La justicia británica dio un paso hacia la extradición de Julian Assange a Estados Unidos, al aceptar un recurso de apelación interpuesto por Washington contra un tribunal de primera instancia que había señalado que aquel no estaba en condiciones de salud para ser trasladado.
Assange es un programador de origen australiano, miembro de Wikileaks, el portal que reveló miles de cables reservados que prueban la matanza de civiles y otros horrores de la intervención imperialista en Irak y Afganistán. Esos documentos fueron reproducidos por los principales medios del mundo. Desde entonces, es perseguido con saña y acusado de espionaje.
En Estados Unidos, enfrenta dieciocho cargos que lo pueden dejar preso durante 175 años.
Assange se recluyó en la embajada ecuatoriana en Londres en 2012, para evitar una extradición que podía derivar en su muerte o un confinamiento perpetuo en un penal de máxima seguridad. El encierro en esa sede diplomática durante nueve años deterioró su salud. Para peor, el gobierno de Lenín Moreno le retiró en 2019 el asilo político, por lo que fue detenido por la policía británica en abril y encarcelado.
Su integridad física está en riesgo y ha sido objeto de planes para acabar con su vida. Una reciente investigación de Yahoo News -que no fue desmentida- indicó un proyecto de la CIA en tiempos de Trump para secuestrarlo y asesinarlo, mientras se encontraba refugiado en la embajada ecuatoriana.
En enero de este año, una jueza había dictaminado que el fundador de Wikileaks podía intentar suicidarse si era extraditado, por lo que bloqueó ese reclamo. Pero ahora el tribunal de apelaciones ha revertido esa decisión.
La abogada de Assange, Stella Moris, anunció que apelarán la resolución de este último tribunal a la Corte Suprema y llegado el caso, a la Corte Europea de Derechos Humanos.
Al igual que Assange, otras figuras involucradas en importantes revelaciones contra el imperialismo han sido ferozmente perseguidas. Es el caso de Edward Snowden, quien debió exiliarse después de poner en evidencia en 2013 un mecanismo de espionaje de la población civil por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés). O de Chelsea Manning, la analista de inteligencia del ejército que filtró información sobre el asesinato de civiles en Irak a Wikileaks y debió pasar siete años en prisión.
Mientras los responsables de la mentira sobre la supuesta existencia de armas de destrucción masiva en Irak; de los bombardeos en Afganistán; o de los centros de detención y tortura en Abu-Ghraib, Bagram y Guantánamo, están libres, aquellos que alzan la voz para denunciarlo son perseguidos.
Por la libertad de Assange. No a la persecución y la extradición. Abajo el imperialismo.
Gustavo Montenegro
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