lunes, julio 08, 2019

Una lección griega para la Argentina



La crónica de un final anunciado tuvo lugar en Grecia con el triunfo de los conservadores en las elecciones generales. Los moderados que abrieron el camino al retorno de la derecha y un espejo inquietante para nuestro país. Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que se emite todos los domingos por Radio Con Vos, 89.9.

En las elecciones generales que tuvieron lugar en Grecia este domingo, la derecha de Nueva Democracia se impuso a la coalición Siryza del actual primer ministro Alexis Tsipras.
En muchos países tienen lugar procesos electorales todo el tiempo, pero el caso de Grecia es significativo para nuestro país porque en su momento fue reivindicado por progresistas e incluso “izquierdistas” locales como modelo de una izquierda madura, que sabía equilibrar las convicciones con la “ética de la responsabilidad” y tenía la capacidad de huir de las locuras ultras para ejercer un buen gobierno progre. Así llegaron a la administración del Estado en 2015.
Previo al arribo de Syriza al Gobierno, el país tenía firmados tres Memorandos de Entendimiento, acordados en un principio entre el Partido Socialista y Nueva Democracia y lo que se conoce como la “Troika”, conformada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI. Lógicamente, estos acuerdos exigían ajustes salvajes al país y fueron sostenidos por Syriza. Incluso en el mismo 2015 se realizó un referéndum en el cual los ciudadanos griegos votaron mayoritariamente contra los planes de la “Troika” y unos días después, el 10 de julio de ese año, el diario El País de España informaba: “Atenas acepta finalmente la propuesta que sus ciudadanos rechazaron en referéndum. Con apenas ligeros retoques. El Gobierno de Grecia envió la noche del jueves el plan con las medidas prioritarias para pactar el tercer y ansiado rescate con los acreedores, que está llamado a evitar la bancarrota y la salida del euro. Atenas acata prácticamente al 100% la última oferta europea —la rechazada por el voto del pasado domingo—.
En aquel momento se nos respondía a quienes sosteníamos que había que apartarse de los plantes de la “Troika”, que era una decisión demasiado extrema, poco menos que un delirio, que eso llevaría al caos y que había que ser responsable.
Tsipras pasó de ser un izquierdista moderado y con buenos modales, a un estadista del orden y de allí al mejor alumno en la aplicación de los planes de los organismos financieros internacionales ¿Resultados económicos?: la economía griega atravesó una recesión que duró 8 años y el PBI cayó un 30 %. Se llevó adelante una reforma laboral, reforma sanitaria con recortes en el gasto en salud y despido de enfermeros y médicos, reforma jubilatoria, desvinculaciones de empleados públicos, múltiples privatizaciones.
¿El resultado político?: hoy volvió al gobierno la derecha de Nueva Democracia de la mano de este hombre llamado Kyriakos Mitsotakis, miembro de una tradicional familia de la elite griega y parte de lo que en ese país se conoce como “las tres estirpes” que dominan la política tradicional desde hace más de un siglo. Un Macri x diez. La pregunta que hacíamos el domingo pasado resuena nuevamente con los resultados griegos: ¿quién le hace el juego a la derecha?
Cualquier semejanza con los debates, las circunstancias políticas y económicas que se discuten en el presente argentino no es pura coincidencia. Por supuesto, siempre hay diferencias o matices, el punto es la dinámica general. Nuestro país tiene firmado un “memorándum” imposible con el FMI, sobre todo para 2020 y 2021 y todos dicen que lo van a respetar. Los que más actúan o sobreactúan ese papel son, causalidad, los que se ubican en el campo de progresismo. Como los dirigentes de Syriza en su momento, no explican cómo van a hacer para sostener esa hoja de ruta y conformar a todos, cuando los compromisos que vienen son peores que los que pasaron y la economía esta hundida. Claro, hoy no tiene buena prensa progresista la coalición griega como en 2015, pero aunque ellos no quieran nombrar la soga en la casa del ahorcado, la sombra terrible de Tsipras sí los evoca para recordarles que milagros no hay.
Sería un camino más fácil prometer -con el apoyo del establishment- que se puede conformar a todos, que se puede crecer y a la vez cumplir con el FMI y cosas por el estilo. Esa linda narrativa suena bien, es tranquilizadora, pero tiene un solo problema: es mentira.
- Por nuestra parte, creemos que hay que decir la verdad, pese a que como afirmó Kostas Jaritos, el comisario creado por el gran escritor griego Petros Márkaris, en “Noticias de la noche”, la novela que inaugura la saga: “Desgraciadamente, la verdad tiene muchos enemigos”.

Fernando Rosso
@RossoFer
Domingo 7 de julio | 23:27

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