
El 9 de octubre se cumplen 41 años del cobarde asesinato de Ernesto Che Guevara, en Bolivia. En Cuba fue conocido, simplemente, como el Che, una expresión cariñosa argentina que equivale a tío en España o a cuate en México. Cada mañana, los niños cubanos empiezan sus clases recitando el lema patriótico: "Por el comunismo, seremos como el Che".
Nacido en Argentina, en la ciudad de Rosario, un 14 de junio de 1928, Guevara procedía de una familia de clase media de izquierda. De niño padeció graves problemas de asma, que más tarde influyeron en su decisión de convertirse en médico. Se graduó en la facultad de medicina de la ciudad de Buenos Aires en 1953. Previamente, en 1951 decidió recorrer, en moto, Latinoamérica junto a su amigo el bioquímico cordobés Alberto Granado, y el 13 de julio de 1953 emprende un segundo viaje por el continente americano, esta vez en compañía de un amigo de la infancia, Carlos "Calica" Ferrer.
En 1954, después de presenciar el derrocamiento, organizado por la CIA, del gobierno socialista de Jacobo Arbenz, en Guatemala, Guevara se trasladó a México, donde conoció al entonces exiliado Fidel Castro. Poco después, se unió al Movimiento 26 de Julio y posteriormente, ya en Cuba, dirigió los ataques guerrilleros que condujeron a la huida de Fulgencio Batista. Una vez que se estableció el Gobierno revolucionario, supervisó la reforma agraria, fue presidente del Banco Nacional de Cuba y negoció los acuerdos comerciales con los países del Este.
Durante la década de 1960 toda una generación de jóvenes revolucionarios adhirieron a sus ideales, su dedicación desinteresada y su implacable ética del trabajo. Su imagen elocuente presidió los movimientos de protesta en ciudades de todo el mundo, como París, Londres, Washington, Montreal, Tokio, Bombay y Bagdad.
El asesinato del Che: Mensaje desde Washington
Aproximadamente a las 11 de la noche del 8 de octubre de 1967, el presidente boliviano René Barrientos, a través del embajador norteamericano Douglas Henderson recibió un mensaje desde Washington donde plantearon que el Che debía ser eleminado. Entre los argumentos que el embajador expuso al Presidente estaban los de que en la lucha común contra el comunismo y la subversión internacional, era más importante mostrar al Che totalmente derrotado y muerto en combate, puesto que no era recomendable tener vivo a un prisionero tan peligroso.Permitir esto significaba mantenerlo en prisión, con riesgos constantes de que grupos de "fanáticos y extremistas" trataran de liberarlo. Luego vendría el juicio correspondiente, la opinión pública internacional se movería y el gobierno de Bolivia no podría hacerle frente por la situación convulsa del país.
El embajador hizo referencia al juicio contra Régis Debray en Camiri, Bolivia, y todas las consecuencias negativas que esto había traído para los intereses comunes.
Alrededor de las 10 de la mañana, en el humilde caserío de La Higuera, el agente de la CIA Félix Ramos recibió un mensaje cifrado, en cuyo texto estaba el código establecido para actuar contra la vida del Guerrillero Heroico.
Aproximadamente a las 11 de la mañana regresó el coronel Zenteno Anaya acompañado del mayor Ayoroa, a quienes el agente de la CIA les trasmitió la decición final de eliminar al Che, además les aclaró que con gusto cumpliría la orden de dispararle.
En entrevista de prensa, Mario Terán declaró que cuando entró al aula ayudó al Che a ponerse de pie, que estaba sentado en uno de los bancos rústicos de la escuela de La Higuera y aunque sabía que iba a morir, se mantenía sereno. Terán afirmó que él se sintió impresionado, no podía disparar porque sus manos le temblaban. Dijo que los ojos del Che le brillaban intensamente, que lo vio grande y que venía hacia él. Sintió miedo y se le nubló la vista, al mismo tiempo, escuchaba como le gritaba: "Dispara, cojudo, dispara".
A Terán le volvieron a dar bebidas alcohólicas, pero aún asi no podía disparar.
Los oficiales Carlos Pérez Bernardino Huanca dispararon contra el guerrillero peruano Juan Pablo Chang-Navarro y el boliviano Willy Cuba.
Nuevamente los oficiales bolivianos y el agente de la CIA compulsaron a Mario Terán para que disparara. A los periodistas les contó que él cerró los ojos y disparó. Ya habían pasado unos 10 minutos aproximadamente de la una de la tarde del día 9 de octubre de 1967. El agente de la CIA Félix Ramos disparó también sobre el cuerpo del Che...
Ironías del destino: el año pasado el exsoldado boliviano Mario Terán fue operado por oftalmólogos cubanos, en el marco de la Operación Milagro, y recuperó la visión. Seguramente su conciencia no corrió la misma suerte.
Osvaldo Piñero (especial para ARGENPRESS.info)
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