Las afirmaciones de Ramos Allup no sorprenden, acostumbrados a su demagogia democratista y disfrazados de la defensa del pueblo frente a la crisis económica, pocas veces la derecha declara cual es el verdadero programa que piensa aplicar.
Durante su reciente visita a Estados Unidos Ramos Allup realizó una conferencia en la Universidad de Georgetown (Washington), y al ser consultado sobre las medidas que tomarían si se diera un cambio político en Venezuela, muy suelto de cuerpo afirmó que un nuevo gobierno tendrá que tomar medidas impopulares.
“Yo creo que el próximo gobierno va a ser un gobierno fusible, fusible porque va a tener que aguantar las descargas por las medidas impopulares que tiene que tomar”. Y Ramos Allup, haciendo gala de los gobiernos de Acción Democrática, en políticas de shock, no vaciló en sostener que “Ahora si seguimos corriendo la arruga tratando de crear subsidio cuando no tenemos recursos, etc. Hay que tomar medidas álgidas”.
No en vano el presidente de la Asamblea Nacional es heredero del viejo gobierno de Acción Democrática de Carlos Andrés Pérez, quien durante la crisis de finales de los años ochenta se mandó un paquetazo que diera origen al Caracazo.
Ramos Allup no teme ser un gobierno impopular, como burgués neoliberal, es experto en descargarle la crisis al pueblo, pues experiencia no le falta ya que Acción Democrática fue un gobierno aplicador del neoliberalismo más puro. De esta manera este adeco, sin pelos en la lengua, insiste: “Ahora si el próximo gobierno quiere seguir jugando a la demagogia y no quiere hacerse impopular va a terminar o no va a terminar gobernando para tribuna y lo van a aplaudir y va a terminar en la fause de los leones igualito, pero hay que tomar medidas”.
Estas confesiones a viva voz de la MUD es una demostración más de que la derecha en su conjunto encarna un proyecto reaccionario y ligado al imperialismo. Lo que hace Ramos Allup es una confesión de partes, sosteniendo abiertamente que no les temblará el pulso en el momento de tomar decisiones económicas.
La supuesta “solución” que proponen es dar más libertad de acción a los capitales y más subordinación a los intereses del imperialismo yanqui. La MUD cuestiona el “estatismo” del gobierno actual y propone un Estado que intervenga menos y deje hacer ¡más aún! a los empresarios. Pero el Estado interviene también en el programa de la MUD para garantizarle las ganancias a los capitalistas.
El gobierno de Maduro viene ajustando, ya no sólo con dejar correr la crisis y que sea la galopante inflación la que vaya haciendo estragos cuando cada vez se hace más difícil acceder a productos regulados, sino que, en función de acuerdos empresariales, se han autorizando aumentos de precios de productos esenciales, además de preferir pagar una extorsionante deuda externa garantizándole a los acreedores sus dólares mientras el pueblo pasa las peores calamidades.
El plan de la derecha, tal como lo expresa Ramos Allup, sin tanta “demagogia” como dice sostener, es lisa y llanamente severos ataques contra el pueblo, garantizándole las ganancias al empresariado y la expoliación del país por parte de las transnacionales. Estos políticos de la derecha, que acusan de “demagógicas” a las políticas de Maduro, proponen “medidas álgidas” que significan empeorar las ya degradadas condiciones de vida.
Los trabajadores y trabajadoras, y el conjunto del pueblo pobre, no tenemos absolutamente nada que buscar con el “camino” que propone la oposición. Haciéndole frente a los ajustes del gobierno de Maduro, hay que rechazar de entrada los planes de la derecha. El descontento del pueblo trabajador con la realidad que vivimos no puede tener ninguna canalización progresiva a través del proyecto que representa la MUD, sino más bien luchando por una alternativa política de clase, propia de los trabajadores.
La Izquierda Diario Venezuela
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