Esta interrupción abrupta de los servidores, fue atribuida a la empresa a una nueva configuración defectuosa de los DNS, al tiempo que la falla generada fue total para los servidores tanto externos como internos de la compañía. Se ha difundido que se planteó que ingenieros especializados se dirigieran directamente a la compañía para resolver por vía manual lo que no se conseguía hacer por medio de una maniobra remota. El historial de Facebook ha registrado peores caídas, pero estas se remontan al 2008 cuando la compañía no poseía un caudal tan grande de usuarios.
La utilización de redes sociales para realizar operaciones o para promocionar diversos productos se ha vuelto cotidiana. Se calcula que solo en la primera hora de fallas se perdieron 160 millones de dólares en ventas y transacciones (Infobae, 05/10).
Los que vivieron una jornada, por el contrario, de alza fueron Twitter y Telegram que albergaron a una cantidad importante de usuarios que migraron de plataforma durante la caída de Facebook y las otras redes sociales.
Se ha desestimado la posibilidad de un ciberataque, pero no ha sido descartada. Al final de cuentas, gran parte de la guerra que Biden encara contra Xi y Putin, tiene que ver con el ciberataque.
La coincidencia entre las denuncias de Haugen y el apagón cibernético ponen a luz una red global de conflictos de intereses y de ausencia de regulaciones públicas, que serán una fuerte materia de crisis políticas, por sobre todo de alcance internacional.
Joaquín Antúnez
05/10/2021
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