Alan Greenspan acaba de cumplir 83 años, fue presidente de la Reserva Federal norteamericana durante más de diecinueve años, hasta que se retiró en enero de 2009, justo antes de que el gran boom se transformara en la terrible crisis crediticia y que puso al capitalismo de rodillas.
Greenspan presidió el mayor auge del crédito de la historia capitalista y el aumento de los precios inmobiliarios más grandes que ha visto jamás EEUU. Durante aquellos años fue alabado y presentado como el timonel del mayor éxito capitalista en EEUU y globalmente. Bob Woodward, uno de los periodistas que desenmascaró el escándalo Watergate de Nixon en los años setenta, en el año 2000 escribió un artículo sobre Greenspan donde le describía como "el maestro".
Greenspan reivindicó la revolución de la tecnología de la información e internet de os años noventa que preparó el escenario para un período de crecimiento económico ininterrumpido para el capitalismo, basado en el aumento de la productividad gracias a la nueva tecnología. Pero después llegó el pinchazo de las puntocom en 2000-2001, cuando miles de empresas tecnológicas y acciones colapsaron (ni siquiera ahora han regresado a los niveles de 2000).
Después, Greenspan describió el boom del mercado inmobiliario de principios de esta década como una manera emocionante de expandir la economía, y las nuevas formas del crédito como derivados que engendraron instrumentos maravillosos innovadores para reducir el riesgo y estimular el crecimiento. Después llegó en 2007 el pinchazo inmobiliario y la mayor crisis del crédito de la historia humana. No es un gran currículum.
El fin de semana de Pascua, Greenspan fue entrevistado por el canal de televisión por cable norteamericano CNBC sobre por qué el gran boom se ha convertido en la mayor crisis económica del capitalismo desde la Gran Depresión de los años treinta. Respondió que no fue porque él y otros banqueros que gobernaban las ciudadelas del capital financiero fueran estúpidos.
Esa conclusión contrasta bastante con las respuestas que los altos banqueros británicos dieron a un Comité Selecto de la Cámara de los Comunes. Cuando les preguntaron qué estaba equivocado, dijeron que fue un tsunami financiero que no se sabía de dónde venía, que nadie podía prever, una posibilidad entre mil millones, no era su fallo.
Greenspan difería. No porque los banqueros sean estúpidos: "Sabemos que estaba sucediendo, sólo que pensábamos que podríamos salir antes de que llegase a su final". Chuck Prince, jefe del ahora en bancarrota banco de inversión norteamericano Bear Stearns, señaló en su momento: "Sabíamos que la fiesta terminaría, pero todos bailamos mientras duró".
El capitalismo y la naturaleza humana
Greenspan dice que todo es consecuencia de la avaricia desmedida. Los banqueros sabían que estaban siendo temerarios, sabían que todo lo que sube finalmente baja. Pero continuaron porque cada vez generaban más y más dinero para sus accionistas y para sus primas. La avaricia es el motor. Pero Greenspan decía también que la avaricia está en la "naturaleza humana", así que este boom y su pinchazo en el futuro volverá a suceder.
Aquí lo tenemos. Para Greenspan y los ideólogos del capitalismo la "naturaleza humana" es la causa del crack y la crisis, no la forma particular de organización social y económica bajo la que funcionan y que apoyan. Los seres humanos pueden ser "codiciosos y egoístas" y pueden ser "cooperadores y desinteresados". Depende de las circunstancias. El capitalismo es un sistema de producción de mercancías y servicios para el beneficio, se basa en la competencia, el motor es hacer dinero (no cosas y servicios que necesitan las personas). Es un sistema diseñado para promover la codicia y el egoísmo. La "naturaleza humana" a la que culpa Greenspan de la crisis económica no es otra cosa que la naturaleza humana necesaria para sobrevivir en el sistema capitalista.
Los auges y las crisis de la economía global comenzaron con el capitalismo. En un estudio reciente de Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff del norteamericano National Cureau of Economic Reserarch (NBER) sobre las crisis bancarias, encontraban que desde los mismos orígenes del capitalismo en el siglo XIV hasta la actualidad, ha habido booms y recesiones causados por el funcionamiento de un sistema de producción basado en el beneficio, la competencia y la apropiación privada del valor.
Reinhart y Rogoff llegaban a la conclusión de que cuando el capitalismo extiende sus tentáculos por todo el mundo a partir del siglo XVIII también aumenta la frecuencia y el alcance de las crisis económicas. Es verdad que ha habido crisis de producción antes del capitalismo, basadas en el hambre cuando había malas cosechas o debido a las conquistas de invasiones extranjeras. Pero las crisis económicas debido al craso del dinero, el crédito y los bancos son exclusivamente capitalistas.
Según el estudio del NBER, desde 1854 la producción capitalista ha experimentado 64 recesiones "oficiales", parece que la "naturaleza humana" es poderosa. ¡Qué despilfarro de producción, recursos económicos y, sobre todo, que perjuicio para las vidas de las personas reflejado en pérdidas de empleo, vivienda, bienestar social e incluso muertes prematuras!
Pero lo más importante es la conclusión a la que llegan Reinhart y Rogoff, afirman que como el capitalismo cada vez ha estado más liberado de la regulación y control gubernamental, como está cada vez más "globalizado, las crisis aumentarán en número e impacto. En realidad, este último período de globalización, desde la década de los años ochenta, no fue un éxito a la hora de reducir el período de boom y recesión, como sostienen Greenspan y otros economistas capitalistas, sino más bien lo contrario. Los últimos veinticinco años han visto más crisis financieras que nunca: en las economías emergentes (años ochenta y noventa); Asia (1997-1999); Japón (década de los años noventa); financieras norteamericanas (años noventa); bancos nórdicos (años noventa) y otros similares.
El capitalismo y la desigualdad
Junto con el despilfarro de recursos que conlleva las recesiones capitalistas llega la desigualdad y la injusticia. Branco Milanovic del Banco Mundial ha analizado el nivel de desigualdad de la renta y la riqueza en el mundo del capitalismo. En 2002, encontró que si dividía la población mundial en tres grupos: los que tienen ingresos superiores al ingreso medio de los italianos y que podrían ser considerados ricos; los que tienen ingresos inferiores a los niveles de pobreza en las economías capitalistas desarrolladas y que se podrían considerar pobres; y los que están entre los dos grupos y que se pueden considerar clase media. Milanovic encontraba que el 78 por ciento de los 6.000 millones de habitantes del mundo eran pobres y un 11 por ciento ricos, otro 11 por ciento se podría catalogar de clase media. En 2007, rehízo sus sumas y encontró que había subestimado la desigualdad. Realmente había una división 20 a 80 entre ricos y pobres. El 10 por ciento más rico de la población mundial tenía unos ingresos 39 veces superiores al 10 por ciento con menos ingresos, y la situación ha empeorado.
Nada supera esta actual crisis financiera, excepto quizá la Gran Depresión de los años treinta. Esta crisis crediticia ha desencadenado una recesión importante de la producción capitalista. Hay una crisis de sobre acumulación de capital con relación al beneficio: la masa de beneficios en EEUU, Europa y Japón cayó con el mayor margen visto jamás en el último trimestre de 2008. Esto ha llevado a una "sobre producción" de bienes y servicios globalmente, a una escala no vista en más de sesenta años.
En el momento de escribir este artículo, todos los economistas capitalistas están de acuerdo en que las economías capitalistas desarrolladas están en recesión, una caída de la producción anual después de ajustada la inflación superior al 5-6 por ciento en 2009. En las menos desarrolladas, las llamadas "economías emergentes", la situación es aún peor, con caídas de la producción, por ejemplo, en las economías recién convertidas al capitalismo de Europa del Este, que probablemente superará el 10 por ciento, en Singapur y otros países exportadores asiáticos será incluso mayor.
¿Será larga?
La cuestión ahora es cuánto durará la recesión. La Gran Depresión se llamó así porque la recesión no duró un año. Comenzó en el verano de 1929 y continuó hasta marzo de 1933 (43 meses). Después huno una recuperación que duró hasta mayo de 1937, antes de que se reanudara de nuevo la recesión. Sólo los preparativos de la terrible guerra mundial de 1939-1945 y el paro temporal de la mayoría del sistema capitalista de producción es lo que detuvo la recesión.
Desde 1945 la recesión capitalista media ha durado diez meses, un período mucho más corto que antes. El NEBR dice que esta recesión comenzó a finales de 2007. Así que la crisis ya ha durado 16 meses y que durará por lo menos el doble que la media del período de la posguerra. ¿Pero será larga?
La mayoría de los economistas dicen que no. Reconocen que los enormes planes de rescate a los bancos y otras instituciones financieras con dinero de los contribuyentes, además de la masiva expansión del gasto público y las reducciones de impuestos para "estimular" la demanda en la economía revertirán la situación.
Pero no van a dar un giro total a la rentabilidad. Los bancos y las empresas pueden conseguir financiación de los gobiernos, pero puedes acercar el caballo al agua, pero no obligarle a beber. Hasta que no mejore la rentabilidad no se reiniciará de nuevo la inversión, necesitan destruir más empleo y que los precios inmobiliarios sigan cayendo. Y para que eso suceda el capitalismo necesita destruir más a los débiles.
Sin embargo, en el momento de escribir este artículo, se respira optimismo en las filas de los inversores capitalistas de la bolsa. Después de alcanzar en marzo otro récord bajo en los precios bursátiles, los índices han aumentado casi un 30 por ciento desde que los gobiernos han lanzado dinero público, los bancos dicen que de nuevo consiguen beneficios, incluso se habla de que el mercado inmobiliario en EEUU y Gran Bretaña ha "tocado fondo", mientras que supuestamente China ha recuperado su fuerte crecimiento después de una pausa.
Pero es más ilusión que realidad. Sospecho que habrá más sacudidas antes de que toquemos fondo en esta pesadilla. Los bancos puede que sean "salvados", pero muchas empresas este año desaparecerán y la tasa de desempleo alcanzará nuevas cotas elevadas. Los precios inmobiliarios aún deben caer más y también los beneficios capitalistas.
Y después está la recuperación de la inversión. Es probable que tarde y que el capitalismo comatoso se mantenga como un zombi durante unos años. Los rescates, por supuesto, son socialismo para los ricos, mientras que los trabajadores consiguen el capitalismo para los pobres expresado en pérdidas de empleo, recortes salariales, desahucios, reducciones de los servicios públicos e impuestos más elevados.
Gordon Brown, Barack Obama y la mayoría de los líderes políticos del capitalismo nos dicen que están poniendo enormes cantidades de dinero para estabilizar el sistema capitalista. Por ahora, los gobiernos están aumentando su deuda y prestando para hacerse cargo de la deuda corrupta de los banqueros. Para pagar están recurriendo a la emisión de dinero.
Pero el banquete no es gratuito (excepto para los banqueros). Finalmente, todas esta deuda del sector público (probablemente alcance el 100 por cien de la producción anual en Gran Bretaña, EEUU y en otros países) tendrá que ser devuelta o pagar el servicio de la deuda a perpetuidad. Eso significa impuestos más altos y reducción de los servicios públicos. Supone reducción de las pensiones y beneficios para los jubilados, enfermos y los parados. El capitalismo no se puede recuperar sin la ayuda del Estado y eso significa que es a nuestra costa.
Michael Roberts
miércoles, 29 de abril de 2009
No hay comentarios.:
Publicar un comentario