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sábado, julio 29, 2017
Qué expresó el paro general en Uruguay
La dirección del PIT-CNT dijo que el paro general surge, entre otras razones, porque el gobierno informó al movimientow sindical sobre la ley de presupuesto [de Rendición de Cuentas], cuando apenas diez días antes se había negado a negociarla y la envió rápidamente al Parlamento.
El paro de 24 horas no estaba en el libreto de la dirección oficialista del PIT-CNT. El planteo surgió de un bloque de sindicatos que escapan al control de las principales corrientes frenteamplistas y que ya venía siendo levantado en ocasión de anteriores paros parciales.
La votación unánime del paro general reflejó que la burocracia no tiene ningún avance que mostrar, como lo refleja la insípida consigna del paro: “Lo que se estanca, retrocede”. Por otro lado, el paro fue utilizado para borrar las huellas de los dirigentes en varias entregadas recientes. La primera de ellas fue la aceptación del cierre de la clínica médica de Ancap: la cúpula pitcenetista presionó al sindicato para que dejara sin efecto las medidas de lucha, buscando que la asamblea aceptara el cierre. La asamblea de Trabajadores de la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (Fancap) y la de Tienda Inglesa desautorizaron a los dirigentes que impulsaban la entrega. Sin embargo, tanto en el supermercado como en la empresa estatal se terminó imponiendo la quita de conquistas, con la colaboración de los principales líderes del PIT-CNT.
Ambas asambleas, sin embargo, reflejaron el crecimiento desde abajo de una oposición al oficialismo en los sindicatos, que también se expresó en pasadas elecciones sindicales -AEBU (bancarios), Ades (docentes), Aute (Energía), Afcasmu (médicos), Sintep (docentes privados), SAG (gráficos), entre otros). Los retrocesos de las listas frenteamplistas en estas elecciones son todo un síntoma de la descomposición que corroe a la burocracia sindical. Es imposible no relacionar este proceso con el fenómeno expresado en varias encuestas de intención de voto: las mismas reflejan la caída del Frente Amplio -no el crecimiento de la oposición patronal. Crecen el voto en blanco o anulado, y los indecisos, no la derecha.
Balance
El paro general fue masivo, pero estuvo aislado de cualquier perspectiva de continuidad, y no surge de un programa independiente de las distintas variantes ajustadoras. En gran medida, aparece subordinado a la negociación en el Parlamento, en torno de la Rendición de Cuentas para el año que viene, en lugar de levantar un inmediato aumento del salario mínimo a 36.000 pesos (media canasta familiar) o prohibir los despidos y terminar con las privatizaciones.
“Con el FA no hay reforma laboral como en Brasil”
La reacción del ministro de Trabajo frente al paro general del PITCNT fue muy reveladora. Ante la protesta sindical recurrió a agitar el cuco de la derecha. Ernesto Murro se refirió a la reforma laboral del gobierno de Michel Temer en Brasil, que implica un retroceso de varios siglos, según él mismo caracterizó. Con la referencia a Brasil, llamó implícitamente a los dirigentes sindicales a defender al gobierno frenteamplista.
Lo que se ha producido en el país del norte es un ataque en regla a las conquistas y derechos laborales, dado que legaliza la violación de la jornada de ocho horas, poniendo los convenios por rama e incluso los acuerdos por empresa por encima de la legislación. Las patronales pueden así imponer jornadas de hasta doce horas sin pagar horas extras. La reforma brasileña, que por otra parte demuestra que el golpe contra Dilma Rousseff no era para combatir la corrupción sino para ir a un ataque a fondo a los trabajadores, no hace más que generalizar y llevar hasta las últimas consecuencias las tendencias del propio capitalismo. En el marco de la crisis, el capital busca una salida a través de un gigantesco retroceso social.
En Uruguay, los cierres de Fripur, Fanapel o La Spezia son distintas manifestaciones de la crisis: los capitalistas cierran las fábricas (para trasladarse muchas veces a otros lugares o invertir en otros sectores) no porque se hayan fundido, sino para obtener mayores ganancias, dejando un tendal de obreros en la calle.
Las privatizaciones en las empresas públicas (por ejemplo, el achique en el Banco República) también apuntan a sustituir empleos estables y con mejores convenios, por otros más precarios y peor pagos (como en las redes de cobranza).
Lo que viene
La masividad del paro es otro síntoma del creciente malestar con el gobierno, que se expresa más por izquierda que por derecha. Es necesario dar expresión política independiente a este descontento, rompiendo con toda la política que coloca al movimiento obrero de furgón de cola de distintas variantes burguesas y ajustadoras. La amenaza de un triunfo derechista está al servicio de reprimir las tendencias a la independencia de clase, que se deben concretar en la construcción de un partido propio de la clase obrera, que coloque las reivindicaciones inmediatas en la perspectiva de la lucha por un gobierno de trabajadores. Esta es la única estrategia realista, que abre una salida ante la tendencia del capital a liquidar las conquistas, aumentar el desempleo y rebajar el salario.
Rafael Fernández
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