viernes, julio 07, 2017

Activismo anti vacunas: origen y naturaleza



El proyecto de la diputada por Cambiemos Paula Urroz contra el suministro de vacunas, si bien ha sido desautorizada por el PRO, el radicalismo y la Coalición Cívica, que se despegaron de Urroz reduciendo el proyecto a una iniciativa personal sin respaldo del bloque (Perfil 30/6), expresa una corriente de opinión que alienta el mismísimo presidente y magnate norteamericano Trump y que se inscribe en el oscurantismo anticientífico que pulula en portales de Internet.
Hace muchos años, el médico inglés Edward Jenner observó que las ordeñadoras infectadas con el virus de la viruela bovina (cow-pox) quedaban inmunes contra la viruela humana y concibió la idea de inocular linfa tomada del brazo de una lechera afectada por el cow-pox, descubriendo la inmunización contra la viruela. A partir de 1798, la vacunación se impuso en todo el mundo.
La conquista razonada de la vacunación preventiva fue obra de Pasteur un siglo después. Llamó al método “vacunación”, en homenaje a Jenner.
La humanidad iniciaba el recorrido de la lucha contra las enfermedades inmunoprevenibles, que modificaron y modifican el curso de las infecciones que diezmaron la población mundial. La viruela, la poliomielitis, el tétanos, la difteria, el sarampión y la meningitis por el meningococo, son algunas de las enfermedades controladas con la vacunación masiva de la población.
En 1998 Andrew Wakefield (que no era pediatra sino un antiguo cirujano gastrointestinal) publicó junto a otros autores de la Royal Free Medical School de Londres, un informe en la prestigiosa revista médica The Lancet que vinculaba un nuevo síndrome con la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR).
Según Wakefield se trataba de un síndrome que asociaba una enteritis y autismo en niños.
Brian Deer, periodista de investigación británico, investigó entre 2004 y 2010 sobre la publicación de The Lancet de 1998, revelando que Wakefield tenía múltiples conflictos de intereses.
La investigación de Wakefield fue un fraude y el Consejo Médico General del Reino Unido obligó al Lancet a retirar el documento publicado y expulsó a Wakefield del registro médico.
Las consecuencias del fraude no se hicieron esperar.
Los padres no vacunaron a sus hijos y el brote de sarampión en el Reino Unido según la Agencia de Protección de la Salud en 2008 y 2009 fue consecuencia de la disminución de niños vacunados con la vacuna MMR, al igual que los casos aparecidos en Canadá y en los EEUU.
Un editorial del British Medical Journal de 2011, señala que la publicación de Wakefield fue un fraude elaborado. Deer demostró que Wakefield alteró los datos de los pacientes con el fin de apoyar su afirmación de haber identificado un nuevo síndrome, y cómo el Royal Free Hospital y la Facultad de Medicina de Londres lo apoyaron mientras trataba de explotar el consiguiente temor a la MMR para obtener ganancias financieras – para algunos mediante juicios a los laboratorios.
Como consecuencia, ante la desprotección generada en la negativa a vacunar a los niños, en 2008 el sarampión fue declarado endémico en Inglaterra y Gales.

Ahora Trump

Donald Trump se ha sumado a la campaña de dudas sobre las vacunas por causar autismo. El comentario fue recogido del debate republicano por Fox News en 2012 y publicado por The Guardian en septiembre de 2015.
"Lo que Trump dijo no es sólo un error, es peligroso porque si la gente lo toma en serio y retrasa las vacunas para sus hijos, los niños podrían enfermarse", dijo Jack Pitney, profesor de política del Claremont McKenna College y autor de The Politics of Autism: Navigating El Contested Spectrum, publicó The Guardian (17/9/15).
Ese mismo año, un brote de sarampión que se propagó después que una persona no vacunada visitó Disneylandia infectó a más de 150 personas en los Estados Unidos y México.

El presidente de los EEUU respalda al activismo antivacunas

Robert Kennedy, activista anti vacunas, aseguró que Donald Trump le ha pedido que lidere una comisión gubernamental que se encargará de velar por la seguridad de las campañas de inmunización. La Revista de la Asociación Americana de Medicina (EEUU) publicó un estudio que relaciona directamente los brotes de sarampión sufridos en el país desde 2012 con los movimientos anti vacunas. El sarampión había sido erradicado en el año 2000 y en 2014 los EEUU sufrió 23 brotes con más de 600 infectados (El Diario, 14/1).
Trump cuestiona el calendario de vacunación, retrasando y espaciando las vacunas, señala Celine Gounder, médica internista, especialista en enfermedades infecciosas y salud pública y periodista médico (The Guardian, 13/1).
Ya en 2015, la muerte de un niño de 6 años enfermo de difteria en España, reavivó el debate sobre la vacunación. Sucede que en España la vacunación no es obligatoria, sustentada en el derecho a la objeción de conciencia, generando el aumento de niños no inmunizados.
Tanto en España como en los Estados Unidos no existen problemas de financiamiento que le impidan al sistema de salud inmunizar a toda la población, como ocurre en grandes regiones de África, Asia y el Pacífico, si no que la baja en el nivel de cobertura de la población se debe al accionar de los movimientos antivacunas que en los últimos años han logrado gran recepción en varios países de Europa y en Estados Unidos (Clarín 30/06/15).
La vacunación gratuita y obligatoria es una conquista social y sanitaria, que ha impedido el avance de enfermedades que en otros tiempos diezmaron a la humanidad.
En sí misma, la vacunación no es solo una protección individual sino que ejerce un beneficio comunitario, una acción de inmensa externalidad sobre el conjunto social.
Entre los especialistas, este efecto es conocido como “inmunidad de rebaño”, de grupo o colectiva, que proporciona protección indirecta a los individuos no vacunados.
En 2014 la OMS decretó la emergencia mundial frente a la polio, ante la propagación del virus en los últimos seis meses en Asia Central, Oriente Medio y el centro de África. Argentina no fue incluida ya que mantiene niveles de vacunación antipoliomielítica adecuados.
La acción del activismo antivacunas pone en peligro los logros alcanzados entre otros, por las campañas de vacunación contra la poliomielitis que azotó a la infancia de nuestro país en las décadas del 40 y 50, y cuyo último caso se registró en 1984.
Asegurar la provisión de vacunas y el cumplimiento del calendario obligatorio, es una lucha a librar para arrancar el cumplimiento de la responsabilidad del Estado.

Luis Trombetta

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