Aunque a respuesta de los mercados es evaluada como una celebración del final de la pandemia, Wall Street festeja las inversiones millonarias y los negociados que abre la producción, la distribución e incluso el financiamiento la vacuna. Pfizer “planea pedir a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) una autorización de emergencia para la vacuna de dos dosis a finales de este mes, una vez que haya reunido los dos meses recomendados de datos de seguridad” (NYT, 9/11). “Según nuestras observaciones, dice Oksana Krapkina, especialista independiente principal en terapia y práctica general del ministerio de Salud de Rusia, la efectividad de la vacuna Sputnik V también representa más del 90%" (AS, 9/11). Pero es Pfizer la que se ha llevado la primicia, en detrimento de todas sus rivales, aunque “la inmunidad que otorga la vacuna de Pfizer se “consiguió tras una semana después de la segunda dosis y 28 días luego de la primera”, pero se desconoce por cuánto tiempo (Página12, 10/11). El diario kirchnerista pretende justificar la posición de Kicillof de aferrarse a la vacuna rusa, en medio de una negociación con el FMI.
La euforia bursátil no deja de ser, sin embargo, una operación especulativa, que podría dejar a muchos en la lona. Rafael Bengoa, ex directivo de la OMS, ha señalado en la televisión española que la epidemia “no va a desaparecer durante todo el año 2021” - el tiempo necesario para vacunar al 70% de la población” (AS, 9/1). Hay otras limitaciones más, por ejemplo cuando llegarán las dosis a los países emergentes y pobres, o los problemas logísticos y financieros de una vacuna que requiere ser mantenida a una cadena de frío de -80 grados celsius. El éxito clínico puede verse frustrado en la práctica masiva. Un dato clave: no se ha ofrecido ninguna información acerca del tiempo de duración de la inmunidad.
A 20 dólares la dosis, el negocio millonario. Pfizer alega que no recibió subsidios del estado; Moderna y AztraZeneca han obtenido, por lo menos, mil millones de dólares cada una. Las farmacéuticas y los laboratorios se disputarán invadir el mercado con sus propias vacunas. En Argentina, Fernández anuncia que la vacuna será gratuita; los gordos de la CGT advierten que si las obras sociales deben hacerse cargo de los costos para vacunar a sus afiliados “golpearía las finanzas del sistema sindical de salud.” (El Intransigente, 10/11)
En el otro extremo, el recién electo Joe Biden ha anunciado que lo importante es usar barbijo, ante una situación sanitaria incontrolable en Estados Unidos. Trump insinúa que Pfizer demoró el anuncio para que él no pudiera explotarlo en la campaña electoral. En resumen, la salud del mundo es objeto de una despiadada lucha comercial y política.
Joaquín Antúnez
10/11/2020
No hay comentarios.:
Publicar un comentario