A propósito de la plataforma P.A.Z. (Plataforma de Apoyo a Zapatero)
Un grupo de dos mil personas, formado por científicos, artistas, profesores y empresarios han creado la plataforma P.A.Z. (Plataforma de Apoyo a Zapatero), para respaldar la candidatura del actual presidente español en la próxima cita electoral. No obstante, si tenemos en cuenta los tiempos que corren, esa plataforma podría respaldar perfectamente a Mariano Rajoy, candidato de la extrema derecha. Basta con fijarse un poco, para llegar a la conclusión de que las diferencias sólo están en las formas, el fondo es otro cantar.
Dejando a un lado a Rajoy, apoyar a Zapatero significa estar de acuerdo con el incremento de las exportaciones de armas (España se ha convertido en una potencia mundial en tan altruistas menesteres) que sirven para generar conflictos y cometer genocidios. Igualmente, supone alinearse con las empresas españolas que saquean, expolian y destruyen el medio ambiente en América Latina.
Avalar a Zapatero, supone aprobar la presencia militar “humanitaria” española en Afganistán, Líbano, Haití, la próxima intervención en Darfur (Sudán) y las guerras que están por venir, auspiciadas por los intereses del imperialismo capitalista. Así mismo secundar a este presidente, es admitir la presencia indefinida de las bases norteamericanas de Rota y Morón, utilizadas para perpetrar agresiones militares en cualquier lugar del mundo.
Apoyar a Zapatero, significa proteger a Aznar, personaje considerado un criminal de guerra, e instigador del golpe de estado de Venezuela. Recordemos la encendida defensa que el presidente español hizo de semejante energúmeno, en la última Cumbre Iberoamericana, defensa basada en un patriotismo de pandereta que algunos creían superado (la herencia de Franco es muy fuerte, no cabe duda). Quien defiende a un fascista golpista, no puede enarbolar la bandera de la cordura y la sensatez, sino todo lo contrario.
Respaldar a Zapatero implica complicidad con los vuelos de la muerte de la CIA que hicieron escala en España, y que ignoramos si seguirán haciéndolas. El actual ministro de Defensa, José Antonio Alonso, afirmó- siendo entonces ministro del Interior- que, si se confirmaban los hechos, se verían afectadas las relaciones bilaterales entre ambos países. Pero a pesar de que el embajador norteamericano reconoció la estancia de los aviones en varios aeropuertos españoles, Zapatero continúa guardando un vergonzoso silencio.
Estar con Zapatero es aceptar el secuestro de revistas, las torturas, la coacción preventiva y las suspensiones de organizaciones políticas no afines al régimen, que ahora, pese a Garzón, no son ilegalizadas de inmediato porque no se fían del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. La trayectoria de Zapatero en este tramo final de su legislatura, ha sido idéntica a la de Aznar, con la salvedad de que éste ejerció una feroz represión cuando logró la mayoría absoluta, y Zapatero ha hecho lo propio, gracias a la connivencia de otras formaciones políticas. Es un sarcasmo indignante que la plataforma asegure, que los derechos individuales y colectivos se han fortalecido como nunca antes.
En definitiva, apoyar a Zapatero es defender la monarquía impuesta por Franco, un régimen corrupto que ha ido eliminando los derechos de los trabajadores, y que tan sólo implementa medidas dirigidas a evitar la bancarrota de la oligarquía financiera, utilizando dinero público que sale de los bolsillos de los obreros, para que éstos carguen en sus espaldas con los robos, despilfarros y desmanes que cometen quienes lo privatizaron todo. Los únicos beneficiados a la hora del reparto han sido los millonarios, y no el resto de los ciudadanos como declara la plataforma.
Mariano Rajoy ha prometido que si gana los comicios, plantará 500 millones de árboles, pero a pesar de que el refrán dice que los árboles no dejan ver el bosque, ni dos mil hipócritas con la barriga llena, ni 500 millones de árboles podrán tapar una sociedad alienada y brutal, donde los siervos del régimen neofranquista, politiquean mientras se revuelcan en sus inmundicias. Después de las elecciones tendremos más de lo mismo. Y los señores de la plataforma lo saben.
J. M. Álvarez
Rebelión
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