Este año se cumplen 125 años del nacimiento de este personaje…siempre en fuga de los diferentes poderes.
No discutiré la pertinencia de la afirmación de Susan Sontag de que la vida de Víctor Serge es verdadera materia para una novela de las intensas, mas sí se debería completar lo dicho con una necesaria puntualización: la escritura del personaje no hace sino plasmar en la prosa de sus novelas y memorias su agitada vida; indudablemente su vida se las trae y todo lo que narra es fruto de sus vivencias ya sea en primer persona o en personas interpuestas. Es decir, o habla de lo que ha padecido o de lo que ha conocido de los padecimientos de otros. En fin, que en su caso la realidad deja pálida a la más ficcionada de las ficciones.
Su vida
Planeta sin visado, sin dinero, sin compás,
gran cielo desnudo sin cometas,
el hijo del hombre ya no tiene donde descansar su cabeza
Victor Serge
He pasado diez años, de un poco más de cincuenta, en divresos cautiverios, generalmente duros. Me han enseñado lo que hay de verdad en el aforismo paradójico de Nietzsche: “ todo lo que no me mata me hace más fuerte…” Nunca tuve bienes, casi nunca viví en seguridad. He perdido varias veces todas las cosas a las que tenía apego materialmente: libros, papeles y reliquias personales. En Bruselas, en París, en Barcelona, en Leningrao, en la frontera de la Urss, en París otra vez, dejé casi todo tras de mí – o todo me fue quitado. Eso me ha vuelto indiferente a las cosas materiales sin desalentarme para nada.
( <
La vida de Víctor Lvovich Kibalchich, conocido como Victor Serge, fue la de un exiliado permanente, nacido en Bruselas, por casualidad, el 30 de diciembre de 1890, murió en el exilio el 17 de noviembre de 1947, en la ciudad de México.
Sus padres eran emigrados rusos e iban en busca de las más surtidas bibliotecas (Londres, París, Suiza, y Bélgica). Su madre era de una familia de la nobleza polaca; su padre era oficial ruso, que llegó a ser médico, su compromiso con los socialistas-revolucionarios, con los populistas (<
Podría catalogarse su existencia de capicúa ya que si sus comienzos tuvieron como telón de fondo el mayor de los abandonos y la miseria, su final fue por el estilo…
En su ciudad natal, Bruselas, conoce todas las privaciones, propias y ajenas, y en su casa el muchacho se convierte en un verdadero tormento para la convivencia, según sus propias palabras, ( manchando con tinta la ropa recién planchada y mil putadas más)…Si a los doce años le hubiesen preguntado <<¿qué es la vida ?>>, <
Piras continuas de la escuela, casi consentidas por su padre que juzgaba que el sistema educativo no hacía sino domesticar al personal. Escapadas con amigos a tejados varios, por ejemplo al del llamado Palacio de Justicia; autodidacta, <
En 1909 abandona Bélgica y se va a París, en donde continua escribiendo en medios anarquistas (L´Anarchie..con diversos motes), participa de lleno en la elaboración de tal tipo de prensa y en las asambleas que mantienen dichos círculos; para subsistir realiza traducciones y trabajos de corrección. Son los tiempos del <
Tras cumplir la condena señalada se marcha a Barcelona en donde halla trabajo de obrero tipógrafo. Escribe para el periódico Tierra y Libertad y adopta el nombre de Victor Serge. Lazos estrechos de camaradería con Víctor Seguí, <
Viendo que la revolución avanzaba en Rusia…consigue los papeles en la embajada rusa de la ciudad catalana para alistarse en el ejército ruso…primer paso: destino Francia. Allá es detenido e ingresado en un campo de concentración en Sarthe. En enero de 1919 es canjeado por algunos prisioneros blancos y así logra llegar a Rusia. En Petrogrado se afilia al PC bolchevique y es nombrado para la ejecutiva de la Internacional Comunista, se codea con Zinoiev y otros líderes bolcheviques. Dirige el órgano de prensa Internationale Communiste. En 1921 está en Berlín clandestinamente tratando de ayudar al levantamiento obrero a la vez que poner en marcha la edición alemana de Correspondencia Internacional…la revuelta fracasa y él sale por patas. Su conversión del anarquismo al bolchevismo le valió descalificaciones desde las filas libertarias y recelos desde las otras; su trabajo ideológico fue amplio y no reparó en gastos a la hora de reclamar la libertad de anarquistas detenidos y / o reprimidos.
Si ya con anterioridad había criticado ciertos comportamientos burocráticos y autoritarios, tras la muerte de Lenin en 1924, la cosa se dispara y sus críticas también alcanzando al comportamiento dirigista de la Internacional lo cual venía a suponer reveses en la revolución china de 1927, por ejemplo.. Excluido del Partido en 1927, debido a su posicionamiento con la oposición de izquierda (Trotski); su vida comenzó a estar bajo vigilancia continua y fue detenido durante cuarenta días, para tras ser liberado prohibirle trabajar ( de la posibilidad de escribir mejor ni hablar), igualmente no se le permite marcharse al extranjero. En 1933, detenido otra vez es deportado a Orenburg, en las cercanías de Siberia; la GPU le quita todos los manuscritos. Campaña internacional por su liberación promovida por Trotski y por intelectuales franceses como André Gide, Alain, André Malraux, Romain Rolland…éste intercede ante Stalin; liberado llega a París en los momentos de la euforia frentepopulista. Viendo cómo se desarrollaron las cosas, justo tras su marcha, podría decirse que se libró por los pelos: el primer proceso de Moscú se inició meses después.
Sus denuncias contra los grandes procesos estalinistas no hallaban hueco en la prensa, si exceptuamos un diario socialista belga, La Wallonie. Mientras tanto la guerra civil hispana también estaba en pleno meneo…Imposible criticar a la URSS y a su gran jefe, pues , según se decía, era hacer el juego al enemigo o ser directamente parte de él… tampoco se unió a la IVª Internacional, aun conservando gran admiración crítica para con Trotski ( de él escribió una biografía en colaboración con la hija del biografiado).
En 1941, en Marsella se embarca, junto a su hijo el pintor Vlady a los que vendrían a unirse después su hija Jeannine y su segunda esposa, dirección a México, tras múltiples obstáculos(problemas de visa le conducen a Martinica, Santo Domingo…) que le impiden ciertas escalas, destinos, etc., llegço a su destino.
Ciertos viajeros célebres iban en el mismo barco, Claude Lévi-Strauss y André Breton, por ejemplo. En su tierra de acogida funda la revista Mundo en la que colaboran anarco-sindicalistas y comunistas.. Sigue trabajando en diferentes obras…vive en la más absoluta de las miserias. Muere de una crisis cardiaca en México, el 17 de noviembre de 1947. Resulta cuando menos curioso que cinco años antes una fotógrafa “disidente”, Tina Modotti, falleció el 5 de enero de 1942, en las mismas circunstancias( infarto en un taxi) en el mismo lugar; cierto es que en este caso el muerto sí que tenía dolencias cardiacas. Sospechas y piolets aparte…Allí se acabó una ajetreada existencia, vivida bajo muy distintos nombres…además de Victor Serge, firmó y vivió como Le Rétif, Le Masque, Ralph, Victor Stern, Victor Klein, Alexis Berlovski, Sergio, Siegfried, Gottlieb, V. Poderewski, y algunos seudónimos más.
Julián Gorkin, dirigente del POUM y amigo del fallecido, nos cuenta cómo tras morir en el taxi sin llegar a decir su nombre al chófer, éste le dejó en un puesto de policía a donde fue a reconocerle…<< Lo encontramos pasada la medianoche. En una estancia desnuda y miserable, de muros grises, estaba tendido, la espalda sobre una vieja mesa de operaciones mostrando las suelas agujeradas, una de ellas completamente gastada, una camisa de obrero…Una tira de tela cerraba su boca, esa boca a la que todas las tiranías del siglo no habían podido callar. Podría haber parecido un vagabundo recogido por caridad. ¿Acaso no había sido un eterno vagabundo de la vida y de un ideal? Su rostro aún tenía impresa una ironía amarga, una expresión de protesta, la última protesta de Víctor Serge, de un hombre que, durante toda su vida, había protestado contra las injusticias humanas >>.
La Conciencia de medianoche
<< -… ¿qué hacer cuando es medianoche en el siglo? -seamos los hombres de medianoche.>>
Así hablaba en una de sus novelas más paradigmáticas: hombres de medianoche: implicados hasta las cachas en el proyecto de emancipación, y viendo luego la degeneración del sistema instaurado, mostraron sus posturas críticas, hallándose a la intemperie y sin barandilla. ¿Qué hacer ante el espectáculo del terror que se impone en nombre de la revolución? Unos huyen y dimiten de sus ideales, convirtiéndose al “enemigo”; otros adoran al jefe y sus realizaciones, un puñado de ellos rechazan la alternativa: éstos son los hombres de medianoche.
<< Escapar de la bestia>>, no ceder, no ser complaciente, criticar los crímenes del <
Idealista
Poco antes de su muerte , en 1947, le dijo a un colega que venía a visitarle : << ¿Que os hablo como un idealista? ¡ Pues claro! No hay en presencia más que los idealistas, los dimisionistas y los totalitarios. ¿Por dónde comenzar? Opino que de principio se ha de rechazar las filosofías de la desesperación…>>. Más cerca de Orwell, que de Koestler, Soljenitsin, etc., pues mantuvo el alto la bandera de la libertad pero sin dejar de luchar por la justicia y la igualdad.
Sus Memorias concluyen con un balance amargo y al mismo tiempo esperanzador: << sólo estamos vencidos en lo inmediato. Hemos aportado en las luchas sociales cierto máximo de conciencia y de voluntad superior en mucho a nuestras propias fuerzas… Todos tenemos cantidad de errores y de faltas sobre nuestras espaldas porque el paso con que avanza todo pensamiento creador no podría ser sino vacilante y lleno de tropiezos… Hecha esta reserva, que incita a los exámenes de conciencia, tuvimos asombrosamente razón>>.
Totalitarismo
El concepto no fue un invento de la CIA para usarla con ocasión de la <
Una reciente antología sobre el totalitarismo publicada en Francia por Enzo Traverso incluye dos textos de nuestro autor, uno de los cuales –fragmento de una carta de 1933 que figura en las Memorias– es probablemente una de las primeras contribuciones de orientación marxista donde se emplea el término estado totalitario en su significado actual (cfr.: Memorias, pp. 136-138 / 285-286). Como es hábtito en él, también Slavoj Zizek ha terciado sobre la pertinencia o no del término, para finalizar siguiendo, al fin y al cabo, la senda trazada por Hannah Arendt.
Incluso la palabra “destino”, que utiliza una y otra vez, no implica la fatalidad, ni excluye la voluntad o la creatividad. A la manera de Nietzsche –un autor al que nunca dejó de estudiar- expresa más bien la opción de volver al pasado, de recoger para el futuro la herencia de sus posibilidades perdidas.
<< El anarquismo –escribió en un texto retrospectivo- además de ser una doctrina de emancipación social, es una regla de conducta. (…) Su gran mérito es ser inseparable de la vida personal. (…) Nosotros lo considerábamos una reacción profundamente sana contra la corrupción del socialismo a finales del siglo XIX >> . En el fondo siempre mantuvo este espíritu libertario y hasta puede darse la razón a Trotski cuando siempre se refería a él como un <
Si se quiere conservar la esperanza es preciso mantener el coraje de la verdad; a falta de ello son las tinieblas las que vencen, decía, y de ahí sus críticas a los desfases del poder soviético que vivió en primera persona, y en su entorno familiar.
Escritura
Concibe ésta como un arma de rememoración fraternal, como un medio de saludar a los amigos desaparecidos; más allá de los homenajes a Rosa Luxemburgo o a Antonio Gramsci, su preocupación son los héroes anónimos…los compañeros de trinchera en la guerra civil, sus camaradas rusos, etc. << No podemos hacer gran cosa por la salvación de esos valientes: a no ser que conservemos siempre en el espíritu sus nombres y su ejemplo. Pues nosotros vivimos también por la justicia>>.
<< Una novela , escrita por los caminos del mundo, con la única visión de hacer vivir a hombres sobre los cuales no se ha escrito casi nada >>
<< Concibo la literatura como un medio de expresión y de comunión entre los hombres: un medio particularmente poderoso a los ojos de quienes quieren transformar la sociedad. Decir lo que uno es, lo que uno quiere, lo que uno vivió, luchó, sufrió, conquistó. Para eso es necesario pertenecer al conjunto de los que luchan, sufren, caen, conquistan. Y entonces la literatura en sentido estricto no tiene en la vida que un lugar bastante secundario>> .
* * *
Una verdad antitermidoriana
+ Victor Serge
<
Alfagura, 2007.
429 págs. / 19,50 €.
Recuerdo, hace como treinta y cinco años, que cayó en mis manos, y en otras, de manera inesperada por el lugar en donde nos encontrábamos -y que no viene al caso- un volumen cuarteado de unas setecientas y pico páginas amarillentas; algunas faltaban, raptando así al libro el nombre del autor y el título de la obra. No cabe duda de que a través de la lectura se podía deducir que se trataba de las memorias del revolucionario belga-soviético que adoptó el pseudónimo de Victor Serge. Las peripecias relatadas desde luego se las traían, mil batallas, mil penalidades, mil huidas tanto de los de un lado como de los del otro…para unos, un peligroso revolucionario profesional; para otros, un vil trotskista (las zarpas del stalinismo eran afiladas y alargadas, tanto que precisamente un par de años antes de que Serge llegara a México su otrora amigo Trotski fue asesinado por el célebre piolet de Mercader); para Trotski, un <
En este orden de cosas,cualquiera que se haya acercado a la historia con cierto espíritu de aprehender la verdad, aunque le duela si las maldades desveladas pertenecen a su “bando” político, se habrá quedado sorprendido, cuando menos, de las historias re-escritas, de las fotos en las que se han borrado presentes en el momento de los hechos luego caídos en desgracia (Trotski), o de las desapariciones (Andreu Nin), de accidentes(¡ay Lin Piao!), de caídas casuales en manos de policías varias(¿entregas?), o de las declaraciones absolutamente chirenes ante los tribunales de turno de seres al borde de la anulación personal dando por buenas las más increíbles acusaciones fiscales ( <
No faltan testimonios del ambiente de chivateo, hasta en los límites familiares, de denuncias absolutamente demenciales, de montajes de las acusaciones absurdos, y la aceptación de los acusados tras ser sometidos a las más terribles y prolongadas torturas. En el terreno literario se amontonan los escalofriantes testimonios de los Manès Sperber, Victor Kravtchenko, Evguénia S. Guinzburg, Margarete Buber-Neuman (que probó el gulag y los, lager, los campos nazis), Lisa London (esposa de Arthur autor de aquella <
El libro, novela(<
Todas esas andanzas quedaron escritas por este revolucionario que iniciándose en el anarquismo, siguió por el bolchevismo, el trotskismo, el socialismo antiautoritario… hasta acabar mostrando abiertas simpatías por ambientes cristianos (¡tipo Jacques Maritain! Aunque más concretamente con sectores de izquierda). De todo ello habló en libros de memorias, ensayos y en esta novela (no la única que escribió) que ahora se presenta con una sabrosa introducción de Susan Sontag (¡clarificadora hasta lo sublime!). Como queda dicho, el tema de los enredos narrados es la atmósfera irrespirable de aquellos tiempos, y las voces que se cruzan en las intrigas noveladas por Serge sirven bien para tomar el pulso al ambiente paranoico inducido por la ortodoxia impuesta por José Djugachvili, alias Stalin. Una buena novela, una terrible denuncia que no habla del mismo autor sino de la sociedad sobre la que escribe.
Iñaki URDANIBIA
[ publicado en setiembre de 2007 en Gara ]
Victor Serge, medianoche del siglo
Además del interés en sí que conserva el autor y su pionera obra, se da la coincidencia que nació el 30 de diciembre de 1890, y de que en 1940 vio la luz una obra que abría camino a posteriores testimonios- Arthur Koestler, Margarete Buber-Neumann, Varlam Chalamov, Evgenia Ginzsburg, Nazheda Mandelstam o Alexandr Soljenitsin- sobre el termidor soviético: << Si es medianoche en el siglo>>.
Seres-<
Condenado a vivir a la intemperie ideológica y política, represaliado por ambos campos ( “por rojo”- o negro- por parte de unos y “por renegado” por parte de los otros), sin bando que le arropase, ni le acogiese, sus ideas sólo podían ser expuestas, ya que los sectores populares eran impermeables-o mejor absolutamente reacios- a escuchar críticas hacia la patria del socialismo y su máximo jefe, sólo podían ser expuestas reitero, a través de sus textos. Agobiado, en 1941 se embarca desde Marsella vía México; allá fundará una revista- <
Permanente disconforme, Victor Serge era incapaz de aceptar ciertos comportamientos que le parecían más propios de gentes ubicadas en las antípodas de una moral revolucionaria y que no podían más que abocar al desastre los sueños revolucionarios, que él nunca abandonó, pues en su mente convivían en difícil simbiosis el deseo de un mundo justo y la conciencia de los despropósitos que los supuestos revolucionarios cometían en nombre de tan bellos ideales. El dicho de Antonio Gramsci parecía estar pensado para el autor de <
Víctor Serge era como una voz de la conciencia insomne, como la de un tenaz pepitogrillo que en sus obras-aun en las autobiográficas- no escribe de sí mismo sino de lo que le rodea en todo momento, tomando el pulso a la situación de manera certera, como si levantase acta notarial de lo padecido, de lo visto, de lo vivido siempre en primera persona. El caso de la novela que sirve de pretexto a este comentario, es un retrato de Kostrov, y muchos más personajes que han llegado a la misma deplorable situación que él, profesor de materialismo dialéctico caído en desgracia, aun sin saber él exactamente qué motivo le condujo a ser detenido; interrogado en unas interminables y abracadabrantes sesiones dirigidas por lo inquisidores de turno que lo único que le rogaban era que reflexionase sobre su vida y que confiase en el partido. Del centro de detención a una población habitada por deportados…por diversos motivos muchas veces cercanos al delirio de los guardianes de ortodoxias: supuestos sabotajes, traiciones y complots varios, no respetar las propiedades soviéticas, etc. Kostrov conocerá de primera mano cómo se las gastaban los camaradas responsables de la represión y si no bastaba su propia experiencia, será testigo espantado de las trágicas experiencias de los Rodion, Elkine, Galia, Varvara, etc., etc., etc., todos ellos militantes revolucionarios habiendo ocupado puestos destacados dentro del partido y /o de los soviets. Conoceremos a acusados por desviacionismo de derechas y de izquierdas; asistiremos a sus acaloradas discusiones sobre el capitalismo de Estado, sobre las colectivizaciones, y la honda preocupación de todos ellos debido a que la <
<<¿Qué hacer si es medianoche en el siglo? Seamos los hombres de medianoche>>, Victor Serge lo fue.
Iñaki URDANIBIA
[ publicado en Gara en diciembre de 2010 ]
No hay comentarios.:
Publicar un comentario