La empresa australiana Fortescue Future Industries, ya instalada hace unos años en San Juan para la extracción de cobre, firmó un acuerdo con las autoridades de Río Negro para producir hidrógeno verde. Para ello deberá construir un parque eólico, tres plantas para el proceso y un puerto en Sierra Grande para su exportación. El asentamiento para la generación propiamente dicho de hidrógeno será en Sierra Grande, que comprenderá una planta desalinizadora (liberar de sal al agua marina), otra para el proceso de electrólisis (que permite la obtención del hidrógeno) y la tercera de producción de amoníaco (que posibilita el transporte seguro del hidrógeno).
La empresa ya ha sido beneficiada con la concesión por cincuenta años de 650.000 hectáreas de tierras fiscales para el desarrollo de distintas etapas y fases del proceso industrial de hidrógeno. En noviembre del 2021 ya les fueron otorgadas 400.000 hectáreas de tierras fiscales por un año para realizar los estudios de prefactibilidad del proyecto.
La gobernadora de Rio Negro reclama la ley nacional que regule la producción del hidrógeno verde pero antes que eso es necesario que se cumpla con los estudios previos, la evaluación de la conveniencia y seguridad para la producción del nuevo combustible.
Dificultades
España firmó recientemente un convenio para el transporte de hidrógeno verde hacia Francia y Portugal. Los expertos cuestionan la firma del convenio y se preguntan si España dispone de agua y terrenos suficientes para atender esa demanda. Por otro lado, Alemania había iniciado la construcción de un complejo hidroeléctrico en el río Inga, un afluente del río Congo, en la República Democrática del Congo. Una central de 44 GW de potencia, la mayor del mundo, con el objetivo de generar electricidad para destinarla a producir hidrógeno que, una vez licuado, se transportaría hasta Alemania. Este proyecto está paralizado por las dificultades que plantea, justamente, el transporte.
Los científicos, académicos y expertos en energía advierten que antes de hacer cálculos extraordinarios de la producción y el transporte de hidrógeno verde y aún más, lanzarse a su producción concreta es imprescindible previamente estudiar y admitir límites. Los megaproyectos en curso no tienen suficientes estudios. La ciencia no puede todavía contrastar estudios para llegar a conclusiones válidas.
La producción de hidrógeno verde es muy problemática, ya que requiere enormes cantidades de energía renovable y otra enormidad de agua. Por otro lado el transporte y el almacenamiento de Hidrógeno requieren caños especiales ya que la molécula es diminuta y tiende a escapar por ínfimos espacios. Aunque la tecnología aún no los ha producido y ya se firman convenios internacionales.
El calentamiento global y el agotamiento de los hidrocarburos fósiles urge a disponer de nuevos combustibles.
“El hidrógeno no es una fuente de energía. Es un vector o un portador que para su producción necesita, justamente, energía. El "hidrógeno negro" se genera con carbón. El "hidrógeno gris", con gas natural. El "hidrógeno azul" se elabora con gas capturando el CO2. Todos estos requieren de combustibles fósiles” (LPO, 10/12).
El hidrógeno verde, en cambio, es producido por la electrólisis del agua. Se produce con electricidad procedente de fuentes renovables (fotovoltaica, eólica e hidroeléctrica). Actualmente, casi el 95% del hidrógeno usado en la UE es hidrógeno gris, generado a partir de gas natural.
Producir esas energías es muy costoso y también contaminante. La cantidad de paneles solares para la energía fotovoltaica y de molinos para la energía eólica requieren de inmensa cantidad de territorio que se convierte en inutilizable para la agricultura.
Los expertos en el tema plantean que se producirá una suerte de colonialismo energético. Latinoamérica y África serán las colonias donde se producirá el hidrógeno, dejando en ruinas su territorio y obteniendo mínimas ganancias.
El científico e investigador del CSIC, Antonio Turiel, físico que desde hace años viene alertando sobre la crisis estructural de los sistemas energéticos, sostiene que para producir el hidrógeno verde en una escala comparable con el consumo que se quiere sustituir "los números no salen de ninguna manera".
El hidrógeno, entonces, no es una solución a la crisis climática, ni siquiera cuando es verde. No existe ningún país del mundo que tenga una parte mínimamente significativa de su matriz energética en base a hidrógeno verde. Sin planificación ni estudios necesarios se inician construcciones, se venden las producciones años antes de siquiera concluir las instalaciones, los caños para el transporte aún no han sido construidos.
La anarquía de la producción que caracteriza al capitalismo se manifiesta en los proyectos de producción del hidrógeno verde.
Elena Florín
16/12/2022
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