La nanotecnología o la llamada ciencia de lo muy pequeño ha revolucionado el mundo. El siglo veintiuno se inició con el vertiginoso auge de esta especialidad que hoy por hoy alcanza a sectores tan diversos como la medicina, la energía y el transporte.
Cuba, que ha logrado alcanzar un lugar cimero a nivel mundial en la ciencia, concede gran importancia a formar parte del mundo nano, que es científico, económico y político y que puede redundar en enormes beneficios para el país y el mundo.
Realmente la isla está empezando en esta ciencia, pues es extremadamente cara y por eso inicialmente su interés se centra en determinadas áreas, aquellas que garanticen un mayor beneficio para el pueblo y su nivel de vida.
Reviste gran importancia para las autoridades desarrollar esa ciencia en la salud, energía y medio ambiente, campos prioritarios. En ese sentido, Ernesto Estévez director del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Materiales, de la Universidad de La Habana, comentó acerca de estudios en esta especialidad que pudieran ayudar a la temprana detección y tratamiento de enfermedades como el cáncer.
Es esencial, de acuerdo con los expertos, desarrollar esa ciencia en los productos farmacéuticos, pues si no incorporan capacidades nano, dentro de poco se perderán espacios en el mercado farmacéutico y biotecnológico ya que habrá productos que por incorporar esa tecnología serán más competitivos.
Asimismo, el país da sus primeros pasos en el desarrollo de la nanotecnología para aplicarla a la producción de alimentos En el terreno agroalimentario esto tendrá un impacto, también en fertilización, en nuevas semillas y en la preservación del medio ambiente.
Consciente del reto que tiene ante sí, Cuba dio un importante paso en el camino de esa prometedora ciencia al constituir el Colegio de Nanotecnologías de la Universidad de la Habana, que pretende aunar a las instituciones interesadas en este campo científico para desarrollar investigaciones de mayor impacto social.
Pero aunque la Mayor de las Antillas está empezando en ese campo, el Observatorio Iberoamericano le ha reconocido 296 publicaciones internacionales en nanotecnología en los últimos ocho años, lo que al decir de los expertos constituye una irrefutable prueba de que ya está insertada con desarrollo propio en esa especialidad.
También en ese camino en los últimos seis años el Instituto de Ciencia y Tecnología de los Materiales, de la Universidad de la Habana, graduó a más de 30 doctores en Ciencias, muchos en el tema de la nanotecnología. Cuba es, de acuerdo con los expertos, un caso sui géneris en el tercer mundo por su capacidad de formación de recursos humanos, para lo que presentan dificultades otros países.
Cuba que ostenta índices en varias esferas de países desarrollados y cuyos avances científicos han representado un impacto para el desarrollo del país, bloqueado desde hace casi medio siglo, apuesta también por esta novedosa ciencia, consciente de los beneficios que puede representar para el pueblo de la isla y el mundo.
María Josefina Arce
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