jueves, marzo 01, 2018

Brasil: el nuevo golpe



El gobierno golpista de Temer está a la deriva, no consigue votar la reforma previsional, no consigue crear un nuevo candidato que sea atractivo para el electorado de derecha y en su confusión intrínseca lanza un test en Río de Janeiro: un golpe militar.
Para esto llama al general Braga Neto, este asume el control de la seguridad en Río, aparta todo el comando de Policía e inicia su plan de colocar a Río dentro de “la Ley y el Orden”. El diario francés Le Monde ve una maniobra de Temer en la decisión sobre la intervención militar en Río.
Entendemos que sí, que estamos ante una nueva maniobra de manipulación política, la idea sería provocar un acto de apoyo popular para ganar al electorado, del tipo del que realizó el dictador Galtieri cuando tomó las Malvinas en 1982.
La burguesía sabe que tendría que abrir un proceso electoral, pero no se quiere aliar al lulismo, también considera a Bolsonaro [un candidato de extrema derecha] un caso tipo Collor de Mello (un off, fuera del tándem PMDB-PSDB), ahora el electorado de aquel le interesa.
La intervención militar fue una carta arriesgada, un salto en la oscuridad, pero si fuera exitosa en el electorado, habrá una asociación directa entre pacificación y el candidato de la derecha.
Este mismo razonamiento fue el que llevó al PDMB al gobierno del estado después del proyecto de las UPP [Unidades de Policía Pacificadora]. ¿Y quién está ahora siendo contemplado para una coordinación de seguridad de Temer? José Mariano Beltrame, el mismo delegado que dirigió las UPP en el gobierno de Sergio Cabral en Río.
Dice la Folha de Sao Paulo (15/2): “Temer debe sondear a Beltrame para el nuevo Ministerio de Seguridad Pública. La búsqueda del gobierno muestra que el área es una de las principales preocupaciones de la población”.

Repasando.

La burguesía no consigue consenso para votar la reforma previsional y apoyada en la “Ley y el Orden” crea un acto temerario con una finalidad electoral.
Esta ley, dicho sea de paso, da continuidad a la “ley antiterrorismo” que fue votada por la presidenta Dilma Rousseff en 2016.
Según esta ley, “las Fuerzas Armadas pueden ser empleadas en eventos o situaciones internas, como en cuestiones de seguridad pública o situaciones en que solamente el empleo de la policía no es suficiente”.
Río fue preparado, el escenario fue montado para que la población clame por seguridad. Las últimas semanas, la violencia creció de forma descontrolada y los medios batallaron puntualmente para afirmar una situación de completo abandono que se vive en las calles.
La nueva estrategia de Temer es la de que aparezca un nuevo héroe que pueda ganar prestigio (entre los nombres tenemos al general Braga Neto o al ex delegado José Beltrame). La burguesía, Temer, el PMDB y el PSDB tienen un nuevo plan y cuentan con un nuevo aliado: los uniformes.
Como bien dice Felipe Castelo Branco: “el efecto que esta nueva estrategia tendrá, no lo sabemos. El hecho es que ahora los militares están garantizando una línea de frente de disputa por el poder presidencial con el apoyo incondicional de O Globo”.
El liberalismo está pateando las reglas de juego, el simulacro de democracia en Río acabó, ¿qué vendrá?
Puede ser una suspensión de las elecciones, puede ser un desmonte de la narrativa de Temer y una insurgencia popular que lo saque del poder como ocurrió con Galtieri en Argentina.
Tenemos que hacer toda una discusión con las bases para esclarecer cómo el agravamiento de la lucha de clases y el fracaso del capitalismo está llevando a Brasil de nuevo a una dictadura donde lo que nos resta es luchar para tirar a Temer, Pezao [gobernador del estado de Río], Crivella [intendente de Río] y todo el aparato militar.

FUERA LA INTERVENCION MILITAR.

Roberto Rutigliano, de Tribuna Clasista (Río de Janeiro)
17 de febrero

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