Por Noel Manzanares Blanco
Sencillamente, carecía de exageración lo que escribí cuando apenas habían pasado cinco días desde que el mandatario George W. Bush emergió como principal inquilino de la Casa Blanca: Desgracia parece, infierno ¿será? (www.adelante.cu 25/1/01). Con ese título sometí a consideración del lector mi percepción inicial de quien quizás sea el continuador-realizador por excelencia de la Declaración de Principios del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano (3/6/97, ver en: www.suracapulco.com.mx). La vida, sin embargo, sobrepasó lo que concebí en aquella oportunidad.
Para corroborar lo que pienso, en mi condición de seguidor de las enseñanzas del Presidente Fidel Castro pudiera apoyarme en su reflexión titulada La antítesis de la ética (www.granma.cu, 30/1/08), porque allí el Líder de la Revolución Cubana revela cuánto existe de inconsistencia moral en el pretendido emperador del mundo, a partir del discurso pronunciado ante el Congreso de Norteamérica el pasado 28 de enero –prácticamente reproducido en la reflexión del Comandante en Jefe--. No obstante, aprovecho y tengo presente que el influyente periódico The New York Times publicó un editorial acerca de esa intervención del bushito (El Estado de la Unión, 30/1/08. En: www.granma.cu), y así utilizo como premisa de mi razonamiento a una fuente muy poco sospechosa de militancia revolucionaria y sí bien identificada con los principios que sustentan a la nación de Estados Unidos de América.
En la ocasión de marras, el Times manifiesta en sus primeros párrafos:
“Hace seis años, el Presidente Bush comenzó su discurso sobre el estado de la Unión con dos poderosas sentencias: ‘Mientras nos reunimos esta noche, nuestra nación se encuentra en guerra, nuestra economía está en recesión y el mundo civilizado se enfrenta a peligros sin precedentes. No obstante, el estado de nuestra Unión nunca ha sido más fuerte’.
“La noche del lunes [refiriéndose al 28 de enero último], después de seis años de promesas incumplidas y de equivocaciones de proporciones históricas, los EE. UU., se encuentran ahora enfrascados en dos guerras, la economía está girando hacia la recesión, y el mundo civilizado aún confronta peligros horripilantes.
“La nación está escindida en cuanto a la guerra en Iraq, dividida por implacables políticas partidistas, desbordante de temor económico y empantanada en un debate acerca de prácticamente todos los problemas que confrontó Bush en el 2002. Y lo mejor que pudo ofrecerle fue un llamado a desarrollar las capacidades individuales: una idea noble, pero en manos del Sr. Bush, solo un pretexto para abdicar de las responsabilidades del gobierno”.
Para complementar lo manifestado por el editorial del Times, deseo significar al menos cinco eventos que respectivamente denuncian los desatinos típicos de Mr. W. Bush ante el mundo, Palestina, Latinoamérica, su país y Cuba –todos interrelacionados:
1ro.- La hambruna amenaza con enseñorearse, de acuerdo con los artículos El fin de la comida barata, rubricado por Jahir Lombana en las páginas de The Economist el 13 de diciembre de 2007 (puede verse en: www.expreso.ec), cuyo título explica por sí solo; y ¿De nuevo "petróleo por alimentos"?, firmado por Paul Kennedy (www.elpais.com, 6/1/08), quien dice que “en los próximos decenios, todos los países del mundo van a valorar cada vez más las materias primas esenciales, como el cereal, el agua potable... y el petróleo. Quienes tengan de todo saldrán adelante. Quienes tengan pocos recursos tendrán un futuro muy negro”. En medio de este escenario, Bush, el hijo, encabeza una ofensiva tendiente a convertir fuentes de alimentos en biocombustible, a tenor con lo trascendido de la reunión que él sostuvo con los fabricantes norteamericanos de automóviles el pasado 26 de marzo, muy a contrapelo de que ello agravará las desgracias de los pobres de la Tierra –amén de darle la espalda a la Madre Natura.
2do. En el citado discurso ante el Congreso norteamericano, apunta quien dice que habla con Dios: “Los palestinos han elegido a un Presidente que reconoce que hacerle frente al terrorismo es esencial para lograr un Estado donde su pueblo pueda vivir con dignidad y en paz con Israel”. Tal pronunciamiento parece muy interesante frente a la barbarie que comete el Ejército israelí contra el sufrido pueblo palestino. La comunidad mundial condena el genocidio que ahora mismo acontece en la Tierra Santa, y en las Naciones Unidas pretendieron tomar medidas concretas. Pero, en medio de este escenario, Bush, el hijo, el 29 de enero dio órdenes a su embajador ante el Consejo de Seguridad del magno foro internacional para que vetara cualquier buena intención en esa parte del Medio Oriente, de acuerdo con un cable de la Agencia ANSA. A todas luces, esta suerte de padrino del salvajismo apuesta a legitimar el exterminio de la población palestina a cargo del Sionismo.
3ro.- Parece infinito el delirio bushiano por hacer realidad tangible el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA –revitalización de la Doctrina Monroe: América para los yanquis o pelea de León vs. Mono y el último amarrado). Tal vez el caso de la Patria del Benemérito Benito Juárez sea prueba inequívoca, pues miles y miles de campesinos de varios estados del país caminaron hacia el Zócalo capitalino para denunciar lo que algunos expertos denominan el “agrocidio”, en alusión a cómo se depaupera el campo azteca. Roberto González Amador, al escribir en el diario La Jornada la repercusión del vínculo económico con el vecino del Norte, expresó: “Convertir al país en un mayor receptor de inversión extranjera directa, la gran apuesta de la apertura comercial y financiera impulsada en México en recientes administraciones para propiciar desarrollo económico, es una estrategia agotada, al menos por ahora” (www.lajornada.unam.mx, 15/12/07). He aquí un reflejo de las “buenas” ofertas de Bush, el hijo, a los pueblos del Sur del Río Bravo. Así, carece de casualidad la obsesión contra el Presidente Hugo Chávez y la obra redentora que lidera para Nuestra América a través de sus proyectos de integración-unión de las hijas e hijos de Bolívar, Martí…
4to.- Según un cable de Notimex fechado en Washington 12 de diciembre de 2007, el presidente de Estados Unidos vetó por segunda vez un proyecto de ley que buscaba ampliar el Programa Estatal de Seguro de Salud para Niños (SCHIP, por sus siglas en inglés), pese a que cuenta con el apoyo bipartidista en el Congreso. El mandatario rechaza los altos costos del SCHIP que representan un aumento de 35 mil millones de dólares en cinco años, y permitiría ampliar el número de beneficiados en cuatro millones, para un total de 10 millones. Este fue el séptimo veto del susodicho desde que asumió la Presidencia estadounidense, de los cuales seis se han registrado a partir de enero pasado [2007], precisa Notimex. Paradójicamente, en medio de este escenario, Bush, el hijo, continúa incrementando los gastos de guerra, tal como anunció un cable de EFE fechado en Washington el 14 de noviembre del propio año: a un total 1,5 billones de dólares, casi el doble de los 804 000 millones que ha gastado o pedido la Casa Blanca para las guerras en Iraq y Afganistán hasta el 2008, asciende el costo de esas conflagraciones –y vale acotar, dinero que sale del bolsillo del mismo contribuyente norteamericano, el que recibe cada vez menos de “su” gobierno.
5to.- Sin pasar por alto el galopante proceso de recrudecimiento de las múltiples variantes de agresiones del Águila Imperial contra nuestro Caimán Verde (ver el discurso del señor George W. Bush el pasado 23 de octubre en: www.cubasocialista.cu 24/10/07), particularmente quiero llamar la atención en la desvergonzada actitud de la administración bushiana en el caso de Los 5 Héroes respecto a la contrarrevolución asentada en la Florida:
Por un lado, Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort, Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar y René González Sehwerert sufren secuestro desde el 12 de septiembre de 1998 en cárceles norteamericanas por luchar en aras de evitar actos vandálicos contra los pueblos cubano, norteamericano y de terceros países, en las mismas entrañas de la terrorista mafia gusano-yanqui con centro en Miami, a pesar del apoyo que ellos han recibido de instituciones tan prestigiosas como es el Gremio Nacional de Abogados de Estados Unidos, el cual aprobó una “Resolución refrendando el llamamiento a una investigación internacional sobre el incumplimiento del gobierno de Estados Unidos en encarar y remediar la falta de justicia en el caso de los Cinco, y a fomentar la educación y las acciones relacionadas con el caso” (www.granma.cubaweb.cu, 19/11/07).
Como contrapartida, múltiples planes concebidos por el Grupo Paramilitar de la Fundación Nacional Cubano-Americana contra Cuba fueron denunciados –con y sin comillas-- por el ex miembro de esa pandilla política, José Antonio Llama, hace apenas unos meses; la ley USA se ha mostrado incapacitada para actuar ante el desenfreno de los verdaderos terroristas: por ejemplo, Orlando Boch, coautor intelectual de la voladura en pleno vuelo del avión de Cubana en territorio de Barbados el 6 de octubre de 1976, anda suelto y ofrece conferencia para vanagloriarse de sus “hazañas” contra la mayor de las Antillas en casi medio siglo, y no pasa nada; legisladores como el estadounidense de origen batistiano nombrado Lincoln Díaz-Balart confesó frente a las cámaras de la televisión en la república bananera de la Florida su más resuelto apoyo a los “luchadores antiCastristas” –léase, terroristas de pura cepa--, como si ello no constituyera una violación de la ley –recuérdese el Acta de neutralidad de factura norteamericana--, y tampoco pasa nada; y por el mismo estilo anda el caso del architerrorista Posada Carriles. He aquí presencia de una inusitada doblez.
Entonces, existen sobrados elementos para sostener que el señor George W. Bush, al tiempo que ha situado la desgracia en un plano infernal, ha desmontado el menor asomo de virtud.
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