En una nueva escalada en la barbarie genocida, Israel bombardeó los asentamientos y tiendas de campaña de los cientos de miles de palestinos desplazados en la ciudad de Rafah, en el límite sur de la franja de Gaza, durante la madrugada de este lunes.
Rafah, una pequeña ciudad de 270 mil habitantes, es el punto elegido por los genocidas para concentrar forzosamente a la población palestina desplazada, que totaliza en más de un millón y medio de personas.
Una incursión por tierra sobre Rafah, lo que parece ser el siguiente paso del premier israelí Benjamín Netanyahu, significaría un ineludible salto en el contador de muertos palestinos, debido al total hacinamiento y precariedad de millones de personas en una muy pequeña superficie de 64 km2. Este dato ha sido señalado por numerosos medios, incluyendo publicaciones israelíes como Haaretz.
El inicio de los bombardeos fue fijado por Israel perversamente a la misma hora que el comienzo del Superbowl, la competición deportiva estadounidense que concentra 200 millones de espectadores a escala mundial, en un intento de cubrir la sangre de sus crímenes.
Como respuesta, millones de personas están saliendo a las calles en todo el mundo para repudiar el genocidio. Manifestaciones de masas comienzan a sucederse en Estados Unidos, Canadá o Dinamarca. Mientras tanto, en muchos otros países se realizan concentraciones de emergencia y se aceleran preparativos para acciones más grandes en los próximos días.
El bombardeo genocida sobre Rafah dejó cientos de muertos. La población palestina hacinada allí se enfrenta a una situación catastrófica, sin acceso a agua potable ni medicina. Cifras de organismos internacionales estiman que un cuarto de la población palestina padece hambre.
Cese al fuego inmediato. Retiro de todas las fuerzas de ocupación. Paremos el genocidio de Israel contra el pueblo palestino.
Lucas Vallejos
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