Blog marxista destinado a la lucha por una nueva sociedad fraterna y solidaria, sin ningún tipo de opresión social o nacional. Integrante del Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo de Argentina.
lunes, marzo 23, 2009
Emma Goldman, testigo del proceso del POUM
Poco antes de fallecer, Goldman, Emma, (Kovno, Rusia, 1869- Canadá, 1940), conoció su última experiencia revolucionaria en la España miliciana. Aunque no pudo instalarse en España sí logró arreglar los documentos precisos para efectuar tres visitas. Estuvo en el frente de Aragón, conoció algunas experiencias colectivistas y departió con Durruti en compañía de Lola Iturbe. En Inglaterra trabajó como portavoz de la CNT en las campañas de solidaridad. En 1937 comenzó a sentirse preocupada por el sesgo que tomaban las cosas. Desaprobó la participación ministerial y planteó sin resultados sus desavenencias en la AIT. Aunque en un principio, se negó a establecer diferencias entre el estalinismo y el trotskismo, el proceso contra el POUM le llevó a modificar este criterio.
En el informe de la Defensa, el letrado defensor, Vicente Rodríguez Revilla, refiriéndose a las simpatías que el POUM había gozado en españa y en el extranjero, añade: “Personalmente, quiero saludar en nombre de todos los antifascistas, a la veterana anarquista Emma Goldman, que puede decirse que llevaba aquí la representación de enemigos del POUM, pero amiga de la justicia y del derecho, que quería saber, ver y oír. Se ha sacrificado asistiendo a todos los debates y para ella será mi gratitud eterna y la de los procesados” (El proceso del POUM, p. 458). Emma fue una inesperada cronista del proceso contra el POUM. He aquí un extracto de su artículo en Vanguard, de Nueva York del 7 de febrero de 1939:
“Tan pronto el fiscal de la República había terminado su acusación contra los presos del POUM, L’Humanité hizo este comentario: `Emma Goldman, la famosa anarquista internacional dio sus impresiones sobre los espías del POUM que, según ella, había sido el más limpio a que había asistido. ¡Qué habré hecho yo para merecer ser citada en un periódico comunista que no sabe bastante de mi actuación en el movimiento revolucionario para poder escribir mi nombre correctamente! Quiero, sin embargo, asegurar a los lectores de Vanguard y a todos nuestros compañeros, que yo no me referí nunca a los procesados del POUM como espías. Lejos de considerarlos tales, estaba convencida de antemano, al volver a Barcelona y empezar el proceso, de que las acusaciones, preparadas por los sátrapas de Stalin contra ellos, iban de par con las usadas en Rusia por Stalin contra quienes deseaba ver eliminados. Si alguna vez hubiese dudado de la inocencia de los miembros del POUM traducidos en este proceso, los hechos ocurridos ante el tribunal durante once días, los testigos de cargo (y los de descargo) me hubieran convencido de la falta completa de pruebas con que se encontró el fiscal. De hecho, yo no había presenciado nunca una falsificación de los hechos tan cruda y deliberada como la contenida en el sumario. El fiscal por todos los medios de hacer que los acusados admitieran que habían recibido dinero de Hitler y Mussolini para extender la propaganda del POUM por España y en el extranjero. Pero tal pretensión fracasó ruidosamente. ´
En otras palabras, la burda conspiración y la ultrajante propaganda lanzada desde los hechos de mayo contra el POUM como partido y contra sus miembros, no pudo resistir la luz hecha durante el proceso. Admito que en Rusia tal `evidencia´ habría enviado a los enemigos de Stalin a la muerte. Pero aunque no creo en la liberalidad del Gobierno de Negrín, debo confesar que a España no ha alcanzado todavía la brutalidad dictatorial vigente en Rusia. Tal vez no se trate de virtud del Gobierno de Negrín, sino de la potencialidad física y moral de la CNT-FAI y de los sindicatos socialistas de la UGT que se han mantenido limpios de contagio con los comunistas. Es imposible que en la España antifascista puedan tener lugar los odiosos crímenes escenificados en los dominios de Stalin. He asistido a procesos muchas veces en mi vida. Por tanto, esperaba encontrar la misma aspereza, igual agresividad y falta de fineza en el proceso del POUM que yo había conocido en América en el pasado. Sin embargo, me sorprendió el tono sostenido durante los once días. El fiscal era, no hay que decirlo, o bien un comunista o instrumento de los acólitos de Stalin Fue vengativo, duro, e hizo cuanto pudo para incriminar a los acusados.
Al terminar su requisitoria pidió no menos de quince a treinta años de presidio para ellos. El no atreverse a pedir la pena de muerte era prueba concluyente de que las acusaciones prefabricadas se habían derrumbado. Y quedé especialmente impresionada por la objetividad del presidente del Tribunal. En ningún momento permitió al fiscal esgrimir pruebas ulteriores de acusación. Cuando éstas habían sido ya examinadas y el fiscal intentó atacar a los acusados o inmiscuirse con sus ideas o su partido, el presidente cortaba en seco el debate. Por otra parte, escuchó pacientemente el informe de cinco horas de la defensa. Fue un análisis magistral sobre los varios partidos políticos representantes del frente antifascista. Habló en términos elevados de la posición de la CNT-FAI y dejó claramente establecido que la ideología del POUM y de las personas encartadas no podía tener ninguna conexión con el espionaje y el fascismo. Relató también el terror impuesto a los obreros de Barcelona por los secuaces de Stalin, cuyo resultado fue la muerte de nuestros compañeros Berneri y Barbieri, así como numerosas otras víctimas cuyos nombres no son todavía conocidos. En otras palabras, los principios jurídicos aplicados durante once días me impresionaron en tanto que libres completamente de toda interferencia, maniobra política o veneno comunista contra los encartados.
Es muy necesario que diga a los lectores de Vanguard que no participo de la ideología del POUM. Este es un partido marxista .y yo he sido opuesta absolutamente al marxismo. Lo que no impide que rinda mis respetos a la inteligencia y al valor de Gorkin, Andrade y sus compañeros. Su actitud en el proceso fue magnifica. La exposición de sus ideas fue clara y concreta. No hubo evasivas o apologías. Por ejemplo, los siete hombres del banquillo mostraron primera vez (desde la caída moral de todos los idealistas en Rusia) cómo deben hacer frente los revolucionarios a sus jueces. Al final, después que el fiscal hubo hecho todo lo posible para hacerles perder la calma, Gorkin, Andrade, Bonet, Gironella, Arquer, Escuder y Rebull, se levantaron cuan altos eran con el puño levantado, seguros de sí mismos, desafiando a sus enemigos. Fue, sin duda, una excelente demostración que los componentes tribunal, escrupulosamente escogidos, no olvidaran fácilmente. En vista de que en el extranjero se ha rumoreado injustamente sobre la indiferencia de la CNT-FAI en este proceso, dada la condición de los incriminados, no estará de más que se diga que el abogado defensor era miembro de la CNT, y que la deposición de Federica Montseny fue de lo más atrevido y laudatoria para los procesados. Mejor será que recurra a mis notas sobre su declaración: “Dice que conoce a algunos de los procesados por su trabajo en los sindicatos y por su producción literaria, así como por su calidad de probados militantes antifascistas. Declara que fue enviada por el Gobierno para mediar en los sucesos de mayo y que, cuando se pueda hacer plena luz sobre aquellos hechos, algunas cosas ahora oscuras podrán comprenderse. Pues ni el POUM ni la CNT-FAI fueron responsables de los hechos de mayo”.
Luego, en un informe para el movimiento en el que militaba, Emma añadía: “Todo lo que puedo decir es que los anarquistas españoles están sacando las castañas del fuego a las ciento cincuenta variedades de marxistas que hay actualmente en el mundo (…) En conclusión, quiero resaltar una vez más que lejos de alcanzarles la responsabilidad de la sentencia, la enérgica intervención de la CNT-FAI ha evitado en España la repetición de los terribles métodos usados en Rusia por los bolcheviques” (José Peirats, Emma Goldman. Anarquista de dos mundos, 1978, Campo Abierto Ed., Madrid, pp. 283-286).
Pepe Gutiérrez-Álvarez en Kaos en la Red
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