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domingo, julio 08, 2018
Good girls: las mujeres ante la crisis
Recientemente se ha estrenado Good Girls (Chicas Buenas), una serie que pone sobre la mesa debates como la cuestión de la mujer, la transexualidad, la crisis económica estadounidense y la situación de la clase obrera ante ésta.
En 10 capítulos, la serie (una de las más vistas en Netflix) relata la historia de tres madres que enfrentan serios problemas económicos:
En primer lugar la historia de Beth, un ama de casa, esposa de un vendedor de autos y madre de 4 hijos que descubre no sólo que su esposo le es infiel con su secretaria sino que su familia está en quiebra e imposibilitada de pagar la hipoteca entre otras deudas contraídas.
Por otro lado está su hermana Annie, una madre soltera que trabaja en un supermercado por el salario mínimo y debe mantener a su hija con su sueldo claramente insuficiente. Su hija preadolescente Sadie se encuentra en el descubrimiento de su género y sexualidad, lo que genera un intenso bullying por parte de sus compañeros de cursada y una presión heteronormativa por parte de su padre, el cual inicia un juicio para recuperar la custodia y así posteriormente enviar a su hija a una escuela religiosa y a un psiquiatra entendiendo la vivencia de su identidad como una mera fase o un desvío.
Por último está el personaje de Ruby, una mesera casada con un guardia de seguridad, madre de Sara, una niña con problemas renales que debe estar en constante tratamiento. Afortunadamente existe un medicamento que podría mejorar la condición de su hija pero es altamente costoso y su cobertura de salud no lo contempla.
Ante la urgente necesidad de pagar la hipoteca, conseguir una abogada que luche por la custodia y conseguir los medicamentos, estas mujeres asaltan un supermercado. Esto es sólo la punta del iceberg ya que luego de hacerlo acaban inmersas en una red delictiva mucho mayor de lo que preveían.
Los problemas sociales y económicos que atraviesan a las protagonistas afloran constantemente, evidenciando el acelerado deterioro histórico de las condiciones de vida de las masas norteamericanas al calor del estallido de la burbuja inmobiliaria, la crisis de las hipotecas subprime y la quiebra de Lehmans Brothers en 2008, que derrumbaron el llamado “sueño americano”. La evidencia más ferviente de esa crisis la podemos encontrar en la cantidad de americanos que siguen teniendo problemas hipotecarios. La situación de Beth es un pantallazo general: el endeudamiento de las familias norteamericanas (deudas por tarjeta de créditos, por adquisición de automóviles o para afrontar los gastos universitarios) había llegado en el último trimestre de 2016 a niveles peligrosamente próximos al del inicio de la última crisis (ICNR, 17/2/17).
Otra tajante expresión de dicha crisis es el sistema privatizado de salud americano que desampara a las familias y dificulta el tratamiento o cura de enfermedades de gran seriedad como es el caso de la hija de Ruby, volviendo imposible la adquisición de medicamentos para la clase trabajadora o disparando los préstamos bancarios para lograrla. Trump ha profundizado los recortes en los programas de salud al mismo tiempo baja los impuestos a los capitalistas.
Ante esto la serie nos invita a la reflexión sobre la crisis y el lugar de la mujer en ella. Las protagonistas son constantemente cosificadas y menospreciadas por el hecho de ser mujeres pero al mismo tiempo el Estado espera que carguen en sus hombros la consecuencia de la bancarrota económica. Good Girls ilustra, a su modo, el desarrollo la crisis social en el corazón del capitalismo mundial.
Catalina Mareque
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