lunes, octubre 02, 2017

Abajo el gobierno represivo y ajustador de Rajoy y la monarquía



La crisis de Cataluña y de toda España se agrava.

La jornada del 1° de octubre en Cataluña fue el escenario de una gran movilización de la población que se hizo presente en los lugares de votación del referéndum por la autonomía. Desafiando amenazas e intimidaciones, la mayoría de las escuelas estuvieron abiertas y cerraron a las 20 hs, defendiendo la consulta y el derecho a votar de la población. La jornada constituyó un golpe político al gobierno español y a la monarquía.
Tal como lo venía anunciando, el gobierno de Rajoy puso en marcha un enorme operativo represivo para impedir la realización del referéndum, desplazando allí con este fin a 17.000 agentes (entre policías españoles y miembros de la Guardia Nacional). En una jornada llena de tensión, las fuerzas de seguridad se hicieron presentes en los lugares de votación y secuestraron urnas, y se multiplicaron las represiones en toda Cataluña, con el saldo de 800 heridos.
Desafiando el operativo, la mayoría de las escuelas estuvieron abiertas y cerraron a las 20hs, defendiendo la consulta y el derecho a votar de la población. El gobierno catalán informó que participaron 2.262.424 votantes y anunció que el Sí se impuso ayer en el referéndum de secesión, al obtener 90% de los sufragios (2.020.144), frente a 7,8% (176.566) que votó No, mientras que se registraron un 2% (45.586) de votos en blanco y un 0,89% (20.129) de nulos. El gobierno catalán admitió, de todos modos, que "no se ha podido votar con normalidad", ya por la acción de la policía se tuvieron que cerrar 319 colegios de un total de 2.315 preparados para el referéndum.
Por la noche, decenas de miles de personas se concentraron en el centro de Barcelona, para repudiar la acción represiva y celebrar la realización del referéndum. Movilizaciones similares se replicaron en otras localidades de Cataluña.

Agravamiento de la crisis

Estamos en presencia de un salto en la crisis. La convocatoria prevé que en caso de una victoria del Sí, Cataluña declare su independencia 48 horas después de que se difundan los resultados. El Estado español desconoce los resultados y el referéndum mismo: una declaración unilateral de separación de Cataluña sería inaceptable para este, lo cual llevaría el enfrentamiento a un escalón superior.
Este agravamiento de la crisis es lo que explica la reacción negativa de los “mercados”. La bolsa española y europea debutó esta semana en baja, acompañada por una caída en la cotización del euro, mientras que los bonos españoles se han desplomado las últimas semanas. Existe por parte del gran capital el temor fundado de que la crisis actual acelere una desintegración aún mayor de la Unión Europea, evidenciada en el Brexit y en múltiples conflictos regionales. Hay 76 regiones en el continente europeo que tienen tensiones similares y el ejemplo catalán podría serán acicate para intensificar las tendencias separatistas. Ni que hablar de que un descalabro del Estado español podría provocar corridas cambiarias bursátiles y cimbronazos del sistema financiero en todo el continente, poniendo en jaque las bases ya frágiles de la economía europea y mundial.
Esta perspectiva es la que ha puesto en guardia a la dirigencia de la Unión Europea, parte de la cual ha llamado a extremar el “diálogo” y resaltado la necesidad de buscar un “entendimiento”. La misma actitud han adoptado partidos españoles de izquierda, tanto el PSOE como Podemos. Ambas organizaciones han condenado la represión del Estado español, lo cual es una hipocresía cuando vienen manifestando su abierta hostilidad a la autodeterminación catalana. El PSOE ha hecho causa común con Rajoy y la monarquía contra los derechos nacionales de Cataluña; Podemos reivindica “el derecho a decidir”, pero excluye el derecho a la separación -o sea que plantea un ‘derecho’ condicionado. Es la conclusión de una estrategia política que defiende la integración de España a la UE y la pertenencia a la Otan. La acción represiva es la consecuencia del desconocimiento del derecho de autodeterminación.
Rajoy ha llamado a reunirse de urgencia al parlamento español para discutir la grave crisis. El llamado a un “arreglo” que pueda surgir de estas deliberaciones, va a ser la pantalla de un fraude. La promesa de una mayor autonomía para Cataluña, en el marco de una negociación ulterior en “la legalidad”, como alega el gobierno de Rajoy y toda la prensa acólita, es simplemente un engaño. Estamos frente a un ultimátum, dirigido a presionar al gobierno catalán a un “entendimiento”. Las tendencias de las autoridades catalanas a un compromiso ya se manifestaron en el pasado y están presentes en la coyuntura actual: como lo han destacado los medios informativos, “los problemas de legitimidad en la consulta y las condiciones de la votación podrían llevar a los independentistas a priorizar la búsqueda de diálogo o unas elecciones anticipadas” (La Nación, 1/10).

Convocatoria y programa

Pero esta tendencia choca con el agravamiento de la grieta política y social que se ha creado entre el pueblo catalán y el Estado español. Esa grieta ha avivado la crisis política de conjunto de España y el abismo que separa a los trabajadores de toda la nación contra el gobierno y la monarquía. Por lo pronto, ya para el martes 3 de octubre está convocada una huelga general en Cataluña.
Dicha convocatoria fue originalmente hecha por un conjunto de sindicatos, pero no los de mayor representatividad.
Las centrales obreras principales, empezando por la UGT, se han sumado a último momento al llamado a la huelga. Pero esta adhesión tardía tiene una gran dosis de maniobra pues se circunscribe a…. Cataluña, donde la medida de fuerza –todo parece indicar– iba ya a tener un acatamiento masivo; teniendo la capacidad y las condiciones para hacerlo, han evitado declarar la huelga en toda España. Siguiendo el libreto del PSOE y de las formaciones políticas en las que están enrolados, están en la vereda del Estado español y de la monarquía contra el pueblo catalán y la libertad de determinar su destino.
Denunciamos esta conducta cómplice y criminal. No se puede obviar que si este atropello logra pasar, será un golpe no sólo al pueblo catalán sino al conjunto de los trabajadores de España. Reforzará la capacidad de acción política y represiva del gobierno de Rajoy para llevar adelante el ajuste y doblegar los derechos y la resistencia de los trabajadores. Con esta conciencia, llamamos a los trabajadores de España a quebrar esta política de maridaje con el Estado español y la monarquía por parte de las direcciones sindicales y a multiplicar los pronunciamientos en los lugares de trabajo e iniciativas de lucha, movilización y huelga en apoyo a los derechos del pueblo catalán en todos los rincones de la península. Un primer desafío será el martes 3, organizando la protesta en toda España.
Convocamos a los trabajadores de todo el mundo, en primer lugar a los latinoamericanos, a una acción internacional contra este atropello. Defendemos el derecho a la autodeterminación de Cataluña, incluido el derecho a la separación o independencia, desde una perspectiva independiente del nacionalismo y la burguesía catalana.
No debemos olvidar que La Generalitat que impulsa el referéndum representa un régimen patronal y ajustador, que ha promovido el desempleo, la precarización laboral, las rebajas salariales, la privatización de la salud y la educación, y el recorte del gasto social. La finalidad del independentismo de contenido burgués es reforzar la capacidad del Estado para desarrollar un ataque mayor a la clase obrera y los lazos con la burguesía imperialista de la Unión Europea. En oposición al separatismo de contenido capitalista planteamos una República Obrera y Socialista en la forma de una federación, y la Unión Socialista de Europa.
Defendamos el derecho a la autodeterminación nacional con un programa para poner fin a la monarquía española impuesta por el franquismo, por la República, y por la unidad del proletariado de todo el Estado español en la lucha contra el capital, los ajustes antiobreros y el conjunto del Estado capitalista. En oposición a la segmentación o balcanización de la clase obrera de las diferentes nacionalidades, planteamos la unidad de clase en todo el territorio español para luchar por una República Socialista Federativa.

Pablo Heller

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