La huelga general por tiempo indeterminado de los trabajadores del Correo ha logrado una amplia adhesión de la mayoría del movimiento obrero. Los trabajadores del sindicato Sintect realizaron hace una semana un Plenario de apoyo a la huelga que contó con el apoyo de más de 40 organizaciones. La huelga de los trabajadores postales tuvo efectos en otras negociaciones. En el caso de Petrobras, la dirección ha quedado a la defensiva contra el convenio petrolero y la privatización de Pré-Sal Petróleo. Los bancarios también están en lucha y se realizan asambleas en todo el país poniendo el eje en la oposición a la privatización de la Caixa.
Un plan de guerra contra los trabajadores
La empresa de Correos es la empresa postal más importante de América Latina, que llega a todos los puntos geográficos de Brasil. Bolsonaro lamentó los problemas para llevar adelante la privatización - una “propuesta” de su campaña.
La huelga de 100.000 trabajadores postales fue decidida en asamblea, por tiempo indeterminado, asegurando los envíos de materiales sanitarios, medicamentos e insumos biológicos. Los trabajadores rechazan la guerra contra sus derechos y conquistas, seguida de despidos sumarios y ausencia de concursos, en función de impulsar la privatización del servicio postal. El salario de un trabajador promedia 1.800 reales, mientras que la dirección, en manos de los militares, ronda los 45.000 reales.
Por decisión del Supremo Tribunal Federal (STF), el gobierno no puede vender las empresas estatales sin someterlo a la decisión del Senado, “Por tanto, la estrategia sería desmantelar el servicio para justificar la necesidad de privatización”. Para ello, el gobierno argumenta un “saldo negativo de 2.100 millones de reales en 2015 y 1.500 millones en 2016, según datos del Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos (Dieese). Sin embargo, en los tres años previos a 2015, el instituto apuntó un salto positivo entre 10 millones y 804 millones de reales. En los tres años posteriores a 2016, también hubo superávit, según datos de Correios: 667 millones de reales en 2017, 161 millones de reales en 2018 y 102 millones de reales en 2019” (cartacapital, 28/8). La empresa acusa que los reclamos obreros costarán 1.000 millones de reales, mucho menos del superávit de la empresa.
El cierre de sucursales alejadas de los centros industriales y comerciales incrementaría el la tasa de lucro del Correo privatizado. El desguace de la empresa lleva varios años. De 2011 a 2020 la planta de personal pasó de 130 a 100 mil trabajadores. Los recortes se iniciaron en el último período de la administración de Dilma Rousseff, alcanzando 118 mil en 2015, 115 mil en 2016, 107 mil en 2017, 105 mil en 2018 y 99 mil en 2019.
El acuerdo colectivo de trabajo (firmado cada dos años), fue súbitamente cortado por la empresa y sólo se mantuvieron 9 de 70 cláusulas, entre ellas licencias por maternidad o paternidad, seguro médico, de riesgo, y horas extras. Según la Asociación de Profesionales de Correos (Adcap), el salario promedio de los trabajadores de la empresa es de 1800 reales. Los recortes en los beneficios representarían una caída en los ingresos de más del 50%, en más de 80 mil trabajadores, sostiene el Sindicato.
Fentect informó de la adhesión unánime a la huelga (un 30% hace tareas “esenciales”), equivalente a unos 70 mil trabajadores, especialmente de los sectores operativo y de servicios. En el “corredor comercial”, donde circula el mayor ingreso de los Correios (São Paulo, Río de Janeiro, Minas Gerais, Paraná y Rio Grande do Sul), la federación dijo que tenía 35 mil empleados paralizados (ídem).
Las negociaciones entre la empresa y los trabajadores entraron en un impasse. Frente al Tribunal Superior de Trabajo (TST) la empresa denuncia “negociación colectiva infructuosa” y pide que se dicte una medida cautelar por “abuso de la huelga y el mantenimiento del contingente mínimo para la continuación de las actividades económicas”, según informó el tribunal el jueves 27. La Corte afirma que le ha propuesto a Correos mantener las 79 cláusulas del convenio, pero sin hacer un ajuste salarial. La propuesta fue aceptada por los sindicatos, pero Correos se opuso. “Por lo tanto, no hay perspectivas de resolver la situación actual por consenso”, dice el vicepresidente del TST, ministro Luis Philippe Vieira de Mello Filho.
Crece la Huelga y la movilización
El jueves 27 de agosto, los trabajadores postales de la base del SINTECT-MG (Sindicato de Correos de Minas Gerais) se reunieron nuevamente en la Praça da Estação (Belo Horizonte), en un gran acto contra la privatización de la empresa estatal. Varias otras protestas también han tenido lugar en el interior del estado. Los trabajadores postales marcharon por el centro de la ciudad hasta la sede del Correo Central, donde realizaron una asamblea que debatió y deliberó, y decidió por unanimidad la continuación de la huelga por tiempo indeterminado. El Sindicato lanzó también una campaña nacional de donación de sangre (para obtener el plasma utilizado para ayudar a enfermos de Covid-19), para difundir la huelga y afirmar la defensa de la vida por parte de los trabajadores.
El presidente del Sindicato, Robson Silva, dirigente de Luta Pelo Socialismo, “transmitió información sobre el avance de las negociaciones, destacando que este es el momento de ampliar la movilización, ya que esta es la única arma que tienen los trabajadores y el único ‘lenguaje’ que tienen los patrones entienden” (LPS, 27/8).
La huelga de los trabajadores de Correo es un impulso para unificar todas las luchas de los trabajadores que rechazan el plan de guerra de Bolsonaro.
Emiliano Monge
29/08/2020
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