El gobierno norteamericano se prepara para reabrir en otoño las escuelas. El vicepresidente Mike Pence considera que la economía no puede activarse si no abren primero los institutos de enseñanzas. En el pasado reciente, varios estados que abrieron escalonadamente el retorno a clases, dado el repunte de contagios, tuvieron que volver atrás.
La legisladora del partido republicano Kayleigh McEnany declaró que "las escuelas son lugares esenciales de negocios... nuestros maestros son personal esencial” y agregó: “Nuestros empacadores de carne estaban empacando carne porque eran trabajadores esenciales. ... Y creemos que nuestros maestros son esenciales” (wsws.org). La ´analogía´ de la senadora es, cuanto menos, problemática: desde que empezó la pandemia, las plantas de procesamiento de carne han tenido una de las tasas más altas de infecciones y muertes de cualquier industria en los Estados Unidos. A fines de abril, luego de una serie de huelgas y acciones laborales en condiciones inseguras, cerraron 22 plantas en todo el país. Trump invocó la Ley de Producción de Defensa y consideró a las plantas empacadoras de carne como "infraestructura crítica", lo que obligó a mantenerlas abiertas. Como resultado, la cantidad de casos y muertes se triplicó, con más de 30,000 trabajadores infectados y más de 100 muertos por el virus (ídem). Al traer este ejemplo está claro que el gobierno Trump piensa llevar adelante la apertura de la educación al costo que sea. McEnany defendió el despliegue de agentes federales en Portland en la misma línea que Trump.
El número de nuevos casos de COVID-19, han aumentado continuamente desde principios de junio en Estados Unidos, después de que los estados levantaran las últimas restricciones vigentes de distanciamiento social y reabrieran la mayoría de las empresas. Trump toma la baja tasa de muerte en jóvenes como argumento, pero el principal experto del Gobierno en la gestión de la pandemia, el doctor Anthony Fauci, alertó: Es una narrativa falsa sentirse cómodo con una tasa de mortalidad más baja (...). Hay tantas otras cosas que son muy peligrosas y malas sobre este virus, no hay que caer en una falsa complacencia" (Voa, 7/7).
Trump se juega las últimas fichas para avanzar en un ataque aun mayor contra los trabajadores estadounidenses. La lucha de clases en el corazón del imperialismo aún no alcanzó su pico.
Mauri Colón
28/07/2020
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