Después de 30 años de activismo constante, la Brigada Venceremos continúa siendo un pilar inigualable de la izquierda de EE.UU.
A comienzos de los años sesenta, como joven editora en Simon & Schuster, fui citada a declarar ante el Comité de Actividades Anti-Norteamericanas, una organización dedicada a la caza de brujas, perteneciente al Congreso. Activa principalmente en los cincuenta, el HUAC (por sus siglas en inglés), aún buscaba comunistas debajo de cada cama, especialmente después de la Revolución Cubana, con la cual muchos radicales norteamericanos simpatizaban.
Cuando me presenté, las preguntas del HUAC iban dirigidas hacia mis trabajos voluntarios relacionados con Cuba, tales como haber dado una charla en Nueva York después de haber visitado la isla. Para probar mi subversión, presentaron como prueba un aviso de aquella charla, en donde aparecía la fecha, hora y lugar. "La dirección corresponde a un loft (tipo de departamento anteriormente usado como fábrica), Srta. Martínez, ¿es correcto?" Titubeé, anonadada por el énfasis que el funcionario del Congreso ponía en un lugar de vivienda-trabajo tan común en la ciudad de Nueva York . "Un loft", repitió con tono siniestro, de modo que todos pudieran entender la implicancia de un acto clandestino. No dije nada y esperé a que él me preguntara dónde escondía las armas. Después de todo, yo era miembro del Comité por un trato justo para Cuba, fundado en 1960. El FPCC, por sus siglas en inglés, se oponía a los esfuerzos de Estados Unidos en destruir la Revolución Cubana, incluyendo la fallida invasión de Kennedy en Playa Girón, Bahía de Cochinos. Encabezado por el afro-americano Richard Gibson, el FPCC organizó mítines, vigilias, campañas de correo, giras de discursos y un viaje a Cuba (326 personas fueron en una delegación). Pero el movimiento se fue deteriorando, gracias a la represión estatal y problemas internos. El colapso fue total cuando un supuesto miembro del FPCC, Lee Harvey Oswald, asesinó a Kennedy en 1963.
Lentamente emergieron nuevos proyectos relacionados con Cuba, entre ellos la Brigada Venceremos. Nacida en 1969, la Brigada continúa su trabajo solidario hasta hoy, a pesar del decaimiento de las luchas de liberación global y el socialismo, y a pesar del auge de la Derecha. Otros grupos con programas centrados en Cuba son el Centro de Estudios Cubanos , Pastores por la Paz, Intercambio Laboral Cuba-EE.UU., Proyecto Médico Cuba-EE.UU., Intercambio Global, Paz para Cuba, y la Brigada Antonio Maceo (la cual trabaja con cubano-americanos progresistas). La Red Nacional de Cuba agrupa 100 organizaciones locales y nacionales.
La Brigada Venceremos es única de varias maneras. La primera es su continua existencia e influencia por tres décadas (1969-1999). Ningún otro grupo solidario y muy pocas organizaciones de izquierda de cualquier tipo han tenido tan larga vida. Los integrantes de la Brigada abarcan generaciones e incluyen a veteranos de históricas luchas en los años 30 y 40. Rebecca Willett de San Francisco fue el año pasado a la edad de 24 años; su padre había concurrido en 1982. Matrimonios y amistades de por vida han nacido entre el contingente de la brigada. Mucha gente ha hecho el viaje más de una vez.
Aquí en casa, los brigadistas usualmente aparecen luchando por la justicia social; es raro no encontrar uno o dos en dónde haya movimiento en EE.UU. Como uno de los pocos proyectos de solidaridad basado en el trabajo, la Brigada ofrece una experiencia de esfuerzo colectivo que lleva a los radicales más allá de las manifestaciones y la retórica. Los hace sentirse parte en la construcción de un nuevo mundo dedicado a la justicia social. Compartir tal experiencia puede crear unos lazos poderosos y una base para la confianza.
Así, los participantes de la Brigada que se encuentran en Cuba comienzan allá a forjar alianzas y redes, las cuales pueden seguir desarrollando en casa. Los líderes de la Brigada fomentan estas continuaciones.
¿Ha terminado la Brigada con el largo bloqueo que lleva tales penurias al pueblo cubano o ha ganado el reconocimiento de la soberanía nacional cubana? No. Pero ha hecho mucho para mantener estos temas vigentes. Ha mantenido la solidaridad con Cuba en tiempos en que muy pocas fuerzas en EE.UU. ponían atención al tema. La Brigada ha radicalizado a miles de norteamericanos y ha inspirado muchos núcleos de resistencia a la política imperialista de EE.UU. Ha ayudado a la unidad al conseguir juntar a gente de la misma área que trabajaba en temas específicos o en sus propias luchas nacionales pero no colaboraban entre ellos muy a menudo.). Por ejemplo, como un joven dominicano en Manhattan dijo: "La experiencia en la Brigada permitió a la gente que regresaba a Nueva York trabajar unida."
Incluso en tiempos de debilidad y desilusión, la Brigada ha mantenido viva la visión de una alternativa al capitalismo. En esta era de constante embestida de la derecha, podemos todos usar un poco del espíritu desafiante que recuerdo de un viaje a Cuba poco después de derrotar la invasión norteamericana en 1961. Haciendo música con cualquier cosa disponible, como los cubanos saben, la gente en La Habana cantaba: "Somos socialistas/Palante, palante/Y al que no le guste/Que tome purgante."
Imaginen escuchar eso mientras caminas a lo largo de una hermosa costanera en una apacible mañana con el sol brillando en un cielo de azul radiante.
Los organizadores y activistas de hoy en día, especialmente los jóvenes, deberían saber cómo la Brigada ha hecho tales cosas.
COMENZANDO CON EL AZÚCAR
La Brigada comenzó como un contingente de norteamericanos que querían ayudar a Cuba a cumplir su asombrosa meta en 1970 de cosecha de azúcar de 10 millones de toneladas – 2,5 millones más que lo cosechado nunca antes. A finales de noviembre de 1969, 216 brigadistas de izquierda dejaron México por dos meses en Cuba cortando caña y recorriendo la isla. Horas después que este grupo regresara vía marítima a Canadá, 687 norteamericanos más salieron hacia Cuba. Otros 409 despegaron unos pocos meses después ese mismo año a plantar árboles.
Los primeros contingentes de la Brigada fueron organizados por activistas del movimiento anti guerra de Vietnam, Estudiantes por una Sociedad Democrática (SDS), el Comité Coordinador de Estudiantes No-violentos. Weatherman, el Centro Chicano de Comunicaciones y otros grupos de blancos, negros y latinos a lo largo y ancho de EE.UU. La Brigada fue propuesta por activistas norteamericanos, quienes luego buscaron y recibieron la aprobación cubana. El ICAP, Instituto Cubano por la Amistad de los Pueblos, ha sido el principal cuerpo gubernamental que coordina las relaciones con la Brigada así como con grupos de todo el mundo.
"Aquel proceso fue muy distinto de la mayoría de los movimientos de solidaridad en EE.UU., los cuales son usualmente formados por partidos en otros países que llegan aquí buscando apoyo para su lucha nacional," dijo Phil Hutchings, antiguo líder de la SNCC y uno de los fundadores de la Brigada. "Se ha mantenido independiente", continúa, "aunque ha alentado a organizaciones de izquierda a participar. Ideologías rivales, conflictos entre diferentes formaciones y el sectarismo no han impedido a la gente de trabajar juntos en la Brigada."
Los organizadores no sólo buscaban ayudar a Cuba en agricultura, construcción y otros tipos de trabajo, sino desafiar el embargo norteamericano viajando a Cuba y demandando relaciones normales basadas, ante todo, en el respeto por la soberanía cubana terminando con el bloqueo que continúa hasta hoy a pesar de la masiva oposición internacional. Se esperaba que los brigadistas continuaran la lucha al volver luego a casa, mientras que en la isla aprendían el socialismo cubano en la práctica mediante visitas a escuelas, hospitales, cooperativas y otras instituciones. Conversaron con cubanos de organizaciones vecinales, grupos culturales y organizaciones de mujeres, y escucharon a oradores de diversos temas.
Una de las experiencias más interesantes fue el encuentro con representantes de grupos de lucha de todo el Tercer Mundo, a quienes nunca habrían conocido en EE.UU. "Tenemos que reunirnos con revolucionarios de otros países, Corea, Vietnam, África, América Central. El internacionalismo era inspirador", dijo Belvin Louie de Oakland, un antiguo participante. Miriam Ching Louie habló de cómo cuando ella partió con la Brigada a la edad de 18 años; "Conocí a todos mis ‘enemigos’ –todos aquellos revolucionarios. Eso me afectó por años". Nancy Stein de San Francisco, una de las primeras líderes de la Brigada, recuerda haber sido cálidamente recibida por el pueblo de aquellos países que el gobierno de EE.UU. estaba tratando de destruir. "Ellos fueron tan amistosos, siempre distinguieron entre EE.UU. y su gobierno, y tenían mucha más conciencia política que la mayor parte de los norteamericanos."
Al pasar los años, la Brigada ha cambiado en varias formas. Los participantes ahora permanecen dos semanas en vez de seis y pasan menos tiempo realizando trabajo efectivo. El número de brigadistas ha disminuido, promediando entre 100 y 200 en los años recientes, por motivos relacionados a eventos ocurridos en Cuba y EE.UU. La Brigada ha reflejado siempre los cambios y contradicciones de su propio país: los efectos de las políticas de la clase dirigente de EE.UU., la economía y la fortaleza o debilidad de nuestros movimientos. Su trabajo es también afectado por acontecimientos en Cuba como la disminución del apoyo soviético, el auge de la economía del dólar y los temas en curso de la democracia.
Al mismo tiempo, juzgando por los comentarios de alrededor de 20 participantes durante las entrevistas realizadas este año, las fortalezas de la Brigada y su especial rol en la izquierda norteamericana se han mantenido invariables. Aquellos entrevistados han estado en diferentes contingentes en un período de 30 años.
Principalmente viven en el área de la Bahía de San Francisco, la cual ha sido siempre la base más fuerte de la Brigada (en el contingente de 130 personas este año, 90 provenían de dicha área) junto con varios otros de Nueva York y Nueva Jersey con quienes se comunican por teléfono.
TRANSPIRACIÓN, INSPIRACIÓN, CONSOLIDACIÓN
En las entrevistas, hablamos mucho acerca de la Brigada como un proyecto solidario. "A diferencia de la mayoría de los otros grupos, la Brigada ha siempre pretendido unir su trabajo por Cuba con activismo en temas domésticos, " señaló Phil Hutchings. "Nosotros somos activistas tratando de construir un movimiento radical en EE.UU., quienes apoyan, a la vez, la revolución cubana. La Brigada trata de activar a la gente mostrándole lo que una sociedad socialista es, y así fomentar aquí la lucha."
Belvin Louie señaló a su manera: "Estaba allá afuera cortando caña de azúcar un día, sudando y preguntándome ‘¿Por qué estoy haciendo esto? Ni siquiera me pagan,’ dijo, mientras la gente reía con familiaridad. "Pero esa era la realidad del socialismo, y esa era mi respuesta." Adela Márquez, quién estuvo en cuatro contingentes de la Brigada en los años 80, es una activista de la iglesia y comunidad chicanas. Me dijo que lo que había sido importante para ella "era haber ido a otro país en donde la gente tuviera vivienda, atención médica, trabajo. En mi comunidad, la gente no tiene sus necesidades básicas satisfechas –los campesinos viven en sucuchos, incluso cuevas- así que es maravilloso estar en un lugar donde el gobierno trata de cuidar a su pueblo. Trabajo en esos temas en mi comunidad, por lo que es de mi interés. No hablo sólo acerca de los chicanos, sino de todos los latinos. Cuba no sólo se preocupa de su pueblo, sino de todos los otros pueblos del mundo."
"Nunca olvidaré cuando estaba en una marcha en La Habana dedicada a la juventud adoptando una postura contraria al bloqueo," recuerda Eddie Silvervio de Nueva York. "Marchamos por las calles junto a un millón de personas." De pronto comenzó a llover muy fuerte. En minutos, el agua alcanzaba las rodillas de los marchantes."Fue una inundación instantánea," dijo Eddie. Pero nadie se cubrió, nadie abandonó la marcha. "Nunca olvidaré eso."
Una y otra vez, los brigadistas señalaron cómo se habían inspirado en las instituciones y valores no-capitalistas que encontraron en Cuba. En una entrevista acerca de los logros y limitaciones de la Brigada, Roxanne Dunbar Ortiz, profesora y escritora de San Francisco, se lamentaba de no haber hallado mayores avances para las mujeres cubanas. Sin embargo, estaba impresionada por las transformaciones en las clases sociales. "Crecí en Oklahoma, y puedo apreciar realmente el que la gente tenga un piso de concreto y no de tierra. Cuba fue una señal de aviso para mi." En un tono similar, Phil Hutchings dijo, "Una cosa es estar en un grupo de estudio marxista. Otra cosa es ir a Cuba. Estar allá le imprimió al socialismo una dimensión humana para mí. Vivir y trabajar en forma comunitaria fue radicalizante, te entrega un punto de vista más colectivo. Los cubanos usualmente dicen que hay que pensar en el grupo, en la situación de otras personas, en el contexto total de la lucha. Eso significó incluso pequeñas cosas como el comenzar las reuniones a tiempo, lo cual no acostumbrábamos en casa."
La actual Coordinadora de la Brigada, Anette Goldman Mosqueda, realizó por años trabajos solidarios en movimientos de liberación de Centro América. Ahora ella enfatiza cómo la Brigada es un nexo entre Cuba y las luchas locales. "No podemos tan sólo marchar por Hunter´s Point (una empobrecida área en San Francisco) cantando consignas en español en contra de las restricciones al comercio con Cuba. Tenemos que preocuparnos de las necesidades de nuestra propia comunidad. Mucha gente de base piensa en el trabajo internacional como un lujo, mientras la gente que hace solidaridad puede pensar que el trabajo doméstico es distractivo. Pero una de las cosas notables acerca de la Brigada es que la gente que participa tiende a tener vidas activas en política fuera del trabajo solidario. Ellos vienen a la Brigada provenientes de organizaciones de base en EE.UU. Como resultado, la Brigada está más orgánicamente integrada al trabajo doméstico."
"Es necesario hacer una conexión entre el trabajo nacional y el internacional si queremos involucrar a la juventud," dijo Jessie Rose, un joven brigadista puertorriqueño de Brooklyn.
"Ellos no ven el valor del trabajo internacional. La gente de Nueva York que trabaja en la brutalidad policíaca necesita saber por qué Cuba es importante para su trabajo."
Para muchos brigadistas, tal conexión se hizo evidente cuando fueron hostigados y seguidos por las autoridades en México durante el viaje de ida, o cuando sus cosas fueron requisadas por la Aduana norteamericana en el viaje de vuelta, o enfrentando cargos legales. En el pasado, viajar a Cuba era ilegal bajo la mayoría de los presidentes de EE.UU. Hoy día puedes ir legalmente, pero no puedes gastar dinero en Cuba (ciertos profesionales y familiares en visita pueden obtener permisos especiales).
HACIÉNDOSE CADA VEZ MÁS JÓVENES
¿Qué tan a menudo, al mirar a la Izquierda hoy en este país, encontramos una organización cuya dirigencia y contingente sean predominantemente personas de 30 años o menos? La Brigada es una de esas raras criaturas. "Su dirigencia en los años 80 tenía en su mayoría entre 30 y 40 años de edad, pero eso ha cambiado en los últimos años," señaló Anette. "Hemos realizado un esfuerzo conciente en desarrollar un liderazgo joven. Este año la Brigada está formada en un 80 por ciento por gente de 30 años de edad o menos.
Rebecca Willett fue en 1998, recién salida de la universidad de Berkley, y luego se convirtió en una de las dos coordinadoras del Área de la Bahía para la 30 ava Brigada en julio de 1999. Ella habló en nombre de muchos otros jóvenes brigadistas diciendo, "Para alguien como yo que no vivió los años sesenta, que no hemos visto un movimiento de masas, la Brigada Venceremos es especialmente importante."
Generaciones anteriores de brigadistas han llegado muy alto en los movimientos anti-bélicos, antiimperialistas en EE.UU. y en las luchas de liberación en todo el mundo. El haber trabajado en la Brigada a su vuelta estableció un contexto definido. "Probablemente fue más fácil antes," agregó Rebecca. "Necesitamos luchar para enfocarnos en cómo hacer más hoy en día. Tenemos un increíble grupo de ex- brigadistas y estoy recién comenzando a descubrirlo. Tenemos que entender el pasado, qué podemos aprender de ello y en qué podemos mejorar.
"Es muy estimulante trabajar con gente de distintas generaciones, aunque también hay algunas complicaciones. Por ejemplo, cuando regresamos el año pasado ya estaba trabajando un grupo en el aniversario número 30, principalmente personas que habían participado varias veces y que tenían muchas conexiones. Pero la mayor parte de las personas conmigo en el Comité de Manejo tienen 30 años o menos. ¿Cómo podrán estos dos grupos tan diferentes trabajar juntos? El viaje de este año incluirá una conferencia que reúna a los cubanos y gente de la Brigada de muchos años. Eso ayudaría a construir un puente entre el presente y el pasado."
Rebecca notó también problemas relacionados con la juventud. "El consumismo de artículos de marca es más fuerte entre los jóvenes que hace diez o veinte años atrás. Y los jóvenes cubanos quieren esas cosas. Está también el individualismo. Es difícil para los jóvenes en la Brigada que se les diga que deben retirarse de una fiesta a cierta hora porque se deben levantar a trabajar temprano el día siguiente. Los brigadistas tienen, a veces, problemas con la visión que tienen los cubanos del trabajo como una fuerza liberadora. Y luego, cuando vuelven a casa a su mundo cotidiano, salen a divertirse con amigos que no han ido a Cuba, y la experiencia comienza a desvanecerse. Incluso con una estructura, la cual tiene la Brigada, no es fácil prevenir eso."
"También hay efectos positivos en tener más jóvenes," señaló Rebecca. "Este año se orientó a que la gente que iba a la Brigada fuera organizada por gente joven y, por lo tanto, que su participación fuera más de acorde a la gente joven. Sierra Thai-Binh hizo la presentación histórica muy animada. "Anette concordó con que "el liderazgo joven ha traído nuevas ideas y energía a la Brigada, incluyendo una atmósfera más democrática en las discusiones, una toma de decisiones más colectiva, no sólo el coordinador hablándole a la Brigada."
Para Adela Martínez, 48 años de edad, el involucramiento de la gente joven ha sido muy reconfortante. "En la Brigada hay mucha gente joven detrás de gente como yo, y pienso que ellos se harán cargo en el futuro." Jessie Rose confirma sus esperanzas. "Algo que significa mucho para mí es haberme conectado con los organizadores jóvenes a través del país. Previo a la Brigada me había centrado sólo en Nueva York. Todas mis conexiones estaban ahí. Pero la Brigada me abrió a una experiencia a nivel nacional, especialmente en la Costa Oeste. Como joven organizadora, me fue posible usar ideas del Oeste, ver qué funcionó y que no."
Las palabras del brigadista Giulio Sorro también confirman las esperanzas de Adela. "Yo no estaba metido en el socialismo cuando fui, aunque mis dos padres habían ido. De hecho soy resultado de eso," dijo sonriendo. "Pero cuando fui a Cuba vi a 80.000 personas en una marcha. Aquí sacamos quizás a 6.000 en el día de Martin Luther King. Me hizo reflexionar acerca de lo mal que están las cosas en EE.UU. Pensé, uf, hay tanto por hacer en casa."
GENTE DE COLOR EN LA DIRECCIÓN
La mayoría de la dirección de la Brigada así como su base son personas de color de la clase trabajadora. Este es otra singularidad entre los proyectos solidarios. Iniciada por izquierdistas blancos, la Brigada rápidamente reafirmó el liderazgo del Tercer Mundo como un concepto revolucionario de la época. Era un tiempo donde las luchas de liberación abundaban en África, Asia y América Latina. La gente de color involucrada con la Brigada vio a la revolución cubana como una lucha del Tercer Mundo, con la cual tenían una especial responsabilidad. Por algunos años, cada contingente sesionó para los diferentes pueblos de color representados. Sobre todo, la Brigada instauró un proceso de recolección de fondos colectiva, que aún continúa, para hacer posible que la gente pobre, y esto muchas veces significa gente de color, pueda ir.
La Brigada también ha reflejado las contradicciones y conflictos relacionados con los asuntos raciales existentes en EE.UU. En su libro Venceremos Brigade, acerca de los dos primeros contingentes de 1960-1970, las editoras Sandra Levinson y Carol Brightman escribieron largamente acerca de las constantes luchas en contra del racismo que los blancos de la Brigada llevaron consigo desde casa. Una complicación adicional: los cubanos veían la raza a su manera, enfatizando la clase antes que el color. Como resultado, no comprendían realmente la necesidad de tales sesiones diferenciadas (sin oponerse realmente a ellas). Pero la gente de color de EE.UU. no puede olvidar el racismo que experimentaron en casa como su realidad. A menudo, los visitantes norteamericanos persistieron en visualizar las relaciones raciales en Cuba desde la perspectiva de EE.UU.
La lucha en contra del racismo en la Brigada continúa, pero parece menos problemática hoy en día. Esto es, al menos parcialmente, debido a que los contingentes son abrumadoramente de color. Los Brigadistas vienen ahora de Sri Lanka, Etiopía, Indonesia, y otros. Los jóvenes activistas blancos apoyan firmemente la predominancia del Tercer Mundo y suelen parecer más listos para ello que la generación de sus padres. "La Brigada fue la primera vez que trabajé en un ambiente multirracial", dijo Ann Sparanese de Nueva Jersey. "Fue la experiencia más formativa de mi vida."
El libro "La Brigada Venceremos" también describe la lucha de las mujeres en contra del sexismo en la Brigada en 1969-1970. Los contingentes de hoy en día parecen menos radicales frente a este problema. Los derechos de los gays y lesbianas en Cuba, y las flaquezas de la Brigada en esta misma área, han sido un tema espinudo.
Los gays de EE.UU. apoyaron la revolución cubana en sus inicios. Esto cambió al saberse de acciones represivas en su contra como detenciones y trabajos forzados. Por un tiempo la Brigada tomó la posición de integrar a los gays siempre que su trabajo político en EE.UU. se extendiera más allá de reivindicar sus propios derechos. Esto reflejó la posición cubana que el movimiento de liberación gay no era una fuerza revolucionaria.
Durante el tiempo en que el Partido Comunista de EE.UU. jugó un rol mayor en la Brigada, el partido-junto con otros izquierdistas- tuvo una tímida posición con respecto a los derechos de gays y lesbianas, éstos se sentían desalentados como para participar. Mientras muchos en la dirección de la Brigada diferían, su falta de interés por una lucha en ese sentido les impidió avanzar más allá de discusiones informales. Desde mediados de los ochenta, sin embargo, la posición cubana y de la Brigada cambió. Grupos en EE.UU. como Homosexuales por Cuba (Queers for Cuba), han visitado la isla independientemente y también han trabajado progresivamente con la Brigada. La Brigada incluso tomó el paso sin precedentes de co-patrocinar un contingente junto a Homosexuales por Cuba.
Resolver las diferencias entre la Brigada y Cuba no ha sido fácil, pero frecuentemente el humor ha ayudado. Julián Rizo, uno de los dirigentes cubanos que trabajó con las primeras brigadas, una vez dijo de aquellas luchas con una sonrisa, "Ustedes vienen aquí pensando que somos perfectos. Y nosotros pensamos que ustedes eran revolucionarios."
Hoy día los veteranos de la Brigada hablan de los muchos desafíos de ésta y de cómo debe crecer. ¿Pero qué exige el trabajo solidario? Algunos creen que la prioridad debería ser el activismo legislativo, como ejercer presión en el Congreso para terminar con el bloqueo, en vez de enlazar a luchas domésticas. Muchos activistas de izquierda probablemente dirían que ambas son importantes y llamarían a dividir el trabajo. Sea cual sea la posición, mucha de la gente entrevistada cree que la Brigada necesita llevar nueva vida a su programa solidario.
Aún careciendo de una oficina y personal, por ejemplo, la Brigada necesita tener infraestructura y recolectar fondos para ello. Tiene que enfrentar el hecho que no todos los recientes cambios en Cuba son de lo mejor, por ejemplo, el crecimiento de la prostitución, la élite del dólar, y otras nuevas formas de privilegio. También tiene que hacer más por tener presencia política en EE.UU. "De alguna forma, la Brigada está estancada, " dijo Hutchings. "No ha cuajado con los años 90. No hemos creado una página web; no tenemos una red de contribuyentes o sostenedores. Tendemos a hacer lo mismo cada año. Necesitamos estar más a tono con un mundo diferente." Danny Widener de Los Ángeles dio ejemplos: "Necesitamos trabajar en el caso de Assata Shakur y también en la larga lucha popular de Colombia." Ann Sparanese en Nueva Jersey dijo que para construir una gran base local, la Brigada debería tratar de conseguir que los sindicatos y concejos municipales adopten resoluciones en contra del bloqueo.
Cualquiera que sea el enfoque o las nuevas actividades, un claro mensaje surge desde la Brigada acerca de su trabajo: no hacemos apología de Cuba, somos solidarios con sus valores humanos y metas sociales porque son los nuestros también. Teresa Walsh, líder de la Brigada desde 1976 a 1988, ofrece una visión amplia. "La Brigada fue una de las pocas organizaciones de izquierda que sobrevivió los años finales de la década del setenta y los ochenta, cuando la Derecha se reagrupó y Reagan fue elegido, junto con el desmantelamiento de las naciones socialistas y la incrementada globalización del capitalismo. Esto significa que algunas veces tuvo que cojear para poder sobrevivir. Sobrevivió principalmente porque tenía tradición, lo cual puede ser tanto una fuente de fortaleza como de debilidad. Necesitamos mantener la tradición como fuente de fortaleza pero también avanzar encima de ella. "Nuestra inspiración originalmente provino del amor por la lucha en nuestro propio país. Eso se convirtió en el corazón de nuestra tradición. Esa es nuestra fortaleza."
Elizabeth Martínez
Znet en español, octubre del 2000
Traducido por Cristián Barker y revisado por Alfred Sola
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