El gobierno nacional, como parte de su campaña electoral, echa manos a la inauguración del primer trayecto del gasoducto Nestor Kirchner, y lo vende como su puesta en marcha, pero en realidad el tendido de los caños que parten de Vaca Muerta llega hasta la localidad de Salliqueló, en el oeste bonaerense, muy lejos aún de los grandes centros de consumo del AMBA y el litoral, y de las chances exportadoras. Faltan centenares de kilómetros para llegar hasta San Jerónimo, meta final del gasoducto en su trayecto total planificado.
El invierno y las bajas temperaturas ya han llegado, pero el aporte del gasoducto a la oferta de gas para el conglomerado de hogares, centrales eléctricas e industrias de CABA y el conurbano no llega.
Por ahora, como medida de parche, se prevé conectar en Salliqueló al gasoducto NK con el Neuba II y adicionar en un inicio 11 millones de metros cúbicos diarios, pero es un paso que tiene sus bemoles porque el Neuba II tiene ya unas tres décadas de funcionamiento y varias ampliaciones en su capacidad de transporte (por aumento de compresión), y sufrirá una nueva ampliación con nuevas plantas compresoras mediante “loops” (rulos) de cañería que estarán operativas dentro de unos meses cuando ya haya pasado el invierno.
No es solo un bemol de tiempos. Resulta que el gasoducto Neuba II tiene fijada por diseño un tope de presión en 70 kg/cm2 y una capacidad de transporte de 30 millones de metros cúbicos diarios. Según datos de Enargas, en los meses invernales el volumen transportado realmente por el gasoducto Neuba II respecto a su capacidad de diseño (nominal) llega al 96%.
En el informe sobre la obra para poder aumentar la capacidad de transporte y la presión sobre el Neuba II, realizado por la Universidad Católica de La Plata, se afirma que al momento de realizar dicho informe hace un año atrás: “El sistema de transporte del gasoducto Neuba II se encuentra a su máxima capacidad” y describe que las obras de aumento de capacidad son un “loop del loop del Neuba II existente”.
En esta primera etapa el gasoducto NK le sumará 11 millones de metros cúbicos diarios a transportar, es decir que aumentará un tercio el volumen transportado a costa de aumentar la presión dentro del caño. ¿Aguantará?
Es una pregunta que deben responder los organismos técnicos del gobierno.
De modo que el gobierno nacional inaugurará la mitad de un gasoducto que solo permitirá la llegada a los grandes centros urbanos e industriales mediante el forzamiento de la capacidad de transporte de otro gasoducto con más de treinta años de uso.
Las dos plantas compresoras que permitirán duplicar la capacidad de transporte del gasoducto que se inaugurará, si bien ya están en el país (una en el punto de partida en Tratayén – Vaca Muerta) y la otra en Salliqueló (lugar de empalme con el gasoducto Neuba II), no aumentarán hasta pasado el invierno. Con lo cual la evacuación de la mayor producción de gas de Vaca Muerta tendrá como destino la exportación y no calefaccionar los hogares de millones de familias o proporcionar gas a la industria.
La frase entusiasta que el presidente de Enarsa, Agustín Gerez, escribió en uno de los caños al finalizar la colocación de los mismos: “por la soberanía energética. Viva Argentina”, no deja de ser otro acto en línea con la entrega de los recursos naturales que pretende ser tapada con relato.
Norberto E. Calducci
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