automotriz.

Rodolfo Koé Gutiérrez, periodista económico argentino, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, ww.estrategia.la)

lunes, enero 29, 2018

Victoria Ocampo: una irreverente de la literatura



Ramona Victoria Rufina Ocampo nace en el seno de una familia aristocrática en la ciudad de Buenos Aires un 7 de abril de 1890 en una vieja casona de San Martín y Viamonte. Hermana mayor entre otras seis mujeres durante su infancia Victoria es educada en forma privada por institutrices y aprendió francés como primer idioma, para luego continuar con el inglés y el español.

La familia Ocampo regresa al país luego de recorrer París, Londres, Ginebra y Roma hasta asentarse nuevamente en Buenos Aires, en la famosa casona de Béccar, Villa Ocampo, donde Victoria a corta edad comienza a verse atraída por la literatura: Julio Verne, Charles Dickens, Daniel Defoe, Edgar Allan Poe componen su lista de favoritos. Ya adolescente, en 1908 la familia se traslada nuevamente a Europa, donde se forma en La Sorbona y el College de France.
Con escasos veintitrés años, se casa con Luis Bernardo de Estrada, matrimonio breve que terminaría con un “hombre tiránico, convencional y devorado por el amor propio", según sus propias palabras. Así entonces comienza una relación con Julián Martínez, primo de Estrada, a quien conoce en Roma durante un viaje mientras aún continuaba casada; esta y sus posteriores relaciones dan cuenta de su posición frente a las mismas y su audaz actitud para los tiempos que corrían. Aquella relación conflictiva con su primer marido puede leerse en la novela Xamaica, de Ricardo Güiraldes, cuyo personaje protagónico está inspirado en la propia Ocampo. La realidad que la atravesaba por entonces no sucumbía ante la pasividad y aquello que le impidiera su libertad: su negativa frente un matrimonio convencional y su renuncia a la maternidad por mandato dejaban entrever el carácter determinante de una “adelantada” para su época.
Ella solo hablaría de su relación con Julián Martínez en un capítulo de la novela La rama de Salzburgo: “El pasado de J., dormido en él, vivía en mí de manera aguda. Este intercambio de carga del pasado es fatal entre amantes que padecen de amor. Nos habíamos encontrado a alturas muy distintas de nuestras vidas, con una experiencia sin relación una con otra, ni equilibrio.”

Inicios literarios y fundación de Revista Sur

Su primera nota la editó para el diario La Nación, titulada Babel, donde escribió sobre las desigualdades entre seres humanos y realizó un comentario del Canto XV del Purgatorio. En 1924, Ortega y Gasset le publicó su primer libro, De Francesca a Beatrice. La intelectual, ensayista, traductora y editora publicó diversos libros como La laguna de los nenúfares, diez tomos de Testimonios y Tagore en las barrancas de San Isidro. Hasta 1930 todas sus notas eran escritas en francés para luego ser traducidas.
Con el tiempo, Victoria Ocampo se relacionó con grandes personalidades del mundo intelectual, tanto nacionales como internacionales. El contacto con aquellas y su deseo de transgredir lo establecido hasta el momento la llevaron a buscar una manera de hacer visible sus ideas: fundó la revista Sur en 1931 y la Editorial Sur en 1933, con ayuda de José Ortega y Gasset, Waldo Frank y Eduardo Mallea, donde encontró satisfecho su deseo. A través de estos espacios promovió a escritores de todas las latitudes. El novelista norteamericano Frank fue quien la impulsó a llevar adelante el proyecto de la publicación, que fuera para ella un legendario puente entre diversas culturas: construir un lazo cultural entre continentes, entre “las dos Américas”, como lo decían por entonces. Al ser publicada en Europa y Latinoamérica, Sur buscaba promocionar la literatura argentina y latinoamericana, por extensión, y atraer a aquellos personajes que tanto interesaban a su fundadora, como el de Virginia Woolf con quien luego llegaría a forjar una gran amistad.
Frank sugirió que la revista a fundar tratara las inquietudes y problemas de la literatura del momento. El 1 de enero de 1931, apareció el primer número, el que se agotó rápidamente con una tirada de cuatro mil ejemplares y fue vendida también en París y Madrid. Entre los colaboradores de la primera etapa de Sur encontramos, en sus diversos consejos, a Ernest Ansermet, Drieu La Rochelle, Leo Ferrero, Waldo Frank, Pedro Henríquez Ureña, Alfonso Reyes, Jules Superville, José Ortega y Gasset, Jorge Luis Borges, Eduardo J. Bullrich, Oliverio Girondo –que renunciaría al poco tiempo-, Alfredo González Garaño, Eduardo Mallea, María Rosa Oliver y Guillermo De Torre. A lo largo de los años de la revista, estos comités fueron mutando y se incorporaron Ernesto Sábato y Adolfo Bioy Casares. Tras la flecha apuntando hacia abajo, como portada, se encontraban diversos artículos de debate y discusiones ideológicas, filosóficas y políticas.
Sur significó una oportunidad de consolidación literaria para jóvenes escritores: Julio Cortázar escribió que «... nos ayudó a los estudiantes que en la década de 1930 al 1940 tentábamos un camino, titubeando entre tantos errores, tantas abyectas facilidades y mentiras», para Octavio Paz, «Sur no es solo un revista o una institución: es una tradición del espíritu... [Victoria] ha hecho lo que nadie antes había hecho en América».
Frente a los problemas para financiar su salida y otras polémicas, Ocampo escribió: “Lleva publicados más de doscientos números y me ha creado más de doscientos problemas. Muchos más dolores de cabeza. No sé si me sobrevivirá”.

Fundación de la UMA (Unión de Mujeres Argentinas)

Seguramente el de activista por los derechos de las mujeres es el perfil más ignorado de Victoria Ocampo. Siempre se resaltaba su calidad de escritora como su influencia en aquella época, siendo la primera mujer “de letras”, consagrada como tal por la Academia Argentina de Letras en 1977. En 1936 fundó, junto a María Rosa Oliver y Susana Larguía, la Unión de Mujeres Argentinas, una organización de mujeres que se creó para defender sus derechos civiles. Como dirigente de la misma, Ocampo siguió consciente de que la liberación de las mujeres era a la vez una necesidad y una revolución que avizoraba poco antes de su muerte.
Durante 1935, lideró una campaña contra la iniciativa de un grupo de jueces que buscaban practicar una reforma al Código Civil que inhibiera a la mujer casada para administrar sus propios bienes, y a favor, en cambio, de sus maridos, a quienes autorizaron a anular el vínculo si comprobaban que su mujer no era virgen al contraer matrimonio. Y lo peor: las mujeres no podían aceptar trabajar ni ejercer profesión alguna sin autorización legal del marido. En la esfera pública defendió con convicción los derechos de las mujeres desde las páginas de Sur.
En su ensayo de 1936 titulado La mujer y su expresión, la escritora reflexionó acerca de la situación de las mujeres en el contexto patriarcal. Ya en agosto del mismo año dio un discurso radial que supo ser transmitido en España sobre La mujer y su expresión con el fin de fomentar la solidaridad entre las mujeres de todo el mundo. Finalmente, la UMA logró su objetivo y el proyecto de la reforma fue anulado.

Mussolinni, Perón y la cárcel

En septiembre de 1934 el Instituto Interuniversitario Fascista de Cultura invita a Ocampo y Eduardo Mallea a dar una serie de conferencias en diversas universidades italianas. A pesar de oponerse al régimen de Benito Mussolini, la escritora mantuvo una entrevista con el dictador, donde le realizó una serie de preguntas con respecto a la condición de la mujer en el Estado fascista. Mussolini le dijo que el primer deber de la mujer era el de dar hijos al Estado, a lo que Ocampo le preguntó: “Pero ¿podría la mujer colaborar de otra manera con el hombre?”. “No”, respondió Mussolini. En su ensayo La historia viva (1936), la escritora habló de su temor de que el Duce llevara a su país a una guerra y de que las mujeres pariesen hijos “para la muerte”.
En el plano histórico y político hay otro acontecimiento importante: su asistencia a los juicios de Núremberg, incluido en la serie de los Testimonios. Por su parte, entre 1939 y 1941, Juan Domingo Perón, quien no ocultaba su admiración por el régimen fascista, ocupó el cargo de agregado militar en la Italia de Mussolini.
El antiperonismo de Ocampo le valió la cárcel en 1953, acusada de guardar armas en su casa marplatense para los enemigos del régimen. La enviaron al Buen Pastor como presa política, un instituto ubicado en San Telmo, donde convivió durante 26 días con otras mujeres condenadas y perseguidas. La noticia de su detención conmocionó a personalidades culturales del mundo, lo que movilizó a numerosos escritores célebres a organizar una campaña para pedir su liberación. Aldous Huxley, en conjunto con Waldo Frank, encabezaron el Comité Internacional para la Liberación de los Intelectuales Argentinos. En una carta que data pocos días después de su liberación, expresó: "Las miserias, las debilidades de la humanidad y también sus arranques de generosidad nunca se me aparecieron con tanta evidencia como en esos 26 días, y me alegra haber tenido oportunidad de vivirlos. Estas no son palabras en el aire. Además nunca he sentido como en esos días lo que significa la camaradería en la desgracia y el calor de la ternura humana entre desconocidas".
La escritora apoyó el golpe militar de la autodenominada Revolución Libertadora del 55. Hubo un editorial de la revista Sur que fue tan escandalosa en su apoyo, reivindicando a los golpistas como héroes, que llegó a generar diferencias hasta en la misma revista: “Lo que acabamos de vivir ha demostrado la magnitud del peligro. [...] aprovechemos una lección tan cruel y que hubiera podido serlo aún más si el impulso de algunos hombres que se jugaron la vida no hubiera intervenido de manera milagrosa. [...] ayudémoslos con toda nuestra buena voluntad, con toda nuestra preocupación de verdad y de probidad intelectual”.
Aquella mujer, transgresora para su época, logró conquistar su espacio, aquel cuarto propio que supiera “diseñar” Virginia Woolf en el ensayo que problematizara acerca del rol de las mujeres en la literatura universal. Victoria Ocampo encontraría la muerte el 27 de enero de 1979, a los 88 años de edad.

Lujan Echeverría

La juventud tunecina se levanta nuevamente contra la austeridad



Las últimas semanas han visto el comienzo de un nuevo movimiento de la juventud tunecina, casi siete años después del derrocamiento del odiado régimen de Ben Alí, en 2011. Esta vez, el detonante de las protestas en todo el país se produjo con el anuncio de los presupuestos elaborados con las propuestas del FMI. Decenas de activistas han sido arrestados y un manifestante ha sido asesinado. El movimiento “Fech Nastannou?” (“¿A qué estamos esperando?”) es una clara demostración de que haber derrocado al dictador no resolvió automáticamente los problemas de pobreza, desempleo y falta de futuro, que desencadenaron el levantamiento de 2011.
A finales del pasado diciembre, el parlamento tunecino aprobó el presupuesto para 2018, que fue redactado siguiendo instrucciones del FMI. A cambio, el FMI había acordado liberar un tramo retrasado de 320 millones de dólares de los 2.800 millones en préstamos destinados a Túnez. El presupuesto, descrito por el FMI como “audaz” y “ambicioso”, tiene como objetivo principal reducir el déficit fiscal a menos del 5% del PIB (ascendía al 6% en 2017) y se espera que logre este objetivo aumentando los impuestos, recortando los subsidios y poniendo en práctica una “reforma integral del servicio civil”. Además de esto, también se habla de aumentar la edad de jubilación y otros ataques a las condiciones de vida de las masas.
Desde el comienzo del año se han ido sucediendo las protestas, principalmente iniciadas por jóvenes desempleados. Éstas se extendieron, al menos, a 10 ciudades diferentes en las regiones más desfavorecidas, donde el desempleo juvenil alcanza el 40% o más. La represión policial provocó un rápido incremento de los enfrentamientos con los manifestantes. El ejército ha sido enviado a Kaserín y Gafsa, ambos baluartes del levantamiento en 2011.
Decenas de activistas del movimiento “Fech Nastannou?” han sido arrestados por distribuir panfletos contra los presupuestos y por hacer un llamamiento a las protestas. Jomsi el-Yerfeni, un manifestante de 55 años fue asesinado en Teburba, al oeste de la capital, Túnez, atropellado por un coche de la policía. A raíz de este suceso, la protesta se extendió a más de 20 ciudades con enfrentamientos con la policía y el ejército. Al igual que en 2011, se suceden movimientos de protesta en diferentes lugares: Sidi Bouzid, Kaserín, Gafsa, Susa, El Kef, Thala, Gabes, Nabeul, Redeyef, Kairuan, Sfax, etc.
Existe una profunda indignación por la continua subida de los precios de los productos alimenticios básicos y la forma en que el gobierno quiere que los trabajadores y los pobres paguen la crisis. “En la época de Ben Ali, que no nos gustaba, llenaba mi stand de verduras, frutas y otros artículos con 10 dinares y, ahora, 50 dinares no alcanzan para llenarlo. La situación ha empeorado dramáticamente”, dijo Fatma, una vendedora de mercado en Túnez, entrevistada por The Guardian. “El gobierno está sacrificando a los pobres y a la clase media aumentando los precios e ignorando a los evasores de impuestos y a los grandes empresarios”.
Desde el derrocamiento de 2011 del odiado presidente Ben Ali (respaldado por el imperialismo occidental y, particularmente, por Francia) ha habido movimientos recurrentes de jóvenes y pobres. La eliminación del antiguo régimen fue desencadenada por un movimiento que combinaba las demandas económicas (pan y trabajo) con demandas políticas (libertad). Las masas se levantaron y a través de una serie de manifestaciones masivas y huelgas generales regionales, en las que los jóvenes jugaron un papel clave, derrotaron al formidable régimen represivo, que había estado en el poder durante décadas. Sin embargo, el capitalismo quedó intacto. Las masas, particularmente la juventud revolucionaria, sienten que fueron engañadas y que su victoria fue robada. Una y otra vez han vuelto a las calles, pero carecen de una dirección clara, su movimiento ha sido derrotado una y otra vez.
El actual gobierno de Yusef Chaded es el resultado de un acuerdo entre el islamista moderado Ennahda y el ‘secularista’ Nidaa Tunes (en realidad, la nueva encarnación de los viejos seguidores de Ben Ali). Por lo tanto, los políticos “islamistas” y “seculares” están unidos en defensa de los intereses de la clase dominante, mientras que la gente está sufriendo. Para colmo de males, el actual presidente del país es Beji Caid Esebsi, de 91 años: un hombre del antiguo régimen que logró ocupar diferentes oficinas en el aparato estatal durante más de 40 años. ¡Las masas no lucharon y murieron por esto!
Hubo un llamamiento a nuevas manifestaciones en todas las ciudades. Para que el movimiento actual tenga éxito necesita vincular la valiente lucha de los jóvenes con la de la combativa clase trabajadora, pero sobre todo debe adoptar un programa que vincule la lucha por el pan y el trabajo con el objetivo de abolir el capitalismo. Sólo la expropiación de los capitalistas locales y las compañías multinacionales puede sentar las bases de un plan democrático para la economía que priorice los intereses y las necesidades de la mayoría (trabajadores, campesinos y jóvenes).

Jorge Martin

La ropa que llevamos se fabrica en los infiernos del Tercer Mundo

Me siento como cómplice de un crimen cada vez que compro ropa y pago por (p. ej.) treinta euros por un pantalón vaquero. Arrastro esa culpa cuando saco la visa y cojo la bolsa, ya que sé -porque lo he visto- que mi prenda ha sido confeccionada por menores o parias del Tercer Mundo que apenas ganan para comer.
Sé que esa cazadora o esa camisa que llevo o que llevas, y que compramos en luminosas tiendas de Madrid, Barcelona, París y Berlín, han pasado por manos y por ojos que no saben que significa la palabra luz o acariciar el agua o el aire en libertad.
Sé que la deslocalización planetaria (producir donde los sueldos son miserables y vender donde los salarios son europeos o similares) es el modelo que impera hoy y que sigue los pasos triunfantes del profeta Donald Trump o de las pirañas del metal.
Tal vez sea mejor ignorar que con nuestras marcas, esas que miden el éxito de “los mejores”, estamos perpetuando el infierno de los que viven en el último eslabón de la cadena productiva, esa que crea cada minuto multimillonarios a granel.
Como decía mi compadre, el revolucionario chileno León Canales, (amigo de la hermana del Ché, Celia Guevara), “muchacho, muchacha, si quieres ser feliz, como dices, no analices, no analices”.

Javier Cortines

Los padecimientos de África y el verdadero Martin Luther King al que quieren que olvidemos

Cincuenta años después de su muerte quizá sea el momento de escuchar de verdad

El 15 de enero millones de estadounidenses conmemoraron el Día de Martin Luther King. Los medios de comunicación repitieron muchas veces su famoso discurso, “I Have a Dream” [Tengo un sueño] para recordar el mal del racismo, que está resucitando de forma extremadamente acusada en la sociedad estadounidense.
Pero esa es la única versión de Martin Luther King que se permite emitir, al menos en un entorno correcto. El otro King, más revolucionario, radical y global, debe permanecer oculto a la vista.
Exactamente un año antes de ser asesinado, el 4 de abril de 1968, Martin Luther King pronunció un discurso verdaderamente mordaz que no desafió solamente al aparato de Estado encarnado por la jerarquía liberal que pretendía ser su aliada. Se titulaba “Beyond Vietnam” [Más allá de Vietnam].
“Debemos parar ya”, afirmó con su voz atronadora. “Hablo como hijo de Dios y hermano de los pobres que sufren de Vietnam. Hablo por aquellos a quienes se les están arrasando sus tierras, cuyas casas se están destruyendo y su cultura minando”. A continuación añadió estas palabras que alarmaron mucho a quienes pretendían desligar la campaña contra la guerra de la propia lucha de Martin Luther King: “Hablo de y por los pobres de Estados Unidos que pagan el doble precio de unas esperanzas perdidas en casa y de la muerte y la corrupción en Vietnam.”
A diferencia de su más famoso discurso “I Have a Dream”, pronunciado en la “Marcha sobre Washington” de 1963, “Beyond Vietnam” traspasó los límites de lo aceptable para el Estados Unidos “liberal” y llegó a un terreno totalmente nuevo en el que los valores de Martin Luther King contra la guerra y de solidaridad global estaban indisolublemente unidos a la lucha contra el racismo y la pobreza en casa.
Aquel día la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos se liberó valientemente de los confines del excepcionalismo estadounidense para unirse a un movimiento mundial de luchas contra el racismo, el colonialismo y la guerra.
Como era de esperar, el discurso de Martin Luther King irritó a muchos miembros de las comunidades blancas que estaban directa o indirectamente afiliadas a la clase dirigente de Washington.
Solo tres días después del discurso el New York Times lo rebatía en su editorial: “No existen respuestas simples a la guerra en Vietnam o a la injusticia racial en este país. Relacionar estos extremadamente complejos problemas no llevará a solucionarlos sino a crear una mayor confusión”.
De hecho, no había “confusión” alguna sino una claridad y coherencia completas. Por decirlo de una manera absolutamente clara, los valores de los derechos humanos no se pueden seccionar y aislar unos de otros.
Con todo, lo que alarmó a los llamados liberales es la talla intelectual y la conciencia del movimiento de los derechos civiles en aquel momento. Estaba lo suficientemente maduro como para impulsar una mayor integración entre todas las luchas.
Un Martin Luther King más vehemente y empoderado, y que entonces solo tenía 38 años, parecía haber entendido plenamente la relación entre la opresión de los pobres, los negros estadounidenses en casa, y la opresión de los campesinos pobres vietnamitas en el extranjero. Todos ellos eran víctimas de lo que denominó el “trío gigante del racismo, el materialismo extremo y el militarismo”.
En aquel momento y lugar Martin Luther King había plasmado una idea revolucionaria y aterradora que pudo haber contribuido a su asesinato un año después ya que muchos de sus aliados fuera de las comunidades negras empezaron a renegar de él.
Pero un pasaje en particular me dio que pensar mientras reflexionaba acerca de la terrible situación de los millones de personas refugiadas y pobres obligadas a abandonar sus hogares en África y Oriente Medio debido a las guerras, la corrupción y la miseria extrema.
“Una verdadera revolución de los valores pronto hará que nos cuestionemos la imparcialidad y justicia de muchas de nuestras políticas pasadas y presentes”, afirmó. “Por una parte, estamos llamados actuar. Un día tendremos que darnos cuenta de que todo el Camino a Jericó se debe transformar de modo que no se robe y se golpee constantemente a los hombres y las mujeres mientras viajan por la carretera de la vida”.
La metáfora de la carretera (a la salvación, la libertad y la seguridad) era particularmente emotiva y premonitora.
Si Martin Luther King estuviera vivo sin duda habría considerado a las personas refugiadas como una prioridad fundamental de su “revolución de valores”.
África en particular está siendo saqueada. Se están sacando de continente decenas de miles de millones de dólares, mientras se venden como esclavos a hombres y mujeres negros, en Libia y otros lugares.
Libia fue destrozada por la guerra encabezada por la OTAN que dejó al país sin gobierno. La guerra en Libia encauzó enormes cantidades de armamento a los países africanos vecinos, lo que llevó a nuevas guerras o resucitó antiguos conflictos.
Según la ONU, en Libia hay aproximadamente 700.000 refugiados africanos que sueñan con llegar a Europa, la cual alimentó el conflicto en Libia y no ha asumido responsabilidad alguna por la crisis.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó de que en los nueve primeros meses de 2017 habían muerto 2.550 refugiados y emigrantes tratando de llegar a Europa desde la costa libia. Una de cada 50 personas que se embarcan en ese viaje muere en ese trágico “Camino a Jericó”.
Viajan a pesar de conocer el riesgo porque permanecer en Libia o volver a casa podría suponer una suerte mucho peor.
Mientras las noticias hablan de “mercados de esclavos”, en Israel el Ministerio de Inmigración del país ofrece lucrativos empleos para “localizar, detener y controlar” a refugiados africanos, todos los cuales están siendo expulsados del país y enviados a otras regiones peligrosas.
En Estados Unidos el gobierno y los medios de comunicación explotan de forma selectiva el legado del Martin LutherKing, aunque se comportan de una manera absolutamente contraria a los verdaderos valores de este noble hombre.
El ejército estadounidense está expandiendo sus operaciones por África más rápidamente que en ninguna otra parte del mundo. Esto significa más armas, más inestabilidad política, golpes de Estado, guerras y posiblemente más millones de hombres, mujeres y niños pobres a los que se obliga a huir, a menudo hacia su propia muerte.
Tal como lo presentan los medios dominantes, el legado de Martin Luther King se ha transformado en una manera de encubrir un sistema racista, militarista y materialista a pesar de que el propio Martin Luther King defiende exactamente lo contrario.
“Ahora, empecemos”, concluía en su discurso contra la guerra. “Ahora, volvamos a dedicarnos a la larga y amarga, aunque hermosa, lucha por un mundo nuevo”.
Cincuenta años después de su muerte quizá sea el momento de escuchar de verdad.

Ramzy Baroud
Counterpunch
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

domingo, enero 28, 2018

El asesinato de Patricio Lumumba



La noche del 17 de enero de 1961, el líder independentista congoleño Patricio Lumumba fue asesinado en Katanga. Cuarenta años más tarde, un nuevo libro escrito por el sociólogo belga Ludo De Witte, descubre la evidencia de lo que todos ya sabían: la complicidad del gobierno belga y las Naciones Unidas en este crimen. Pierre Dorremans analiza el trasfondo político de este caso y explica la política de Lumumba.

La noche era fría aquel 17 de enero de 1961 en Katanga, la provincia rica en cobre del ex Congo Belga. La ruptura reciente del Estado independiente del Congo había sido financiada por capital belga. Una parcela abierta en la oscura sabana es iluminada por los faros de los coches de policía. Un oficial de la policía belga toma de un brazo a Patricio Lumumba, antiguamente Primer Ministro electo de la República del Congo, y lo conduce hacia un gran árbol. El Primer Ministro camina con agotamiento, ha sido torturado durante horas, incluso días ahora. Un escuadrón de ejecución de cuatro hombres armados con fusiles FAL belgas y armas Vigneron se posicionan, mientras que unos 20 soldados, policías, oficiales belgas y ministros de Katanga observan en silencio. Un capitán belga da la orden de fuego y una lluvia de balas siegan a Lumumba y a dos de sus ex ministros.
Cuarenta años más tarde, una comisión parlamentaria belga ha iniciado una investigación hacia el interior de este muy oscuro capítulo de la historia colonial belga. La comisión tiene un año para dilucidar sobre el asunto. Esta investigación sirve a un doble propósito: por un lado, sirve para restaurar la reputación de Bélgica en el extranjero, una reputación que ha sufrido gravemente a causa de la enorme cantidad de escándalos que han sacudido al país en los últimos cinco años (desde los escándalos de corrupción en contratos de ventas de armas en los que los líderes del Partido Socialista desempeñaron un papel prominente, pasando por el abuso sexual y asesinato de niños pequeños, hasta la contaminación de alimentos por dioxinas, … por mencionar sólo los más importantes). Esta es una mala situación para un país diminuto que exporta más de las tres cuartas partes de su producción de bienes y servicios al extranjero.
En un intento por limpiar su imagen, el nuevo gobierno Verde-Liberal-Socialista belga ha estado tomando la iniciativa en los procedimientos jurídicos en contra de Pinochet y el ex presidente iraní Rafsanjani, en el boicot de Haider, y también está buscando su propia conciencia en la investigación de su propia problemática historia colonial.
Una segunda razón es que el Departamento de Relaciones Exteriores de Bélgica ya ha comprendido que Kabila, el nuevo gobernante del Congo, está aquí para quedarse por un tiempo. Y como Kabila se apoya fuertemente en la herencia del nacionalismo de izquierda de Lumumba, Bélgica tiene que limpiar su repugnante reputación como el asesino del más prominente líder nacionalista del Congo con el fin de volver a los negocios en Kinshasa.
El hecho de que los Demócratas Cristianos Belgas -que habían estado en el poder desde la Edad Media- se encuentran ahora en la oposición hace las cosas más fáciles. Los principales protagonistas en el intento de restaurar el poder colonial belga hace 40 años eran de hecho todos demócratas cristianos, con Gaston Eyskens como primer ministro en el momento en que además provocó una huelga de dimensiones pre-revolucionarias (invierno 1960-1961) con su agresiva política de austeridad, y el conde d’Aspremont Linden, representante de la antigua burguesía belga y de una burguesía pre-belga al frente del “’Departamento de Asuntos Africanos’.
La tesis doctoral de Jacques Brassine’s “Investigación sobre el asesinato de Patrice Lumumba” (Universidad Libre de Bruxelles, 1990) ha sido considerada durante los últimos 10 años como la piedra angular de la versión oficial sobre los acontecimientos ocurridos en el Congo entre 1960 y 1961. En este estudio Brassine trató de probar que el asesinato de Lumumba fue un asunto puramente interno en el que Bélgica no jugó ningún papel en absoluto. Su trabajo es bien conocido en los círculos políticos de la derecha belga.
Sin embargo, con su libro “Crisis en el Congo”(1996), el sociólogo belga Ludo De Witte arroja una luz totalmente diferente sobre la lucha por la independencia en el Congo. Este llegó a la conclusión de que el gobierno Eyskens, por lo menos animó el clima en el que eventualmente Lumumba fue asesinado y en el que las tropas de las Naciones Unidas en el Congo fueron “cómplices por negligencia”. En su libro más reciente, ‘El asesinato de Lumumba “(1999), De Witte elabora esta tesis en detalle. En los primeros capítulos no deja uno sólo de los elementos de la metodología de Brassine sin cuestionar (entre otras cosas Brassine estuvo incluso envuelto activamente en los acontecimientos de 1960-1961 y por lo tanto difícilmente puede ser considerado como un investigador independiente!).
A continuación, De Witte se embarca en un análisis detallado de los más de 8.000 telegramas que fueron intercambiados entre los diplomáticos de la ONU en el Congo y el cuartel general de la ONU en Nueva York. De Witte se acerca mucho a demostrar claramente la complicidad intensa de Bélgica en el asesinato. En lugar de haber sido los lacayos del presidente de Katanga Tsjombe, fueron los belgas los que inventaron, crearon, dirigieron y financiaron al estado títere de Katanga como un baluarte del colonialismo belga en África. Fue en Bruselas y no en Leopoldville (hoy Kinshasa) o Elisabetville (ahora Lubumbashi, capital de Katanga o Shaba, como se le ha conocido en los últimos años) donde la transferencia de Lumumba desde una prisión del ejército congolés hacia el estado sin ley de Katanga fue diseñada y ordenada. Mientras estaba tras las rejas, Lumumba incluso se las arregló para conducir al ejército congolés muy cerca de un levantamiento anticolonial contra el régimen instalado por el famoso coronel Mobutu.
La forma meticulosa en que De Witte describe y analiza los meses, días y horas antes del asesinato, los detalles lúgubres sobre la tortura, el asesinato y sobre la eliminación del cuerpo, no hacen del libro ‘El asesinato de Lumumba’ un libro muy entretenido. Sin embargo, es una clara descripción de la forma en que la burguesía de un país denominado “democrático” como Bélgica actúa cuando sus intereses fundamentales están en juego. Una lectura cuidadosa de este libro pondrá las investigaciones de la comisión parlamentaria – suponiendo que realmente quiere descubrir la verdad – en el camino correcto. De Witte señala varios puntos oscuros (reuniones, personas, etc) que deben aclararse si la imagen completa va a ser vista. La comisión debería concentrarse en éstos. Por ejemplo, el papel que jugó el gabinete belga fantasma ubicado en el edificio Immokat en Elisabethville.
El asesinato de Lumumba y de dos de sus ministros, Mpolo y Okito, despejó el camino para el aplastamiento de los levantamientos anti-imperialistas en el Congo y en consecuencia sentó las bases para el régimen “simpático y amable” de Mobutu. El Congo, rico en minerales (un geólogo describió una vez a la antigua colonia belga como un “escándalo geológico”) fue saqueado durante 30 años de la manera más brutal por el imperialismo belga, francés y estadounidense y por la cleptocracia en torno a Mobutu. Mientras tanto, el país sirvió de bastión militar contra la emergente Revolución Africana en los años sesenta y setenta.
Al igual que las Naciones Unidas, la dirigencia del movimiento obrero belga también es “cómplice por negligencia”, por su indiferencia hacia la revolución colonial. Incluso el Partido Comunista de Bélgica fue un partidario de la presencia belga en el Congo, debido a que ¡El “socialismo en un solo país” no sería posible en Bélgica sola, debido a la falta de materias primas! Y los estalinistas en Moscú ¡Sólo apoyaron el régimen nacionalista de Lumumba en la medida en que podría ser utilizado y sacrificado en el tablero de ajedrez internacional de la “coexistencia pacífica” con el occidente imperialista!
En esencia Lumumba era un demócrata burgués que sin embargo, se radicalizó rápidamente a través de su oposición a las descaradas ambiciones coloniales belgas. Si hubiera vivido más tiempo, probablemente se habría movido en la misma dirección que Fidel Castro lo hizo en Cuba. Lumumba se convirtió en el símbolo de un movimiento independentista muy joven y rápidamente radicalizado que por desgracia estaba demasiado desorganizado para sobrevivir a la muerte y/o encarcelamiento de sus líderes más destacados. Hoy Lumumba todavía vive como un revolucionario genuino y honesto para muchos miles de trabajadores y jóvenes africanos que tratan de encontrar una salida al mortal callejón sin salida del imperialismo en el continente negro.
Por lo tanto, mientras se señalan las deficiencias de un programa nacionalista y la necesidad del internacionalismo socialista en toda África y el resto del mundo, la herencia de Lumumba tiene que ser tomada con cautela y con respeto.
En la actualidad el régimen de Kabila en Kinshasa coquetea con la retórica anti-imperialista del Lumumbismo y por lo tanto puede contar con un cierto nivel de apoyo entre las fuerzas progresistas en el Congo y en la diáspora. Occidente está tomando en serio esta amenaza de nuevo y está tratando de mantener a Kabila bajo presión financiando algunas revueltas artificiales en el este del Congo.
Pero los tiempos han cambiado desde 1960, cuando el imperialismo occidental se encontraba más o menos unido en su lucha contra el “comunismo” en África. Hoy en día la situación en el continente es más similar a aquella en los tiempos de la Conferencia de Berlín de 1885, cuando Africa se convirtió en una arena de lucha entre las potencias imperialistas europeas. Hasta ahora, Kabila ha logrado como un bonapartista hábil el equilibrio entre estos diferentes intereses. Esto lo mantiene en el poder, pero no conduce hacia la posterior liberación y emancipación de los pueblos africanos. Por el contrario, África Central está atrapada en guerras civiles interminables y devastadoras.
Con el fin de alcanzar una verdadera liberación y desarrollo de las naciones africanas, las lecciones del Lumumbismo tendrán que ser asimiladas y enriquecidas con el análisis y la comprensión marxistas. Además, la clase obrera belga y europea tendrán que poner fin a toda forma de neocolonialismo.

Pierre Dorremans

No ceder al chantaje del nacionalismo españolista, defender la República y el socialismo

El régimen neofranquista español fracasó en su objetivo de impedir la mayoría absoluta del independentismo catalán en el Parlament y desalojarlo de la Generalitat. No obstante, alardea de haber disciplinado a los dirigentes de ERC y del PDECAT para que abandonen la vía del independentismo unilateral, y se felicita por haber establecido una cabeza de puente reaccionaria en las zonas obreras de mayoría castellanohablante, principalmente a través de Ciudadanos. Sin duda, pretenden estimular un enfrentamiento entre los trabajadores catalanes en líneas nacionales. Este es un enorme peligro que los obreros españoles y catalanes deben combatir firmemente.
Ante la demanda de un derecho democrático como el de la autodeterminación, el régimen no ha tenido más respuesta que la fuerza bruta del Estado, imponiendo un estado de excepción en Catalunya (con encarcelamientos, prohibición de actos y consignas, apertura de causas judiciales a tutiplén, etc.), acompañado de una campaña de terrorismo mediático y económico. Pero pagará un precio. El resentimiento que está acumulándose en amplias capas de la población catalana se manifestará, tarde o temprano, en nuevas explosiones de luchas de masas contra el régimen monárquico.
En esta situación, es necesario un cambio de actitud de la izquierda independentista catalana hacia la clase obrera española, a la que ha ignorado desde el referéndum del 1-O. Debe intentar establecer vínculos con ella, apelando a su solidaridad contra la represión y a que se una en la lucha contra el régimen monárquico con sus propias reivindicaciones de clase. Esto podría encontrar un oído receptivo en el sector más avanzado de aquélla y mejorar las condiciones para revertir el ambiente superficial de chovinismo españolista y anticatalán fuera de Catalunya. Además, favorecería la extensión de la lucha contra el régimen más allá de Catalunya, cuando ésta retome su impulso.

Unidos Podemos cede a la presión del régimen

A quien correspondía la principal responsabilidad en esta tarea era a la izquierda estatal. Ha habido condiciones excepcionales para liderar la lucha contra el régimen del 78 y su reaccionario agitar de banderas monárquicas, vinculando la lucha por el derecho a decidir del pueblo catalán con la lucha contra el carácter neofranquista del aparato del Estado, la monarquía, la precariedad laboral y las políticas de austeridad. Pero Unidos Podemos (UP) y los Comunes en Catalunya han renunciado vergonzosamente a esto por no haber resistido la presión de la “opinión pública” oficial.
Para justificar su impotencia, los dirigentes de UP proclaman que el 21D ganaron las “derechas” catalana y española. Pero Puigdemont no ganó en el campo independentista con un programa “derechista” bajo el brazo. Demagógicamente o no, lo hizo levantado banderas democráticas y antirrepresivas. Por el contrario, la burguesía catalana se alineó con la burguesía y la derecha españolas, trasladando la sede social de miles de empresas fuera de Catalunya para chantajear a su pueblo en las elecciones del 21D.
El compañero Alberto Garzón dice que los conflictos nacionales le resultan indiferentes porque no tienen que ver “con las cosas de comer”, a diferencia de los temas sociales. Así, él se abstiene de la lucha por los derechos democráticos y contra una política en Catalunya que fortalece la represión estatal, a la reacción y a la conciliación de clases bajo la égida del neofranquismo de PP y Ciudadanos, una política que está utilizándose también contra la izquierda, los trabajadores y la juventud luchadora de todo el Estado. Garzón, que se proclama comunista e internacionalista, dice que quiere una “España unida con derechos sociales”. Pero al renunciar ahora a cualquier referencia al derecho de autodeterminación de Catalunya se coloca, a su pesar, al lado del nacionalismo español, y no al margen de todo nacionalismo. Un marxista y un internacionalista no sólo debe proclamar la unión voluntaria y en pie de igualdad de todos los pueblos sino la propia existencia transitoria de su país, si tiene en el horizonte la perspectiva del socialismo internacional, bajo la forma de una federación de repúblicas socialistas que prepare, en una etapa posterior, las condiciones para una disolución de todas las fronteras nacionales.

La España del 15M

El compañero Pablo Iglesias no tiene una posición mejor. En el último Consejo Ciudadano Estatal de Podemos defendió que “en 2018 tenemos la enorme responsabilidad de contribuir a lograr que la España del 15M venza a la vieja España de las guerras de banderas”.
Pero ¿qué pedía la España del 15M? Instintivamente, era una protesta contra el régimen, contra toda injusticia, contra la arbitrariedad y la dictadura de los banqueros y capitalistas, por una “democracia real”, etc.
Podemos ha malgastado en 4 años la colosal confianza política que depositaron en él millones de personas, que han sido tratadas por sus dirigentes como niños de pecho. Obsesionados con la ampliación de su base electoral a cualquier precio, han dado bandazos de una posición a otra, generando desconfianza y desilusión. Un verdadero dirigente trataría de concienciar y elevar el nivel de comprensión de sus bases hablando claro, a la espera de que la experiencia corroborara sus posiciones. Lo que se necesita decir es muy simple, la verdad: que hay una dictadura del capital que practica el terrorismo económico contra la clase trabajadora, que es necesario que las palancas económicas fundamentales estén en manos del pueblo para utilizarlas en provecho de la mayoría, que el aparato del Estado (judicatura, altos funcionarios, mandos policiales y del ejército) es una agencia a sueldo de los ricachones y que debe desconfiarse completamente de él, que la monarquía es una antigualla y una herencia del franquismo y necesitamos una república democrática. Hoy día la dirección de UP ni siquiera se atreve a pedir la nacionalización de las compañías eléctricas; menos aún incluir en su programa la República.
Los dirigentes de UP hablan mucho de los derechos sociales, pero ¿qué han hecho estos años al respecto, aparte de discursos? ¿Qué proponen los dirigentes de Podemos e IU a sus militantes en empresas y sindicatos para luchar contra la precariedad laboral? ¿Por qué no han impulsado una coordinadora estatal contra la represión? ¿Organizan mítines en los barrios explicando sus iniciativas parlamentarias? ¿Por qué culpan a la “crisis catalana” de haberles impedido hacer nada de esto?
Los dirigentes de UP se muestran fatuos con los “ayuntamientos del cambio”. Pero ¿por qué sigue habiendo desahucios sin alternativa habitacional en Madrid, Barcelona o Cádiz? ¿Cuántas empresas han remunicipalizado? ¿Por qué no han convocado una sola protesta popular en ninguna de las ciudades que gobiernan, ni a nivel estatal, contra los chantajes de Montoro y del PP?
Cuando Garzón e Iglesias, arrogantemente, desprecian la “guerra de banderas” les decimos: al menos, la lucha por los derechos democrático-nacionales ha permitido a un sector amplísimo de la población catalana desafiar el poder del Estado neofranquista, repudiar sus leyes injustas, organizar una votación ante sus narices y enfrentarse a su represión, improvisando organismos populares de lucha como los Comités de Defensa de la República. Digamos la verdad: los dirigentes de UP se asustaron del potencial revolucionario de este movimiento y desertaron de la lucha. Así, quien ha reflejado fielmente la “España del 15M” han sido las amplias franjas del pueblo catalán en su lucha por la república catalana, y no la dirección de Unidos Podemos.
Claramente, se observa un giro a la derecha en UP reforzado por los acontecimientos de Catalunya, con un coqueteo inadmisible hacia el nacionalismo español. Hay una percepción cada vez mayor de que UP ha renunciado a una lucha real contra el régimen del 78, fiándolo todo a la labor institucional. Las disputas recientes entre las direcciones de IU y Podemos ni siquiera tienen, por el momento, una base política o programática sino intereses de aparato por las listas electorales del próximo año. Por este camino, UP acrecienta el peligro de un declive político irreversible.

Contra el pesimismo

Basta mirar la situación alrededor para rechazar el pesimismo de los dirigentes de UP. El ambiente reaccionario actual es superficial y no durará. Millones de trabajadores y jóvenes están furiosos con sus condiciones de vida. Lo que se necesita es una campaña enérgica de denuncia de las injusticias sociales. Al nacionalismo español reaccionario de Ciudadanos, PP y PSOE hay que oponer una política de clase y socialista valiente que levante alta la bandera de la República y explique que quienes amordazan a Catalunya son los mismos que explotan y sangran a los trabajadores españoles. Hay que retomar la defensa del derecho de autodeterminación para Catalunya, y poner en pie una campaña poderosa en defensa de las libertades democráticas en todo el Estado y por la liberación de los presos políticos, y mostrar la podredumbre del régimen y de su aparato de Estado. Hoy más que nunca se necesita un punto de referencia valiente que aglutine el descontento popular a la espera de un cambio sustancial que vuelva a poner a millones en las calles.

Lucha de Clases (CMI-Estado Español)