martes, noviembre 05, 2019

¿Por qué todavía no cayó Piñera?



Hace más de 15 días que millones de personas se movilizan en todo Chile exigiendo que se vaya el presidente. ¿Por qué aún no cayó? Un debate para entender las razones y las propuestas para seguir la lucha hasta ganar.

Presentamos a continuación un debate publicado por el Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) en La Izquierda Diario Chile, sobre la situación de la rebelión popular, las movilizaciones masivas y la combinación de represión y negociación que permiten a Piñera aún permanecer en la presidencia a pesar de ser el presidente más desprestigiado desde la vuelta de la democracia. El PTR forma parte de la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional, y es la organización hermana del PTS argentino en Chile.

Según distintas estadísticas, Piñera es el presidente con menor aprobación desde el retorno de la democracia. Solo un 13 % de los chilenos aprueba su gestión.
La respuesta del Gobierno al reclamo por el aumento en el metro, con asesinatos, detenciones, torturas, violaciones de policías y militares a decenas de mujeres, Estado de Emergencia y toque de queda, hundieron hasta el fondo la popularidad del presidente.
Ya nadie le cree nada, ni sus cambios de gabinete, ni su “agenda social”, ni nada. El pueblo quiere que se vaya y que haya juicio y castigo a todos los asesinos.
Entonces, ¿por qué aún no ha caído todavía el presidente si día tras días somos millones los que nos movilizamos expresando este rechazo?
En primer lugar, porque el régimen en el que vivimos es sumamente antidemocrático. El hartazgo del pueblo lo dejó claro: “no son 30 pesos, son treinta años” de venir soportando la herencia de la dictadura que incluye, entre otras cosas, a un presidente y un Congreso Nacional que gobiernan a favor de los poderosos, aún cuando sus niveles de apoyo caen hasta el piso.
Pero, ¿cómo puede ser que si somos millones que rechazamos todo esto no hayamos logrado aún que Piñera se tenga que ir de La Moneda?
Hay que ser muy claros: si durante los primeros días de la rebelión popular en Chile, el gobierno de Piñera se sostuvo en la represión de las "fuerzas de orden", con miles de militares en las calles; cuando vieron que millones de personas continuaban movilizándose ya no solo poniendo en jaque la cabeza del presidente, sino también a todo este régimen pinochetista de conjunto, fueron los partidos de la vieja Concertación- con la Democracia a la cabeza- los primeros en planificar el salvataje al gobierno derechista mediante la actual política de "diálogo social" y "nuevo pacto social". Con la venia de los partidos del régimen, Piñera presentó una serie de anuncios rechazados por millones de personas al ser considerados simples migajas, que en nada solucionan los profundos problemas estructurales que vive el pueblo trabajador y sectores populares.
A este coro hipócrita de "diálogo social" y de "compromiso con la gente" también se han sumado grandes empresarios que hablan de "ponerse las manos en los bolsillo hasta que duela", como manifestó el timonel de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Alfonso Swett; Luksic que promete sueldos de $500.000 en su empresa Quiñenco, mientras mantiene a miles de trabajadores bajo la subcontratación y el multirut en sus otras empresas; o el actual presidente del grupo Ultraport, Richard Von Appen- familia reconocida por reventar huelgas de trabajadores portuarios y mantener una línea de total intransigencia-, quien aparece en los medios tradicionales hablando de "preocupación por sus trabajadores", entre otras hipocresías.
Pero, no solo esos sectores se han sumado a la trampa del régimen de "diálogo social", y en esto tenemos que ser muy enfáticos. Esta política del gobierno de Piñera también ha encontrado eco en algunas organizaciones como el Partido Comunista o el Frente Amplio que dirigen la Mesa de Unidad Social, donde se reúnen poderosas organizaciones como la CUT, No+AFP Confech, y el mismo Colegio de profesores entre otras, las cuales son lideradas por estos partidos también, y se niegan a llevar la lucha hasta el final.
¿Por qué es tan importante esto? Porque la movilización de millones hasta ahora no alcanzó a echar al Gobierno. Pero, ¿qué pasaría si en nuestras jornadas de lucha, además de movilizarnos masivamente hacia La Moneda, se paralizaran verdaderamente todos los puertos, las minas, los profesores, los funcionarios públicos y en general todos los sectores estratégicos de la economía, junto a las facultades y los secundarios? Pero no un día solo, ni para negociar migajas, sino con un plan de lucha con continuidad hasta que caiga el Gobierno. Golpeando sobre los sectores estratégicos de la economía, ellos no tendrían ningún margen para seguir con “normalidad” los negocios capitalistas.
Importantes organizaciones sindicales como la CUT, Unión Portuaria, Unión de Sindicatos de la Minería, el Colegio de Profesores, la ANEF, entre otras, declararon que están organizando la preparación de una huelga general para exigir Asamblea Constituyente y anunciaron la constitución de un "Comité de Huelga". Pero esta sigue siendo una instancia cerrada para dirigentes, y no una instancia para organizar desde las bases la huelga general, única forma de garantizarla en cada lugar de trabajo. Es indispensable impulsar comités de huelga con delegados de base que se coordinen territorialmente, con asambleas en cada lugar de trabajo que elijan delegados mandatados por las bases para un gran comité nacional de huelga, y en los lugares de trabajo constituir estos comités de huelga desde las bases que permita la coordinación entre las fábricas y empresas. Es la única forma de llevar adelante una huelga general que imponga una Constituyente Libre y Soberana sobre las ruinas de este régimen. Sólo desde las bases será la forma que podremos organizar a millones de trabajadores, uniendo sindicalizados y no sindicalizados, trabajadores de planta y subcontratistas, chilenos y extranjeros, para que seamos una gran fuerza que paralice el país y enfrente a los grandes empresarios.
Sin embargo, esto no está sucediendo, por la responsabilidad del PC y el FA que dirigen la Mesa de Unidad Sociales. Porque su política no es la que tenemos millones en las calles, que caiga el Gobierno. Nos hablan de acusación constitucional, pero es una trampa. ¿Alguien puede pensar que el Senado va a destituir a Piñera? También es una trampa el plebiscito. La calle ya opinó, fuera Piñera! No queremos que nuestra lucha quede atrapada en las trampas institucionales del régimen heredado de la dictadura, que votará en contra de nuestros reclamos fundamentales. ¿Alguien puede pensar que va a haber una constituyente democrática con Piñera en el Gobierno y los asesinos de nuestro pueblo impunes? Claramente no. Solo buscan distraer nuestra pelea cuando lo que está planteado es luchar hasta el final para sacar a Piñera.
Por todo esto es que también hemos visto, por ejemplo, que el paro nacional del pasado miércoles no incluyó la consigna de Fuera Piñera que gritamos millones en las calles. Tampoco lo incorporaron en la declaración de constitución del "Comité de Huelga". ¿Quién lo decidió? Los burócratas que dirigen estas organizaciones no responden a las bases de los trabajadores y los estudiantes, sino que deciden entre cuatro paredes.
También vimos cómo importantes sectores del Frente Amplio fueron a negociar con el Gobierno a La Moneda, reconociendo así su continuidad en vez de exigir que se vaya. Al revés que ellos, millones gritamos en las calles que nuestros muertos no se negocian. Antes que nada, que se vaya Piñera y juicio y castigo a todos los responsables políticos y materiales por todos los asesinatos y torturas de estos días.
El Partido Comunista por su parte juega al engaño. No fue al diálogo con el Gobierno, pero exige que el mismo negocie con la Mesa de Unidad Social… dirigida por el mismo PC y el FA. No, de lo que se trata es de echar a Piñera, no de ponerle condiciones para que nos tire más migajas.
Nuestro llamado también es a todos los simpatizantes del Frente Amplio y el PC a no permitir que sus direcciones traicionen el mandato popular, que por millones exige que se vaya Piñera y no negociar con un gobierno asesino.

Entonces, ¿qué hacemos?

Desde el Partido de Trabajadores Revolucionario (PTR) y La Izquierda Diario, venimos impulsando un planteo claro: luchar con la huelga general hasta botar a Piñera e imponer, sobre las ruinas del régimen heredado de la dictadura, una verdadera Asamblea Constituyente Libre y Soberana, que sea sin restricciones y sin ninguna limitación para tomar medidas de emergencia frente a la crisis y satisfacer las demandas de salario, educación, salud o pensiones, las reivindicaciones del movimiento de mujeres y del pueblo mapuche, entre otras.
Pero, como dijimos, hay enemigos de este camino. Por eso impulsamos que no sean unos pocos burócratas los que decidan el destino de nuestra lucha entre cuatro paredes, sino por organizar desde las bases asambleas en todos los lugares de trabajo y estudio, en las que votemos cómo sigue nuestra pelea, en el camino de recuperar los sindicatos y las organizaciones estudiantiles de manos de la burocracia. Y por coordinadoras que nucleen a los distintos sectores en lucha, para tener más fuerza, y también para hacer fuertes polos para torcerle el brazo a la Mesa de Unidad Social, exigiéndole la huelga general para botar al Gobierno.
Hemos dado pasos adelante en este sentido junto a miles de compañeros y compañeras en el Cordón Centro o en el Barros Luco de Santiago, en el Comité de Emergencia y Resguardo de Antofagasta o en Valparaíso que logramos que la Mesa de Unidad Social funcione en asamblea., entre otros lugares Son grandes ejemplos a seguir, que necesitamos generalizarlos en todo el país para pelear mejor y también para exigirle más fuerte a la Mesa de Unidad Social el camino de la huelga general.
De su desarrollo debe salir la fuerza para cambiar la historia, y también para defender las medidas que tome la Asamblea Constituyente, que serán resistidas por los capitalistas y sus aparatos de represión.

La Izquierda Diario Chile

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