jueves, mayo 10, 2012

Sobre las recientes elecciones y la izquierda griega



El plàcido bipartidismo en el que han navegado los intereses del capitalismo europeo desde la segunda guerra mundial, convenientemente jibarizados los partidos comunistas, se ha hundido en Grecia.
Las recientes elecciones griegas muestran la progresiva descomposición del sistema político. Lo que inquieta a las clases dominantes europeas son las profundas semejanzas del país helénico con el resto de “democracias occidentales”, hasta tal punto que la frase repetida como un mantra “España (o Portugal, o Italia) no es Grecia” parece más un intento desesperado de conjurar el pánico. Es imposible ocultar que lo que ocurre en Grecia no es más que la primera sacudida del mismo terremoto que está afectando a los países del furgón de cola de la UE y que acabará por demoler la UE y el euro tal y como se conoce hoy.
El plácido bipartidismo en el que han navegado los intereses del capitalismo europeo desde la segunda guerra mundial, convenientemente jibarizados los partidos comunistas, se ha hundido en Grecia.
Hace menos de tres años, en octubre de 2009, el líder socialdemócrata Georgios Papandreu ganó las elecciones para su partido – el PASOK – con mayoría absoluta. Sucedía al gobierno del partido conservador Nueva Democracia que se hundió ante graves acusaciones de corrupción que le invalidaban para tomar las medidas contra el pueblo que la UE y el FMI estaban exigiendo.
La sucesión de acontecimientos y el desgaste de Papandreu fue rapidísimo. Corrió a la misma velocidad que se fortalecía el movimiento obrero, que organizado en el PAME – confederación sindical que considera a los sindicatos de la CES como enemigos de clase – convocaba con creciente capacidad organizativa y movilizadora hasta 14 huelgas generales.
Las medidas que fue adoptando el gobierno del PSOK son perfectamente conocidas por los pueblos de los PIIGS (sigla inglesa compuesta con los nombres de Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y “Spain” y que significa cerdos): sucesivas reformas laborales dirigidas a anular derechos y abaratar el despido, privatizaciones, recortes de gasto social, cierre de hospitales, retraso en la edad de jubilación, congelación de las pensiones, recorte de salarios a los funcionarios, imposición de tasas, aumento del IVA, despidos de empleados públicos,..etc.
En la primavera de 2011 el país pasó a ser intervenido por la UE, el FMI y el BCE. En octubre de 2011 un Papandreu al borde del agotamiento anunció la convocatoria de un referéndum sobre los términos del rescate impuestos por la troika. Era el penúltimo estertor de un otrora brillante político que se creyó que gobernaba un país soberano. Tres días después los poderes fácticos de la UE le obligaban a retirar la medida. La última decisión fue la destitución el 3 de noviembre de un alto mando del ejército que según diversas fuentes estaba involucrado en un intento de golpe de Estado que contaría con el beneplácito de la OTAN.
Las burguesías griega y europea sacaron el último as que tenían en la manga: un gobierno tripartito encabezado por Loukas Papademos, ex gobernador del Banco de Grecia y Vicepresidente del Banco Central Europeo. Un funcionario suyo, sin ninguna duda, que debía conducir al país a las elecciones anticipadas celebradas el pasado 6 de mayo.
Los resultados hacen altamente improbable la formación de gobierno, y si se consiguiese, es evidente que duraría muy poco. Sobre la mesa están las durísimas medidas a adoptar a cambio del nuevo rescate, entre ellas el despido de otros 150.000 empleados públicos.
Pero el problema no es de aritmética electoral. Lo grave es que las fuerzas del sistema sienten el aliento del pueblo en la nuca y nadie se atreve a llevar a cabo lo que en otras circunstancias no dudarían en hacer: gobernar con un programa exactamente contrario al que provocó su elección. Y no son palabras, una nueva huelga general está convocada por el PAME para el próximo 11 de mayo.
Unas palabras sobre el voto a Syriza. Se trata de una coalición cuyo principal partido, Synaspismos, es el típico representante de la “Nueva Izquierda” Europea. Según su propia definición se sitúa políticamente entre el PASOK y el Partido Comunista Griego (KKE). Como se recordará idéntico espacio político reclamaba para sí el PDNI (incluido en IU) hoy desaparecido y con todos sus dirigentes en el PSOE. La columna vertebral de esta “nueva izquierda” es su posición con respecto a la UE y, en particular, sobre el Tratado de Maastricht. En Grecia Synaspismos votó a favor del citado Tratado y l@s diputad@s del PDNI, hicieron lo mismo en el Parlamento español, rompiendo para ello la disciplina de voto de IU.
Todas estas organizaciones pidieron el voto SI, en este caso IU también, en el referéndum de la Constitución Europea.
He hecho este pequeño recorrido histórico porque sonroja la caracterización de Syriza que muchos medios – incluidos algunos alternativos – hacen. La tratan de “izquierda radical”, de “extrema izquierda” o de “coalición de trostkistas y maoístas”.
A estas alturas de la historia cuando se han visto tantas organizaciones autoproclamadas revolucionarias o vanguardia del proletariado “almorzar en la mesa del patrón” es indispensable conocer a las fuerzas políticas por sus hechos y estos son tozudos.
Syriza se ubica en el espacio político del Partido de la Izquierda Europea, en el que se sitúa también IU, y obviamente ni cuestiona la UE – su aceptación es requisito para la constitución del Grupo Parlamentario y es subvencionado – generosamente como es bien sabido - por el Parlamento Europeo.
Con estos datos encima de la mesa, son previsibles realineamientos que sin duda sacudirán a la propia coalición Syriza – integrada por diferentes organizaciones – y que tendrán la movilización obrera y popular como factor detonante. Su éxito electoral es expresión de un sistema que agoniza y de un pueblo que busca soluciones de izquierda, pero que aún no se atreve a constatar que dentro del sistema capitalista no hay salida.
En definitiva, el drama griego se representa, hoy más que nunca, en el terreno de la lucha de clases, de la organización y de la conciencia de la clase obrera y del pueblo para una lucha dura que deberá enfrentar la salida de la UE y de la OTAN y la construcción del socialismo. Para recorrer este difícil camino las fuerzas determinantes son el KKE y el PAME.

Angeles Maestro
8 de mayo de 2012

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