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sábado, julio 22, 2017
Trotsky ingresa al Partido Bolchevique
El ingreso de León Trotsky al Partido Bolchevique se concretó en el VI Congreso del Partido, llamado de Unificación y celebrado en la clandestinidad del 27 de julio al 3 de agosto de 1917. Junto a él se incorporó la Organización Interdistrital, con dirigentes de la talla de Joffe, Ryazanov, Lunacharsky y unos cuatro mil trabajadores, su fuerza militante en ese momento. Ya en abril, Lenin había llamado a constituir un partido con “los mejores elementos del bolchevismo”, un planteo que no se detenía en las fronteras del propio partido y llamaba a la unión a las organizaciones que habían adoptado un punto de vista internacionalista consecuente. El Congreso de julio fue expresivo de hasta qué punto el partido aún llamado socialdemócrata había recogido lo mejor del movimiento obrero revolucionario en función de esta política -una afluencia de “corrientes y arroyos”, diría Karl Radek-, que no debía ser anulada asimilándola simplemente a la fracción orientada por Lenin que comenzó a gestarse en 1903. Sólo un partido política y organizativamente preparado pudo canalizar el ingreso masivo del activismo obrero y juvenil, casi en las vísperas de Octubre. ¿Cuántos miembros componían a esta altura, el Partido Bolchevique? Según el informe de Sverdlov al Congreso, el partido había pasado de 80.000 militantes en la Conferencia de Abril a 240.000 a ese momento -es decir había triplicado sus fuerzas a pesar de los golpes recibidos en las Jornadas de Julio.
En este Congreso cristalizó una política que Lenin logró hacer aprobar en la Conferencia del POSDR de San Petersburgo -del 27 de abril al 5 de mayo. La resolución acerca de la unificación de los internacionalistas planteó “reconocer la necesidad de un acercamiento y de una unión con los grupos y tendencias que se colocan de hecho en el terreno del internacionalismo, indispensable como base para romper con la política pequeño burguesa de traición al socialismo” que, en ese momento, envolvía a los socialistas revolucionarios, mencheviques y socialdemócratas independientes. En su mayoría, estos últimos compartían la posición del “defensismo revolucionario” lo que significó apoyar la guerra imperialista (votaron por el empréstito para aprovisionar el ejército ruso y sostuvieron al Gobierno Provisional, ejecutor de esta política y agente del capital). A quienes rompieran con esta perspectiva, Lenin los llamó a sumarse al Partido Bolchevique. No mirar atrás, sino afirmarse en las coincidencias estratégicas del presente para sumar elementos conscientes al estado mayor de la revolución.
Lenin toma la iniciativa para sumar a Trotsky
En una nueva resolución (18 de mayo), el CC invocó aquel planteo votado en la Conferencia ratificando la necesidad de “un acercamiento y una fusión” con grupos y corrientes internacionalistas y, concretamente, en relación con los internacionalistas orientados por Trotsky, “que considera muy deseable la unión con los miembros de la Organización Interdistrital - mezhraionzi- y ha sometido a éstos las siguientes propuestas (…presentadas en principio sólo en nombre del camarada Lenin… pero que más tarde aprobó también la mayoría del CC): es de desear la inmediata fusión; se propondrá al CC del POSDR incorporar a la redacción de cada uno de los dos periódicos (el actual Pravda, que debe convertirse en un periódico popular para toda Rusia, y del órgano central que ha de crearse en un futuro cercano) un representante de la Organización Interdistrital”. Proponía, además, la creación de una comisión especial para convocar al VI Congreso con la participación de delegados de la organización liderada por Trotsky y extendió esta posibilidad a los mencheviques partidarios de Mártov si éstos rompían con el “defensismo revolucionario”. Tan o más importante que lo anterior es que los puntos en debate entre ambas organizaciones tendrían libre discusión por medio de hojas polémicas que serían publicadas por la editorial Priboi (afín al partido) y en la revista “Kommunist” -es decir que se haría en forma pública. ¿Que respondió la Organización Interdistrital? Que la unidad de las fuerzas revolucionarias pondría al proletariado a la vanguardia de la lucha para desbrozar el camino hacia el socialismo y que esta unión debía ser alcanzada, además, bajo las banderas de las Conferencias de Zimmerwald y Kienthal.
J.J. Marie relata que en la primera reunión formal para tratar la fusión con los bolcheviques, “Trotsky pregunta irónicamente a Lenin si sigue pensando que la revolución rusa es democrático burguesa” aludiendo a que la victoria completa de la revolución democrática en Rusia sólo era concebible bajo la dictadura del proletariado, secundada por los campesinos y que indefectiblemente pondría en el escenario no sólo las tareas democráticas sino las socialistas. Trotsky era quien más lejos había llegado en la caracterización de la naturaleza de la Revolución Rusa en esta época, aún en un terreno común con los bolcheviques en cuanto a denunciar la estrategia de los mencheviques de entregar las riendas de la revolución a la burguesía. En 1917, Lenin se vio obligado a alterar su perspectiva y abandonó el planteo de dictadura democrática de obreros y campesinos en abierto enfrentamiento con los viejos cuadros de su partido.
En su introducción a La Guerra y la Revolución (1922), Trotsky reconocerá que en relación con la Gran Guerra en curso, su organización rechazaba el derrotismo y que los bolcheviques temían que su planteo de “lucha por la paz” tuviera un contenido pacifista y le oponían la guerra civil. Pero, concluiría, “la Revolución de Febrero barrería estas diferencias”.
“Nada podría justificar… un fraccionamiento de fuerzas”
Es lo que sostendría el CC bolchevique en el final de la resolución sobre la organización liderada por Trotsky, dirigida no sólo a éstos sino a todos los que hubieran roto consecuentemente con el socialpatriotismo y el defensismo ante la guerra. Era la ejecución del método desenvuelto por Lenin en las Tesis de Abril. Llamado a la “fusión” a los internacionalistas, participación en el Congreso del Partido Bolchevique (incluso en su convocatoria), llamado a integrarse a la dirección y al consejo de redacción del periódico central. El nuevo CC surgido del VI Congreso es una prueba de esta conjunción de fuerzas bajo el liderazgo bolchevique: Lenin es elegido miembro con 133 votos sobre 134 posibles, le sigue Zinóviev con 132 y Trotsky y Kamenev con 131. De los 21 miembros, 16 son bolcheviques. Entre ellos, una única mujer, Alejandra Kollontai. Lenin es el más “viejo”, con 47 años, la edad promedio no llega a 40.
(Es el CC que va a dirigir la Revolución de Octubre y que veinte años después habrá sido asesinado en su inmensa mayoría por el estalinismo).
Broué relata que Trotsky deseaba un congreso fundacional y no insertarse en el Partido Bolchevique. “Lenin no puede aceptar tamaña concesión… está orgulloso del partido y de su tradición, tiende a salvaguardar también el amor propio de los bolcheviques veteranos que han sido considerablemente vejados durante las discusiones de abril y le reprochan su alianza con Trotsky…”.
Democracia interna
¿De qué partido hablamos? De un partido con escasa disciplina a los ojos externos. Lenin perdió las primeras votaciones de las Tesis de Abril; el 30 de mayo debió hacerse presente, mandatado por el CC, en la reunión del Comité de San Petersburgo para convencer a sus miembros de la inconveniencia de sacar su propio periódico. Perdió la votación (16 contra 12). Sólo trabajosamente y luego de una dura lucha política, Lenin logró una votación favorable en el CC sobre la insurrección -10 contra 2. Zinóviev y Kámenev se opusieron abiertamente, haciendo conocer públicamente su postura. La indisciplina puso en riesgo los preparativos de la toma del poder, Lenin los llamó “esquiroles” (rompehuelgas) y exigió su expulsión del partido denunciándolos en Pravda, que se convirtió en el vehículo de todo el debate. Finalmente, uno y otro quedaron fuera del CC y fueron conminados a no volver a tomar posiciones públicas contra lo resuelto por el partido. Lenin volvió a perder. El Partido Bolchevique tendrá un crecimiento aluvional que no interrumpirá el reflujo de julio y le permitirá multiplicar sus fuerzas en octubre del 17. El activismo fluía y fluía en el año de la revolución y el debate era en este tono y con esta fiereza. ¿Cómo vencer a un partido así, cada vez más multitudinario, cada vez más joven, cada vez más impertinente?
El contraste de este desarrollo tiene un parangón ominoso. En la XIII Conferencia, momento de la consolidación de la burocracia estalinista, a días de la muerte de Lenin, se resolvió la “Promoción Lenin” que sumó 200.000 nuevos obreros industriales. La ruptura con los métodos de Lenin fue total: “una leva casi oficial que se lleva a cabo en el ámbito de las fábricas, bajo la presión de los secretarios… los recién llegados carecen totalmente de instrucción o la poseen en un grado ínfimo” (Broué). En 1924, el propio Stalin reconoció que el 57% de los miembros del partido eran analfabetos. Molotov, funcionario de la burocracia, declarará: “El futuro desarrollo del partido se basará, sin lugar a dudas, en la Promoción Lenin”.
Christian Rath
Fuentes:
Varios autores, ver la saga A 100 años de la Revolución Rusa en www.por.org.ar
León Trotsky: Stalin, El Yunque, Buenos Aires, 1975
León Trotsky: La Guerra y la Revolución, CEHUS, Buenos Aires, 2016.
V.I. Lenin: Obras Completas, Tomo XXIV, Cartago, Buenos Aires, 1957.
J.J. Marie: Lenin, POSI, Madrid, 2008.
Varios autores: La Revolución Socialista en el Siglo XXI, Rumbos, Buenos Aires, 2008.
E.H. Carr: Historia de la Rusia Soviética, Alianza Universidad, Madrid, 1985.
Tags: revolucion-rusa, centenario-revolucion-rusa, lenin, trotsky
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