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miércoles, octubre 28, 2009
La destrucción de la Educación Superior en Iraq
Ocupantes, regímenes vecinos y fuerzas colaboracionistas, tras la violencia contra los académicos
“Está demostrado que esas partes —Estados Unidos, Irán, el gobierno iraquí y las milicias— están implicados en una lucha por el poder y el control de Iraq y emplean la violencia política como un medio para obtener y mantener el poder mediante la eliminación de los académicos y la destrucción del papel de la Educación Superior: la violencia política, en todas sus formas, se utiliza como un instrumento deliberado y explícito de poder.”
“Las nuevas autoridades iraquíes han impuesto la segregación de sexos en todos los niveles educativos, incluido el universitario, así como la vestimenta islámica a las estudiantes y profesoras.”
El ataque a la Educación Superior.
Tras la ocupación estadounidense de Iraq, en mayo de 2003 los académicos empezaron a ser blanco específico y deliberado de varias formas de violencia política [1]. Se calcula que casi 300 académicos han sido asesinados desde el inicio de la ocupación y han padecido muchas otras violaciones de sus derechos, tales como desplazamientos forzosos, detenciones, amenazas de muerte y secuestros [2]. El éxodo de intelectuales a partir de 2003, como resultado de la violencia y de las propias amenazas, es de una magnitud sin precedentes [3]. Además, hasta este momento, la violencia política sigue ejerciéndose contra los académicos y parece que su objetivo es el sistema de Educación Superior en general. Estos alarmantes hechos suceden en un Iraq en el que los conflictos violentos persisten. Bajo el liderazgo de Estados Unidos, en Iraq se ha desarrollado una lucha por el poder político y el control del país entre muchos y diversos grupos, incluido el propio Estados Unidos [4]; una lucha en la cual la Educación Superior y sus académicos parecen sufrir de manera desproporcionada [5].
A pesar de que este hecho se reconoce cada vez más como un grave problema que hay que solucionar, la escala precisa, la naturaleza y la dinámica de la violencia contra los académicos iraquíes sigue siendo desconocida en gran parte y la investigación completa sobre sus causas originarias y sus consecuencias sigue sin realizarse [6].
Desde un punto de vista teórico, existe un creciente reconocimiento de que el fenómeno de la violencia política contra la comunidad educativa se extiende y un aumento del consenso sobre la importancia de determinar las complejas relaciones entre conflicto y educación [7]. En general se reconoce que encarar el conflicto es de la máxima importancia para solucionar el problema educativo y viceversa: se dice que el conflicto tiene sus consecuencias en la educación y, por el contrario, que la educación tiene sus consecuencias en el conflicto [8]. La literatura existente sobre educación y conflicto revela que la educación puede tanto exacerbar como mitigar la violencia y el conflicto [9]. No obstante, los relativamente escasos estudios disponibles sobre este tena y los más escasos aún sobre el tema específico de cómo, qué y porqué se produce la violencia política contra los académicos y sus posibles soluciones para abordar el problema [10], nos llevan a una laguna teórica que hay que llenar y, en el caso concreto de Iraq, es un problema práctico que necesita una investigación adicional.
La esencia de este estudio es “¿Cómo los académicos iraquíes perciben la escala, la naturaleza y la dinámica de la violencia política contra ellos en el Iraq ocupado desde 2003 y cómo perciben la relación entre la situación actual de conflicto y la Educación Superior?”
Este estudio analiza todo el corpus literario sobre educación, conflicto y violencia política y contiene los resultados de una investigación empírica en profundidad sobre este asunto en Iraq. La investigación empírica se llevó a cabo en Jordania y Siria desde febrero hasta mayo de 2009 por medio de un estudio de caso entre los académicos iraquíes, los cuales en su mayoría abandonaron Iraq en algún momento después de la invasión estadounidense de 2003 y han encontrado refugio en Jordania y Siria. En total se realizaron 12 entrevistas personales y 12 cuestionarios fueron completados por otros tantos académicos iraquíes. Finalmente, se estudiaron y analizaron varios tipos de documentos que se incorporaron a la investigación a la documentación del conflicto, la violencia política y la Educación Superior en Iraq.
Además, la importancia teórica de este estudio en lo relativo a la investigación de un caso que resulta ejemplar para dar a conocer y profundizar en la violencia política contra los académicos y el análisis de lo que consecuentemente podría suponer una valiosa aportación para el conocimiento teórico de la relación entre educación (superior), violencia política y conflicto. El estudio es, además, tremendamente relevante desde un punto de vista práctico y humanitario, lo que resulta aún más importante. Es de máxima relevancia que la violencia política contra los académicos en Iraq y su relación con la educación y el conflicto sea más conocida.
Es necesario un conocimiento más extenso y detallado basado en los hechos y en las consecuencias de la violencia política contra los académicos iraquíes, puesto que con este conocimiento esencial se espera que este alarmante fenómeno sea completamente conocido y pueda abordarse su solución. Por ello, este estudio quiere y espera ser una humilde contribución para frenar el daño continuado infligido a los académicos iraquíes y al sistema de Educación Superior iraquí.
El impacto del conflicto en la Educación Superior
Los resultados obtenidos de este estudio se pueden resumir en tres: en primer lugar, se plantea cuáles son las consecuencias que se perciben de la violencia política y del conflicto respecto a la Educación Superior; en segundo lugar, cuál es la escala, la naturaleza y los actos de violencia política contra los académicos y, en tercer lugar, cuáles son las consecuencias de la Educación Superior que se perciben sobre la violencia política y el conflicto.
En relación con las consecuencias de la violencia política y el conflicto en la Educación Superior, se ha señalado que los académicos perciben que el conflicto, o más concretamente la ocupación, ha afectado profundamente al funcionamiento de la Educación Superior y únicamente en su detrimento. Explican que el papel de la Educación Superior se ha vuelto, y sigue haciéndolo, extremadamente marginal como una consecuencia directa de la ocupación y que el papel positivo que tenía antes de la ocupación en hacer avanzar a la sociedad iraquí ha desaparecido por completo. Esto se debe fundamentalmente a la politización del sistema educativo, que [ahora] se caracteriza porque las universidades están bajo el control de los partidos políticos y de las milicias, cuyas prácticas son sectarias, y por un ambiente político hostil hacia los académicos de la enseñanza superior.
Los entrevistados declaran que Estados Unidos, el gobierno iraquí y las milicias han politizado el sistema educativo y han politizado la organización, la dirección y la gestión del sistema educativo superior, un sistema que se basa en el favoritismo, la exclusión, la represión y la corrupción sobre la base del sectarismo que ahora prevalece. Esto ha provocado un clima en el cual la violencia específica y a gran escala contra los académicos se produce por razones políticas, y ello ha tenido como consecuencia una total degradación de la Educación Superior.
Escala, naturaleza y dinámica de la violencia política
Los resultados más importantes relativos a la escala, naturaleza y dinámica de la violencia es que la violencia se percibe, de forma inequívoca, motivada por la política y que esta violencia no sólo se dirige contra los académicos, sino contra el sistema de Educación Superior en su conjunto. En opinión de los académicos, la violencia tiene un carácter político esencial e innegable, y es utilizada por elementos que forman parte del poder político en Iraq y sirve a intereses u objetivos políticos, al igual que, en gran medida, el conflicto.
La escala de la violencia política parece ser tremendamente amplia y universal, es decir, dirigida a académicos de diferente formación, distintas disciplinas, posición, edad y sexo. Más importante aún, la violencia se dirige contra todo el sistema educativo superior en su conjunto. Se afirma que la naturaleza de la violencia política no sólo abarca actos directos de violencia, como el asesinato, el secuestro o la intimidación de los académicos, sino además formas represivas tales como la politización de la Educación Superior y la expulsión de los académicos de sus puestos de trabajo en un ambiente de impunidad, como forma indirecta de violencia, y la imposición del terror en la vida de los académicos como una forma extrema de violencia política.
En relación con la dinámica de la violencia política, el ataque contra los académicos se considera parte del ataque contra el sistema de la Educación Superior en su totalidad, en un intento deliberado de destruir los pilares sobre los que se asienta el país para, finalmente, destruir Iraq como nación. La violencia, y también el conflicto en general, se considera que ha sido iniciado por Estados Unidos, Irán e Israel con la finalidad de eliminar Iraq como elemento estratégico en la región. Los académicos afirman que Estados Unidos e Irán aún están activamente implicados en la promoción de la violencia (mientras que Israel parece que no lo está) y aseveran que hasta ahora estos dos países son los que juegan el papel más prominente respecto a la violencia que se ejerce. Los académicos señalan que quienes perpetran o controlan la violencia actual son esencialmente las milicias apoyadas por el gobierno iraquí. La emergencia de la violencia política en Iraq se debe a dos factores: primero, Estados Unidos y, en menor medida, el gobierno iraquí, han creado las oportunidades políticas para que tanto Irán como las milicias ganen poder y, segundo, EEUU, Irán y el gobierno iraquí han movilizado las milicias suficientes. Está demostrado que esas partes —Estados Unidos, Irán, el gobierno iraquí y las milicias— están implicados en una lucha por el poder y el control de Iraq y emplean la violencia política como un medio para obtener y mantener el poder mediante la eliminación de los académicos y la destrucción del papel de la Educación Superior: la violencia política, en todas sus formas, se utiliza como un instrumento deliberado y explícito de poder. Según los académicos, esos actores han impuesto divisiones sectarias en la sociedad iraquí y, por lo tanto, utilizan la religión y el origen étnico para provocar el enfrentamiento de identidades y usan la violencia política para crear y manipular el miedo. Se percibe claramente que Estados Unidos está en el epicentro de las circunstancias actuales, puesto que su ocupación ha causado directamente, y continúa permitiendo y apoyando, la emergencia de la violencia política contra los académicos y la Educación Superior como resultado de lo cual el sistema educativo superior está altamente politizado y se ha deteriorado tremendamente.
La Educación Superior y la violencia política y el conflicto
En relación con las consecuencias de la Educación Superior en la violencia política y el conflicto, la conclusión es que la Educación Superior tiene unas consecuencias negativas muy graves debido a su naturaleza altamente politizada la cual sustenta los objetivos políticos existentes tras la violencia y el conflicto. Las formas a través de las cuales se cree que la Educación Superior refuerza o incrementa la violencia y el conflicto incluyen actos represivos de violencia política (imposición del sectarismo mediante la segregación y el fundamentalismo, seguido de un cambio en el currículo y la propaganda del odio y, posteriormente, la falta de libertad de expresión) y formas indirectas de violencia política (un clima de impunidad).
Además, se ha demostrado que la libertad de cátedra es la esencia de la violencia política contra los académicos. En primer lugar, todas las formas de la violencia política empleada —ya sea directa o indirecta, represiva o a distancia, finalmente tienen como resultado —o su objetivo específico es— la restricción de la libertad de cátedra. En segundo lugar, es mediante esta vía por la que los académicos perciben que la violencia y el conflicto se refuerza y acrecienta y, en tercer lugar, el rechazo del conjunto de restricciones a la libertad de cátedra es el mayor determinante de la violencia política: los académicos declaran que quien hace eso corre un gran riesgo de ser atacado. La libertad de cátedra se definía como la libertad para enseñar, aprender, pensar y trabajar y todo ello sin temor o recelo de tener que enfrentarse a ninguna consecuencia por hacer uso de esta libertad. La gran mayoría de los entrevistados afirman que en el Iraq actual la libertad de cátedra está completamente ausente de las universidades y está absolutamente sometida al control de las milicias.
Además, la inmensa mayoría de los entrevistados afirman que la Educación Superior no tiene el poder de contribuir a la disminución de la violencia y al establecimiento de la paz porque sigue siendo deliberadamente obstaculizada por la ocupación y sus aliados mediante la politización de la Educación Superior. Por todo ello, la generalidad de los entrevistados consideran que el fin de la ocupación es la mayor prioridad en cualquier ámbito: es prioritaria para la mejora de la situación actual de la Educación Superior, es prioritaria para permitir que juegue un papel positivo en mitigar la violencia y el conflicto y es prioritaria respecto a las condiciones de retorno de los académicos a Iraq y de su vuelta a sus puestos de trabajo. Además, los académicos manifiestan que con el clima de impunidad que prevalece, en el cual la violencia contra los académicos y contra el sistema de Educación Superior se emplea sin dificultad y con arbitrariedad, cualquier mejora de la situación se hace imposible.
Conclusión
Es necesario que se reconozca y se solucione el gravísimo problema de la violencia política y las tremendas consecuencias que tiene en la Educación Superior y en la sociedad iraquí en general y que se ponga freno a la deliberada estrategia, motivada por los intereses políticos, de dañar a los académicos y al sistema de Educación Superior. Sólo se podrá tener una oportunidad de detener el deterioro continuado de la Educación Superior y de restaurar su papel vital en la sociedad cuando el sistema se haya librado de la actual interferencia y control político. Y sólo entonces se podrá tener una oportunidad para proteger a los académicos y para acabar con la alarmante violencia ejercida a gran escala contra ellos.
Hester Luna Paanakker
IraqSolidaridad (www.iraqsolidaridad.org), 27 de octubre de 2009
Higher Education in Iraq under Attack. An explorative study on the political violence against academics and the higher education system in the conflict in Iraq. (Summary.)
Higher Education in Iraq under Attack. An explorative study on the political violence against academics and the higher education system in the conflict in Iraq. (Full text.)
Notas de la autora:
1.O’Malley, B. Education under attack. Paris: UNESCO, 2007. Disponible en inglés en: http://www.unesco.org/education/attack/
2.Ibidem, pág. 8
3.Weiss Fagen, P. Iraqi Refugees: Seeking Stability in Syria and Jordan. Institute for the Study of International Migration and Center for International and Regional Studies. Georgetown: Georgetown Univerisity Press, 2007, pág. 4. Disponible en inglés en: http://isim.georgetown.edu/Publications/PatPubs/ Iraqi%20Refugees.pdf.
Véase también Harb, I, Higher Education and the Future of Iraq. United States Institute of Peace, Special Report 195, enero de 2008, pág.5. Disponible en inglés en: http://www.usip.org/pubs/specialreports/sr195.pdf .
4.Tripp, Ch., ‘The United States and state-building in Iraq’, en: Review of International Studies, Vol. 30, págs 545-558. Cambridge: Cambridge University Press, 2004. Véase también
Erdbrink, T. y C. Roelants”Welkom Amerika, in jullie graf!” Irak achter de schermen. Amsterdam: Promotheus and Rotterdam: NRC Handelsblad, 2007.
5.O’Malley, B. 2005, pág. 8
6.Harb, I., 2008, pág. 5. Véase también O’Malley, 2007.
7.O’Malley 2007, y Davies, L. ‘Understanding the education-war interface’, (2004) en: Forced Migration Review, julio de 2006, Supplemento Education and Conflict: Research, Policy and Practice, pág. 13. Disponible en inglés en
http://www.fmreview.org/FMRpdfs/EducationSupplement/full.pdf . Véase asimismo Davies, L. ‘Schools and war: urgent agendas for comparative and international education’, in: Compare: A Journal of Comparative and International Education, Vol. 35, No. 4, pp. 357-371. London: Routledge, 2005.
8.Novelli, M. y M.T.A. Lopes Cardozo ‘Conflict, Education and the Global South: New Critical Directions’, 2008, en: International Journal of Educational Development, Vol. 28, pp. 473-488. Elsevier. Véase también Davies 2004, 2005
9.Bush, K.D. y D. Saltarelli (2000) The Two Faces of Education in Ethnic Conflict: Towards a Peace-Building Education for Children. Innocenti Research Centre, UNICEF, Florence, 2000. Disponible en inglés en: http://www.unicef-icdc.org/publications/pdf/insight4.pdf
10. Novelli 2008, pág. 7.
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