En una entrevista televisiva, el jefe de campaña del FA recordó que, en 2004, Tabaré Vázquez nombró a Danilo Astori como ministro de Economía en Washington, durante una gira. Todavía faltaba para las elecciones, pero estaba descontado que las iba a ganar la coalición centroizquierdista y que, por primera vez en la historia, ésta accedería al gobierno. El mencionado jefe de campaña afirmó que esto fue así porque el FA tenía que “dar ciertas garantías” en los círculos del imperialismo: “(Yamandú) Orsi no tiene necesidad de eso. La garantía es el candidato” (Alejandro Pacha Sánchez, senador del MPP de José Mujica, en Séptimo Día, 1/9). Toda una definición.
Este martes, Yamandú Orsi, el candidato del FA, durante un encuentro con la B'Nai b'rith y el Comité Central Israelita del Uruguay, dijo estar dispuesto a declarar a Hamás como una organización terrorista. Un calco de los movimientos y promesas de Sergio Massa durante su campaña el año pasado. La última perla en el collar de agachadas ante el sionismo, Orsi también repudió a las compañeras que, en la marcha del 8M, habían llevado pancartas y muñecos repudiando el genocidio del Estado de Israel en Gaza, contra las cuales el Comité Central Israelita en una denuncia penal que no tuvo andamiento en la justicia.
Plebiscito
Junto a la elección presidencial, se desarrollarán dos plebiscitos. Uno impulsado, entre otros, por el PIT-CNT, la central obrera, contra la reforma de la seguridad social; y otro, referido a una reforma constitucional que permita la realización de allanamientos nocturnos.
El plebiscito impulsado por la central sindical PIT-CNT, la Federación de Estudiantes Universitarios de Uruguay (FEUU) y la FUCVAM (Cooperativas de Vivienda), se centra en tres puntos: restablecer la edad de retiro en los 60 años (que la reforma jubilatoria reciente del gobierno de Lacalle Pou llevó a 65), equiparar el monto de las jubilaciones y pensiones mínimas a valor del salario mínimo nacional, lo que implica un aumento inmediato de unos $ 4.000 pesos uruguayos (cien dólares) para algo más de 300.000 jubilados. Y, finalmente, eliminar la Afap, es decir, las administradoras de fondos de pensión privadas, que hoy ya manejan un fondo que supera los 24.000 millones de dólares. Según la última encuesta de una de las principales consultoras, el apoyo al plebiscito recoge un 53% de adhesión. Algunos aspectos, como el aumento de las pasividades más bajas, llegan a contar con un 80% de apoyo en las encuestas.
Uno de los coordinadores del programa de gobierno del Partido Nacional escribió una nota titulada “Olor a Brexit”, previniendo que era “una actitud temeraria” sostener que no va a ganar el plebiscito simplemente porque la mayoría del arco político se haya pronunciado en contra, recordando que, en 2016, la élite política y económica británica estaban en contra de abandonar la Unión Europea, pero la mayoría de los votantes se manifestó a favor.
Hace un tiempo, José Mujica, queriendo desmarcarse de la consulta popular, había dicho que era como “afeitarse con un hacha”. El ex presidente Julio María Sanguinetti, líder del Partido Colorado, advirtió: "Si triunfa el plebiscito, esa misma noche se muere el Uruguay de las certezas y empieza el Uruguay kirchnerista" (El Observador, 4/9).
Se ha puesto en movimiento una furiosa campaña de parte de todo el espectro político, desde el gobierno hasta sectores del Frente Amplio, en especial su fórmula presidencial y obviamente todas las cámaras empresariales y sus medios a disposición.
El pronunciamiento de los 111
Esta semana salió a la luz un documento firmado por 111 técnicos y académicos frenteamplistas que abiertamente atacan el plebiscito y convocan a votar NO. En realidad, para ser precisos, convocan a no ensobrar la papeleta blanca del SI, porque en los plebiscitos de reforma constitucional no existe una papeleta del NO. Para votar NO, basta con no poner la papeleta del SI. Esto significa que no hay forma de abstenerse.
Entre los firmantes del documento hay figuras importantes de la coalición centroizquierdista, sobre todo ex ministros de economía de los gobiernos del FA y actuales legisladores de esa fuerza política. La indignación que recorre a la base del FA en estas horas es elocuente en redes, donde los firmantes son repudiados ampliamente. Cabe mencionar que la fórmula del Frente Amplio ya había anunciado que no ensobraría la papeleta, en un claro llamado a boicotear el plebiscito, pero en un intento por sellar un acuerdo entre los sectores que apoyaban y los que no, resolvieron la llamada “libertad de acción”, un sin sentido que en realidad daba vía libre para realizar campaña en contra de la iniciativa. Esto es precisamente lo que hacen los 111 “técnicos”. Entre los firmantes se encuentra nada menos que Gabriel Oddone, ex directivo de la consultora CPA Ferrere (una de las principales en el sistema financiero uruguayo) y un hombre vinculado al Banco Mundial. Oddone ha sido nominado para el cargo de ministro de Economía en caso de que el FA se imponga en las urnas.
Este tema ha embretado especialmente al Partido Comunista que apoya el plebiscito y, según informa el semanario Búsqueda (5/9), se ha visto obligado a denunciar que el documento de los 111 “violentaba” la famosa libertad de acción: “A varios sectores e inclusive al comando de campaña del candidato Yamandú Orsi les molestó la “oportunidad” del documento. “Flaco favor le hicieron a quienes estamos en contra de la reforma, y también a la campaña del Frente Amplio. No sé cómo no se dieron cuenta de la torpeza política”. Esta confidencia es difícil de tragar. Es improbable que el “Pacha” Sánchez y el MPP -que tiene la manija de la campaña de Orsi- desconociera esta jugada. Más bien parece que acomodan el cuerpo ante la indignación que han recogido los 111 de parte de su propia base.
Marcelo Abdala, presidente del PIT-CNT y dirigente del PCU fue el único orador en el acto lanzamiento de la campaña por el SI el miércoles 4. El tono fue más que elocuente: en su discurso fustigó “A los detractores de la iniciativa como parte de un “Olimpo” tecnocrático y “muchas veces soberbio”. Ese grupo, afirmó, defiende los “privilegios de una minoría” mediante un “totalitarismo de los medios” (Búsqueda 5/9). El PCU se deja devorar por los mitos que él mismo ha creado. Es que llaman a votar por Orsi, el mismo candidato de los “tecnócratas” que defienden los privilegios de esa minoría. Antes que nada, este estado de cosas los autoinculpa.
Los partidos de la izquierda tradicional, integrantes del FA, es decir el Partido Socialista y el Comunista, han quedado en una posición comprometida. Primero, Carolina Cosse, la ex intendenta de Montevideo y actual candidata a vicepresidenta, quien había firmado por el plebiscito (para habilitar la consulta en octubre era necesario reunir las firmas del 10% del padrón electoral) anunció, luego de un prolongado silencio, que no iba a votar la papeleta del SI. El Partido Comunista ha llevado el juego de dualidades más lejos, pues ha establecido un acuerdo electoral para el Senado con sectores que firman el documento del 111, como Pablo Ferreri, un economista que proviene del ala derecha del FA. Una operación política imposible.
Frente de Trabajadores
Desde el Partido de los Trabajadores hemos estado presentes en cada etapa de esta campaña. La hemos impulsado a fondo y caracterizado como una verdadera grieta de clase. Nuestro último volante pone como subtitulo “TENEMOS UNA OPORTUNIDAD”. Un triunfo del plebiscito sería un golpe demoledor al conjunto del régimen político. No cabe ninguna duda. Los banqueros están desesperados porque pueden perder el control de más de 24.000 millones de dólares -que deberían ser puestos al servicio de un plan económico y social de la clase obrera, lo que supera los métodos plebiscitarios o electorales, y requiere colocar la cuestión del poder (gobierno de trabajadores).
En las bases obreras existe una verdadera indignación, y el activismo se ha puesto en movimiento negándose a que el gran acuerdo de la centroizquierda con la derecha le hunda la oportunidad de imponer un golpe a las AFAP y el régimen de los banqueros.
El acuerdo electoral que establecimos junto a otros grupos de izquierda denominado Unidad Popular-Frente de Trabajadores, es prácticamente el único de los once lemas electorales que ha declarado su apoyo al plebiscito del pueblo. La fórmula presidencial que integra nuestra compañera Andrea Revuelta, ha estado presente en todos los actos y movilizaciones en apoyo a esta pelea. Las encuestas muestran la posibilidad de que este acuerdo obtenga una banca parlamentaria, una disputa trabajosa en el marco de una polarización muy marcada.
Es previsible que la campaña contra el plebiscito continúe tanto por parte del gobierno como del FA, ante la evidencia de que el apoyo entre la población sigue siendo muy alto. El desafío para el PT pasa por explotar la contradicción entre una base que se rebela contra la burguesía “progre” y “los tecnócratas” y al mismo tiempo es condenada por la izquierda frenteamplista a hacer seguidismo a los representantes de las Afap y los banqueros. Con la mira puesta en esto hemos hecho hincapié en la necesidad de un reagrupamiento que impulse, en oposición al frente de colaboración de clases, un Frente de Trabajadores, en la perspectiva del gobierno de trabajadores y la unidad socialista de América
Latina.
Camilo Márquez - Partido de los Trabajadores (Uruguay)
06/09/2024
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