jueves, junio 14, 2018

La ‘macrización’ del Frente Amplio



Los sindicatos de educación y salud, en pie de guerra.

Una enorme movilización a la Torre Ejecutiva (Casa de Gobierno) de más de 10.000 docentes universitarios, secundarios, primarios y terciarios y de los gremios estudiantiles, sacudió a la ciudad de Montevideo. En el marco de una huelga general de 24 horas, se reclamó por incrementos presupuestarios, exigiendo un mínimo de 6% del PBI para la educación.
La jornada de lucha estuvo precedida por un plan de ocupaciones de liceos por parte del sindicato de profesores de secundaria, que continúan ahora motorizadas por los estudiantes, que han desatado una verdadera ola de ocupaciones con piquetes. En la mañana de ayer, también se movilizó y realizó un paro con alto acatamiento la Federación de Salud Pública.

Presupuesto del FMI

El cuadro general de esta pelea es la presentación al Parlamento del presupuesto nacional por parte del gobierno de Tabaré Vázquez el próximo 30 de junio.
Se trata de un diseño presupuestario que profundiza el endeudamiento nacional, llevándolo a casi u$s40.000 millones (un 70% del PIB), y mantiene enormes subsidios y exoneraciones fiscales a los sojeros, las pasteras y la banca. Como contrapartida, el peso de la recaudación estatal recae sobre los trabajadores mediante impuestos directos e indirectos al salario. El 80% de los ingresos llega por esta vía.
El Presupuesto presentado congela el gasto en salud, educación y vivienda. Los partidos del Frente Amplio ya adelantaron que lo apoyarán con su voto en el Parlamento, mientras que la oposición derechista pidió más ajuste.
El ministro de Economía, Danilo Astori, afirmó que los incrementos en el gasto serían igual a 0%, pues el objetivo número uno es bajar el déficit fiscal.
Ocurre que el nivel de endeudamiento del gobierno se encuentra en zona crítica. La devaluación de la Argentina y Brasil, el aumento de las tasas de interés de la FED y la reversión del ‘carry trade’, preanuncian un derrumbe de las finanzas estatales que han sobrevivido en base al financiamiento de capital especulativo. Junto a este derrumbe, se encuentra una crisis industrial imparable con miles de despidos y envíos al seguro de paro, como ocurre ahora en la fábrica de la multinacional Bimbo, ocupada por los trabajadores.
En una visita reciente, el FMI le exigió al gobierno continuar con los recortes del gasto público y rebaja salarial, que garantice el pago de la deuda externa y los subsidios al gran capital. El ataque a la educación y la salud pública es parte de una política de ajuste fondomonetarista. Un planteo de guerra de clases contra los trabajadores.
En Nicaragua, Brasil, Argentina y Jordania esta orientación está desatando enormes procesos de lucha y actuales o potenciales rebeliones populares. Astori y Vázquez deberían poner las barbas en remojo.

Lucha política y programa

El PIT-CNT votó un paro parcial y movilización para el próximo 28 de junio. La orientación del paro se encuentra condicionada por la caracterización política de la etapa que votó recientemente –aunque no por unanimidad– el congreso de la central de trabajadores, que señala al gobierno del Frente Amplio como parte de un ‘bloque social y político de los cambios’ junto al movimiento obrero.
Es decir, un apoyo político al FA, que opone al ascenso de gobiernos derechistas en la región. El planteo político debe ser el contrario, pues la lucha educativa y de la salud pública se oponen por el vértice, en los hechos, a esa caracterización: son una muestra del carácter fondomonetarista del gobierno del FA.
El Partido de los Trabajadores se encuentra en la primera fila de esta pelea, como parte de las direcciones sindicales y estudiantiles, impulsando la necesidad de una huelga general educativa y un plan de lucha del movimiento obrero para imponer las reivindicaciones populares y derrotar el ajuste del gobierno y el FMI.
La huelga activa de la clase obrera implica ofrecer un programa de salida inmediata: la eliminación de todos los impuestos al salario y fuertes impuestos progresivos al gran capital, la suspensión inmediata del pago de la deuda externa, el congelamiento de todos los títulos de deuda financiera en circulación y el control obrero de los bancos y de los mercados financieros y el comercio exterior, control que debe extenderse a toda empresa que cierre o despida.
En primer plano debe figurar el salario mínimo igual a la canasta familiar y el ajuste mensual de salarios y jubilaciones por inflación. La lucha que se abre debe abonar para el desarrollo de una alternativa política propia de los trabajadores, para que la crisis la paguen los capitalistas.

Nicolás Marrero

No hay comentarios.: