Con menos prensa, sin embargo, el gobierno ha decidido recibir al FMI de un modo peculiar, o sea, con un ajuste anticipado. A eso apuntan los anuncios que reducen el último IFE a una mínima expresión, o el ínfimo aumento del 7% para los estatales y docentes, o la decisión de descongelar tarifas y también precios, un compromiso que Guzmán-Fernández desparramaron por todas las reuniones que frecuentaron con la AEA, la UIA y otras centrales empresariales. A las puertas de una escalada inflacionaria, el gobierno resolvió eliminar a la inflación de la “movilidad jubilatoria”, que se convierte en semestral. El gobierno confía en mantener a raya los salarios, uno de los índices de esa movilidad, y ha confeccionado otro de recaudación impositiva de Anses, que según Clarín es tan complicada como difícil de controlar. Por su peso en las cuentas del fisco, esta nueva trepanación de los haberes previsionales es la mayor ofrenda que podía recibir el FMI en la llegada a la Argentina. Para completar el panorama, el gobierno mandó a su casa al senador oficialista que había propuesto prorrogar los plazos que tienen los trabajadores para iniciar litigios laborales, a pedido, nuevamente, de la gran patronal. La poda del IFE es justificada detrás de una vacuna que demorará un año en ser aplicada. El avance científico es una coartada para agravar la crisis social y sanitaria de la pandemia
Según algunas estimaciones, el impacto conjunto de todos los recortes –jubilaciones, IFE, quita de subsidios- dejará corta la promesa de reducción del déficit que figura en el presupuesto 2021: ya no sería del 4,5% del PBI – unos u$s20 mil millones, sino que podría llegar al 3%, un ‘ahorro’ de u$s 8500 millones. Hace algunas semanas, el Fondo se había “autocriticado” por haberle prestado 44.000 millones de dólares a Macri sin “un plan creíble”. Fernández y Fernández tomaron nota y decidieron mostrarle señales ajustadoras antes de que el avión de los funcionarios aterrice en Ezeiza. A cambio de esos recortes, el gobierno le pedirá al Fondo algunos años de gracia para empezar a devolver la deuda. El arreglo, llamado ‘facilidades extendidas’, viene con las ‘reformas estructurales’, o sea la previsional,
la laboral, la impositiva. Carlos Pagni, del diario La Nación, mostró ayer que a la hora de los bifes ocurre lo contrario -una tanda de aumentos de impuestos, para beneficiar a grupos económicos del clan Sergio Massa y señora.
En el medio de estas negociaciones, el gobierno dolarizó una deuda de 33 mil millones de pesos, lo cual lo convierte en “una mesa de dinero”. El gobierno de la ‘pesificación’ se convierte en lo contrario. El ‘éxito’ de la operación, para los especuladores, depende de que la nueva deuda, por u$s750 millones, se “valorice”, desde su actual cotización en el mercado al 33% de su valor nominal. Una suba al valor negociado en ocasión del canje con los fondos internacionales, 56% de su valor nominal, representaría una ganancia del 60 por ciento para los acreedores. Es precisamente el propósito del acuerdo con el FMI y el ajuste fiscal, de otro modo sólo se estaría añadiendo más títulos a una deuda que cotiza a precio de default, lo que cortaría de cuajo cualquier financiamiento nacional o internacional y marcaría la bancarrota financiera del gobierno.
El acuerdo con el FMI incorporaría un elemento novedoso: sería refrendado por el Congreso Nacional. La maniobra es muy clara, pues busca involucrar a todos los bloques capitalistas en presencia con el arreglo fondomonetarista. La ley que acaba de anunciar Guzmán llena de contenido al ‘acuerdo nacional’ que pidió Cristina Kirchner en su carta de hace algunas semanas atrás. El oficialismo ‘nacional y popular’ tendrá que tragarse este servicio al capital financiero internacional, mientras que la oposición ‘republicana’ irá al pie, de banderazo en banderazo, de Cristina Kirchner
Euforia desmedida
El gobierno festeja una ‘paz cambiaria’ que compró por medio de un negociado que merecería un juicio penal: vendiendo títulos públicos en dólares, de Anses y el Central, con un 65% de descuento de su valor facial. Otro aumento de la deuda externa con privados, a costa de una fabulosa pérdida patrimonial. En cualquier caso, el ‘dólar ahorro a 120/130 pesos, representa una fortísima desvalorización de la moneda, hacia la que apunta el dólar ‘oficial’ de 80 pesos. El acuerdo con el Fondo sólo representa un alivio transitorio de pago. Para financiar el déficit sin emisión será necesaria una fuerte valorización de la deuda pública – o sea una política al servicio del capital financiero.
Entre tanto, los déficit de vivienda, salud, educación, empleo y salarios quedan a la vera del camino, cuando son más intensos que nunca. La ‘viabilidad’ del entuerto Fernandecista se pondrá a prueba en la lucha – la calle, los barrios, los centros de salud, los lugares de trabajo.
Marcelo Ramal
10/11/2020
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