domingo, julio 16, 2017

Pichon-Rivière: ¿de la psicología social al socialismo?



Este 16 de julio se cumplen 40 años de la muerte de uno de los pioneros en el desarrollo de la psicología social en Latinoamérica.

Enrique Pichon-Rivière nace un 25 de junio de 1907 en Suiza. Sin embargo, la mayor parte de su vida vivió en Argentina, razón por la que adoptó la ciudadanía.
Sus padres Alphonse y Joséphine provenían de un sector acomodado de la sociedad, pero ambos decidieron romper con esos lazos y adherirse a las ideas socialistas.
Durante su infancia se mudan a Goya -ciudad cercana al río Paraná en Argentina- y tiene mucha influencia de la cultura guaraní, así que aprende a hablar francés, guaraní y español.
Fue uno de los fundadores del Partido Socialista de Goya, y posterior a esto se mudó a Rosario en donde estudió medicina, pero no terminó por cuestiones de salud. Después conoce la obra de Freud y se ve influenciado por el psicoanálisis, del cual rescata algunos aspectos para desarrollar su propia teoría.
También fue uno de los miembros fundadores de la Asociación Psicoanalítica Argentina en los años 40.
Consideraba que la institución psiquiátrica sostenía las jerarquías, ya que tenía en los psiquiatras a importantes cuadros de la ideología dominante, y que principalmente los enfermeros, que trataban con brusquedad a los pacientes, lo hacían ya que no tenían una clara comprensión de la relación salud-enfermedad, porque consideraban a la enfermedad como algo totalizante, sin cura y completamente individual y biológico (sin considerar su relación con la sociedad).
Su obra se centra principalmente en el estudio de grupos e instituciones, ya que consideraba que existía una interrelación dialéctica entre individuo y sociedad; fue uno de los primeros teóricos en desarrollar la Psicología Social en América Latina con aportes del psicoanálisis y el marxismo.
Desarrolló la técnica de Grupo Operativo, ya que consideraba que el grupo era un lugar privilegiado para comprender los procesos de la sociedad y así entender también los procesos psíquicos del sujeto –debido a su relación indisoluble y dialéctica.
Realizó pruebas del grupo operativo en la universidad con grupos de estudiantes y además lo aplicó en un grupo de enfermeros del hospital psiquiátrico para que pudieran entender la enfermedad más allá del síntoma y logró que su trato hacia los pacientes cambiara. Esto, además, se vio reflejado directamente en el avance de los pacientes hacia su recuperación.
Pichon-Rivière ya advertía de las carencias de la psicología en cuanto a las nociones de salud mental y enfermedad en su época. Actualmente existen nuevas definiciones, y en algunas corrientes de la psicología se profundizó la ruptura con la idea de una enfermedad mental totalizadora y biologicista, sin embargo en algunas universidades o instituciones se siguen privilegiando las teorías conductistas de la psicología.
Los aportes de Pichon-Rivière siguen siendo valiosos como punto de partida para continuar con una psicología social que pueda ver al sujeto en su relación con la historia, la sociedad y el sistema de producción que lo afecta desde todas las vías, un sistema que enferma al sujeto llevándolo al límite y después lo encierra por no ser un sujeto “productivo” –en términos de producción capitalista.
En una entrevista de Primera Plana, que le hicieron en mayo de 1972, dijo: “La última pregunta se refiere a de qué manera el psicoanálisis colabora para el advenimiento del socialismo. Ante esto yo quisiera señalar un malentendido que amenaza tener peligrosas consecuencias: si bien todo hecho humano es un hecho político, la revolución social no se hace desde la psicología”*.
La psicología aún tiene mucho que aportar, y para los que nos encontramos en este campo del conocimiento y trabajamos de ello, nos toca aportar desde todas las herramientas de la psicología para hacer comprensibles todos los hilos que tejen la compleja realidad de los sujetos en esta sociedad y visibilizar la relación directa que tiene la enfermedad con el capitalismo. Sin embargo esto no es suficiente, porque para que en realidad podamos alcanzar esa llamada “salud mental” tenemos que poner todas nuestras fuerzas en derrumbar la vieja sociedad que nos enferma y construir una nueva sociedad.

Laura Aparicio

*En su libro El proceso grupal: Del psicoanálisis a la psicología social.

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