Milei y el capital financiero sin embargo quieren más. El plan de guerra contra los trabajadores amenaza con incendiar las provincias a las que, por ahora, les bloquea la autorización para endeudarse, les ejecuta todas las deudas pendientes y les corta toda transferencia de fondos nacionales específicos, como los de educación u obras públicas, además de los ATN discrecionales. Solo quedan las transferencias de la coparticipación, que cae en términos reales por la caída del consumo y la actividad económica. Por esta vía volverán los planteos de que las provincias son “inviables” como se decía en los ’90, para justificar la disolución de los Estados provinciales en regiones. El poder central es una máquina de concentrar recursos y las provincias meras oficinas de recaudación para el pago de la deuda, que en enero, cuando se impuso el déficit “0” se llevó el triple de recursos que hace un año atrás.
“Medidas de fuerza”
El gobernador de Chubut anunció ante una multitud de unos 15.000 obreros que está dispuesto a desafiar al poder central y propuso tomar una medida de fuerza parando la exportación de gas y petróleo, enseguida los gobernadores patagónicos le dieron su apoyo a la bravuconada. Los diarios de hoy comentan, con razón, que esta medida de fuerza solo la podrían materializar los obreros parando la producción y por lo tanto las exportaciones o su distribución nacional. Que solo los obreros petroleros pueden llevar adelante la medida está dado también por la ley de hidrocarburos, que todos los gobiernos defienden. Es que por esta norma, si bien las provincias tienen el dominio originario de los recursos, una vez extraído el producto pertenece a la empresa titular de la concesión.
Como en todas las grandes causas provinciales, han sido grandes puebladas y huelgas las que enfrentaron los salvajes ataques a los pueblos, la depredación de los recursos naturales las privatizaciones y los ajustes capitalistas. Ahí están en Chubut las puebladas que frenaron la megaminería y se plantaron en defensa del salario docentes y empleados públicos. En Cutral Co y en Mosconi las puebladas encabezadas por los trabajadores “ypefianos” contra la privatización de YPF. En todos los casos los gobernadores estuvieron abiertamente del lado de los ajustadores y mandaron a reprimir a sus pueblos movilizados.
Las contradicciones de los gobernadores, que ven peligrar los negocios de los grupos económicos para los que gobiernan, los han llevado a este “amague” de medidas de fuerza. Buscan algún tipo de pacto fiscal que preserve esos negocios a condición de mantener a fondo el ajuste contra los trabajadores ,así lo plantearon los gobernadores de Salta y Tucumán o el bloque de cuatro senadores que encabeza el salteño Juan Carlos Romero e incluye a dos senadores de Chubut -Andrea Cristina y Edith Terenzi- y a Lucila Crexell de Neuquén.
Derrotar el ajustazo demanda que los trabajadores y los pueblos tomemos la lucha en nuestras manos contra el ajuste de Milei y de los gobernadores. Es necesario, como en todas las grandes crisis, que organicemos la intervención de los trabajadores sobre la base de un programa propio de defensa del trabajo, del salario y de los recursos naturales de las provincias. A la tentativa de las petroleras, con YPF a la cabeza, de reorganizar sus negocios solo en las áreas más rentables como Vaca Muerta abandonando Chubut y otras provincias dejando miles de despidos y enormes pasivos ambientales, hay que oponer la exigencia de un plan de inversiones de YPF en todos las regiones, la defensa de todos los puestos de trabajo y un plan para industrializar en origen la producción bajo control de los trabajadores. Parar los yacimientos, cortar las exportaciones, debe estar al servicio de este programa, no de las maniobras de los gobernadores. Son indispensables asambleas en los yacimientos, en los pueblos y en todos los lugares de trabajo o estudio y la elección de comités de lucha.
Claudio Del Plá
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