lunes, julio 02, 2018

La centroizquierda llega al poder en México con López Obrador



En una elección con participación de casi 80% del padrón, un porcentaje histórico, Obrador triunfa con un amplio margen, de posiblemente 32 millones de votos. Capitalizó el repudio a las reformas estructurales y las políticas neoliberales de las últimas décadas, factores fundamentales en la crisis de los partidos patronales tradicionales.

Aunque todavía está en proceso el recuento de votos, encuestas de salida le dan a Andrés Manuel López Obrador un 50% del total, frente a sus competidores. Ricardo Anaya obtendría un 27% de los sufragios y José Antonio Meade un 15%, en tanto el candidato “independiente” Jaime Bronco Rodríguez Calderón no llegaría a los dos dígitos.
La elección de López Obrador fue muy alta en todo el país y favoreció al Morena en los demás cargos en disputa. Además de la zona centro y sur de México donde AMLO tiene un importante apoyo histórico, destaca el crecimiento en el norte industrializado del país.
Morena se estaría llevando además las gubernaturas de la Ciudad de México, Veracruz, Tabasco, Morelos y Chiapas. Mientras el frente encabezado por Ricardo Anaya triunfaría en Guanajuato y en Jalisco Movimiento Ciudadana se alzaría con la victoria. Están en disputa más cerrada Puebla y Yucatán.
El triunfo del Morena resalta aun más teniendo en cuenta que participaron por primera vez en las elecciones de 2015, pero ya en 2016, su segunda participación electoral se vio un importante crecimiento.
Su meteórico crecimiento estuvo impulsado por la profunda crisis abierta con la masacre de Iguala y la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y la evidencia a los ojos de millones de la asociación entre los partidos patronales tradicionales y el crimen organizado, así como los innumerables casos de corrupción.
Esto se potenció con la crisis abierta en la relación de México con Estados unidos a partir del ascenso de Donald Trump, que puso en cuestión la gran empresa bandera del PRI y del PAN, el TLCAN y como consecuencia de esto se abrió una profunda crisis para el PRI, el PAN y el PRD que se reflejó en esta jornada electoral.
Estos son los principales perdedores de estos comicios. En particular, se ha hundido el PRI, el ala burguesa de la Revolución Mexicana, que por décadas llevó las riendas del poder en México y cuando el PAN estuvo en el gobierno fue su principal socio. El PRD, la centroizquierda histórica en México perdió su perfil “progresista” al aliarse con el PAN y acaba de sufrir una catástrofe electoral en la Ciudad de México, su principal bastión.
López Obrador atrajo el apoyo popular y el descontento con los partidos del Pacto con México. Sin embargo, su discurso y su política se ha ido moderando durante el transcurso de la campaña, centrado en la lucha contra la corrupción y un paquete asistencial para aliviar la miseria en la que viven millones pero sin atacar los intereses del gran capital.
AMLO se encargó de reunirse con los empresarios de México para tranquilizarlos y fue evidente que en las últimas semanas los principales medios imperialistas ya daban por hecho su acceso al gobierno. Aclaró en varias oportunidades que lejos de “ser un peligro para México” (como sus detractores dijeron en el 2006) pretende garantizar la estabilidad de los negocios capitalistas.
Sin embargo, esto puede chocar con las aspiraciones de millones que ven en su figura una alternativa de cambio y que ya han protagonizado importantes luchas en los años previos.

Bárbara Funes
Pablo Oprinari
Ciudad de México
Lunes 2 de julio

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