El Banco de Desarrollo Asiático estimó que el crac financiero global ha provocado la caída del valor de los activos en un monto billonario en dólares. Ese monto equivale a cerca del Producto Bruto mundial de un año. Pronósticos de más quebrantos.
Entre nacionalizaciones, quiebras de bancos y automotrices, pánico en los mercados, burbujas de commodities, fusiones multimillonarias y monstruosos rescates, el valor de los activos financieros mundiales cayó más de 50 billones (millones de millones) de dólares en 2008. La cifra equivale aproximadamente al producto bruto mundial de un año. Para el Banco de Desarrollo Asiático (BAD), las pérdidas más sustanciales las sufrió Asia. El informe estima que en América latina la merma en el precio de los activos financieros alcanza al 57 por ciento de su PIB.
Excluyendo a Japón, las pérdidas financieras del continente asiático llegan hasta los 9,6 billones de dólares. La cifra representa el 109 por ciento del PIB regional, contra un promedio global de entre el 80 y 85 por ciento. Para América latina, el BAD calcula pérdidas por 2,1 billones de dólares. “Aun cuando Asia y América latina diversificaron sus inversiones y socios comerciales, el efecto de la desaceleración en las exportaciones, el financiamiento y la inversión es muy fuerte”, sostiene el documento de la entidad asiática. El 20 por ciento de las pérdidas globales estimadas se deben a la depreciación que experimentaron muchas monedas en relación con el dólar.
Además de la quiebra de los gigantes financieros como el desaparecido banco de inversión Lehman Brothers y la caída de Merrill Lynch, bancos comerciales y otras entidades financieras registraron pérdidas cercanas al 1,2 billón de dólares desde principios de 2007. El año pasado, las plazas bursátiles del mundo perdieron cerca de 28,7 billones y en los primeros dos meses de 2009 las acciones acumulan caídas por 6,6 billones de dólares. Por su parte, el polémico economista Nouriel Roubini pronostica que las acciones todavía tienen bastante margen para seguir cayendo. En una posible depresión global, el economista calcula sería inevitable una caída de hasta el 50 por ciento en el precio de los activos financieros.
Roubini sostiene que los mercados bursátiles podrían atravesar entre el segundo y tercer cuatrimestre de este año otro episodio traumático. “Cada vez que algo dramático sucede (que lleva a un nivel más bajo al mercado) y el gobierno reacciona con una política más agresiva, aparecen los optimistas diciendo que se alcanzó un piso y poco después los mercados descubren que las noticias macro son mucho peores de lo que esperaban, que las ganancias caen en todos los sectores y que cada vez son más las empresas insolventes que deberán pasar a manos del estado”, apuntó el profesor de la escuela de negocios Stearn de Nueva York. Pero en este posible escenario de depresión global, “la última cosa por la que uno debería preocuparse serían las plazas bursátiles, ya que se deberán enfrentar problemas mucho más severos como tasas de desempleo de dos dígitos cercanas al 15 por ciento”, sentenció Roubini.
El presidente del BAD y encargado de presentar el informe, Haruhiko Kuroda, explicó que “las cosas van a seguir empeorando antes de que mejoren. De todas formas, tengo la confianza de que Asia será una de las primeras regiones que emerjan, y lo hará con más fuerza que antes”. Para elaborar el informe, el Banco Asiático de Desarrollo tuvo en cuenta la caída en el valor de las acciones bursátiles, de los bonos respaldados por hipotecas y otros activos, pero no consideró para el ejercicio a los derivados financieros. El estudio fue realizado por la consultora Centennial Group a pedido de la entidad asiática.
Página12
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