El narcoestado colombiano.

A pocos días de conmemorar el magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán, los mismos oligarcas agazapados siguen ahí, haciéndole trampas a la Historia, escribiéndola con sus nuevos héroes de pacotilla y oropel.

Johnson Bastidas

Un empresario mafioso somalí decía con respecto a la crisis de su país “si el Estado se hunde, esto favorece los negocios, por todos los lados que lo mire, es mejor así, antes esto era el reino de los monopolios públicos, de la burocracia, y de la corrupción, ahora mandamos nosotros”. El contexto de la frase es una Somalia sumida en el orden del más fuerte.
Nosotros no estamos tan lejos, entre más se profundiza la crisis moral y asistimos a la configuración de un narcoestado, en el sentido craso del término, más se concentra la riqueza. Nuestros ricos son más ricos según la revista Forbes y nuestros pobres son ahora miserables y la clase media se derrumba engrosando el listado de la línea de pobreza.
La economía va digamos “bien” apunta de encuestas y cifras maquilladas que no permiten ver el desmadre fiscal, y mientras ello ocurre, más Parapolíticos se preparan para renunciar a sus curules, porque saben que en la justicia ordinaria sus procesos empiezan el largo camino de la impunidad.
Algunos políticos se comienzan a rasgar las vestiduras, ante el quórum que empieza a formarse en las cárceles, “se debe revocar el congreso” “se debe llamar a elecciones para elegir un nuevo congreso”, sirios y troyanos hablan de salvar la autoridad moral de las instituciones, mientras las segundas curules se preparan para remplazar a los llamados a juicio. Es el mismo perro con diferente guasca, acaso el segundo no ha sido elegido con los mismo votos manchados de sangre.
Pero ante esta idea “revocatoria de mandato”, se piensa en el congreso, acaso el presidente no ha sido elegido con el mismo pacto de Ralito y con las mismas coaliciones delictivas, “revocatoria del mandato al presidente”, pero no, al Mesías no, cómo se le va a revocar el mandato si es el llamado prohombre que salvara a Colombia de todo, incluso de él mismo, es intocable.
La respuesta no se hace esperar, apenas los rumores de revocatoria de mandato circulan con vuelo propio el patrón de la casa de Nariño sale a defender la institucionalidad, con el sofisma que de estas ideas “son saltos que conducen al vacío” dice el Patrón, pero cuál salto al vacío, si ya tocamos fondo hace rato, cuál salto, si estamos atollados de mierda hasta la más mínima institución del Estado está untada de la “refundación paramilitar de la republica”.
El patrón acaba de darnos una clase de administración pública, lean bien esta perla “O fortalecemos la institucionalidad del Congreso y su institucionalidad, independientemente de sus integrantes”, que tal, el presidente se imagina que las instituciones tiene una existencia perse o son de concreto, olvidando un hecho sociológico que cualquier primíparo de la ESAP lo sabe de antemano. Las instituciones las encarnan hombres de carne y hueso y son el resultado de la sociedad que las ha parido, es decir, si estamos en un Estadomafioso, significa que éstos las han permeado, con dineros, practicas, intereses, y las han instrumentalizado para sus intereses de grupo de poder, y no para la sociedad en su conjunto.
Lo mismo ocurre con el primer cargo público de la nación, la presidencia de la republica, ésta institución no existe en el vacío, si bien tiene unos parámetros y una normas, quien la ejerce tiene dos caminos, o enaltece la investidura o la prostituye, no existen presidencia buenas o malas, existen presidentes, dignos servidores de su pueblo, otros mediocres, corruptos o mafiosos, como existen senadores narcopamilitares, entonces la cuestión es más profunda.
La investidura de la presidencia no puede quedar incólume, como institución, si el presidente es cuestionado moralmente para ejercer el cargo. Uribe, le ha mentido muchas veces al pueblo colombiano, no ha podido explicar, porqué nunca ha condenado las masacres paramilitares, porqué nunca ha sabido explicar el origen de su patrimonio familiar, porqué nunca ha sabido explicar que hacia el helicóptero de su padre en Tranquilandia, porqué otorgó tantas licencias desde la aeronatica civil, tantas en tan corto tiempo, porqué eligió a Jorge Noguera en el DAS si este nombramiento ponía al DAS al servio paramilitar, cuándo sabrá el país el contenido de los acuerdos secretos de RALITO, y porque ha defendido tanto a Rito Alejo del Rio, el más paramilitar de todos los militares colombianos, en fin la lista es larga.
Por eso la crisis de legitimidad en la que se encuentra inmerso el Congreso senadora Gina Parody, es una crisis de todo el Estado, y no se resuelve con una revocatoria de mandato, si bien, éste puede ser un primer paso, se deber ir más allá hasta que el pueblo recupere su soberanía, y ésta se resuelve con un gobierno de transición nacional que prepare al país para la salida política y para ésta tarea, se necesita un congreso digno y un jefe de Estado digno de su investidura, y no esa partida de sinvergüenzas que nos gobiernan desde esta democracia de motosierra.
A pocos días de conmemorar el magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán, los mismos oligarcas agazapados siguen ahí, haciéndole trampas a la Historia, escribiéndola con sus nuevos héroes de pacotilla y oropel, el inmolado dirigente les advertía en ese momento a la oligarquía:
Fijaos, señores, que las grandes revoluciones han sido realizadas por las masas que parecían más conformes con el estado ambiental". ****************************************** "Los hombres de trabajo que han visto cómo se esfumaron millones de pesos, cuyo único resultado fue el enriquecimiento doloso de cuatro delincuentes de levita y el empobrecimiento y la miseria del pueblo que trabaja, saben que lo primordial radica en el saneamiento moral de la República, en la erradicación profunda y total de toda esta podredumbre en que navegamos".JEG
¡Malaventurados los que en el gobierno ocultan tras la bondad de las palabras la impiedad para los hombres de su pueblo, porque ellos serán señalados con el dedo de la ignominia en las páginas de la historia! JEG