Los medios internacionales se empeñaron en destacar que Arce no había mencionado en su discurso de inauguración a Evo Morales, con la expectativa de que ello fuera una indicación de que el nuevo gobierno se sume a una componenda para organizar una ´transición´ en Venezuela y clausurar las veleidades chavistas. Alberto Fernández, por su parte, eligió el discurso de la unidad de América Latina, después de haber votado la condena de la ONU al gobierno de Maduro y, de nuevo, reafirmar una línea fondomonetarista. Al final, el distanciamiento del FMI, a partir de 2009, fue el sello inaugural del bloque bolivariano.
El traspaso del mando no fue, de todos modos, nada pacífico. En primer lugar, las bancadas del MAS eliminaron la condición de los dos tercios de los votos para dar acuerdo a embajadores y los ascensos militares, dado que han perdido esa mayoría especial. Este verdadero golpe parlamentario no fue objetado por el alto mando, pero sí recibió un duro rechazo de la oposición fascista. La amenaza de los grupos de la extrema derecha fascista, de que impedirían la asunción, movilizó a los “ponchos rojos”, que resguardaron las inmediaciones del palacio presidencial. La derecha organizó bloqueos, y es acusada de ser la responsable del asesinato del líder sindical de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), Orlando Gutiérrez; como de querer atentar contra la vida de Arce, según lo denunciado la noche del jueves por el vocero del MAS, Sebastián Michel. El ataque con dinamita fue realizado cuando Arce estaba reunido con un grupo de dirigentes.
El Comité pro Santa Cruz anunció un paro cívico departamental de 24 horas para que se desconozcan las elecciones y declararlas irregulares. Rosario Baptista, miembro del Tribunal Superior Electoral se sumó a esta campaña. La ventaja electoral de más de veinte puntos de Arce respecto a su seguidor, Carlos Mesa, y treinta puntos con el fascista Camacho, es suficiente para que las grandes potencias apoyen al gobierno del MAS y no apueste a aventuras sin futuro. La presencia de los presidentes de Colombia y Paraguay en la ceremonia de asunción, y en especial del rey de España, indican que el imperialismo va a trabajar por ´adentro del campo´ popular, antes que por la desestabilización. El golpe nunca enraizó en la realidad boliviana e internacional, a partir de la irrupción de la pandemia y de la bancarrota que provocó en el comercio internacional.
Evo Morales, refugiado primero en México y luego en Argentina, decidió retornar al país luego de la asunción de Arce. Desde Villazón, pasó a Potosí y Oruro, y terminando en Chimoré en el trópico de Cochabamba. Evo había dicho que se dedicaría a la agricultura, retirándose de cualquier posibilidad de recibir un puesto en el gobierno de Arce. Estos dichos fueron para desestimar cualquier tipo de “doble comando”. Pero tampoco será un “retiro político” como el de Mujica.
Si la experiencia del gobierno de los Fernández sirve de ejemplo, Arce buscará encarar los déficits fiscales y exterior mediante el socorro del FMI, y adoptar una política exterior de componenda con EEUU y la UE. Alemania tiene puesto los ojos en las reservas de litio de Bolivia, pero sufre la competencia de EEUUU y de China, en función de una reconversión mundial de la industria automotriz. Arce deberá gobernar con los precios en baja del petróleo y la minería, lo contrario de lo que pasó bajo el mandato anterior del MAS. Las consecuencias de la victoria aplastante del MAS deberá todavía ser confirmada por las elecciones en febrero próximo en Ecuador, y ejercerá una influencia en el derrotero político en Brasil.
Emiliano Monge
09/11/2020
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