sábado, julio 13, 2019

Mike Pompeo, ¡“Go Home”!



La visita del secretario de Estado de Trump y el rastrerismo de Macri

La semana próxima visitará el país Mike Pompeo, secretario de Estado norteamericano, famoso por sus amenazas militares contra Venezuela e Irán. En las vísperas de la visita, en la que participará de una “cumbre antiterrorista” (que tendrá lugar el 18 y 19 de julio), Macri y sus funcionarios han anticipado movidas reaccionarias para congraciarse con él.
En primer lugar, anunciaron que declararán al grupo Hezbollah, actuante en Líbano y Siria y ligado a Irán, como “organización terrorista”, un viejo reclamo de Estados Unidos e Israel al que adscribe un reducido número de países, dado que Hezbollah es un partido político reconocido como tal en el Líbano.
Estados Unidos reclama esta definición en favor de su política de injerencia bélica en el Medio Oriente, donde denuncia “terrorismo” mientras apoya a la teocracia saudita que bombardea Yemen y descuartizó a un periodista.
Para evitar cualquier debate en el Congreso de esta muestra de sometimiento, la declaración se haría en un decreto, por el cual se crea un Registro Nacional de Personas y Organizaciones Sospechosas de Terrorismo.
El propósito de Macri es sostener el apoyo de Trump y el FMI. En la misma línea, reconoció al golpista Juan Guaidó como presidente de Venezuela.
El anuncio oficial contra Hezbollah se realizaría la semana próxima en el acto por los 25 años del atentado a la Amia, en un nuevo episodio de la larga manipulación gubernamental de esta causa, en la que siempre se omitió la investigación de la “conexión local”, y que fue instrumentada en favor de las provocaciones yanquis y de Israel contra Irán, en detrimento de la verdad y la justicia para las víctimas. Las direcciones sionistas, cómplices de un cuarto de siglo de impunidad y encubrimiento estatal en el crimen, aplaudieron la posible declaración contra Hezbollah: entre ellos, el presidente de la Daia Jorge Knoblovits, quien estuvo reunido días atrás con el candidato macrista Miguel Pichetto.
(Las vueltas de la vida: tanto Pichetto como Alberto Fernández tuvieron que salir a dar explicaciones sobre su actitud ante el memorándum de CFK con Irán, que se firmó cuando Obama exploraba un acercamiento con los persas. El primero por votar a favor del mismo cuando era jefe de bancada K, el segundo por tildarlo –en ocasión de la muerte de Nisman- como un acto de “encubrimiento”).

Yankee Go Home

La “cumbre ministerial antiterrorista” convocada por la Cancillería de Jorge Faurie se integra a una amplia agenda de militarización dictada por los yanquis, que coloca “la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico” como plataforma de una expansión represiva en la región, cuyo blanco estratégico son las movilizaciones populares contra el ajuste. Estos despliegues y estas intenciones ya habían sido denunciados por las organizaciones populares durante el kirchnerismo frente a la sanción de la Ley Antiterrorista, los operativos Fortín, Escudo Norte y Escudo Norte II y el Proyecto X, y han sido profundizados por presión de Trump bajo el gobierno de Macri, que decretó la reintroducción de las repudiadas Fuerzas Armadas en las calles.
En ese marco se ubican el seminario sobre armas de destrucción masiva realizado a mediados de junio en Buenos Aires con coordinación norteamericana y participación de Chile, Colombia, Panamá, Paraguay y Brasil; el diálogo sobre “cooperación en defensa” entre Macri y Bolsonaro en ocasión de la visita del fachista al país, y el anuncio del titular de Defensa Oscar Aguad de un plan de rearme de las Fuerzas Armadas, mientras los carapintadas desfilaban el 9 de Julio con los aplausos del presidente “ojos de cielo”. Sin ir más lejos, el gobierno anunció ahora la creación de un Comité de Ciberseguridad -tema discutido en el G20-, usando como excusa posibles represalias de Hezbollah (¡!) y la proximidad de las elecciones.
La visita de Pompeo, la malversación de la causa AMIA y la preparación de nuevas avanzadas contra las libertades democráticas merecen el mayor repudio de las y los trabajadores: no tenemos por qué tolerar que se siga colocando al país de engranaje del imperialismo y se llenen de boinas verdes las calles donde exigimos nuestros derechos.

Tomás Eps

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