domingo, noviembre 09, 2008

EL VALLE DE LOS CAIDOS

“Los fascistas en el basurero de la historia”

No existe una sola razón lógica o formal siquiera, para que el Ejército uruguayo se encuentre involucrado en medio de una guerra en el continente africano.
Cualquiera podría haber pensado hace unos años atrás, que una vez que la izquierda llegara al gobierno, entre sus primeras medidas seguramente hubiera estado la de regresar a casa a las tropas de ocupación y al servicio de la ONU en países con conflictos internos.
Sin embargo no fue así. Y por el contrario, el gobierno del Doctor Tabaré Vázquez, reforzó y aumentó el número de efectivos tanto en el Congo como en Haití.
La situación y la guerra en el Congo es demostrativa de que estos soldados uruguayos, están imposibilitados de evitar la guerra, proteger la población civil y evitar la violencia en ese país.
Ahora fuertes combates al norte de Goma ponen en desbandada a 60.000 desplazados congoleños.
Una columna del Ejército congoleño, formada por menos de un centenar de soldados, ha tomado posiciones defensivas en una colina a unos cuatro kilómetros al norte de Goma, donde los enfrentamientos con tropas rebeldes al mando del líder tutsi, Laurent Nkunda, han generado la mañana del viernes una ola de pánico entre los más de 60.000 desplazados concentrados en torno a la localidad de Kivati.
Las fuerzas gubernamentales han utilizado fuego de mortero, lanzagranadas y armas automáticas para hacer frente al avance de los hombres del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), que rompen así el alto el fuego declarado la semana pasada.
Los combates han interrumpido la distribución de alimentos y el trabajo de las agencias humanitarias, como ha denunciado, en un comunicado de urgencia emitido en Ginebra, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Los enfrentamientos han interrumpido la distribución de alimentos y el trabajo humanitario entre los desplazados
Los enfrentamientos se han producido a escasos metros de la improvisada zona de acogida a más de 60.000 civiles que huían de los combates de la última semana, una región de tierras volcánicas donde la idea de un campo de refugiados como tal es por ahora un lujo inalcanzable para los atemorizados congoleños y las agencias humanitarias que intentan atenderlos.
No existen aún datos de bajas, pero la carretera que conduce a Goma se ha vuelto a inundar con civiles que buscan refugio en esta ciudad, que ya acogió a cientos de miles de refugiados en 1994 que huían del genocidio ruandés.
La ONU ha cifrado en 253.000 los desplazados internos que ha generado la última crisis congoleña, que se suman a los 800.000 refugiados provocados por los conflictos superpuestos que han castigado a este gigante africano en los últimos 15 años.
Esta “tercera guerra” devuelve al país al clima de violencia provocado por la guerra civil de 1998, 2003, y que siguió al conflicto que provocó en el Congo en 1996, 1997 el genocidio ruandés de 1994.
Oficiales de la misión de la ONU –Monuc- han denunciado aunque no se haya podido confirmar hasta el momento, que tropas angoleñas están combatiendo junto a las fuerzas del Gobierno. Angola es la principal potencia militar de la zona, y desempeñó un papel muy activo en el conflicto interno de 1998. El temor a una internacionalización del conflicto ocupará la cumbre que preside hoy en Nairobi Kenia, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki moon, auspiciada por la ONU y la Unión Africana.
Los líderes africanos se reúnen en Nairobi para discutir la crisis en el Congo.
El encuentro tiene lugar un día después de una nueva matanza perpetrada por rebeldes tutsis.
Líderes africanos y de los organismos internacionales se reunirán hoy en Kenia para discutir la violenta crisis que azota la República Democrática del Congo (RDC) y que ha dejado decenas de muertes en las últimas semanas.
El encuentro contará con la asistencia de más de una decena de políticos, entre ellos Jospeh Kabila y Paul Kagam, los mandatarios de la RDC y Ruanda, respectivamente.
También estarán presentes el secretario general de la Organización de Naciones Unidas ONU, Ban Ki Moon, y el comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel.
En el Congo, los rebeldes han roto el alto el fuego y lo han hecho masacrando a al menos 12 varones en Kiwanja.
Los rebeldes tutsis han retomado las almas desde el verano pasado. El avance rebelde y el miedo a un nuevo conflicto ha empujado a más de 250.000 personas hacia los campamentos humanitarios.
La estabilidad del Congo cuelga de un hilo, una situación que desborda a los 17.000 soldados de la ONU desplegados por el país.
La conferencia se celebra un día después del asesinato de al menos 12 civiles varones de la localidad de Kiwanja a manos de las milicias rebeldes del Consejo Nacional para la Defensa del Pueblo, dirigidas por Laurent Nkunda, un general congoleño disidente de origen tutsi y de inclinación pro Ruanda.
El presidente Kabila ha criticado la inoperancia de las Fuerzas de la ONU en la zona para detener la matanza.
“Los civiles están siendo masacrados y los cascos azules no hacen nada”, dice un portavoz del mandatario en Nairobi citado por la BBC.
Nkunda ya ha lanzado una advertencia a la cumbre celebrada en Kenia, al señalar que la reunión no pondrá fin a sus actividades rebeldes hasta que el presidente Kabila acceda a negociar directamente con él.
“Es sólo una cumbre regional. No tiene impactos en nuestras demandas”, ha señalado Nkunda a la agencia Reuters.
Cruentos enfrentamientos entre las milicias disidentes de Nkunda y las fuerzas progubernamentales Mai Mai se han registrado en las últimas semanas. El Gobierno ha denunciado que las milicias rastreaban casa por casa en busca de Mai Mais.
Anneke Van Woundenberg, de Human Rights Watch HRW declaró que “el asesinato de civiles, la destrucción de los campamentos, el retorno forzado de los desplazados y la evacuación forzosa de las ciudades constituyen todos crímenes de guerra”.
La situación humanitaria en Kivu Norte, en el este de la República Democrática del Congo, sigue deteriorándose, y la ONU calcula que desde septiembre pasado 253.000 personas fueron desplazadas de sus hogares por la violencia.
Aunque las cifras son “estimaciones” de la agencia para la asistencia humanitaria OCHA, esas personas se suman a otros 800.000 desplazados de anteriores hostilidades.
Decenas de miles de desplazados por la violencia deambulan por el este de la República Democrática del Congo, sin poder recibir ayuda humanitaria, ya que sus poblados y campamentos se encuentran ocupados o han sido destruidos por militares y grupos armados.
El pueblo de Kiwanja, donde hasta el martes pasado vivían unas 12.000 personas, quedó desierto y en sus calles sólo se veían dos vehículos blindados de la Misión de Naciones Unidas en el Congo, y guerrilleros tutsis del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo CNDP, que controlan la zona.
Los rebeldes del CNDP habían recuperado hoy Kiwanja, tras dos días de combates con milicianos locales mai, mai, aliados del Gobierno de Kinshasa.
Kiwanja se encuentra cerca de la ciudad de Rutshuru, en el norte de la provincia de Kivu Norte, ocupada en su mayor parte por el CNDP, encabezado por Laurent Nkunda, en una ofensiva iniciada por los rebeldes hace dos semanas y que pararon al declarar un alto el fuego el 29 de octubre a las puertas de Goma, la capital provincial.
Según el jefe de los rebeldes en la zona de Kiwanja, el “capitán Idriss”, en los combates cayeron medio centenar de milicianos mai, mai, sin que hubiera más víctimas, pero un oficial de la MONUC, que pidió el anonimato, señaló que los muertos en los dos días pasados fuero al menos 180, la mayoría civiles.
Los vecinos de la localidad admiten que hubo “muchos muertos”, sin más detalles, y uno de ellos, Jean Paul Kitaki, dijo a Efe que tanto los mai, mai como los del CNDP “dispararon y mataron” a civiles, por lo que la población ha huido y no quiere regresar, pese a que el “capitán Idriss” les asegura que los combates han terminado.
Cientos de desplazados se agolpaban hoy frente a la base de la MONUC que hay en las afueras de Kiwanja o circulan por la carretera que va Rutshuru, en busca de refugio y ayuda.
Pero en Rutshuru, la asistencia es escasa y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha señalado que los campos de desplazados situados en los alrededores se encuentran destruidos.
Desde que se reanudaron las hostilidades en el este de la RDC en agosto pasado, unas 250.000 personas se han visto desplazadas de sus casas en la zona, 100.000 de ellas durante la ofensiva del CNDP de las dos últimas semanas.
De los alrededor de seis millones de habitantes que hay en la provincia congoleña de Kivu Norte, se calcula que una quinta parte, unos 250.000, viven desplazados y en una situación desesperada, que se ha agravado en estas últimas semanas.
Amnistía Internacional hizo público hoy un comunicado en el que reitera que “la situación en la RDC sigue al borde de la catástrofe humanitaria” y señala que, mientras se consigue una solución definitiva, se debe reforzar a la MONUC para proteger a los civiles.
AI recalca que se debe reforzar la MONUC con las tropas y los servicios necesarios para dar una “protección efectiva” a los civiles de los ataques de grupos armados, garantizar las operaciones humanitarias y hacer respetar el embargo de armas internacional a la RDC.
Con sus rebeldes a siete kilómetros de Goma y tras haber declarado el alto el fuego la semana pasada, Nkunda ha reclamado unas negociaciones directas con el Gobierno de Kinshasa, que encabeza el presidente Joseph Kabila.
El Gobierno se ha negado a negociar directamente con Nkunda, que ha amenazado con llevar la guerra hasta Kinshasa y derrocar al régimen de Kabila, quien ha afirmado que sólo conversará en el marco de los acuerdos de paz firmados en noviembre y enero pasados.
Por su parte, los “cascos azules” de la MONUC en Goma, han recibido la orden de “abrir fuego”, si cualquier grupo armado trata de ocupar la ciudad, según declaró a los periodistas Alain Le Roy, subsecretario general de la ONU para Operaciones de Paz.
“Deben abrir fuego si grupos armados, quienes quiera que sean, intentan entrar en Goma”, dijo Le Roy en la misma ciudad, de la que gran parte de sus habitantes huyeron hace diez días.
Tanto Le Roy como los responsables de la MONUC han establecido un refuerzo en el este del Congo de los efectivos de la Misión, que cuenta con 18.500 personas, de las que 17.000 son militares y es la mayor desplegada por la ONU en el mundo.
Por otro lado, mañana se celebrará en Nairobi una cumbre para estudiar la situación del este del Congo, en la que se espera al secretario general de la ONU, Ban Ki moon, los presidentes de la RDC, Joseph Kabila, y Ruanda, George Kagame, junto a otros gobernantes africanos y representantes de la Unión Africana, la Unión Europea y Estados Unidos.
Otro ataque estadounidense deja 10 muertos en Pakistán.
El ataque ha tenido lugar en una zona tribal de la provincia de Waziristán del Norte.
Al menos diez milicianos islamistas han fallecido después de que un avión estadounidense no tripulados disparase con misiles contra una zona tribal de Pakistán, según han confirmado fuentes de los servicios de seguridad.
“Varios misiles han impactado un supuesto escondite de insurgentes de Al Qaeda en la provincia de Waziristán del Norte”, ha señalado la fuente, que ha querido quedar en el anonimato. Este es el último de unos 20 ataques con aviones no tripulados que ha llevado a cabo el Ejército estadounidense en la zona, pero es el primero desde las elecciones en EE UU el pasado martes.
Las provincias paquistaníes en la frontera con Afganistán han registrado en los últimos meses un aumento de la presencia de varios grupos de milicianos de Al Qaeda y talibanes.
El Gobierno del presidente Asif Alí Zardari ha pedido a los líderes tribales de estas provincias hacer frente a esta presencia terrorista, lo que ha provocado una gran sangría en el país.
El pasado mes de julio, el jefe del Estado Mayor de la administración del presidente George W. Bush, Michael Mullen, informó de que el Ejecutivo había autorizado la conducción de varias operaciones militares en Pakistán sin autorización previa del Gobierno de este país.
En España la Audiencia paraliza cautelarmente la apertura de fosas del franquismo y la Guerra.
Como sabemos que muchos emigrantes y familiares de españoles suelen escuchar la radio es que comentamos esta noticia que hoy está en portada de los principales periódicos de Madrid.
Los magistrados acuerdan que se detenga la exhumación de cadáveres hasta que se dirima si Garzón es competente en la investigación

La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha suspendido cautelarmente la apertura de fosas de la Guerra Civil y el franquismo hasta que se dirima si el juez Baltasar Garzón es competente para hacerse cargo de la investigación.
Los 15 magistrados de la Sala han celebrado un Pleno extraordinario a petición de la Fiscalía en el que han adoptado la medida solicitada por el Ministerio Público.
Emilio Silva, de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, afirma que ellos seguirán con las exhumaciones y señala que es inhumana la actitud de la Fiscalía por no tener en cuenta el sufrimiento de muchas familias.
En el escrito dirigido a la Sala de lo Penal, la Fiscalía argumenta que Garzón “ha seguido ordenando la práctica de diligencias y dictando resoluciones” antes de que se haya decidido si es competente.
El juez “no puede practicar más diligencias que aquellas que sean necesarias para comprobar el delito o de reconocida urgencia, y parece obvio que todas las diligencias acordadas no revisten ese carácter”, señala el fiscal, por lo que solicita que se ordene al Instructor que se limite a practicar “diligencias esenciales que no causen a terceros perjuicios irreversibles de difícil reparación”.
El juez Santiago Pedraz autorizó ayer, en sustitución de Garzón que se encuentra de baja médica, que la familia de Federico García Lorca pudiera estar presente en la apertura de la fosa del poeta. También permitió la exhumación de varios cadáveres de republicanos enterrados junto a Franco en el Valle de los Caídos.
Previamente, Garzón acordó la apertura de otras 19 fosas como le pedían una veintena de asociaciones para la recuperación de la Memoria Histórica.
Garzón y el fiscal jefe de la Audiencia, Javier Zaragoza, mantienen un enfrentamiento por la causa contra el franquismo. El juez transformó la investigación en sumario, lo que obligaba a la Fiscalía a recurrir ante él antes de hacerlo en la Sala. El fiscal sin embargo presentó recurso de apelación ante el pleno de magistrados.
Garzón, que era el encargado tramitar el recurso ante la Sala, se negó por considerar que el Ministerio Público tenía que presentar previamente otro escrito ante él.
En su recurso de apelación, el fiscal solicitó al pleno de la Sala Penal, de acuerdo con un artículo de la ley de Enjuiciamiento Criminal, hasta ahora no aplicado en la Audiencia, que dejara al juez fuera de la investigación por considerar que no era competente. Ese artículo establece que “si durante el sumario o en cualquier fase de instrucción de un proceso penal el Ministerio Fiscal entiende que el juez instructor no tiene competencia para actuar en la causa, podrá reclamar ante el tribunal superior al que corresponda, el cual resolverá de plano y sin ulterior recurso”.
La convocatoria del Pleno urgente ha provocado que el juicio por el desvío de fondos del Ayuntamiento de Marbella, en el que uno de los acusados es el ex asesor de urbanismo Juan Antonio Roca, y en el que se esperaba la declaración del ex alcalde de la localidad Julián Muñoz, haya tenido que suspenderse para que los magistrados pudieran asistir a la reunión extraordinaria.
El juez Baltasar Garzón ha autorizado la exhumación de los cuerpos de ocho republicanos, siete hombres y una mujer, que fueron enterrados sin el conocimiento ni el consentimiento de sus familiares en el monumento que Francisco Franco levantó para conmemorar su victoria y homenajear a los muertos del bando nacional. Es decir, la exhumación de “la caja colectiva o columbario 198, piso 1º, de la Cripta derecha y caja individual 10.672, piso 1º, Cripta África de la Basílica del Valle de los Caídos”.
“Vamos a recuperar a mi padre, a mi tío y a los otros seis fusilados de Pajares de Adaja. Estoy muy contento. Poco a poco, se van cumpliendo nuestros deseos”, explicó Fausto Canales, de 74 años, hijo de Valerico y sobrino de Fidel, dos de los ocho republicanos cuyos cuerpos “robó Franco”.
“Le voy a pedir a los expertos el equipo de siete especialistas que Garzón ha pedido que le asista en la causa, que elabore un proyecto de exhumación en el Valle de los Caídos. Sé que se van a plantear dificultades, pero esto no debe ser distinto a cualquier otra exhumación”, añadió.
Recuperar los restos del mausoleo no va a ser fácil. Tras la puerta que preside la inscripción “Caídos por Dios y por España 1936-1939”, hay un sinfín de nichos, los expertos estiman que entre 40.000 y 60.000, inaccesibles.
Canales lo comprobó con sus propios ojos en su penúltima visita al Valle de los Caídos, sólo volverá para llevarse a los suyos a casa, dice.
“Las zonas de columbarios están selladas con chapas de mármol y no son accesibles, pero no es difícil, me pareció, adivinar dónde estaban las puertas de entrada de acceso a ellos”, explicó. El mármol no es el único problema.
“El benedictino que me señaló el lugar exacto”, añadió Canales, “me manifestó que no era partidario de sacar los restos de allí”.
En la caja colectiva que Garzón ha autorizado a recuperar del Valle de los Caídos están Valerico Canales, Celestino Puebla, Emilio Caro, Flora Labajos, Pedro Ángel Sanz, Román González y Víctor Blázquez, miembros de la Casa del Pueblo de Pajares de Adaja Ávila.
Fueron fusilados el 20 de agosto de 1936 por un grupo de falangistas, arrojados a un pozo en desuso en Aldeaseca, un pueblo cercano, y desenterrados 23 años después por un grupo de hombres, que siguiendo órdenes de la misma autoridad que había determinado su muerte, desenterró a los siete republicanos y los trasladó al Valle de los Caídos cuando faltaba un mes para inaugurar el monumento.
La caja individual corresponde a Fidel Canales, que murió en el frente y estuvo enterrado en el cementerio de Griñón, Madrid, hasta que el 30 de diciembre de 1968 se depositaron sus restos en el Valle de los Caídos.
Acabaron allí porque muchas viudas de soldados franquistas no autorizaron el traslado de los restos de sus maridos al monumento de Franco. El régimen necesitaba cuerpos para alimentar aquella enorme cripta, cuya construcción se demoró 20 años, y el Ministerio de la Gobernación los pidió por carta a ayuntamientos de toda España, rogando además, que respondieran “con la mayor brevedad posible”. Muchos municipios contestaron que no tenían muertos del bando nacional, pero sí “fosas del ejército rojo”. Y Franco cambió su criterio inicial.
El equipo de expertos al que el juez Garzón ha pedido que desarrolle las labores de búsqueda y localización de víctimas de la Guerra Civil y la dictadura para atender las peticiones de sus familiares “en un plazo razonable” se reunió ayer por primera vez con el equipo de policía judicial para decidir, entre otras cosas, por dónde empezar. La primera tarea será digitalizar toda la información que las asociaciones de memoria histórica han ido aportando al juez. “El Ministerio de Justicia va a facilitarnos una aplicación inteligente, es decir, un programa informático que se llamará Memoria Histórica, para ordenar toda esa información. Nos han dicho que puede estar listo en un mes”, explicó Fernando Magán, abogado de los denunciantes.
A la reunión asistieron cinco de los siete expertos del grupo: los historiadores Francisco Espinosa y Queralt Solé, el médico forense Francisco Etxeberria, el ex presidente de la Audiencia de Barcelona Antonio Doñate y Manuel Escarda, médico forense que sustituye a la historiadora Maribel Brenes en el grupo. Al encuentro en la Audiencia Nacional, no pudieron asistir el ex fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo designado por Garzón, ni el historiador Julián Casanova elegido por las asociaciones, en Washington.
Los expertos utilizaron la reunión para definir sus primeras necesidades. De momento, les han pedido que guarden las facturas de sus desplazamientos.
En Roma un fotógrafo fascista recoge la presencia italiana en España y la vida cotidiana de soldados y ciudadanos en la Guerra Civil Española.
Una selección de las 4.000 fotografías, que se encontraron en la basura, y que plasman a los soldados fascistas italianos enviados por Benito Mussolini para apoyar al bando nacional en la Guerra Civil española 1936, 1939, se inaugura en una exposición en Roma, organizada por el Instituto Cervantes.
Las fotografías en blanco y negro fueron halladas por una mujer en 1992 en una caja de madera en la basura del pueblo de Vitipendio, en el Tirol italiano, y en 2004 fueron compradas por el archivo de Bolzano, la ciudad más importante de la zona.
Tras muchas investigaciones se supo que el autor de las mismas era uno de los fascistas italianos llamado Guglielmo Sandri, aunque su verdadero nombre era Wilhem Schrefer, nacido en 1905 en Merano, cuando aquella parte de Italia pertenecía aún al Imperio austro, húngaro.
Con la llegada de Mussolini y el decreto de 1926 para la italianización de los apellidos alemanes, Shefer se cambió la identidad y se hizo llamar Gugliemo Sandri, nombre de un campeón de motociclismo, que era otra de sus aficiones. La partida de identidad con su nombre original tachado y el nuevo italiano, es una de las joyas que se exhiben en la exposición.
Sandri se enroló en el Cuerpo de Tropas Voluntarios italianas y, como teniente legionario de la División Littorio cruzó con la cámara al hombro toda España.
El ojo de Sandri captó escenas de la derrota en la batalla de Guadalajara; la toma de Santander y San Sebastián, donde posa frente a la playa; la campaña de Aragón y de Levante con la ocupación de Barcelona; la decisiva batalla del Ebro; el paseo de la victoria en Madrid y el regreso a casa con el desembarco glorioso en Nápoles donde los italianos fueron recibidos como héroes por el propio rey Víctor Manuel III.
Los expertos creen que la iniciativa de Sandri fue fruto de su pasión privada por la fotografía y no de un encargo de la autoridad militar porque todo lo que fotografió se lo llevó a su casa y sus descendientes guardaron los negativos, como comprobaron los investigadores del caso.
La importancia de la colección reside no sólo en la estética y la técnica de la fotografía, sino también en que recoge todo el arco cronológico de la presencia italiana en España y momentos de la vida cotidiana de los soldados y también de los españoles.
El fotógrafo capta a los militares preparándose para la batalla; la destrucción de un puerto del Norte, probablemente en Bilbao; el paso de los italianos por el puente gótico de Zaragoza con la basílica del Pilar al fondo; imágenes de prisioneros republicanos; secuencias de la toma de una cima e instantáneas de las tropas moras de Franco, algunos con el cigarro en la boca.
También plasma la vida cotidiana de los fascistas italianos en aquella España; mientras confraternizan con campesinos, niños y mujeres; un soldado leyendo una revista con orondas mujeres desnudas; otro afeitando a un superior con cara plácida, un grupo que participa en la procesión del Corpus y otro rodeado de gozosas jovencitas españolas.
De especial interés resultan los edificios, monumentos, iglesias y edificios dañados o destruidos, y los retratos de la meseta árida de Castilla, los páramos de Aragón y el mar Mediterráneo.
La sensibilidad de Sandri le anima a plasmar instantáneas de los españoles en la guerra: mujeres lavando la ropa en el río; la mirada incrédula de un campesino en Arnes, Cataluña, mientras pasan las tropas; la evacuación de civiles en Aragón; grupos de niños que visitan el batallón de Littorio, y viejos, mujeres y niños españoles con el saludo romano en un acto político, religioso en un cementerio.
Sandri después luchó en Yugoslavia y en África en plena II Guerra Mundial y continuó incansable fotografiando aquello que le llamaba la atención, un material que todavía debe ser restaurado debido a su mal estado, según el comisario de la exposición, Andrea de Michele, y murió en 1975.
Existen múltiples referencias sobre la construcción del “Valle de los caídos”, incluidos los testimonios de personas aún vivas, que avalan la veracidad del empleo en su construcción de miles de presos republicanos que, de esta forma, redimieron parte de la condena que les había sido impuesta.
Asimismo, se señala que muchos de estos presos no llegaron nunca a gozar de la libertad pues debido al tipo de trabajo, que exigía el manejo de grandes bloques de piedra, y por la falta de medidas de seguridad de la época los accidentes eran diarios, y en muchos casos mortales.
El historiador británico Paul Preston en Franco, caudillo de España da por cierto que el Valle de los Caídos fue excavado por presos políticos, aunque dada la inexistencia de tuneladoras por esa época, fue también necesaria la dirección de ingenieros y obreros especializados externos.
No obstante, se empleaba en estas tareas a presos procedentes de las zonas mineras, para dinamitar la roca, un trabajo no realizable por otros presos tales como campesinos, militares ni obreros industriales, que eran dedicados al simple peonaje.
Durante la duración de los trabajos esos presos y sus familias eran retribuidos con una pequeña cantidad de dinero, que dependía de si trabajaba para una empresa pública o privada.
Aunque esta cantidad recibida es difícil de determinar, algunas fuentes citan 0,50 pesetas por día para el preso, 2 pesetas por día para su mujer y 1 peseta más para cada hijo menor de 15 años, otras fuentes citan 10,50 pesetas por día para cada trabajador, y otras 7 pesetas por día por preso.
Una descripción de las condiciones en que se desarrollaba y como se retribuía el trabajo de los presos en esta y otras obras de la misma época, se puede encontrar en el libro de Isaías Lafuente Esclavos por la patria.

EL TIEMPO HA PASADO.
EN ESPAÑA AÚN NO SE HAN ENCONTRADO LOS MILES Y MILES DE DESAPARECIDOS.
LOS MUERTOS TRAS LOS MÁRMOLES DEL VALLE DE LOS CAÍDOS QUE CUSTODIA LA SANTA IGLESIA.
JUSTICIA YA NO HABRÁ NUNCA MÁS CON LOS MUERTOS.
SOLO QUEDAN ALGUNOS QUE RECLAMAN LA “MEMORIA HISTÓRICA”.
LOS FASCISTAS HAN IDO MURIENDO DE MUERTE NATURAL.
Y HASTA SUS INDESCENTE DOCUMENTACIÓN FOTOGRÁFICA HA IDO A PARAR AL BASURERO DE LA HISTORIA.

CX36 RADIO CENTENARIO DE MONTEVIDEO

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