Enero de 1959 marcó el inicio de una nueva etapa en Cuba en la impresión de libros y en el fomento de la lectura en todo el país. El 31 de marzo de ese año se fundaría la Imprenta Nacional, lo que constituiría uno de los acontecimientos culturales más grandes de ese primer año de revolución y que al decir de los expertos, sentaría las bases para la publicación masiva y sistemática de libros, folletos y revistas, en un país que contaba en aquella fecha con un alto índice de analfabetismo.
La gran significación de este suceso para el acontecer cultural de la isla haría que se adoptara el 31 de marzo como el Día del Libro Cubano. La obra cumbre de la literatura española y universal "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha", de Miguel de Cervantes, fue el primer libro que llegó a las manos del pueblo a un precio irrisorio y en una tirada de un millón de ejemplares.
Quedaba esbozado así, por primera vez en la historia de Cuba, aseguran los expertos, el proyecto para un sistema editorial que fuera consecuente con una visión cultural nacional y, aunque todavía no se contaba con personal calificado ni con los recursos materiales y talleres de impresión necesarios para alcanzar tan noble objetivo, ya en 1963 fueron publicados en el país 6 500 000 libros.
La Imprenta Nacional de Cuba constituyó una importante vía de difusión cultural, educacional y política durante su breve existencia hasta abril de 1962 en que daría paso a la Editorial Nacional de Cuba, dirigida desde su inicio y hasta 1966 por el reconocido intelectual Alejo Carpentier. En 1967 se crearía el Instituto del Libro, hoy Instituto Cubano del Libro, y su sistema de editoriales.
Han sido años de un intenso trabajo para garantizar llevar lo último de la literatura cubana y universal a un público cada vez más ávido de lectura. Ha sido un camino no exento de obstáculos por las dificultades económicas que atravesara el país en la década del noventa del siglo pasado, pero en el que las autoridades cubanas y especialmente el máximo líder de la revolución, Fidel Castro, incentivaron y buscaron las vías para garantizar la impresión sistemática de libros, folletos y revistas.
A lo largo de estos 42 años de existencia el Instituto Cubano del Libro ha logrado poner a disposición de los lectores grandes tiradas de autores clásicos y contemporáneos, ha motivado la creación de editoriales en todo el país y el surgimiento de eventos como la Feria del Libro, que se ha convertido en una cita de prestigio nacional e internacional.
Es interés y política del gobierno cubano que los libros lleguen a todos los rincones de la geografía del país, es por eso que la Feria del Libro se desarrolla no solo en la Habana sino en otras ciudades y municipios del país. Es así también que se desarrollan ferias del libro y de lectura en los macizos montañosos.
En esa estrategia se inscribe también las dos imprentas Braille, una de la Asociación Nacional del Ciego y la otra, del Ministerio de Educación, que existen en la actualidad en la Mayor de las Antillas, las cuales garantizan materiales de lectura a los invidentes.
Las autoridades cubanas en general, y en particular el Instituto Cubano del Libro pueden mirar con orgullo lo hecho en todos estos años para responder a las cada vez más exigentes demandas de un pueblo, que hoy por hoy podemos decir sustenta una tradición en el hábito de lectura.
María Josefina Arce
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