viernes, junio 22, 2018

Niños migrantes son drogados a la fuerza en centros de detención en Estados Unidos



La pesadilla de los menores migrantes detenidos por el gobierno de los Estados Unidos incluye, además de la separación de sus familias, el suministro forzado de medicamentos.

Según documentos legales citados por The Huffington Post, personal de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) suministra de manera forzada dosis de psicotrópicos a niños migrantes detenidos.
Clonazepam, Duloxetina, Geodon, Guanfacina, Olanzapina, Latuda y Divalproex son algunos de los medicamentos suministrados a la fuerza a los menores migrantes identificados.
A unos días de que la separación de familias migrantes desatara un escándalo a nivel internacional que derivó en el anuncio de una nueva orden para mantener "a las familias unidas" (detenidas, pero juntas), la acusación de uso de fármacos en los menores es un nuevo capítulo de horror de las políticas antiinmigrantes de la administración de Donald Trump.
Los documentos citados por THP, que forman parte de una demanda presentada el 16 de abril en torno al acuerdo de Flores, recogen testimonios de menores que aseguran haber sido forzados a ingerir hasta nueve píldoras de un medicamento por la mañana y siete más por la tarde. Hasta cinco tipos de psicotrópicos distintos les han sido dados a los niños detenidos. Aunque la denuncia se centra en el Centro de Tratamiento Residencial Shiloh, en Manvel, Texas (en donde en 2014 un menor murió encerrado en un armario, evidencia de la violencia que padecen en estos centros), el problema es generalizado, denuncian abogados.
El acuerdo de Flores, que data de 1997, rige las condiciones de detención de niños migrantes.
Los testimonios de los menores no se reducen, sin embargo, a narrar la administración ilegal de píldoras, sino también dan cuenta de golpes, amenazas y engaños por parte de las autoridades migratorias para forzar a los niños a consumir el medicamento, que también es inyectado. Las consecuencias registradas de la administración de estos fármacos son también brutales. Brusco incremento de peso e imposibilidad para caminar son algunas de ellas.
La ORR recibe menores y los alberga hasta que aparezca un "patrocinador"o familiar. Al no poder ser reasentados en su totalidad (considerando la gran cantidad de menores que viajan solos), al menos 200 menores continúan bajo la custodia del gobierno estadounidense. Alegando que muchos de estos menores presentan traumas y trastornos, como el de estrés postraumático, la ORR expone la salud de los niños migrantes, en sintonía con la historia de estos centros residenciales, en donde se ha constatado que el uso de psicotrópicos busca minar la voluntad del sujeto y someterle a control de sus custodios. Centros como el de Shiloh, revela el artículo citado, son casas del horror en donde se han denunciado casos de abuso sexual y físico en contra de niños migrantes.
Esta noticia revela un aspecto más de la brutalidad con la que la política de ’tolerancia cero’, exacerbada en la administración de Trump, pero rastreable en sus principios a gobiernos anteriores al del republicano ha impactado en los miles de trabajadores que emprenden el viaje a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida. Debemos exigir, con la fuerza de organizaciones obreras, migrantes y de derechos humanos de ambos lados de la frontera, la liberación inmediata de todos los migrantes detenidos, así como el cierre inmediato de los 17 centros de detención en Estados Unidos.

La Izquierda Diario México

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