El pasado 25 de enero, el máximo tribunal de justicia y el gobierno Alabama (Estados Unidos) experimentó un nuevo y torturante método de sentencia de muerte con gas nitrógeno.
La correccional W. C. Holman fue el lugar de la primer ejecución de 2024: el condenado, Kenneth Eugene Smith, quien perdió su vida a causa de asfixia química provocada por dicha sustancia, pese a las críticas, rechazos y advertencias efectuadas por entidades internacionales y especialistas. Minutos antes de la ejecución, Kenneth declaró, como últimas palabras; “Esta noche Alabama hace que la humanidad de un paso atrás”.
El nitrógeno es un gas presente en la atmósfera. Del aire que se respira cotidianamente 21% es oxígeno y 78% nitrógeno. Lo realizado pocos días atrás en Estados Unidos se lo denomina como Hipoxia por Nitrógeno. Mediante una mascarilla se reduce la dosis de oxígeno y se lo reemplaza por el gas. De este modo se provoca un paro cardiopulmonar. Lo más cercano a una cámara de gas.
Según informan desde la Justicia del Estado se optó por este método luego de que el preso haya sobrevivido a la inyección letal, al no poder encontrarle una vena donde poner el catéter.
Desde la Organización de las Naciones Unidas, meses antes a efectuar la sentencia, emitieron una denuncia expresando que “pruebas periciales demuestran que la ejecución mediante hipoxia por nitrógeno puede conllevar especial dolor y sufrimiento (…) nos preocupa que la ejecución de Smith en estas circunstancias pueda vulnerar la prohibición de la tortura u otros tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes así como su derecho (al condenado) a recursos efectivos”. Apelación rechazada por la Corte Suprema de Justicia norteamericana.
Este método es utilizado como medio de eutanasia para aquellos animales con patologías incurables. Para estos casos desde la Asociación Americana de Medicina Veterinaria recomiendan, como protocolo, suministrar previamente un sedante. Elemento que no fue dado al condenado.
Alabama es desde 1979 uno de los Estados con mayor cantidad de sentencias capitales realizadas, junto a su vecina Florida. La utilización y legalización de este nuevo método de asesinato y vejamen, por parte del gobierno del mismo partido demócrata de Joe Biden, abre las puertas para que sea utilizado en los otros veintiséis Estados donde la pena de muerte es ley.
La Justicia no puede ser entendida como un acto de venganza, ojo por ojo. A 45 años de implementarse la pena de muerte, las altas cifras de crímenes en el país del norte han demostrado su fracaso absoluto.
Este nuevo método no es un avance, sino todo lo contrario, un retroceso y fuerte ataque a los derechos humanos básicos.
Al reo Smith lo asesinaron peor que a un perro. Demostración del accionar barbárico de la clase burguesa que gobierna, juzga y ejecuta. Solo la movilización del pueblo norteamericano puede dar marcha atrás con estas penas.
Maxi Robes
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