Ahora a nacionalizar el resto de la industria de alimentos bajo control obrero
Este miércoles 4 de marzo, en reunión del Consejo de Ministros, transmitida por los medios del Estado, el Presidente Chávez anunció la nacionalización de la multinacional de origen estadounidense Cargill, empresa del sector alimentos cuya división de procesamiento de arroz se estaba negando sistemáticamente a producir arroz a precio regulado. Igualmente advirtió a Empresas Polar que sus empresas del sector alimentos también podrían ser expropiadas si no respetan los decretos que regulan al sector e instruyó al Ministro de Agricultura que fuese preparando los decretos de expropiación para las demás empresas arroceras.
Esta nacionalización sigue a la medida de intervención de los silos y plantas procesadoras de arroz anunciada el pasado viernes 27 de febrero durante la Sesión Especial convocada por la Asamblea Nacional en El Valle, para conmemorar los 20 años de El Caracazo. En esa ocasión el presidente Chávez había enfatizado que “No les vamos a permitir a estos sectores que sigan burlándose del pueblo. Este gobierno está aquí para proteger al pueblo, no para proteger a la burguesía, ni a los ricos de este país”. Indicó que “el gobierno revolucionario le compra el arroz a los productores y estos se niegan luego a producir el arroz regulado” y que si las empresas continúan saboteando la producción de arroz regular, expropiaría todo el sector.
Una de las primeras empresas intervenidas fue Primor, ubicada en Calabozo, Guárico. El viceministro de Economía Agrícola del MAT, Richard Canán, indicó que esta productora de arroz ha trabajado a menos del 50% de su capacidad total de producción. Al respecto, refirió: “Tiene una capacidad de más de 7.500 toneladas mensuales y ha estado produciendo menos de 3.000 toneladas mensuales. Además, se está procesando arroz saborizado y no el regulado.”
El domingo 1 de Marzo, en su programa dominical Aló Presidente, se hizo un pase especial con el ministro Jaua desde las instalaciones de Primor, en Calabozo. Jaua explicó: "La razón de esta acción se debe a que estas industrias crearon unos mecanismos de presentaciones saborizadas para desviar la materia prima a productos no regulados”. Al respecto, el Viceministro Canán declaró que “El arroz saborizado es una estafa”. Por su parte, el presidente Chávez comentó que “Me cansé de la evasión a la producción del arroz regulado, y por eso ordené la intervención de esas plantas. Si se ponen cómicos los expropiamos, y pasamos esas empresas de propiedad privada a propiedad social” y agregó que “Debemos apuntar al socialismo, no al capitalismo, tenemos que construir la propiedad social en lo que tiene cabida los medianos y pequeños productores”. Y respecto a la propiedad de la tierra declaró que “un elemento fundamental para el socialismo es la propiedad social de los medios de producción. ¿Cuáles son los medios de producción o los factores de producción? La tierra, que no es privada sino propiedad social. Si pusiste una cerca y produces, o tienes unos galpones, una casa o ganado (en esas tierras), bueno, esas bienhechurías sí son privadas. Pero la tierra no es de nadie en particular, es de todos”.
Para el lunes 2 de Marzo, Guillermo Bolinaga, director de Asuntos Legales y Regulatorios de Empresas Polar, calificó de "desproporcionada, ilegal e inconstitucional" la medida de intervención y declaró que denunciarían ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) la intervención de su planta procesadora de arroz. Con el cinismo de siempre, indicó que supuestamente “se viola el derecho a la propiedad, a la seguridad alimentaria y a la soberanía del consumidor a escoger lo que las personas quieren consumir”. Bolinaga declaró que su empresa sólo manejaría el 6% del mercado (a pesar que es harto conocido que Alimentos Polar es la principal empresa del sector alimentos en el país) y rechazó que empaquetaran 90% de arroz saborizado, para violar el precio controlado del producto en su presentación simple, pero sí declaró que para ellos, el problema que se presenta en el sector del arroz se debería a la escasa producción de materia prima y al precio regulado por el gobierno que “no cubre los costos de producción”. Al respecto, Elías Jaua (MAT) señaló que la empresa Polar es “monopólica” y aseguró que en Venezuela se producen actualmente más de 300 mil toneladas del cereal. “Esto se desmiente de manera categórica cuando ellos dicen que no hay materia prima, pero están produciendo arroz saborizado, es decir, que tienen materia prima, pero la están destinando a otras presentaciones que no son las reguladas”. Igualmente señaló que “Cuando están produciendo el 90 por ciento de la materia prima que tienen en presentaciones saborizadas están haciendo consumir sólo lo que ellos están presentando".
Para este martes 3, el Gobierno Bolivariano, a través de un decreto oficial sin precedentes estableció cuotas obligatorias de producción a todas aquellas empresas que elaboran aceite comestible, arroz blanco, azúcar, café en grano (tostado y molido), harina de maíz, leche, margarina, mayonesa, pastas, quesos y salsa de tomate. La idea detrás del decreto sería la de garantizar que las empresas sigan elaborando estos alimentos, los cuales están sometidos a un control de precios y que no se desvíen a producir productos parecidos cuyo precio no está controlado. Carlos Osorio superintendente nacional de silos y almacenes, señaló que “Si alguna industria desea atropellar a los consumidores con el fin de obtener mayores dividendos, nosotros vamos a proceder” y enfatizó que “Para el Gobierno, el acceso a los alimentos es un tema de seguridad de Estado”.
Expropiada la multinacional Cargill
“Estos están raspados (...) trasnacional violando las leyes (...) Prepárenme el decreto porque no lo vamos a tolerar. (…) Oiga bien el país la instrucción que estoy dando: Iníciese el proceso expropiatorio a Cargill, además con investigación judicial, porque es una violación flagrante lo que están haciendo”. Con estas palabras el presidente Chávez ordenó la nacionalización de esta importante multinacional de origen estadounidense del sector alimentos. La medida es anunciada luego que las inspecciones realizadas a la planta ubicada en Portuguesa, acción solicitada por los productores de la zona aprovechando el anuncio de intervención de las arroceras, demostraran que la empresa no está produciendo arroz básico regulado, pero empaquetan dos mil 400 toneladas del producto en presentaciones especiales que no son objeto de regulación de precios. Adicionalmente la inspección reflejó otras violaciones, como el contrabando a Colombia utilizando documentos falsos.
Cargill de Venezuela produce aceites (El Rey, Vatel, Deleite, Branca y la manteca Los Tres Cochinitos), arroces (Mi Mesa, Santa Ana), harinas (Blancaflor, Gold Medal y Mi Mesa), pastas (Fiorentina, Milani, Mi Mesa y Ronco) y las salsas para pastas, marca Ronco. También está presente en el mercado de mascotas, ofreciendo los productos: Dogui, Gati, Robustin y Perrovita. No quedó claro de inmediato si todas las operaciones de Cargill en el país se verían afectadas o sólo las plantas de arroz, pero el mandatario afirmó que iniciará una investigación judicial contra ella. Adicionalmente el presidente ordenó la inspección de todas las procesadoras de alimentos básicos, ordenando que “Quiero que me inspeccionen todo, todas las plantas que producen la harina, la harina de maíz, las que producen el aceite (...) el tema del papel sanitario. (...) Hay que revisar todo eso (...) el que se salga del marco de la ley, bueno, hay que tomar las medidas, pero contundentes, en favor del pueblo. Esto es para proteger al pueblo”.
Adicionalmente, el presidente también le ha hecho la misma advertencia a Empresas Polar: “repito a la empresa Polar: Podrán creer sus dueños que son de sangre azul, si no entran por la goma señor Mendoza, los vamos a expropiar, se lo estoy alertando”. Esta advertencia viene sobre todo tras las declaraciones de voceros de la empresa, en particular de su representante legal, Guillermo Bolinaga, y las acciones legales emprendidas a nivel del TSJ. Chávez advirtió que “Nosotros podemos expropiar todas las plantas de la Polar (...) y le pagamos con unos bonos. Esta revolución va en serio”. En este sentido, le ordenó a Elías Jaua, que “vaya preparando los decretos, uno tras otro”. Cabe recordar que con la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria, la alimentación fue declarada de utilidad pública, por lo que los procesos de expropiación deberían ser más expeditos que lo han sido las de las anteriores empresas hasta los momentos. “Sólo falta que usted firme el decreto y se inicia el proceso de expropiación”, explicó el ministro Jaua.
Ahora a nacionalizar el resto de la industria bajo control obrero
El anuncio de nacionalización debe ser saludado con entusiasmo por los trabajadores de todos los países. Representa un gran paso adelante para la revolución venezolana y un nuevo golpe contra el capitalismo y el imperialismo. En particular es una nueva bofetada a los reformistas y burócratas que siguen defendiendo la idea de que el Gobierno no debe ni tiene planteado expropiar empresas. Los marxistas lo hemos señalado más de una ocasión: la revolución es un proceso vivo, dinámico, del cual debemos analizar en base al materialismo dialéctico las tendencias que marcan el desarrollo más probable en un proceso. La realidad es que pese a los deseos de los reformistas de conciliar y negociar treguas con la oposición, ésta sólo está interesada en una cosa: derrotar a la Revolución Bolivariana.
Aunque el Gobierno nacional una y otra vez les ha tendido la mano a los empresarios, dando cuantiosas ayudas financieras, éstos han seguido utilizando una de sus más poderosas armas: la guerra de baja intensidad, la campaña de desgaste a través del sabotaje económico. El año 2007 estuvo marcado por la agudización de su táctica de esconder productos de primera necesidad, en particular la leche. En esa ocasión ya advertíamos que la flexibilización de la regulación no devolvería el producto a los anaqueles, sino que llamaría a incluir en la lista de los alimentos desaparecidos a otros importantes productos de primera necesidad.
Este fue uno de los argumentos centrales de la gira de Alan Woods en Venezuela el mes de Junio pasado. "El argumento de los reformistas y estalinistas de que la revolución debe formar una "alianza estratégica con la burguesía nacional" es una estupidez peligrosa. Todo el mundo sabe que la burguesía es el enemigo de la revolución y el socialismo. No es posible formar una "alianza estratégica" con la burguesía nacional progresista porque no existe... A pesar de todas las exhortaciones, los capitalistas privados no invertirán en Venezuela. " repetíamos en Agosto (Alan Woods, La nacionalización del Banco de Venezuela)
No hay que olvidar que algunas de las empresas ahora bajo intervención estatal y amenazadas con expropiación participaron en la reunión del presidente Chávez con los empresarios hace menos de un año, incluyendo los empresarios del grupo Polar. !Cuantas meses perdidos por seguir la estratégia equivocada de los reformistas! En realidad el grupo Polar debería haber sido expropiado inmediatamente después del golpe de abril del 2002, por su participación activa en el mismo. O en enero del 2003 por su particpación en el paro-sabotage petrolero. O en febrero del 2004 cuando los camiones de la Polar trancaron las carreteras durante la guarimba. O en enero del 2008 cuando se descubrieron grandes cantidades de alimentos acaparados en almacenes de la Polar.
Así como la nacionalización de Lácteos Los Andes fue un primer paso hacia el control de la industria láctea, hemos visto que ésta no ha sido suficiente. El resto de las empresas lácteas siguen saboteando la producción de derivados lácteos regulados. Más aún, salvo el caso de Constructora Nacional de Válvulas, hoy la ejemplar, INVEVAL, ninguna de las empresas nacionalizadas ha pasado a funcionar bajo control obrero. En un principio se intentó la propuesta de la “cogestión”, con los trabajadores organizados en cooperativas, mientras que las más recientes nacionalizaciones ha sido un simple paso de las manos de capitalistas al Estado, con todos los vicios que conserva como Estado burgués heredado de la IV República. Las deficiencias y problemas que han surgido en las empresas nacionalizadas no son culpa de los trabajadores, sino por el contrario de la falta de control obrero, de la burocracia estatal y del sabotaje de los reformistas y todo tipo de elementos revolucionarios que perviven en el Estado.
Una cuestión que se ha abierto en estos momentos es el de la compensación. El presidente ha hablado de no pagar efectivo sino “les pagamos con unos bonos”. Hasta los momentos se había impuesto la idea reformista de comprar las industrias por su valor de mercado, como sucedió con CANTV y EDC, e incluso con SIDOR. Esto mismo se había planteado en el caso del Banco de Venezuela, Grupo Santander, y por eso mismo se ha aplazado dicho proceso, incluso anunciándose que para 2009 era seguro que no se tomaría control de dicho banco. Los niveles de ingresos del país, producto de la crisis capitalista mundial y los efectos que ha tenido sobre los precios del petróleo han sido importantes y cierran las puertas a la idea de que es posible ir nacionalizando las empresas pagando grandes cantidades de dinero a los capitalistas.
El camarada Alan Woods comentaba en su artículo “Nacionalizaciones en Venezuela: ¿Qué significan para los socialistas?”, escrito en mayo 2007 a propósito de la nacionalización de las operaciones petroleras en el país, lo siguiente: “La cuestión de la compensación tampoco es una cuestión de principios. Marx planteó la posibilidad de pagar una suma de dinero a los capitalistas en Inglaterra. Trotsky también dijo que en EEUU sería posible pagar compensación a los capitalistas a cambio de la entrega pacífica de las fábricas y minimizar así la posibilidad de la violencia. Pero lo que no es permisible es la idea reformista de comprar las industrias por su valor de mercado, eso haría imposible toda la idea de la nacionalización.”
Los grandes capitalistas han sacado jugosas ganancias a costa del sudor y sangre de nosotros los trabajadores. Más aún, en el sector alimentos, los empresarios han estado jugando con la alimentación del pueblo, saboteándonos y atacándonos sólo por el hecho de ser los “propietarios” de las industrias. Basta con abrir los libros contables de todas estas empresas y ver cómo a través de la especulación, el acaparamiento y la explotación laboral han tenido jugosas ganancias en todos estos años. No se justifica que el dinero de todos los venezolanos siga yendo a bolsillos de estos hampones. Más que compensación, los trabajadores queremos que estos explotadores sean enjuiciados. Así como se hizo con los directivos del Stanford Bank en el país, los bienes de todos los directivos de estas empresas deben ser congelados. Basta recordar que medidas similares se tomaron durante la Independencia. Más aún, el propio gobierno estadounidense hizo lo propio, primero durante su Guerra de Independencia contra los terratenientes que apoyaron a los británicos y luego durante la Guerra Civil, con los que apoyaron a los esclavistas y al ejército confederado.
Ya se ha dado un primer paso en la dirección correcta. Pero la única garantía de soberanía alimentaria es terminar de nacionalizar todo el sector agroalimentario y pasar a manejar toda la producción bajo control obrero. Esto incluye no sólo a las empresas procesadoras, sino también a los grandes latifundios. Los jornaleros campesinos, los verdaderos productores, deben pasar a trabajadores fijos de una gran empresa nacional de alimentos, de propiedad pública y gestionada por sus trabajadores. Esto permitiría planificar y coordinar adecuadamente todo lo relativo a los alimentos, desde la producción de la materia prima hasta la elaboración de los productos finales. A su vez, permitiría una introducción efectiva de tecnología y maquinaria al campo.
Como ya hemos señalado anteriormente, ni la regulación del mercado ni las nacionalizaciones parciales realmente resuelven el problema. El intento de los reformistas de controlar el mercado capitalista mediante control de precios no puede solucionar el problema. Al contrario, lo agrava porque interrumpe el normal funcionamiento del mercado capitalista sin sustituirlo por una economía planificada democráticamente. Cómo se ha demostrado en el caso del arroz, los empresarios capitalistas sólo producen con la intención de sacar beneficios. Si ellos consideran que los precios regulados no les dan una ganacia suficiente, entonces dejan de producirlos, violando la ley si fuera necesario. La conclusión que hay que sacar es que existe una contradicción fundamental entre las necesidades e intereses de la mayoría de la población y la propiedad privada de los medios de producción
El presidente declaró que “Debemos apuntar al socialismo, no al capitalismo, tenemos que construir la propiedad social” y agregó que “un elemento fundamental para el socialismo es la propiedad social de los medios de producción. (…) la ruptura del modelo capitalista burgués (...) desmontando la superestructura que soporta la reproducción capitalista en el plano constitucional y legal (...) sentando las bases para la construcción de un nuevo modelo de producción fundamentado en nuevas relaciones de producción, nuevas formas de propiedad”. La nacionalización de la industria, la banca y los grandes latifundios es la única vía para darle un contenido concreto a estas palabras. Este es el único camino a seguir para llevar adelante la Revolución.
Caracas, 05 de Marzo de 2009
Hermann Albrecht
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