Apenas se produjo la destitución de Vizcarra la CGTP saca una declaración en la que plantea: “demandamos al Gobierno de transición y al Congreso de la República la derogatoria inmediata del D.S N° 345-2018-EF y de los inconstitucionales Decretos de Urgencia DU 043-2019, DU 014-2020, DU 016-2020, DU 038-2020 sobre suspensión perfecta de labores, DU 127-2020 y otros dictados por el Gobierno de Vizcarra y Gobiernos anteriores), y apertura al diálogo social para la búsqueda de soluciones a los problemas de los trabajadores y el pueblo peruano”. Se apresura a reconocer al nuevo gobierno de Merino (“al gobierno de transición”) y reclamarle que abra “un diálogo social” como lo vino haciendo dos años con el gobierno de Vizcarra.
Días más tarde, ante el desarrollo creciente de las movilizaciones de masas la CGTP “convoca con carácter de urgencia a jornadas nacionales de protesta los días 18 y 24 de noviembre del presente año”. ¿Urgencia? ¿Recién una semana después? ¿y a jornada de protesta? ¿y esto se continuaría otra semana más tarde con una nueva jornada de protesta? La CGTP no convoca, ni organiza la huelga general: instancia ineludible para producir un derrocamiento revolucionario del gobierno de Merino.
Por otra parte y, fundamental, la dirección burocrática de la CGTP plantea la “renuncia” de Merino y “la conformación de un gobierno de transición democrática”. Renuncia: ¿ante quién? El parlamento. ¿Y quién conformaría ese gobierno de transición democrática? El mismo Parlamento. En el planteo de la CGTP no está el que se vayan todos, incluido el parlamento venal que ha nominado a Merino. Para la CGTP una de las tareas centrales de ese “gobierno de transición democrática” sería la de “garantizar el cumplimiento del cronograma electoral que nos lleva a las elecciones del 2021”. Ese “gobierno de transición democrática” es el que –eventualmente- debiera dictar –para la dirección burocrática de la CGTP- también “la convocatoria a una Asamblea Constituyente”.
Es necesario reclamar a la CGTP que rompa con esta política de subordinación y conciliación de clases y convoque a la huelga general, bajo la consigna: fuera Merino y el Parlamento golpista. Asamblea Constituyente soberana y con poder.
Debiera convocarse de inmediato a un congreso de bases de la CGTP y el movimiento obrero para que apruebe un programa independiente con los reclamos de las masas y la necesidad de un plan de lucha que lleve en forma directa a la huelga general hasta que caiga el gobierno golpista y asuma un gobierno de las masas en lucha, un gobierno de trabajadores, que convoque a la Asamblea Constituyente soberana y con poder.
Rafael Santos
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