martes, octubre 27, 2009

Una foto y un ramo de flores: Anotaciones sobre el proceso del POUM


Su título viene justificado por una cita de Wilebaldo Solano, aparecida en su libro El POUM en la historia (Libros de la Catarata), y en que se puede leer:“Comenzaron por evocar la memoria de Nin colocando una fotografía suya y un ramo de flores en el banquillo de los acusados que nadie se atrevió a retirar. Quizás porque frente al tribunal apareció su mujer, Olga Tereeva, militante bolchevique en Moscú y fiel colaboradora de Nin en las tareas políticas y literarias”.
Este trabajo pretende ser una adaptación de otro, concretamente de El Proceso del POUM. Documentos Judiciales y Policiales se promovió una edición (Lerna-Laertes, Barcelona, 1989), se ofrecía una trascripción del sumario, juicio oral y sentencia del Tribunal Especial con la presentación y notas de Víctor Alba y Marisa Ardevol. Víctor ya había incluido algunos textos en su recopilación La revolución española en la práctica. Documentos del POUM.
Estos papeles estaban en el Archivo Histórico Nacional y al cumplirse los cincuenta años del proceso quedaron a disposición de los estudiosos. En 1980, la fiscalía del Tribunal Supremo entregó al archivo todo el material –casi 4.000 cajas de documentos relativos a la guerra, que habían permanecido en una cámara acorazada de aquella institución- que compone la llamada Causa General: un procedimiento que se inició a partir de 1940 para conocer los “delitos” producidos durante la guerra en la zona republicana. Un Congreso sobre la justicia en la guerra civil celebrado en salamanca en 1981, contribuyó a acelerar su ordenación…
Como dirá Víctor Alba, que gestionó personalmente la donación de los fondos (ahora en manos del Centre d´Estudis Historics): “en esos legajos sólo se halla lo actuado por los jueces, lo dicho por el fiscal y el defensor, lo declarado por los acusados y los testigos de cargo y descargo, y lo sentenciado por el tribunal. Las entretelas, los antecedentes, como es lógico, no constan en autos”. La edición se centra pues en el proceso judicial, y se reproducen textualmente las declaraciones prestadas ante el Tribunal Central de Espionaje, la de los poumistas, y también las de Largo Caballero, Zugazagoitia, Irujo, Federica Montseny y Luís Araquistáin. El libro incluye los informes del fiscal y de la defensa, así como la sentencia del polémico proceso, sin olvidar una serie de apéndices recogidos al final. Se trata claro está de una selección de los más de 1.400 folios que componen esos legajos, y en los que hay “muchas actuaciones de simple trámite: citaciones, diligencias, providencias, oficios y notificaciones que no tienen ningún interés fuera del mecanismo rutinario del trámite judicial” (p. 9).
La preparación de esta importante edición llegó después del 50 aniversario del proceso, lo que ya había motivado un amplio “dossier” de la Fundació Andreu Nin así como un librito de 89 páginas, El proceso contra el POUM. Barcelona no fue Moscú, que contaba con las aportaciones de dos protagonistas de los acontecimientos, Francesc del Cabo, miembro del CC del POUM y capitán de la 29 División, y de Wilebaldo Solano, secretario general de las JCI durante la guerra y del POUM bajo el franquismo, un anexo documental elaborado con Carmen Grimau, miembro de la “Comisión de historia” de la Fundación Andrés Nin, una minuciosa Cronología de la actividad política del POUM. Septiembre 1935-Octubre 1938, así como del texto II. El POUM: la revolución como tragedia…
La edición de los documentos produjo un cierto revuelo en la prensa, y fue recibida con entusiasmo por juristas como Juan Antonio Somalo, presidente del Tribunal superior de Justicia de Cataluña quien declaró en la presentación barcelonesa que de haberse celebrado hoy en día el juicio “se habría resuelto por pruebas no imputadas”. Según la crónica de Mercè Ibarz aparecida en el Diari de Barcelona (sábado, 18-12-1989), dicho magistrado declaró que se trataba de “una obra apasionante, y no solamente para los especialistas”. A pesar de esto, la edición no tuvo la difusión que merecía, y quedó como una aportación documental para los estudiosos en tanto que a los lectores no especialistas, todo aquel amasijo de datos resultaba de difícil acceso y comprensión, indigesto y su interés pues quedaba limitado a algunos aspectos parciales. A mi parecer, en aquellos documentos había demasiado trigo para que fuese desperdiciado. Además, se estaba palpando en el ambiente un creciente interés por unos hechos oscuros y dolorosos, y por lo tanto, aparecía la oportunidad de una reedición lo que valía decir a una “adaptación”. Se trataba de operar con todo el material para realizar una edición “popular”, asequible y en lo posible, ilustrada tanto sobre los hechos como sobre los personajes.
No ha resultado una tarea fácil. Los cabos del ovillo eran muchos, y la madeja siguió rodando desde entonces. Por ejemplo, uno llevaba a la compañera de Nin, y con ella, a las compañeras de los procesados, sobre todo a Juana Maurín, pero también a otras, había por lo mismo un hilo Maurín, todavía culpable para algunos de haberse encontrado La Coruña el 18 de julio de 1936, y de no haber sido fusilado, ése nos lleva por ejemplo a León Blum, al que la Defensa quiso citar. Esto halando del proceso, pero hubieron dos tentativas de procesos más, el del principal responsable militar del POUM, Josep Rovira, y el de los bolcheviques-leninistas, ambos fallidos porque acabó la guerra, y los presuntos componentes de la “Quinta Columna” pudieron escapar in extremis…Tanto en las declaraciones de los acusados como en los escritos del POUM aparecían numerosas víctimas, y tanto en el proceso como fuera de él señalaba a personajes como Trotsky –el primer inculpado de los procesos de Moscú- o Víctor Serge, éste hilo además nos llevaba al debate político que ambos llevaron sobre el POUM…Había dos partes centrales, la de las víctimas por supuesto, pero también del PCE-PSUC corresponsables de una campaña central en la que la KGB llevaba la batuta con el auxilio político del Komintern, de personajes como Geröe, Longo, Cachin, Stepanov. Togliatti, sin olvidar otros peones menores como lo fueron José Bergamín, Wenceslao Roces o César Falcón. Luego aparecían socialistas, anarquistas, diversas autoridades españolas, León Blum, sin olvidar los partidos del “Buró de Londres” cuya importancia sería subestimada por el peso de los acontecimientos ulteriores que llevaron al deterioro de las corrientes a la izquierda de la socialdemocracia y del comunismo oficial.
Tratándose de una “adaptación” pensando en las nuevas generaciones inmersas en la recuperación de la “memoria histórica”, creo que era obligatorio conectar los hilos del pasado con todo lo que pasó después. Ante tamaña complejidad, la fórmula que me pareció más apropiada fue la de establecer diversos apartados temáticos de entonces pero también del después, explicar el proceso pero desde el paisaje después de la batalla, ya que el debate es actual, como lo son los conocimientos adquiridos en una confrontación que jamás cesó. De ahí que he dado mucha importancia al “combate por la historia” que llevaron a cabo los autores poumistas unificados en la defensa de su historia pero irremisiblemente divididos en dos grandes interpretaciones: la comunista antiestalinista de entonces, y la que se había desplazado hacia unas fronteras en las que antiestalinismo y el anticomunismo se confunden. También era importante ir más allá de la “foto” del comunismo oficial de entonces, y ofrecer una visión e conjunto, y dentro de ella, situar la tradición comunista oficial en su evolución, llegando hasta las reflexiones más autocríticas escritas por autores como Jesús Hernández, Fernando Claudín, Lise London, etc. He pensado que todo esto podía articularse explicando los hechos y lo que vino después a través de los textos y de un quien es quien.
He tratado de ofrecer un informe cabal sobre el “estado actual” de la cuestión, pensando de un lado que el lector especializado sigue contando con la recopilación de las fuentes, y que el no especializado pueda encontrar en esta edición una suerte de mapa de unos hechos que durante un tiempo apenas si parecían mecer algo más que una nota a pie de página, y que con el tiempo han adquirido una dimensión excepciona. Entre una parte y otra media un “combate por la historia” que sitúan los hechos en una perspectiva muy diferente de tal manera que hasta los más renuentes a abordarlo están obligados a hacerlo.
Modestamente, creo que se trata de una aportación a un debate necesario para superar traumas muy graves en la historia social, y de nuestro movimiento obrero en particular, y estoy seguro que así será.

Pepe Gutiérrez-Álvarez en Kaos en la Red

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