Desde el momento de su asunción, hace 16 meses, el gobierno de Castillo sufrió reiterados ataques para vacarlo (destituirlo) por parte del parlamento unicameral donde tiene predominancia la derecha. Ya dos veces la moción de destitución no alcanzó la mayoría especial de dos tercios de los votos (87). ¿La tercera, actual, fue la vencida?
La derecha, escasa de pruebas sobre denuncias de corrupción, fundamentó su cargo en un pedido de declaración de “incapacidad moral permanente” de Castillo. Hoy, miércoles 7 de diciembre, el parlamento debía votar por su destitución o no.
Desde hace varios días se venían denunciando “presiones” para obtener la mayoría necesaria que permitiera darle un barniz constitucional al golpe “parlamentario” que derribara al presidente Castillo.
Ante la inminencia de la votación golpista del parlamento, el presidente Castillo se adelantó esta mañana y habló en cadena “anunciando disolver temporalmente el Congreso de la república e instaurar un Gobierno de emergencia excepcional” y convocar a nuevas elecciones antes de los 9 meses.
Pero el presidente del parlamento, el reconocido derechista y represor general retirado, José Williams Zapata, desconoció el decreto de disolución y convocó a sesión, votando la destitución de Castillo.
Es confusa la situación que llevó a Castillo a tomar esta medida desesperada. Había convocado a una mediación de la OEA que planteó en una “inspección” realizada por una misión especial que se estableciera una tregua entre gobierno y oposición parlamentaria. Pero al día siguiente de su partida, la derecha habilitó parlamentariamente el inicio del proceso para “vacar” al presidente. El fin de semana último, varios ministros declararon que no iban a aceptar una votación destituyente.
¿Contaba Castillo con algún tipo de promesas de apoyo por sectores de las Fuerzas Armadas para llevar adelante la impugnación del parlamento?
Es significativo que “el comandante general del Ejército peruano, Walter Córdova Alemán, dimitió de su cargo en una carta expedida al ministro de Defensa, Gustavo Bobbio”, según informaron medios locales. Detrás de esta renuncia vino una catarata de renuncias de ministros del gabinete de Castillo.
Los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y policiales anunciaron su apoyo a la resolución del parlamento de destituir a Castillo. Este se encuentra detenido en instalaciones militares.
El parlamento nombró presidente a Dina Boularte, la vicepresidenta electa en la misma fórmula que Castillo, que rápidamente declaró su oposición a la disolución del Congreso. En tiempo récord se la ha hecho jurar, siendo sus primeras declaraciones contra Castillo y a favor de un gobierno de “unidad nacional” con la derecha. Hasta hace pocas semanas también había pedidos de “vacancia” para ella con argumentos totalmente inconsistentes.
Previamente a la jornada, había anunciadas marchas para esta noche en apoyo al pedido de disolución del Congreso reaccionario y para mañana jueves 8 de diciembre.
La crisis política está en pleno desarrollo.
Rafael Santos
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